Adi¨®s, cine hist¨®rico; hola, alojamiento tur¨ªstico: la pol¨¦mica inmobiliaria que divide San Sebasti¨¢n
El Departamento de Urbanismo donostiarra acaba de aprobar el ¡°derribo¡± del Palacio Bellas Artes, uno de los cines m¨¢s antiguos de Espa?a. Pero ?ncora, asociaci¨®n dedicada a proteger el patrimonio arquitect¨®nico, lucha por devolverle su funci¨®n de sala de proyecciones
San Sebasti¨¢n es cada a?o por estas fechas una ciudad de cine. Pero, mientras las pel¨ªculas de su festival internacional pugnan por la Concha de Oro, se libra en la capital guipuzcoana otra guerra que tambi¨¦n tiene algo de cinematogr¨¢fico.
El Palacio Bellas Artes de San Sebasti¨¢n, un elegante edificio de principios del siglo XX, es uno de los cines m¨¢s antiguos de Espa?a; el m¨¢s antiguo de los que a¨²n queda en pie sin alteraciones sustanciales, seg¨²n algunos expertos. En estado de ruina desde hace a?os, sus propietarios le auguran un futuro muy rentable como centro de alojamiento tur¨ªstico, lo que supondr¨ªa derribar su interior y alterar su configuraci¨®n externa. El Departamento de Urbanismo donostiarra aprob¨® el pasado 22 de septiembre la licencia de obras que permitir¨¢ llevar a cabo estos cambios, lo que cerrar¨ªa un cap¨ªtulo abierto desde que en 1982 se proyect¨® la ¨²ltima pel¨ªcula en el Bellas Artes. Pero los miembros de ?ncora, asociaci¨®n privada sin ¨¢nimo de lucro dedicada a proteger el patrimonio arquitect¨®nico de la ciudad vasca, han iniciado una campa?a contra lo que califican como ¡°derribo¡± de un edificio hist¨®rico.
La historia de las salas de cine est¨¢ ligada a la propia evoluci¨®n del s¨¦ptimo arte. A finales del siglo XIX y principios del XX ¨Clas primeras proyecciones cinematogr¨¢ficas p¨²blicas tuvieron lugar en 1895¨C las pel¨ªculas sol¨ªan ser breves documentales y vi?etas c¨®micas sin grandes pretensiones art¨ªsticas. En aquellos a?os, el cine se percib¨ªa como un espect¨¢culo a mitad de camino entre la curiosidad cient¨ªfica y la atracci¨®n de feria, y por ello su lugar eran barracas y otras estructuras provisionales. De ah¨ª se pas¨® a los caf¨¦s cantantes y los salones de variedades. Pero con la evoluci¨®n del propio cine se sofisticaron tambi¨¦n las infraestructuras destinadas a su exhibici¨®n. Las superproducciones rodadas en los estudios de Europa y en los Estados Unidos requer¨ªan salas a la altura de sus ambiciones, y as¨ª surgi¨® una nueva tipolog¨ªa arquitect¨®nica, los palacios de cine. Muchos de esos templos fueron derrib¨¢ndose a lo largo de los a?os, pero otros han pervivido, como el parisino Le Louxor que, construido en 1921 en un suntuoso registro neoegipcio, se cerr¨® en 1988 para reabrir en 2013, despu¨¦s de que el ayuntamiento de la ciudad lo comprara y restaurara.
¡°No es casualidad que el Palacio Bellas Artes se llame as¨ª, porque pertenece a esa misma tipolog¨ªa¡±, apunta Alberto Fern¨¢ndez-D¡¯Arlas, presidente de ?ncora. Precisamente ser uno de los pocos supervivientes de su especie le confiere gran parte de su valor: otros ejemplos espa?oles como el Cine Ideal (1916) de Madrid, el Alhambra (1915) de Valencia o el Path¨¦ Palace (1923) de Barcelona cambiaron radicalmente, desaparecieron o permanecen cerrados e inactivos desde hace d¨¦cadas. El edificio, que pertenece al mismo grupo empresarial que en su d¨ªa sufrag¨® su construcci¨®n (SADE, Sociedad An¨®nima de Deportes y Espect¨¢culos) fue dise?ado por el arquitecto local Ram¨®n Cort¨¢zar, autor de otros edificios singulares de San Sebasti¨¢n.
El Bellas Artes se inaugur¨® en 1914, y desde el inicio tuvo la funci¨®n de cine, que mantuvo hasta 1982. Oper¨® tambi¨¦n como sede del Orfe¨®n Donostiarra desde su apertura hasta 1977. Es especialmente valiosa su estructura interior de hormig¨®n armado, que lo proteg¨ªa de los incendios que asolaban los cines: el celuloide de las pel¨ªculas es un material altamente inflamable, propiedad potenciada por las peligrosas l¨¢mparas que formaban parte de estas instalaciones. Dicha estructura fue sin duda uno de los motivos por los que en 1977 fue incluido por un comit¨¦ de arquitectos -entre ellos Rafael Moneo- en el inventario de ¡°edificios permanentes¡±, merecedores de la m¨¢xima protecci¨®n, del llamado Plan Especial del ?rea ¡°R¡± del Ayuntamiento, junto a otros como el Hotel Mar¨ªa Cristina, la catedral del Buen Pastor o los puentes del Kursaal, Santa Catalina y Mar¨ªa Cristina.
Pl¨¢sticamente, Cort¨¢zar recurri¨® a un estilo beaux-arts a la francesa que ten¨ªa algunos precedentes: ¡°Es evidente que el arquitecto, que era un hombre muy informado, se inspir¨® en el Gaumont Palace de Par¨ªs, que hoy ya no existe¡±, recuerda Fern¨¢ndez-D¡¯Arlas. ¡°El parecido entre los dos edificios es asombroso, y tiene sentido, porque se opt¨® por ese esplendor haussmaniano en un momento en que San Sebasti¨¢n tambi¨¦n viv¨ªa su propia belle ¨¦poque¡±. El cine Gaumont Palace se cerr¨® en 1972, para derribarse solo un a?o m¨¢s tarde, y desde entonces se considera una especie de para¨ªso perdido que forma parte del imaginario fantasmal de la ciudad. ¡°Me acuerdo de las atracciones que hab¨ªa en el Gaumont Palace. Me acuerdo tambi¨¦n del Gaumont Palace¡±, escrib¨ªa Georges Perec en su evocador libro de 1978 Je m¡¯en souviens (Me acuerdo, en espa?ol).
La misma suerte podr¨ªa correr el Palacio Bellas Artes. Alberto Fern¨¢ndez-D¡¯Arlas afirma que ¡°la SADE pretende derribar el Bellas Artes, como ya viene haciendo desde los a?os noventa con otros cines de su propiedad para convertirlos en hoteles¡±. Alude al dossier internacional de alerta patrimonial emitido en 2019 por ICOMOS (Consejo Internacional de Monumentos y sitios), organismo dependiente de la ONU, para advertir del peligro que corr¨ªa el edificio. Ese mismo documento solicitaba a las autoridades responsables que declararan el sitio como BCC (Bien Cultural Calificado como Monumento) y ordenaran su restauraci¨®n y la reconstrucci¨®n de la c¨²pula que lo remataba, derribada por los propietarios.
¡°La empresa propietaria no ha invertido en conservaci¨®n del edificio como es su obligaci¨®n, alegando que est¨¢ en ruinas¡±, asegura el presidente de ?ncora. ¡°En marzo de 2015 fue declarado monumento [el Bolet¨ªn Oficial del Pa¨ªs Vasco public¨® la orden del 4 de marzo de 2015, de la Consejera de Educaci¨®n, Pol¨ªtica Ling¨¹¨ªstica y Cultura, por la que se declaraba Bien Cultural con la categor¨ªa de Monumento], pero en octubre de ese mismo a?o SADE notific¨® que hab¨ªa encontrado una grieta en la c¨²pula que podr¨ªa colapsarla y constituir un peligro, por lo que solicitaron su derribo. Las autoridades se lo concedieron, pero dictaron la orden de que a continuaci¨®n se reconstruyera de inmediato. Y ellos derribaron y no reconstruyeron, aduciendo su ruina. En 2017, SADE logr¨® con sus recursos que el edificio pasara a tener una protecci¨®n m¨¢s d¨¦bil [la sentencia 196/2017 del Tribunal Superior de Justicia del Pa¨ªs Vasco reconoc¨ªa la situaci¨®n de hecho de ruina del edificio, lo que llev¨® a la consejer¨ªa de Cultura a declarar que ¡°no concurren valores suficientemente relevantes que justifiquen el mantenimiento a ultranza del edificio¡±]. Y en marzo de 2021, con el ¨²ltimo PEPPUC (Plan Especial de Protecci¨®n del Patrimonio Urban¨ªstico Construido), esa protecci¨®n a¨²n se rebaj¨® hasta el grado C. Desde la consideraci¨®n de edificio permanente en 1977, la empresa logr¨® ir reduciendo su protecci¨®n hasta dejarla pr¨¢cticamente en nada. ¡°Han sido muy tenaces a lo largo de tres d¨¦cadas al perseguir la destrucci¨®n del edificio. Y el ayuntamiento nunca ha estado a la altura de las circunstancias para ofrecer una soluci¨®n v¨¢lida. Lo han dejado todo a la iniciativa privada¡±.
A lo que I?igo Herce, responsable de comunicaci¨®n del Ayuntamiento donostiarra, responde que, para empezar, el Bellas Artes no es el primer cine que se construy¨® en la ciudad. Con dise?o del mismo arquitecto y para el mismo comitente, se inaugur¨® en 1913 el Sal¨®n Miramar: ha de puntualizarse sin embargo que el Miramar fue cerrado por SADE en 1987 y posteriormente derribado para erigir sobre ¨¦l un bloque residencial porque el edificio no disfrutaba de la misma protecci¨®n. Prosigue Herce: ¡°El Bellas Artes no va a ser derruido como dice ?ncora, porque su actual protecci¨®n de grado C no lo permite. Lo que pasa es que lo que est¨¢ protegido es la fachada, no el interior¡±.
El Departamento de Urbanismo de San Sebasti¨¢n acaba de aprobar la licencia solicitada por SADE. ¡°Al fin se ha abierto la puerta para devolver la actividad al Bellas Artes¡±, asegura Aitor Ubarretxena, responsable de comunicaci¨®n del Grupo SADE. ¡°Nuestra intenci¨®n es comenzar las obras pronto, aunque antes hay que dar algunos pasos t¨¦cnicos previos¡±. Sobre la cuesti¨®n de la tipolog¨ªa y profundidad de esos cambios, mantiene cierta cautela: ¡°Se mantendr¨¢n las fachadas y se repondr¨¢ la c¨²pula. Pr¨®ximamente haremos una comunicaci¨®n m¨¢s amplia con el detalle de esos trabajos. Pero s¨ª nos gustar¨ªa matizar que nosotros hablamos de rehabilitaci¨®n, no de derribo. Queremos recuperar el edificio para que tenga actividad y poner en marcha un proyecto atractivo¡±.
I?igo Herce parece apoyar esta definici¨®n: ¡°Se trata de rehabilitar un edificio que lleva 40 a?os en ruinas, no de demolerlo. Nosotros siempre hemos defendido para ¨¦l una soluci¨®n que compatibilice su uso y su protecci¨®n. Hay que tener en cuenta que es de propiedad privada y sus propietarios tienen unos leg¨ªtimos intereses econ¨®micos, mientras que la administraci¨®n p¨²blica est¨¢ sujeta en sus actuaciones a ciertas limitaciones¡±.
Fern¨¢ndez-D¡¯Arlas, en cambio, considera que la larga ruina del edificio procede precisamente de la actuaci¨®n negligente de los propietarios, cuyos planes estar¨ªan alineados con la agenda de la turistificaci¨®n y las presiones del mercado inmobiliario: ¡°En los ¨²ltimos a?os, el turismo ha aumentado de una manera brutal en San Sebasti¨¢n, con lo que estamos asistiendo al vaciado de edificios enteros para construir apartamentos tur¨ªsticos. Y esto tiene consecuencias urban¨ªsticas evidentes que afectan a edificios hist¨®ricos. San Sebasti¨¢n tiene el precio del suelo y los alquileres m¨¢s caros de toda Espa?a. Hay poco suelo y est¨¢ muy cotizado, y todo eso propicia un nuevo asalto a esta parcela. Ellos [el grupo SADE] sostienen que el Palacio est¨¢ declarado en ruinas, pero en realidad lo que han hecho es una dejaci¨®n de su deber de conservaci¨®n durante d¨¦cadas por ese ¨¢nimo especulativo. Y desde el Ayuntamiento pretenden disfrazar la propuesta de la SADE como proyecto de rehabilitaci¨®n, pero si lees detenidamente lo que presentan, ver¨¢s que la parte del edificio hist¨®rico que subsiste es muy escasa¡±.
Para demostrar su tesis, Fern¨¢ndez-Arlas aporta el proyecto b¨¢sico de rehabilitaci¨®n del edificio presentado por la empresa (con fecha de abril de este a?o) donde, con la finalidad expresa de convertirlo en un ¡°alojamiento tur¨ªstico¡±, se propone ¡°una intervenci¨®n estructural interior y arriostramiento de las fachadas¡±. Estas fachadas se intervendr¨ªan, seg¨²n se aprecia en los gr¨¢ficos de la propuesta, aumentando algunos de los vanos. Pero, sobre todo, se derribar¨ªa la estructura interior para adaptarla al nuevo uso. Adem¨¢s, se interviene con nuevas edificaciones: dos plantas adicionales en cubierta, con un nuevo volumen de car¨¢cter unitario, y un primer s¨®tano con usos auxiliares, y debajo de ¨¦l otras tres plantas para aparcamiento de uso tur¨ªstico. En total se construir¨ªan cerca de 2.000 metros cuadrados nuevos sobre rasante y 1.500 subterr¨¢neos.
Jes¨²s ?ngel S¨¢nchez, catedr¨¢tico de la Universidad de Santiago de Compostela, coordin¨® la realizaci¨®n de un listado de salas cinematogr¨¢ficas del siglo XX en Espa?a por encargo del Instituto del Patrimonio Cultural de Espa?a, perteneciente al Ministerio de Cultura y Deporte. Seg¨²n sus investigaciones, el Palacio Bellas Artes ser¨ªa el segundo cine m¨¢s antiguo de los que a¨²n subsisten en nuestro pa¨ªs, solo superado por el Gran Sal¨®n Imperial de Sabadell de 1911, y a¨²n con matices: ¡°Ese otro cine se derrib¨® en 1999, y solo se recuper¨® la fachada para remontarla en otro sitio, as¨ª que no se puede considerar que sea exactamente el mismo edificio. Con lo que, siendo estrictos, el Bellas Artes es el m¨¢s antiguo¡±.
I?igo Herce desvela otro factor relevante que se suma a todos los anteriormente expuestos: ¡°Durante varios a?os, el ayuntamiento de San Sebasti¨¢n ha tenido una demanda de 13 millones de euros por parte de los propietarios por el lucro cesante derivado de la protecci¨®n del edificio. Finalmente los tribunales nos dieron la raz¨®n, para beneficio del ayuntamiento y por tanto de los ciudadanos. As¨ª que cuando desde plataformas como ?ncora se piden determinadas actuaciones a los poderes p¨²blicos, hay que tener en cuenta que los planeamientos urban¨ªsticos son los que determinan qu¨¦ se puede hacer y qu¨¦ no, lo que se combina con los derechos derivados de la propiedad privada. Salvo que hablemos de una expropiaci¨®n, pero entonces hay que indemnizar al propietario¡±.
El presidente de ?ncora, por su parte, recuerda el caso del Cine Dor¨¦ de Madrid, construido en 1912, pero cuya actual configuraci¨®n corresponde a 1923, por lo que constituye un ejemplo de su categor¨ªa algo m¨¢s tard¨ªo que el Palacio Bellas Artes: ¡°Ese cine iba a derribarse en los a?os ochenta, pero entonces se inici¨® una campa?a en prensa que reuni¨® firmas de varias personalidades y finalmente el ayuntamiento de Tierno Galv¨¢n lo compr¨® para restaurarlo y mantener su uso, ubicando all¨ª los cines de la Filmoteca Espa?ola¡±. Un destino similar es el que le gustar¨ªa para el palacio donostiarra: ¡°En pleno festival de San Sebasti¨¢n, tenemos aqu¨ª a toda la industria, pero nadie presta atenci¨®n a esta joya olvidada¡±.
Quiz¨¢ por haber convertido este tipo de cines hist¨®ricos en objeto de estudio durante tanto tiempo, Jes¨²s ?ngel S¨¢nchez no puede evitar cierto tono elegiaco ante la posibilidad de que desaparezca otro tesoro irremplazable: ¡°Ya se han derribado demasiado cines, como el Real Cinema de Madrid, demolido en 2020, o el Niza de Barcelona, convertido en supermercado. Siempre lamento estas p¨¦rdidas, porque de esos edificios no solo valen por su arquitectura, sino por lo que representan. Sustituirlos por pisos tur¨ªsticos supone una p¨¦rdida de calidad: es muy triste que se antepongan estas visiones miopes frente a lo que representan esos espacios para la vida ciudadana. Porque as¨ª nuestras ciudades se hacen cada vez m¨¢s vulgares y homog¨¦neas¡±.
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