Carlos Bardem: ¡°Aceptar un proyecto tiene bastante que ver con la facilidad que tenga esos meses para pagar el alquiler¡±
El actor madrile?o repite poniendo voz a ¡®The Sandman¡¯, la novela gr¨¢fica de DC Comics reci¨¦n adaptada por Netflix. El relato le ha servido para poner a punto sus propios valores y entender, en la medida de lo posible, la sociedad actual
Ha vivido seis d¨¦cadas bajo el amparo del apellido m¨¢s lustroso del cine espa?ol, pero a Carlos Bardem (Madrid, 59 a?os) la actuaci¨®n nunca se le antoj¨® como un gremio idealizado. Lejos de la abundancia en la que tantos envuelven esta industria, ¨¦l se crio viendo c¨®mo su madre, la inolvidable Pilar Bardem (fallecida el 17 de julio de 2021), en...
Ha vivido seis d¨¦cadas bajo el amparo del apellido m¨¢s lustroso del cine espa?ol, pero a Carlos Bardem (Madrid, 59 a?os) la actuaci¨®n nunca se le antoj¨® como un gremio idealizado. Lejos de la abundancia en la que tantos envuelven esta industria, ¨¦l se crio viendo c¨®mo su madre, la inolvidable Pilar Bardem (fallecida el 17 de julio de 2021), encadenaba un trabajo tras otro y no pudo pagar la luz muchos meses de su vida. ¡°El reconocimiento le lleg¨® tarde, y con ello tambi¨¦n la estabilidad econ¨®mica. Llegu¨¦ a verla dormir tres horas diarias y pas¨¢ndolas canutas para pagar la luz. Otros ni?os se quedaban en casas de abuelos o guarder¨ªas, pero ella no ten¨ªa d¨®nde dejarnos y pas¨¦ gran parte de nuestra infancia en camerinos y rodajes. Algo se nos debi¨® pegar de todo aquello¡±, bromea. ¡°No tuve jam¨¢s por glamurosa esta profesi¨®n por razones evidentes¡±. Aunque su hermano, Javier Bardem, comenz¨® a flirtear con las c¨¢maras a los cinco a?os, Carlos no debut¨® hasta la comedia M¨¢s que amor, frenes¨ª. ¡°Era el a?o 1996 y yo cumpl¨ªa 33 a?os, no es lo que se dice un debut temprano. Pero para entonces ya supe que, por encima de aquello, lo m¨ªo era contar historias¡±, recuerda en una conversaci¨®n con EL PA?S.
El actor madrile?o lo hace ¡ªliteralmente¡ª en el tercer acto de The Sandman, la trilog¨ªa de Neil Gaiman que Netflix adapt¨® el a?o pasado y que Audible acaba de publicar en ficci¨®n sonora con Carlos Bardem en el papel del narrador. ¡°He de confesar que no conoc¨ªa la novela, pero me enganch¨¦ a ra¨ªz de poner voz en la primera entrega. Me gust¨® por la capacidad de crear mundos de Gaiman, con referencias culturales tan diversas y distanciadas en el tiempo, conectando lo imposible. Es capaz de aludir a Shakespeare, a Jesucristo y a la mitolog¨ªa cl¨¢sica, en un mismo plano y sin sonar inveros¨ªmil. No es poca cosa¡±, razona.
Bardem ya se aventur¨® en lides similares cuando la misma empresa (propiedad de Amazon) le propuso poner voz a su novela Mongo blanco (Plaza & Jan¨¦s, 2019), un libro que trufa su faceta de escritor junto a Muertes ejemplares (1999), Alacr¨¢n enamorado (2009) y la reciente El asesino inconformista (2021). ¡°Sin embargo, la gran diferencia con aquel audiolibro es que era hacer una lectura simple de mi propia novela, aunque me acord¨¦ del padre del que escribi¨® esas 627 p¨¢ginas¡±, cuenta entre carcajadas. ¡°En la ficci¨®n sonora act¨²as con el dramatismo del cine o teatro. Me gusta m¨¢s esto ¨²ltimo por la riqueza y complejidad que tiene, porque puedes jugar a llevar la historia por una u otra intensidad¡±. En The Sandman el personaje de narrador es quien lleva el peso del relato, y en su versi¨®n inglesa fue el propio Gaiman el encargado de poner voz a las tres entregas.
Licenciado en Historia por la Universidad Aut¨®noma de Madrid y ¨¢vido lector por simple imitaci¨®n a su padre ¡ª¡°cog¨ªa los libros que ¨¦l terminaba y me sentaba junto a ¨¦l tardes enteras¡±¡ª, su primer relato fue un cuento sobre un ni?o que jugaba en el parque y escuchaba un timbre. ¡°Aquello le llevaba a otro lugar, y as¨ª sucesivamente, y yo solo quer¨ªa que aquello no acabara nunca¡±, recuerda. D¨¦cadas antes de triunfar en la pantalla con ¨¦xitos como Celda 211 o Alacr¨¢n enamorado, ya escrib¨ªa compulsivamente, movido tambi¨¦n por sus convicciones. ¡°Nunca he escrito para dar respuestas, m¨¢s bien para hacerme preguntas. En el caso de la novela Mongo blanco, por ejemplo, me llamaba la necesidad de entender el mal en el ser humano. La relaci¨®n m¨¢s ruin que puede existir entre dos personas es la de esclavitud, y consegu¨ª toparme con el personaje de Pedro Blanco: un negrero malague?o de la primera mitad del siglo XIX que hizo negocio como nadie en Espa?a. Era el monstruo can¨®nico perfecto para representar esa maldad que tan bien describi¨® Hannah Arendt¡±.
La investigaci¨®n de aquel tomo ¡ªy su brutal acogida¡ª le hizo sacar conclusiones como la enorme ignorancia de muchos sobre la herencia esclavista de Espa?a. ¡°A los espa?oles se nos ha contado siempre que los negreros eran los dem¨¢s, que los esclavos ten¨ªan el aspecto de Kunta Kinte y que aquello era una cosa de los que habitan al otro lado del Atl¨¢ntico. Lo que muchos no sabr¨¢n es que Espa?a fue el ¨²ltimo pa¨ªs del primer mundo en abolir la esclavitud, y el pen¨²ltimo del mundo solo antes que Brasil¡±.
Con el contraste entre su dicci¨®n veterana y la actitud fresca de un novato, Bardem salta entre ideas y ejemplos, parando en el tim¨®n de Artur Mas, expresidente de la Generalitat de Catalu?a, que en un lustro de mandato no descolg¨® nunca un tim¨®n de barco de sus paredes. ¡°Lo que no sabr¨¢n muchos es que el tim¨®n era del Sebastiana, un velero de su abuelo cuyos ancestros fueron negreros de Torredembarra. A ¨¦l le pareci¨® un recuerdo entra?able, pero hay un hilo claro entre muchos de estos hombres y las grandes fortunas actuales de Catalu?a. Por no hablar del resto de Espa?a¡±, avanza arqueando la ceja.
Su trayectoria, razona, es un c¨²mulo de lo contrario: ¡°El escritor Rafael Chirbes dec¨ªa en sus diarios que la verdadera creaci¨®n siempre va unida a la ¨¦tica, y yo he intentado siempre escribir cosas que a m¨ª me gustar¨ªa leer¡±. Con el cine y la televisi¨®n, dice, se suman otros factores: ¡°Est¨¢ todo en el guion: ninguna serie o pel¨ªcula podr¨¢ triunfar, aun teniendo los mejores actores del mundo, si el texto es malo. Pero tampoco tengo problema en decir que aceptar un proyecto tiene bastante que ver con la facilidad que tenga esos meses para pagar el alquiler¡±, zanja sonriendo.
Por uno u otro motivo, suma una filmograf¨ªa reciente digna de envidia. En Echo 3, la serie que Apple TV+ estren¨® en noviembre del pasado a?o, interpreta a un coronel del ej¨¦rcito colombiano, rodando de Bogot¨¢ a los bosques de Cartagena. En abril grab¨® la adaptaci¨®n del c¨®mic American Jesus, de Mark Millar, para Netflix. Y d¨ªas despu¨¦s de esta charla, se embarc¨® rumbo a Rep¨²blica Dominicana para la pel¨ªcula T¨¢bula rasa, junto a Macarena G¨®mez, Amaia Salamanca y Pedro Casablanc.
Han sido tres a?os de actividad formidable ¡ªcon papeles de tantos colores como acentos¡ª, aunque marcados enormemente por la marcha de esa mujer que le llev¨® a sus rodajes en jornada escolar. ¡°Si algo he aprendido con la muerte de mi madre es que el duelo es una herida que no aminora, y que el tiempo es incapaz de mitigar o justificar. Yo la echo de menos a diario, y s¨¦ que as¨ª ser¨¢ hasta el d¨ªa que me toque a m¨ª¡±. Por el camino, promete seguir haci¨¦ndose preguntas en forma de relatos: ¡°El mundo est¨¢ cambiando de una manera muy profunda, y me causa mucho estupor la resistencia de los viejos monstruos a morir. El rebrote de los discursos periclitados, basados en el odio, el racismo, la homofobia o el machismo. Me asombra que todav¨ªa tengan tantos y tan grandes altavoces, que la informaci¨®n sea espect¨¢culo y el clickbait su herramienta, pero me gusta mirar las cosas en ciclos m¨¢s largos, en las corrientes de fondo. Animo a hacer lo mismo a los dem¨¢s, porque las cosas est¨¢n cambiando y si algo tengo claro es que ning¨²n tiempo pasado fue mejor¡±.