As¨ª es The Bazaar, el restaurante que Jos¨¦ Andr¨¦s llevaba 30 a?os so?ando en Washington
El local que enfrent¨® al cocinero asturiano con Donald Trump por fin abre sus puertas en un edificio hist¨®rico con una carta que mezcla ra¨ªces espa?olas y platos de inspiraci¨®n estadounidense
Tres manzanas de distancia y 30 a?os de sue?os separan el primer restaurante que abri¨® Jos¨¦ Andr¨¦s en Washington, Jaleo, del ¨²ltimo, The Bazaar, inaugurado esta semana. El nuevo local es el m¨¢s deseado por el cocinero espa?ol de m¨¢s ¨¦xito en Estados Unidos y tiene muchas historias detr¨¢s. Est¨¢ en el lugar donde siempre quiso tener un r...
Tres manzanas de distancia y 30 a?os de sue?os separan el primer restaurante que abri¨® Jos¨¦ Andr¨¦s en Washington, Jaleo, del ¨²ltimo, The Bazaar, inaugurado esta semana. El nuevo local es el m¨¢s deseado por el cocinero espa?ol de m¨¢s ¨¦xito en Estados Unidos y tiene muchas historias detr¨¢s. Est¨¢ en el lugar donde siempre quiso tener un restaurante, un anhelo que se vio postergado por su enfrentamiento con el anterior presidente estadounidense, Donald Trump. Ahora, ha llegado el momento. ¡°Es un sue?o americano hecho realidad¡±, se?ala el chef asturiano.
Aunque para Jose Andr¨¦s (Mieres, 53 a?os) la apertura del restaurante es ¡°un momento de tremenda celebraci¨®n¡±, le ha pillado volcado en ayudar a las miles de v¨ªctimas de los terremotos de Turqu¨ªa y Siria con su otro gran proyecto, World Central Kitchen. El cocinero hab¨ªa viajado a Dub¨¢i para la apertura de Jaleo en el hotel Atlantis The Royal. Desde all¨ª fue a L¨ªbano, Estambul y Grecia pero, tras los terremotos, moviliz¨® a su equipo y lleg¨® a la zona m¨¢s afectada para prestar apoyo a las v¨ªctimas a trav¨¦s de la comida.
The Bazaar est¨¢ en el espectacular y lujoso atrio del hotel Waldorf Astoria, en la m¨ªtica avenida Pensilvania, en un edificio hist¨®rico, el Old Post Office, construido a finales del siglo XIX y que cuenta con una torre de casi 100 metros, la tercera construcci¨®n m¨¢s alta de la capital de Estados Unidos. Jos¨¦ Andr¨¦s ha recordado con frecuencia que hablaba con su cliente y despu¨¦s amigo, el senador dem¨®crata por Nueva York Patrick Moynihan, fallecido en marzo de 2003, sobre la idea de abrir ah¨ª un restaurante. Por entonces era un edificio algo descuidado y muy alejado del lujo actual. El cocinero asturiano estuvo a punto de cumplir su sue?o hace unos a?os, cuando no era el Waldorf Astoria, sino el hotel Trump, pero el entonces candidato a las primarias republicanas para las presidenciales de 2016 se cruz¨® en su camino.
El chef y empresario cancel¨® voluntariamente su so?ado proyecto en 2015 como protesta por unas declaraciones de Trump en las que se refiri¨® despectivamente a los inmigrantes mexicanos: ¡°Traen drogas, crimen, son violadores y supongo que algunos son buenas personas¡±. La compa?¨ªa hotelera de Trump demand¨® a Jos¨¦ Andr¨¦s por romper el acuerdo y le reclam¨® 10 millones de d¨®lares (unos 9,3 millones de euros al cambio actual). ?l contest¨® con otra demanda de 7,5 millones de d¨®lares por los gastos, el lucro cesante y los intereses. El cocinero alegaba que las palabras de Trump espantaban a la potencial clientela y a los empleados de lo que pretend¨ªa ser un restaurante latino. Al final, ambas partes firmaron las paces en 2017 con un acuerdo cuyos t¨¦rminos nunca han sido desvelados.
Con el traspaso de la concesi¨®n del edificio desde la empresa de Trump a la firma de inversi¨®n de Miami CGI Merchant Group, que lleg¨® a un acuerdo con Hilton para gestionarlo con la marca Waldorf Astoria, el cocinero retom¨® sus planes, que esta semana han culminado. ¡°Han pasado 30 a?os desde que llegu¨¦ por primera vez a Washington, y tener The Bazaar abierto en este hermoso e hist¨®rico edificio, que siempre ha ocupado un lugar especial para m¨ª, es un sue?o americano hecho realidad¡±, ha se?alado por escrito en un mensaje enviado por su servicio de prensa.
El nuevo local se encuentra cerca de sus restaurantes Jaleo, China Chilcano, Oyamel, Zaytinya y Minibar. ¡°Este es mi barrio, yo llevo 30 a?os aqu¨ª, m¨¢s de la mitad de mi vida¡±, se?alaba a EL PA?S el pasado mes de noviembre, cuando el Museo Nacional del Retrato de Washington, en la misma zona, colg¨® en sus paredes el cuadro Jos¨¦ Andr¨¦s and the Olla de Barro that Feeds the World, dentro de la serie Retrato de una naci¨®n, con la que el museo del Instituto Smithsonian reconoce a personalidades de la vida pol¨ªtica, cultural, social y deportiva de Estados Unidos.
Aunque con una oferta gastron¨®mica algo diferente, The Bazaar es un concepto que ya ha triunfado en Miami (Florida), de donde el grupo ha tra¨ªdo refuerzos para echar a andar el nuevo negocio. El restaurante sirve desayunos, tapas a la hora de comer y cenas, adem¨¢s de contar con un bar de c¨®cteles. Tiene dos plantas, aunque la superior se reserva para las cenas. La carta del nuevo restaurante mezcla las ra¨ªces espa?olas del cocinero con platos estadounidenses, incluidos gui?os a la historia del pa¨ªs.
En el desayuno es posible encontrar pisto manchego (16 d¨®lares), torrijas (15), patatas bravas con huevo frito (18) y jam¨®n ib¨¦rico con huevos de granja (20), pero tambi¨¦n huevos al estilo de Maryland con cangrejo azul (26) y distintos tipos de delicados gofres (12-15). En las tapas de la hora de comer hay mejillones (14), bravas (12), croquetas (15-18) y alitas de pollo (14), pero la estrella es el jam¨®n ib¨¦rico de bellota Cinco Jotas (eso s¨ª, al prohibitivo precio de unos 1.400 d¨®lares el kilo).
La cena combina tapas tradicionales y modernas con platos como la butifarra del senador Moynihan (24 d¨®lares), en homenaje a su amigo, o el estofado Eisenhower de carrilleras de ternera (25), en recuerdo al plato favorito de este presidente cuando ocupaba el cargo. El cucurucho de cangrejo Louie (10), el cl¨¢sico s¨¢ndwich de Filadelfia (Philly Cheesesteak, 13 d¨®lares) y la langosta noruega Newberg (28) representan platos cl¨¢sicos americanos. Ingredientes locales como el cangrejo azul de Maryland, las ostras de Rappahannock y los productos de la bah¨ªa de Chesapeake comparten carta con el jam¨®n, los embutidos, la escalivada (16) y los pimientos de piquillo (14).
La decoraci¨®n ha corrido a cargo del estudio espa?ol L¨¢zaro Rosa-Viol¨¢n, que ha conseguido que se integre arm¨®nicamente en la arquitectura del impresionante atrio de la antigua sede de correos. El local es espectacular, especialmente en la planta superior. Cuenta con abundantes plantas, mesas (algunas de ellas largas, como le gustan a Jos¨¦ Andr¨¦s) con tableros de m¨¢rmol negro y luminarias personalizadas de brillo dorado acabadas en lat¨®n martillado. Hay butacas, sillas, banquetas y sof¨¢s de diferentes colores y telas florales personalizadas inspiradas en Salvador Dal¨ª.
En el piso inferior, hay algunas mesas que se asoman al atrio y una barra de bar con una brillante encimera de cuarcita aguaverde y acabados como cristal texturizado, azulejos artesanales y telas adornadas con flecos. En la entrada, m¨¢rmol blanco, un orbe dorado, una amplia escalera y el nombre del restaurante y del cocinero dan la bienvenida. El sue?o de Jos¨¦ Andr¨¦s se ha hecho realidad con letras doradas.