Carlos Koplowitz, hijo reconocido del constructor, acude a Estrasburgo para poder acceder a una herencia ¡°incalculable¡±

Carlos Koplowitz, quien fuera declarado legalmente hijo de Ernesto Koplowitz Sternberg en 2012, ha elevado una demanda ante el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos de Estrasburgo para pedir que se le conceda la herencia del empresario, fallecido en un accidente de equitaci¨®n en 1962, tras no haber percibido hasta la fecha la parte que le corresponde. Una herencia que podr¨ªa ser sustanciosa. Seg¨²n ha informado su abogado, se basa para ello en ¡°la vida familiar que hubo entre su padre y su madre cuando ¨¦l era un beb¨¦¡±.

Seg¨²n inform¨® este viernes 9 de junio el abogado del demandante, el sevillano Fernando Osuna, su cliente fue declarado hijo mediante la comparaci¨®n de su ADN con el del cad¨¢ver de su padre, cuya exhumaci¨®n orden¨® el Juzgado en 2011, para comparar sus genes con los de Carlos. Tras la confirmaci¨®n gen¨¦tica, pas¨® a ser hermano oficial, entre otras, de las arist¨®cratas y empresarias Alicia Mar¨ªa Koplowitz y Esther Mar¨ªa, conocidas como Las Koplowitz, nacidas del matrimonio del constructor con Esther Romero. El empresario tambi¨¦n ten¨ªa dos hijos m¨¢s, Ernesto e Isabel Clara, nacidos de su relaci¨®n previa con Isabel Amores. En la Espa?a de los a?os cuarenta, los hijos nacidos fuera del matrimonio eran considerados ileg¨ªtimos por ley. Esa fue la peculiar situaci¨®n legal que tuvieron durante mucho tiempo Ernesto y Clara Isabel. Su padre les reconoci¨®, les dio su apellido y les educ¨®. Cuatro hijos que durante a?os no supieron los unos de los otros y que han tenido poco trato fraternal y mucho judicial. Una lucha en los juzgados que emprendi¨® tambi¨¦n el quinto hermano, un cap¨ªtulo a¨²n no cerrado tras m¨¢s de 60 a?os de la muerte del patriarca.

Fue a finales de diciembre de 2012 cuando el Juzgado de Primera Instancia n¨²mero 49 de Madrid reconoci¨® que Carlos Iglesias Rangel era hijo biol¨®gico del constructor Ernesto Koplowitz Sternberg y Albertina Rangel. Tras un proceso que dur¨® m¨¢s de 12 a?os ¡ª la demanda de paternidad se interpuso en el a?o 2000¡ª, en la sentencia se se?alaba que Carlos no era hijo de su padre legal, Carlos Iglesias, y que su nombre es Carlos Ernesto Koplowitz Rangel.

La demanda de paternidad certific¨® que este ciudadano espa?ol, residente en Suiza, era hijo biol¨®gico del empresario y de una mujer a la que conoci¨® en Venezuela, con la que mantuvo una relaci¨®n de la que hay pruebas a trav¨¦s de las cartas que se enviaron ambos, que ¡°no se limitaron a meros contactos sexuales espor¨¢dicos o frecuentes sino que se basaban en un mutuo afecto, muy arraigado en ambos, y en un proyecto de vida en com¨²n¡±. Un proyecto que se vio truncado por el fallecimiento de Koplowitz Stenberg en accidente en la primavera de 1962.

Con sentencias en contra de tribunales espa?oles, Carlos Koplowitz ha decidido ahora acudir a Estrasburgo, con el fin de poder acceder finalmente ¡°a una herencia incalculable¡±, tal y como ha explicado su abogado. Un tribunal ¡°donde hay muchas esperanzas de que le den la raz¨®n¡±, seg¨²n el letrado. ¡°Con posterioridad a su nacimiento, Las Koplowitz durante muchos a?os lo han tratado como un hermano, sin embargo, le niegan la parte que le corresponde por herencia¡±, asegura Osuna en un comunicado.

Fernando Osuna ha preparado un informe que refleja, entre otras cosas, que la relaci¨®n entre los padres de su cliente tuvo lugar entre Caracas, Nueva York y Miami durante tres a?os, aportando el pasaporte de su madre, con las fechas de entrada y salidas de determinados pa¨ªses, muchas cartas entre ambos ¡°de contenido amoroso y hablando las muchas convivencias habidas¡±, fotograf¨ªas de ambos ¡°mostrando actitud de pareja¡±, y, por ¨²ltimo, las pruebas de ADN.

Para el abogado de Carlos Koplowitz concurren los requisitos para que el tribunal europeo ¡°proceda a reconocer derechos hereditarios en condiciones de igualdad con los hijos matrimoniales a un hijo no matrimonial en una sucesi¨®n abierta con anterioridad a 1978¡å, y esgrime varias sentencias en las que se han tomado decisiones similares en los ¨²ltimos a?os.