As¨ª se ha decorado la ¨²ltima Navidad de los Biden en la Casa Blanca

En la Casa Blanca, el centro del poder en Estados Unidos, hasta la decoraci¨®n navide?a puede utilizarse para enviar una se?al pol¨ªtica. Especialmente este a?o, el ¨²ltimo que pasar¨¢n como anfitriones el presidente Joe Biden y su esposa, la primera dama Jill Biden, antes de que tome el relevo el republicano Donald Trump el pr¨®ximo mes de enero. Y, al presentar las luces, los ¨¢rboles de Navidad y las guirnaldas que durante esta temporada adornar¨¢n la residencia presidencial, ambos han querido apuntar un mensaje en el que marcan sutilmente las diferencias con la personalidad agresiva de su sucesor.

¡°Al celebrar nuestras ¨²ltimas fiestas aqu¨ª, en la Casa Blanca, nos gu¨ªan los valores que consideramos sagrados: la fe, la familia, el servicio a nuestro pa¨ªs, la amabilidad hacia nuestros vecinos y el poder de la comunidad y la conexi¨®n¡±, escriben ambos en una carta de bienvenida a los cerca de 100.000 visitantes que acudir¨¢n a la residencia presidencial a lo largo de la temporada de fiestas, que comenzar¨¢ este mismo martes y cuya decoraci¨®n ha presentado la primera dama este 2 de diciembre. El lema de los festejos ser¨¢ una ¡°Temporada de Paz y Luz¡±, en un llamamiento a la conciliaci¨®n y a la calma tras la hostilidad electoral.

¡°En las fiestas, los estadounidenses se re¨²nen cada a?o en comuni¨®n y fe, record¨¢ndonos que somos m¨¢s fuertes como comunidad que separados. La fuerza de nuestro pa¨ªs y el alma de nuestra naci¨®n proceden de vosotros. Que la promesa de esta ¡®Temporada de Paz y Luz¡¯ gu¨ªe vuestro camino¡±, apunta la pareja presidencial en su mensaje, ya casi una despedida y un dr¨¢stico contraste con el entusiasmo de otros a?os, cuando celebraron la reapertura al p¨²blico de la residencia tras la era de la covid o quisieron rendir un homenaje a los ni?os estadounidenses y la alegr¨ªa infantil en estas fiestas.

Unos 300 voluntarios han trabajado durante una semana para colocar las decoraciones navide?as, dominadas este a?o por el verde, el rojo y el dorado tradicionales de estas fiestas. Un total de 83 ¨¢rboles decoran las salas y los pasillos de la residencia presidencial, complementados por m¨¢s 165.000 luces, 28.125 adornos y las figuras de m¨¢s de 2.200 palomas, el s¨ªmbolo de la paz con el que los Biden quieren reforzar su llamamiento a la calma y al sosiego en estas fechas. Para elaborar los adornos se han empleado casi tres kil¨®metros de cinta, seg¨²n precisa la Casa Blanca.

Las decoraciones incluyen tambi¨¦n dulces y comestibles, confeccionados especialmente para la ocasi¨®n. Entre ellos est¨¢ la reproducci¨®n tradicional de una Casa Blanca en miniatura realizada en pan de jengibre. Para ella se han utilizado 25 hojas de masa de pan de jengibre, 10 hojas de masa de galletas de az¨²car, m¨¢s de 30 kilos de pasta de az¨²car, m¨¢s de 20 kilos de chocolate, 25 kilos de glaseado y 5 kilos de pasta de goma ¡ªun recubrimiento para pasteles y tartas¡ª, que componen una escena de la residencia presidencial nevada, donde los patinadores se deslizan por la explanada de los jardines sur.

El recorrido por la Casa Blanca engalanada comienza por el Ala Este, bajo la luz de unas estrellas giratorias. Las columnas cl¨¢sicas del vest¨ªbulo se han transformado, con guirnaldas y luces, en una selva de vegetaci¨®n exuberante, donde el camino lleva al primero de los ¨¢rboles navide?os: el de la Estrella Dorada, dedicado a las familias de los militares ca¨ªdos en acto de servicio y formado por seis estrellas ensambladas, que representan a cada una de las ramas del Ej¨¦rcito. Los nombres de los ca¨ªdos figuran inscritos en ornamentos que penden de los cuatro ¨¢rboles de Navidad cl¨¢sicos que acompa?an al principal.

La Sala Este, la mayor de la residencia y donde tienen lugar las grandes recepciones y los actos de mayor relumbr¨®n de la Casa Blanca, ha recibido una atenci¨®n especial. Un dosel reflectante en plata y dorado pende del techo, envolviendo a los presentes y evocando una tormenta de nieve. Dos grandes ¨¢rboles presiden la estancia, con sus macetas decoradas con siluetas de estadounidenses tomados de las manos. Un Bel¨¦n napolitano con m¨¢s de 40 figuras, la mayor¨ªa del siglo XVIII, aporta el toque tradicional a la escena.

La Sala Azul acoge el ¨¢rbol de Navidad oficial. Este a?o es un abeto de la variedad Fraser de Carolina del Norte, escogido en la zona devastada por el paso del hurac¨¢n Helene del pasado mes de septiembre. De una altura de 5,5 metros, est¨¢ rodeado por un tiovivo iluminado, en el que saltan animales navide?os y en el que se han inscrito los nombres de los 50 Estados, los territorios y el Distrito de Columbia.

Completan la decoraci¨®n unas coloridas guirnaldas de cadenas de papel que adornan el comedor de Estado y que fueron elaboradas por las familias de las tripulaciones de los buques militares Delaware y Gabrielle Giffords. En este sal¨®n, de los ¨¢rboles de Navidad penden peque?os autorretratos dibujados por escolares de todo el pa¨ªs, para que los ni?os pudieran reconocerse tambi¨¦n en los festejos. Los dibujos de los ni?os tambi¨¦n aparecen en la Sala Roja, donde bajo el ¨¢rbol de se han colocado grandes cajas iluminadas de regalos. Y donde palomas blancas env¨ªan un mensaje de paz y sosiego. Metros m¨¢s all¨¢, en el exterior de la Casa Blanca, contin¨²an los trabajos para levantar las gradas del desfile para la investidura, el 20 de enero, de Donald Trump.