Reacciones ante la infidelidad
Perd¨®n, culpa, desconfianza, resentimiento cr¨®nico... son los sentimientos habituales Para superar el dolor inicial del enga?o hay que comprender y asumir la naturaleza humana
Como cada ma?ana, conect¨® el ordenador. En la pantalla apareci¨® inesperadamente la cuenta de correo de su marido. ¡°Recuerdo cada beso¡±. Esta frase, colocada como asunto de un e-mail, le salt¨® encima. Le invadi¨® una sensaci¨®n nueva de dolor al leer este y otros muchos mensajes entre ¨¦l y una desconocida. Esos e-mails la colocaron en un planeta que giraba diferente. Un detalle temporal fue lo que m¨¢s envenen¨® su cabeza. La historia parec¨ªa haber empezado cuando su hijo ten¨ªa seis meses.
La fidelidad es un invento de la evoluci¨®n humana. Apareci¨® con el mismo objetivo que todas nuestras conductas: asegurar la continuidad de los genes. Los humanos nacemos muy indefensos, vivimos una infancia prolongada pues necesitamos mucho tiempo para poder desenvolvernos por nosotros mismos. As¨ª que la hembra cavern¨ªcola necesitaba a un macho a su lado para proteger a sus cr¨ªas. Y surgi¨® la fidelidad.
Desde un punto de vista biol¨®gico, la fidelidad est¨¢ pr¨¢cticamente asegurada cuando se est¨¢ enamorado. En esa etapa no tiene m¨¦rito ser fiel, es lo que pide el cuerpo. Cuando el enganche hormonal se termina, incluso si queremos profundamente a esa persona, necesitamos de los valores, la programaci¨®n social y la voluntad para continuar fieles.
La pareja no se apoya sobre la permanencia del amor y de la sexualidad, sino sobre la permanencia de la ternura¡± Kostas Axelo
Si las paredes de los consultorios psicol¨®gicos hablaran, seguro que podr¨ªan explicar muchas cosas sobre la infidelidad. No s¨®lo contar¨ªan sobre el sufrimiento del sujeto enga?ado, sino tambi¨¦n del dolor del infiel y de la tercera persona.
Al descubrir una infidelidad, las reacciones son muy distintas. Incluso hay quien se alegra (puede constituir una buena excusa para romper la relaci¨®n sin remordimiento, por ejemplo). A pesar de la disparidad, existen similitudes emocionales entre algunos enga?ados:
Perdida de inocencia. ¡°Mi pareja nunca me enga?ar¨¢¡±. ?Cu¨¢ntas personas se han tenido que tragar estas palabras? y ?cu¨¢ntas se mantienen convencidas mientras la realidad se r¨ªe de ellas? Existe un fen¨®meno psicol¨®gico que lo explica: ¡°el optimismo no realista¡±. Se produce cuando estimamos que la probabilidad de ser v¨ªctimas de un suceso desagradable es menor que la de otras personas. Tenemos tendencia a sentirnos invulnerables. Y en el tema de la pareja, tambi¨¦n. Por eso, cuando uno se entera del enga?o, el golpe es tan duramente inesperado. Se da cuenta de que ese amor no era tan especial, que es como el del com¨²n de los mortales.
La infidelidad
levanta una tapa que deja salir todos los complejos a flote"
Se mira a la pareja y no se le reconoce. No sabemos a qui¨¦n tenemos delante. Ni siquiera se est¨¢ seguro de la historia que se ha vivido, se mira hacia atr¨¢s y todo se reeval¨²a. ¡°Me invit¨® a esa cena porque sent¨ªa culpa¡±, ¡°me enga?aba cuando dec¨ªa que yo era el amor de su vida¡±¡ Todo se interpreta de otra forma, m¨¢s real, sin edulcorantes.
El sufrimiento da buenas lecciones a quien sabe atenderlas. En este caso, una de ellas es darse cuenta de que el ego tiene que aterrizar desde las alturas. Percatarse de la necesidad de eliminar el pensamiento ¡°esto-nunca-me-pasar¨¢-a-m¨ª¡±. Si se consigue bajar al ego de all¨¢ arriba sin lastimarse demasiado, nos volvemos humildes; m¨¢s sabios. Y esto ayuda a afrontar no s¨®lo la infidelidad, sino tambi¨¦n futuros golpes, tanto del mundo de la pareja como de otros ¨¢mbitos.
Interpretaciones simplistas. Los humanos necesitamos entenderlo todo. Y la incre¨ªble complejidad emocional que implica una infidelidad tambi¨¦n se quiere meter en una cuadr¨ªcula. Y eso no s¨®lo es absurdo por imposible, sino porque encima hace sufrir. ¡°La primera pregunta es por qu¨¦. ?Por sexo, por diversi¨®n, por amor, por ox¨ªgeno¡? Es normal plantearse esta cuesti¨®n, pero hay que saber que a veces ni el propio infiel sabe por qu¨¦ lo ha hecho. Queremos encontrar la l¨®gica en el mundo emocional y ah¨ª no la hay.
PELICULAS
¡®Atracci¨®n fatal¡¯
Adrian Lyne
¡®Los puentes de Madison¡¯
Clint Eastwood
¡®El cartero siempre llama dos veces¡¯
Bob Rafelson
¡®Como agua para chocolate¡¯
Alfonso Arau
LIBROS
¡®Fidelidad e infidelidad en las relaciones de pareja. Buenos Aires¡¯
Javier Mart¨ªn Camacho
Dunken Ediciones, 2004
Una de las explicaciones simplonas que se da a la infidelidad es la falta de amor. Sin embargo, no hay ninguna investigaci¨®n que muestre que esta premisa sea siempre cierta. Tal como cuenta el psic¨®logo Mart¨ªn Camacho en su libro sobre infidelidad, todas estas opciones son posibles: parejas que se quieren y no se enga?an; parejas que se quieren y se enga?an; parejas que no se quieren y se enga?an, y parejas que no se quieren y no se enga?an. El amor y la fidelidad no siempre van de la mano. As¨ª que debemos valorar y sopesar la importancia que se le da a los dos aspectos por separado.
Culpa. La simplicidad mental lleva tambi¨¦n a buscar un ¨²nico responsable. La culpa la otorga la estrechez de nuestras miras. A veces se acusa al infiel; otras, a la tercera persona, y otras, a uno mismo. Incluso la culpa se coloca en caracter¨ªsticas concretas: ¡°Se ha ido con otro/a porque estoy gordo/a¡±. Explicaciones limitadas que adem¨¢s act¨²an como una cuchilla afilada sobre la autoestima.
La infidelidad no duele s¨®lo por el enga?o, oscurece porque levanta una tapa que deja salir todos los complejos a flote. El peso, las habilidades sexuales, la capacidad de amar, la inteligencia¡ Con los complejos destapados, muchas personas enga?adas huyen hacia delante. R¨¢pidamente buscan a otra persona o perdonan a quien les ha enga?ado al instante, sienten prisa para volver a tapar la caja de los truenos. Desaprovechar la ocasi¨®n para mirar a nuestros complejos a la cara y trabajarlos es perder una gran oportunidad de aprendizaje.
La revancha. Una reacci¨®n ante el enga?o es la venganza. Pagar con la misma moneda. No son pocos los enga?ados que se lanzan a buscar un amante para desquitarse. Cuando las emociones se remueven tanto, las premisas que se esconden detr¨¢s emergen y pueden llevar a sitios interesantes. El problema quiz¨¢ ha sido c¨®mo se ha vivido, c¨®mo se ha entendido la pareja: como una inversi¨®n de futuro. Hemos dado para obtener algo a cambio. Dos errores: invertir y esperar. Los sabios dicen que el fruto de las acciones est¨¢ en s¨ª mismas. Si se ama esperando algo, ya se est¨¢ equivocado.
En el fondo la estafa se siente no tanto porque la pareja se ha ido con otra persona y nosotros no, sino porque ¨¦l/ella ha sido feliz mientras la otra parte ha ¡°invertido en la relaci¨®n¡±. La mejor venganza no es ir a buscar un sustituto, sino ser felices.
Paranoias y espionaje. Al darse cuenta de que la persona que se tiene delante es capaz de mentir, se enfoca la realidad de forma distinta. Muchos detalles, nimiedades, se convierten en imanes que atraen la atenci¨®n. Se puede vivir una paranoia y lo peor es mirar hacia delante y ver un panorama de desconfianza perpetua. Controlar se puede convertir en una obsesi¨®n. La pareja promete que nunca m¨¢s va a ser infiel, pero no basta. La realidad es que el futuro nadie lo sabe. La vigilancia eterna es una opci¨®n que nos convertir¨¢ en desgraciados. La ¨²nica salida es la confianza¡ ?en la otra persona? No. En nosotros. Confiar en que, si en el futuro vuelve a enga?ar, sabremos encajarlo. As¨ª que, en lugar de invertir en estrategias de vigilancia, la mejor salida es hacerlo en uno mismo, en las fortalezas de cada uno. Si la desconfianza se ha vuelto insufrible, siempre queda la opci¨®n de romper. Lo esencial es que la infidelidad ayude a crecer ya sea juntos o por separado.
Oasis. Los humanos somos c¨®micos. Algunas parejas dicen que el mejor sexo lo han disfrutado despu¨¦s de enterarse de la infidelidad. Notan como un rebrote del enamoramiento. La culpa del infiel, mezclado con el miedo a que se rompa la relaci¨®n, con sesiones de charla profunda sobre la pareja¡ forman un c¨®ctel emocional y afrodisiaco. En los casos que existe este acercamiento sincero, la relaci¨®n, lejos de romperse, se fortalece, siempre y cuando esta nueva proximidad se riegue para que no quede en un mero espejismo.
El perd¨®n. Es el ¨²nico final feliz de una infidelidad. Perdonar no significa forzosamente reconciliarse. Se puede perdonar y seguir; perdonar y romper. Disculpar significa hacerse un regalo a uno mismo. Quitarse el resentimiento de encima. El resentimiento no superado convierte la infidelidad en un dolor cr¨®nico. Perdonar significa pasar p¨¢gina. No es algo que se pueda hacer instant¨¢neamente. El dolor inicial no lo quita nadie. Para superar el resentimiento, para pasar p¨¢gina, se debe subir un escal¨®n, hay que mirar la situaci¨®n desde m¨¢s arriba. Abrir el angular, comprender la naturaleza humana y sobre todo asumirla. La vida es as¨ª, compleja, emocional, inesperada.
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