La ¡®vendetta¡¯ p¨²blica por una infidelidad que sacude a la alta sociedad italiana
Massimo Segre, un conocido banquero, ha dejado a su pareja, Cristina Seymandi, con un discurso en una fiesta en el que la acusa de traici¨®n. Ahora la empresaria, que ha definido esta humillaci¨®n p¨²blica como un gesto de ¡°violencia aberrante¡±, estudia llevar a su ex a los tribunales
El banquero turin¨¦s Massimo Segre prepar¨® una fiesta en el jard¨ªn de su mansi¨®n, una de las villas m¨¢s renombradas de Tur¨ªn, para celebrar el cumplea?os de su pareja, la empresaria Cristina Seymandi, y para festejar tambi¨¦n, aparentemente, su compromiso. Invit¨® a decenas de amigos y lo prepar¨® todo minuciosamente: el ambiente, la m¨²sica, las viandas y un discurso. Pero este result¨® ser un discurso envenenado, que ha impactado a la alta sociedad italiana y ...
El banquero turin¨¦s Massimo Segre prepar¨® una fiesta en el jard¨ªn de su mansi¨®n, una de las villas m¨¢s renombradas de Tur¨ªn, para celebrar el cumplea?os de su pareja, la empresaria Cristina Seymandi, y para festejar tambi¨¦n, aparentemente, su compromiso. Invit¨® a decenas de amigos y lo prepar¨® todo minuciosamente: el ambiente, la m¨²sica, las viandas y un discurso. Pero este result¨® ser un discurso envenenado, que ha impactado a la alta sociedad italiana y que podr¨ªa terminar en los tribunales.
En un momento de la velada, Segre se acerc¨® a la mesa del pinchadiscos, cogi¨® el micr¨®fono y se aclar¨® la voz. Todos pensaron que iba a anunciar su matrimonio con Seymandi. Al principio parec¨ªa un discurso de compromiso normal: el hombre tuvo palabras de agradecimiento a sus amigos, confes¨® que estaba algo emocionado e incluso encaj¨® algunos aplausos. Hasta que cambi¨® el tono y la atm¨®sfera festiva comenz¨® a helarse. ¡°Siempre he pensado que amar a una persona es desear su bien, incluso m¨¢s que el propio. En este caso, deseo dar a Cristina la libertad de amar. En concreto, a otra persona, un conocido abogado¡±, lanz¨® sin pesta?ear. A su lado lo miraba incr¨¦dula su hasta entonces pareja que, todav¨ªa con un ramo de flores en la mano, se hab¨ªa quedado de piedra contemplando la escena. ¡°Querida Cristina, s¨¦ lo enamorada que est¨¢s mental y sexualmente de ¨¦l, como le has confiado. Y s¨¦ que antes de ¨¦l tuviste una relaci¨®n con un conocido industrial¡±, le espet¨®.
¡°No cre¨¢is que me complace quedar como un cornudo delante de todos vosotros¡±, continu¨® ¨¦l dirigi¨¦ndose a los casi 100 asistentes. Despu¨¦s, comenz¨® a exponer una retah¨ªla de supuestas traiciones, mentiras de ella y toda clase de trapos sucios. ¡°Es tan buena diciendo sus verdades, que no pod¨ªa dejarle solo a ella contar la raz¨®n por la que esta noche pongo fin a nuestra convivencia¡±, agreg¨® el italiano. Y apuntill¨®: ¡°Querida Cristina, vete a Mikonos con tu abogado. S¨¦ feliz con ¨¦l, est¨¢ todo pagado, al igual que el viaje a Vietnam¡±. Tambi¨¦n le reproch¨® a su hasta entonces prometida que lo hubiera puesto en contra de sus hijos, fruto de un matrimonio anterior, para asombro de los asistentes, enfadados ahora por haberse visto involucrados en esta farsa preparada al detalle desde hace tiempo.
El v¨ªdeo del discurso emponzo?ado de cinco minutos, que no est¨¢ claro qui¨¦n ha grabado y filtrado, ha corrido como la p¨®lvora por las redes sociales y por los medios de comunicaci¨®n, provocando todo tipo de reacciones. No han faltado tampoco las de los protagonistas, que estos d¨ªas se est¨¢n cruzando todo tipo de dardos en la prensa italiana. La particular manera de lavar los trapos sucios en p¨²blico de estos integrantes de la alta sociedad ha impactado considerablemente en el pa¨ªs transalpino.
Cristina Seymandi se considera v¨ªctima de ¡°violencia de g¨¦nero¡±, ha definido la humillaci¨®n p¨²blica como un gesto de ¡°violencia aberrante¡± y ha asegurado que est¨¢ sopesando emprender acciones legales contra su expareja. Le reprocha que prepar¨® su perversa sorpresa al detalle con antelaci¨®n, incluso su salida de la fiesta, de su propia casa, acompa?ado de cuatro guardaespaldas. ¡°Cuando empez¨® a hablar pens¨¦ que era una broma. Luego me qued¨¦ petrificada. Fue un acto de violencia aberrante. Por no hablar de los comentarios en las redes sociales con palabras y frases obscenas. Si hubiera ocurrido lo mismo con las partes invertidas, las reacciones habr¨ªan sido muy diferentes. En cambio, soy mujer, y en este mundo eso marca una gran diferencia¡±, se ha defendido en una entrevista con el diario Il Corriere della Sera. Y ha agregado: ¡°Podr¨ªa haber buscado el di¨¢logo conmigo. Tal vez habr¨ªamos llegado a las mismas conclusiones, pero de una manera completamente diferente. Prefiri¨® hacer esto, echarlo todo por la borda, causando tanto dolor a todo el mundo, y no entiendo por qu¨¦. Las cosas serias se solucionan de otra manera¡±. Tambi¨¦n ha lanzado un mensaje: ¡°Quiero dejar claro que la libertad no se me concede, sino que es mi derecho inalienable como persona y como mujer¡±.
Ambos eran personajes muy conocidos solo en los c¨ªrculos de finanzas y pol¨ªtica y desconocidos para el gran p¨²blico. Hasta ahora. Seymandi, de 47 a?os, hija de un conocido contable de Tur¨ªn, bien relacionada con la clase alta turinesa, empresaria emprendedora, aficionada a la pol¨ªtica, colaboradora de la anterior alcaldesa de la ciudad, Chiara Appendino, del Movimiento 5 Estrellas, y administradora delegada de una de las empresas de Massimo Segre, ha confesado que no podr¨¢ cortar todo v¨ªnculo con su expareja porque deber¨¢n seguir trabajando juntos. Massimo Segre, de 64 a?os, es contable, empresario y banquero de Tur¨ªn, y pertenece a una familia bien relacionada con las ¨¦lites financieras del norte de Italia.
?l se ha defendido de las acusaciones a trav¨¦s de una carta publicada en el diario turin¨¦s La Stampa, en la que afirma que ¡°no hay violencia en decir la verdad p¨²blicamente¡±. Y contin¨²a: ¡°Relatar que la Sra. Seymandi, antes incluso de comprometerse [utiliza el verbo sposare, casarse] conmigo, manten¨ªa otras relaciones sentimentales no es violencia: es un hecho que ¡ªsi la relaci¨®n hubiera sido la de una pareja abierta¡ª no habr¨ªa sido preclusivo para nuestro matrimonio¡±. Adem¨¢s, ha justificado su concepto de ¡°libertad¡± en la pareja. ¡°Hablaba de la libertad de amar. Desde hace exactamente tres a?os, cuando deslic¨¦ el zafiro de mi madre en el dedo de Cristina, pidi¨¦ndole que se casara conmigo y obteniendo su consentimiento, yo ya no era libre de amar a otras y as¨ª deber¨ªa haber sido para ella. Este fue el pacto que sellamos con el anillo de mi familia¡±. El banquero ha aclarado tambi¨¦n que decidi¨® pronunciar aquel discurso para ¡°protegerse¡±. ¡°Intent¨¦ explicarlo sucintamente aquella noche: la Sra. Seymandi es tan experta en contar su propia visi¨®n de la realidad que yo ten¨ªa que preservar absolutamente mi reputaci¨®n, el mayor regalo que me dejaron mis padres. La ¨²nica forma de evitar narraciones distorsionadas, cuando no totalmente fantasiosas, era tomar la iniciativa delante de todos sus amigos, antes de que ella pudiera contar qui¨¦n sabe qu¨¦ cosas de m¨ª si la dejaba en privado¡±, ha se?alado el banquero.
La Autoridad italiana de protecci¨®n de datos ha abierto una investigaci¨®n por una posible violaci¨®n de datos personales tras la divulgaci¨®n de informaci¨®n personal durante la fiesta en Tur¨ªn, seg¨²n apuntan los medios locales. Psic¨®logos y antrop¨®logos tambi¨¦n han intervenido para explicar la extra?a fascinaci¨®n que est¨¢ generando el caso. ¡°Vicios privados vapuleados en p¨²blico, sexo y alta sociedad: ?se pod¨ªan ignorar estos cuernos? Es pura comedia italiana¡±, ha argumentado el intelectual y antrop¨®logo Marino Niola. Y ha explicado: ¡°Italia es un pa¨ªs latino: familiar, viril, machista. Somos una sociedad del honor y no de la culpa: la traici¨®n, para una persona, significa no poder hacer respetar su reputaci¨®n. En ciertas culturas, pienso en la siciliana, hablar de cornudo es una ofensa m¨¢xima. Peor que otros agravios¡±.
Hay incluso quien compara este culebr¨®n con el caso de Shakira y Piqu¨¦. ¡°?l [Segre] ha humillado p¨²blicamente a su novia en su fiesta de cumplea?os. Ella [Shakira] escribi¨® una canci¨®n que empa?aba la reputaci¨®n del hombre que la enga?¨®: ?estamos seguros de que los dos casos no se parecen?¡±, escribe la revista Vanity Fair. Y agrega: ¡°El mecanismo es b¨¢sicamente el mismo: vengarse de las traiciones de la pareja exponi¨¦ndolas en p¨²blico para ganarse la empat¨ªa y la comprensi¨®n de los dem¨¢s¡±.