Una vecina de M¨¢laga logra que el portal de su casa sea patrimonio hist¨®rico
Los planes de reconstrucci¨®n del edificio dise?ado por Antonio Lamela iniciaron una movilizaci¨®n a la que se sumaron numerosos arquitectos. Ahora la Junta de Andaluc¨ªa ha protegido el inmueble, un precedente que permitir¨¢ que obras de arquitectura reciente se rehabiliten de manera coherente
Muy luminoso, con gresite geom¨¦trico en las paredes, una estructura llena de curvas y un mobiliario integrado que hace viajar a los a?os setenta, el portal del edificio Melilla 31 es una delicia llena de detalles. Est¨¢ ubicado en el n¨²mero 23 del paseo mar¨ªtimo Ciudad de Melilla del malague?o barrio de La Malagueta y cuenta con grandes ventanales, jardineras y un pavimento de azulejos de tonalidades azules que parece introducir el Mediterr¨¢neo hasta el interior. Pr¨¢cticamente todo es original, hasta los coquetos buzones, y pertenece al trabajo que realiz¨® el arquitecto Antonio Lamela en este bloque de 16 plantas que se termin¨® de construir en 1972.
Para muchos de los vecinos que residen en sus 59 pisos transitar por este espacio no tiene nada de especial. Para otros, es toda una experiencia. Por eso, cuando una de ellos, Marina Benavides, supo en 2019 que la comunidad de propietarios hab¨ªa decidido realizar una reforma completa del portal, no se lo pod¨ªa creer. ¡°Me dio bastante pena y pens¨¦ que hab¨ªa que salvarlo¡±, dice la mujer, que trabaja como interiorista. Coordin¨® entonces una movilizaci¨®n con el apoyo de numerosos expertos y el colegio de arquitectos de M¨¢laga que ha culminado con la inscripci¨®n del edificio en el Cat¨¢logo General del Patrimonio Hist¨®rico Andaluz. El portal est¨¢ salvado, el inmueble protegido para el futuro y Marina, satisfecha tras su ardua tarea.
Al igual que el Puerto de M¨¢laga, la Malagueta es un barrio con un pasado industrial, como muestran las obras que el ilustrador, grabador y pintor Gustave Dor¨¦ realiz¨® en el siglo XIX en la zona. Humilde, con antiguas casas de pescadores, creci¨® hasta tener l¨ªnea de tranv¨ªa. All¨ª se levant¨® la plaza de toros que lleva su nombre. Hasta mediados del siglo pasado sus calles estaban vestidas de tierra. A partir de los a?os sesenta, con el desarrollo de su plan parcial, el lugar fue elegido para llevar a la ciudad a la modernidad mirando al cielo, con una serie de edificios residenciales en altura que cambiaron por completo el paisaje.
Uno de ellos fue encargado por una inmobiliaria local a Antonio Lamela, que ya por entonces hab¨ªa desarrollado obras emblem¨¢ticas en la Costa del Sol como Playamar o La Nogalera, ambas en Torremolinos, donde tambi¨¦n ide¨® el hotel Meli¨¢ Tres Carabelas que hoy solo aparece en viejas postales porque fue demolido. Melilla 31 se construy¨® entre 1967 y 1972 y se convirti¨® en una de las primeras torres de M¨¢laga. Tambi¨¦n en una de sus edificaciones m¨¢s singulares porque con ¨¦l lleg¨® la modernidad a la capital malague?a.
¡°Tiene una situaci¨®n emblem¨¢tica y su orientaci¨®n es muy ingeniosa: +oblicua, 45 grados respecto a la calle, para mirar siempre al mar¡±, dice Carlos Lamela, hijo del arquitecto fallecido en 2017, que ahora est¨¢ al frente del Estudio Lamela, responsables de construir el pr¨®ximo hospital de M¨¢laga, as¨ª como tres rascacielos en la zona este de la ciudad. Tambi¨¦n han dise?ado el nuevo campus de Airbus en Madrid, el reci¨¦n inaugurado hotel Four Seasons en la capital, la T4 del aeropuerto madrile?o o las Torres Col¨®n, cuya remodelaci¨®n trae por la calle de la amargura al estudio, que no entiende que no se haya protegido la pareja de edificios. Antonio Lamela y sus sucesores han desarrollado numerosos proyectos por todo el mundo y muchos mantienen la influencia de su creador, con una l¨ªnea tan contempor¨¢nea como funcional.
Melilla 31 es un ejemplo perfecto. Aunque Carlos Lamela era apenas un ni?o durante su construcci¨®n, recuerda bien aquel edificio destinado a ser el bloque de viviendas m¨¢s alto de M¨¢laga. Su portal ¡°ha quedado congelado en el tiempo¡±, como dice el arquitecto. Se ha conservado bien, como la fachada, que se mantiene pr¨¢cticamente igual -sin m¨¢quinas de aire acondicionado ni cierres met¨¢licos, al contrario que otras torres de la zona- y la especial distribuci¨®n de sus pisos. Es lo que enamor¨® a Marina Benavides cuando, en 2015, se fue all¨ª de alquiler junto a su familia. ¡°Nada m¨¢s entrar sab¨ªa que me la quedaba¡±, dice la malague?a. ¡°Grandes ventanales, mucha luz, carpinter¨ªa exquisita, orientaci¨®n fresca en verano y suave en invierno, todo me convenci¨®¡±, asegura. En 2019 adquiri¨® un piso en el mismo bloque y se mud¨®. Fue entonces cuando se enter¨® de las obras de reforma del portal. ¡°Lo iban a destrozar¡±, subraya.
Comenz¨® entonces, junto a su marido Emilio Almagro, a charlar con sus vecinos para explicarles que hab¨ªa otras formas de reformar la entrada sin hacer desaparecer su disposici¨®n original. ¡°Necesita un arreglo, eso est¨¢ claro, pero no un destrozo¡±, insiste Benavides, que fue sensibilizando al resto de propietarios de la importancia de mantener la estancia. M¨¢s tarde, habl¨® con el arquitecto Daniel Rinc¨®n, que no pod¨ªa creer lo que le contaban y decidi¨® escribir un art¨ªculo en el diario La Opini¨®n de M¨¢laga. ¡°No podemos proteger todo lo construido y congelar nuestras ciudades¡±, reconoc¨ªa en el texto el especialista, que s¨ª ped¨ªa a los vecinos que reconsideran su postura tras explicar los valores del inmueble.
¡°Antonio Lamela era un adelantado a su ¨¦poca: siempre pens¨® que la arquitectura deb¨ªa hacerse de dentro hacia afuera. Era mucho m¨¢s ligera, con formas que casi flotan y una elegancia contenida¡±, explica Rinc¨®n a ICON Design. Benavides tambi¨¦n habl¨® con el propio Carlos Lamela, que se ofreci¨® a hacer el proyecto de reforma de manera gratuita, pero los promotores de la obra no ced¨ªan. Tampoco cuando el colegio de arquitectos de M¨¢laga realiz¨® visitas guiadas al portal del edificio y a otros de la zona durante la Semana de la Arquitectura.
La Real Academia de Bellas Artes de San Telmo mostr¨® su apoyo a la conservaci¨®n del portal, al igual que el Colegio de Arquitectos de M¨¢laga. ¡°Es un edificio de calidad en cuya protecci¨®n merec¨ªa la pena trabajar¡±, dice su decano, Francisco Sarabia. Su labor de investigaci¨®n se centr¨® en el portal, pero finalmente la protecci¨®n ha sido otorgada a todo el inmueble. ¡°Es un paso muy importante porque ayuda a entender que no es necesario que un edificio sea muy antiguo, con siglos de vida, para que tenga valor: hay edificios contempor¨¢neos que tambi¨¦n pueden tener reconocimientos y este, por ejemplo, es un buen representante del lenguaje moderno, del oficio del arquitecto, de la calidad sin estridencias. Hay que ser sensibles a esa autor¨ªa¡±, insiste Sarabia. ¡°Es tambi¨¦n un precedente que va a permitir que obras de arquitectura reciente no desaparezcan y se rehabiliten de manera coherente¡±, a?ade el arquitecto ?ngel Asenjo, que firma tres bloques en La Malagueta, entre el que destaca el denominado Horizonte, donde se encuentra su estudio.
Finalmente, Melilla 31 ha quedado protegido, como recoge el Bolet¨ªn Oficial de la Junta de Andaluc¨ªa del pasado 5 de marzo. El documento lo define como ¡°exponente de una arquitectura contempor¨¢nea de indudable calidad y armon¨ªa¡± y subraya, entre otros aspectos, que es ¡°depositario de una arquitectura culta, a caballo entre la sencillez del racionalismo y un refinamiento pl¨¢stico inusual en este periodo¡±. ¡°Se detectan, por tanto, los valores patrimoniales que concurren en el inmueble, de naturaleza hist¨®rica, arquitect¨®nica, urban¨ªstica y tipol¨®gica, que justifican la protecci¨®n de los espacios comunitarios y la envolvente del edificio como exponente de los postulados del Movimiento Moderno en la Costa del Sol¡±, subraya el bolet¨ªn.
La consejera de Cultura, Patricia del Pozo, firma, adem¨¢s, la disposici¨®n con la que el inmueble queda inscrito en el Cat¨¢logo General del Patrimonio Hist¨®rico Andaluz para ¡°salvaguardar sus valores¡±. Ello no impide que se realicen reformas. ¡°Se pueden hacer obras, pero con cuidado y cari?o¡±, dice Daniel Rinc¨®n, que pide a las administraciones que este tipo de protecciones no supongan retrasos en licencias, ¡°porque ello ser¨¢ negativo para que otros vecinos sigan el camino de Marina Benavides¡±.
Con el sol de media tarde entrando en el portal comunitario, el ruido de las cotorras argentinas entre las palmeras y el rumor de las olas de fondo, Benavides se muestra satisfecha por el final feliz de la historia. Tambi¨¦n lo hacen muchos de los vecinos y otras personalidades que han mostrado su apoyo a la conservaci¨®n del portal y del edificio. ¡°Ha habido mucha gente que ha participado en esta historia, pero Marina Benavides ha sido fundamental. Ojal¨¢ tuvi¨¦semos m¨¢s personas como ella porque el patrimonio arquitect¨®nico espa?ol se conservar¨ªa mejor¡±, subraya, desde Madrid, Carlos Lamela. Es el primer edificio de su padre que obtiene protecci¨®n de los cientos que ha levantado en toda Espa?a. M¨¢laga ha sido la excepci¨®n.
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