Alerta por la suciedad y el deterioro de Par¨ªs: ?movimiento c¨ªvico o campa?a pol¨ªtica?
Bajo el ¡®hashtag¡¯ Saccage Paris, los parisinos comparten im¨¢genes de basura amontonada en las aceras. Para algunos se trata de tomar medidas contra la deriva en la que est¨¢ entrando la ciudad, para otros estas fotograf¨ªas responden a los intereses de grupos de presi¨®n ultraconservadores enfrentados a la alcaldesa Anne Hidalgo
Ad¨¨le M., inform¨¢tica de 43 a?os nacida en Estrasburgo pero residente en Par¨ªs desde 1995, particip¨® a su pesar en el lanzamiento de #saccageParis (la palabra saccage podr¨ªa traducirse al espa?ol como ¡°saqueo¡±): ¡°Fue en abril de este a?o, cuando empez¨® todo. Compart¨ª en mis perfiles de Twitter e Instagram un par de fotos de basura sin recoger y grafitis intrusivos en mi barrio, La Roquette, y decid¨ª a?adirles, no s¨¦ muy bien por qu¨¦, ese hashtag que me hab¨ªa llamado la atenci¨®n en publicaciones de otros amigos parisinos¡±. Hoy siente que que se dej¨® utilizar por ¡°una campa?a que no tiene nada de espont¨¢nea, que muy probablemente responde a los intereses de grupos de presi¨®n ultraconservadores enfrentados a la alcaldesa [y candidata a la presidencia de la Rep¨²blica francesa], Anne Hidalgo, que al perder las elecciones decidieron lanzarse a un segundo asalto en las redes¡±.
Como Ad¨¨le, Sandra, relaciones p¨²blicas de origen italiano y parisina de adopci¨®n desde hace 20 a?os, ha compartido en redes sociales im¨¢genes de suciedad, decadencia y deterioro urbano. Ella vive en Montparnasse, distrito 14, ¡°un remanso de paz¡±, pero frecuenta barrios ¡°muy castigados¡±, como el entorno de la plaza de Stalingrado, en el distrito 19, donde reside su pareja: ¡°Aquello es kafkiano. Los consumidores de crack campan a sus anchas. Una noche tuve que acudir a la farmacia de guardia y aprovech¨¦ para hacerles un par de fotos con mi m¨®vil y las colgu¨¦ en Twitter con el hashtag #saccageParis¡±. A Sandra apenas le importan Hidalgo y su ¡°exagerad¨ªsima cruzada contra los coches¡±. Lo que quiere es que en su ciudad de adopci¨®n se restauren ¡°la ley y el orden¡±. En todos los barrios, ¡°no solo en los muy gentrificados¡±.
Ad¨¨le y Sandra representan los dos principales puntos de vista sobre #saccageParis. Los que lo consideran parte de una campa?a orquestada y los que piensan que es la punta de lanza de un movimiento c¨ªvico, el de los parisinos que se han propuesto tomar medidas contra la peligrosa deriva en que creen que est¨¢ entrando su ciudad. Antes hubo otras etiquetas digitales que pretend¨ªan aglutinar a ciudadanos descontentos, como Paris poubelle (Par¨ªs basurero), pero es Saccage Paris la que ha hecho fortuna ¨²ltimamente.
Gestado en las redes
Saccage Paris irrumpi¨® con fuerza en marzo de 2020 y su principal impulsora fue la cuenta de Twitter @PanamePropre. Su propietario an¨®nimo se define como ¡°un humanista¡± que rechaza cualquier extremismo y no se resigna a un Par¨ªs ¡°sucio y feo¡±. Su rechazo a la gesti¨®n de Anne Hidalgo es expl¨ªcito: ¡°Nuestro objetivo es presionarla¡±. En cuesti¨®n de pocas semanas la campa?a hab¨ªa cogido tracci¨®n. Los millares de fotos, comentarios y v¨ªdeos compartidos hab¨ªan hecho que el hashtag de la indignaci¨®n fuese trending topic local y nacional en varias ocasiones y la prensa empezaba a hacerse eco.
El 5 de abril, Pierre Bouvier publicaba un art¨ªculo muy completo en Le Monde centrado en la politizaci¨®n creciente de lo que hab¨ªa empezado como un fen¨®meno digital casi anecd¨®tico. La l¨ªder de la extrema derecha populista, Marine Le Pen, hab¨ªa adoptado la etiqueta con entusiasmo atribuy¨¦ndola a los que ¡°no permanecen indiferentes¡± ante ¡°la degradaci¨®n de nuestra hermosa capital, de la que es culpable el equipo de Hidalgo¡±. La exministra de Justicia y actual regidora del distrito 7, Rachida Dati (del partido de centroderecha Los Republicanos), acusaba a las autoridades municipales de ¡°negar la realidad¡± y exig¨ªa a la alcaldesa ¡°una reuni¨®n extraordinaria del Consejo de Par¨ªs para debatir los problemas de suciedad y salubridad¡± que en su opini¨®n padece la urbe.
Tal y como cuenta Bouvier, la alcald¨ªa reaccion¨® ¡°con cautela¡±, reconociendo que ¡°la pandemia hab¨ªa impuesto una reducci¨®n de los turnos de trabajo de las brigadas de limpieza¡±, pero insistiendo en que ¡°gran parte de las im¨¢genes de bolsas de basuras acumul¨¢ndose en las aceras que proliferaban en las redes eran antiguas o hab¨ªan sido tomadas muy poco antes de que pasasen los servicios de limpieza¡±. En cualquier caso, el ayuntamiento atribu¨ªa la falta de higiene a ¡°actitudes inc¨ªvicas¡± contra las que no cab¨ªa otra soluci¨®n que ¡°apelar a la responsabilidad de los ciudadanos y hacer pedagog¨ªa¡±.
En aquellos d¨ªas de abril, el titular de la cuenta que lo hab¨ªa iniciado todo concedi¨® una entrevista a Le Parisien en la que no revelaba su identidad, pero se describ¨ªa a s¨ª mismo como ¡°un ciudadano de m¨¢s de 50 a?os de ideas progresistas moderadas que no simpatiza en absoluto con la extrema derecha¡±. Se sent¨ªa l¨ªder de ¡°una insurrecci¨®n ciudadana nacida de la c¨®lera¡± y aseguraba estar recibiendo el apoyo expl¨ªcito ¡°de mucha gente de izquierdas que comparte mi preocupaci¨®n por el futuro de nuestra ciudad¡±.
El concejal de transportes parisino, David Belliard, denunci¨® el pasado 21 de agosto que supuestos activistas de #saccageParis le hab¨ªan enviado una carta llena de amenazas en la que le planteaban un ultim¨¢tum: renunciar a sus actuales pol¨ªticas de transformaci¨®n de la ciudad o ¡°atenerse a las consecuencias¡±. Belliard hizo p¨²blica la misiva, que inclu¨ªa frases tan poco tranquilizadoras como ¡°sabemos d¨®nde vives y d¨®nde vive tu equipo¡±. Pocas horas despu¨¦s, los autoproclamados portavoces del movimiento, en el que fue uno de los primeros actos ¡°oficiales¡± de Saccage Paris, publicaban un comunicado en el que aseguraban no ser los autores de la carta y dudaban incluso de su veracidad.
Un ej¨¦rcito de sombras
Marc Bassets, corresponsal en la capital francesa de EL PA?S, reconoce que no sabe muy bien qu¨¦ pensar de #saccageParis, ¡°una de tantas campa?as que pasan por Twitter y que tienen su momento¡±. Entrando en el fondo de la cuesti¨®n, Bassets considera que ¡°hay partes de la ciudad que est¨¢n muy sucias, sin duda, y hay deficiencias evidentes a la vista de cualquiera que resida en Par¨ªs o que la visite¡±. Tambi¨¦n existe un debate leg¨ªtimo sobre si la llamada ciudad de la luz se est¨¢ degradando o no. ¡°Reconozco que en esto me falta algo de perspectiva¡±, explica Bassets, ¡°pero en los cuatro a?os que llevo viviendo aqu¨ª [y que coinciden, aproximadamente, con el periodo que Anne Hidalgo lleva en la alcald¨ªa] no he percibido que cambiase de manera significativa¡±. Hablar de ¡°saqueo¡±, en cualquier caso, le parece ¡°una absurda exageraci¨®n de las redes sociales¡±.
?Est¨¢ sucia Par¨ªs? ?Es la ciudad insalubre y decr¨¦pita, llena de basura, politoxic¨®manos y roedores, que est¨¢n retratando en Twitter los impulsores de la controvertida etiqueta? Seg¨²n Jean-Beno?t Bernard, provenzal de 59 a?os que lleva ¡°toda una vida¡± residiendo en Par¨ªs y ha vivido tambi¨¦n en ciudades como ¡°Madrid, Nueva York y Barcelona¡±, depende de con qu¨¦ la compares. ¡°Generalizando mucho, dir¨ªa que es una gran urbe menos sucia que Barcelona o Marsella, pero bastante m¨¢s que Bruselas, ?msterdam o incluso Londres. En su opini¨®n, Hidalgo no tiene la culpa de un deterioro que solo existe ¡°en la imaginaci¨®n de sus detractores m¨¢s feroces¡±, pero tampoco ha actuado de manera eficaz para ¡°resolver los problemas estructurales de la ciudad, sobre todo los de sus barrios m¨¢s humildes¡±.
John Lichfield, corresponsal en Par¨ªs de la revista The Local, aporta un punto de vista algo diferente. En su opini¨®n, ¡°el verdadero saqueo que est¨¢ sufriendo Par¨ªs es el ¨¦xodo de sus habitantes, que huyen de un centro cada vez m¨¢s gentrificado¡±. Lichfield se instal¨® en Par¨ªs en 1978 y, desde entonces, ha asistido a varias campa?as de descr¨¦dito similares a #saccage, en su mayor¨ªa ¡°promovidas por populistas de derechas contra ayuntamientos de izquierdas¡±. Muchas de esas iniciativas han seguido el modelo de la muy exitosa ¡°cruzada¡± contra las eufem¨ªsticamente llamadas ¡°deyecciones caninas¡± que protagoniz¨® Jacques Chirac cuando se present¨® a la alcald¨ªa en 1977.
Para Lichfield, los problemas de higiene se resuelven con ¡°cambios culturales¡±. El ayuntamiento deber¨ªa centrar sus esfuerzos en ¡°corregir un modelo urbano que nos lleva a una ciudad de dos velocidades: una convertida en un gigantesco escaparate y otra perif¨¦rica y privada de casi todo¡±. Para Ad¨¨le M., Lichfield da en el clavo: ¡°El verdadero problema de Par¨ªs es la desigualdad y la gradual transformaci¨®n de los distritos centrales en un gueto para ricos desconectado del resto¡±. Ni Hidalgo ni nadie ¡°est¨¢n siendo capaces de revertir esa tendencia¡±. Por su parte, se arrepiente de haber contribuido con un par de tuits a alimentar ¡°una falsa pol¨¦mica¡±, una cortina de humo promovida por aquellos que no quieren que la ciudad se transforme en un sentido ¡°progresista¡±, m¨¢s sostenible y equitativo: ¡°No s¨¦ qui¨¦n hay detr¨¢s de Saccage Paris¡±, concluye, ¡°pero lo que s¨ª tengo claro a d¨ªa de hoy es que a m¨ª no me representa¡±.
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