Del nuevo bar ¡®de viejo¡¯ a la churrer¨ªa minimalista: as¨ª son los interiorismos de los restaurantes de Madrid
El contenido del plato es lo m¨¢s importante, pero el espacio en el que se sirve tiene cada vez m¨¢s relevancia. En la capital hay opciones para todos los gustos: restaurantes con pocas florituas a prueba de modas pasajeras, tabernas de barrio y lugares en los que no se adivina el tipo de comida que se sirve en su interior
Son muchos, cada vez m¨¢s, los que al tomar asiento en un restaurante reconocen una sensaci¨®n similar a la que viven cuando se acomodan en la butaca de un teatro, a la espera de que comience la funci¨®n. Los interiorismos, casi como escenograf¨ªas, se han convertido en pieza fundamental para la puesta en marcha de los muchos proyectos gastron¨®micos que han abierto o reformado sus puertas en Madrid en los ¨²ltimos meses. ¡°Nuestro cliente da mucha importancia a las cuestiones est¨¦ticas y espaciales. Para nosotros es m¨¢s relevante la coherencia con el concepto que la belleza en s¨ª misma. Hay una parte olvidada en el interiorismo que hace referencia al funcionamiento a nivel operativo y esto es realmente importante¡±, cuenta Alejandra Ans¨®n, fundadora de la consultora gastron¨®mica Anson&Bonet.
Existen restaurantes por los que parece no haber pasado el tiempo, gracias a interiores construidos con buenos materiales y pocas florituras que no pasan de moda. Es el caso de Luzi Bomb¨®n: entrar hoy es hacerlo en el mismo local que hace diez a?os. ¡°Las inversiones al poner en marcha un negocio son costosas y es necesario que el interiorismo acompa?e en el tiempo, aportando calidad y solidez¡±, explica Sandra Tarruellas, interiorista de grupos de restauraci¨®n como Tragaluz o Ca?ad¨ªo. Es la l¨®gica que emplea tambi¨¦n Hermosilla, un peque?o local en el barrio de Salamanca libre de imposturas. ¡°Pretend¨ªamos conseguir un ambiente que no tuviera estilo, que no pudiera adscribirse a ninguna moda¡±, se?ala Luis Gil, arquitecto de Plantea Estudio. Cuenta el dise?ador Miguel Mil¨¢ que ¡°una l¨¢mpara est¨¢ mucho m¨¢s tiempo apagada que encendida. Cuando est¨¢ apagada, lo m¨ªnimo que puede hacer es no molestar y lo m¨¢ximo: alegrar la vida. Acompa?ar ser¨ªa el punto intermedio¡±. Existen interiorismos en los que todo acompa?a y nada molesta, esto tambi¨¦n ocurre en locales como Fismuler, Cuenllas Salesas o Mo de Movimiento.
Las tabernas de barrio y los cl¨¢sicos bares de viejo han resurgido despu¨¦s de un intencionado lavado de cara. Bodega El Ma?o, en el barrio de Conde Duque, mantiene su barra de m¨¢rmol, taburetes de madera antigua y claveles rojos en sus jarrones. ¡°Respetamos al m¨¢ximo el estado original del bar. Restauramos, iluminamos y dejamos que las d¨¦cadas pasadas hablen por s¨ª mismas¡±, explica Sergio Ochoa, su due?o. Lo mismo ocurre en La Gilder¨ªa, una antigua casa de frituras en La Latina que regresa a la vida despu¨¦s de cambios muy contenidos. ¡°Mantuvimos su barra de acero, apostamos por el verde carruaje tan madrile?o y picamos suelo y pared para descubrir un azulejado de barro imposible de encontrar hoy¡±, explica Cristina Bonaga, una de sus fundadoras. Esta misma sensaci¨®n de falta de aderezos innecesarios aparece en La Cruda, lo ¨²ltimo de Bendito Vinos y Vinilos, el rescate de un antiguo bar de barrio en Legazpi. Tripas de embutido colgadas de su barra, sillas recuperadas de tiempos pasados, fotograf¨ªas que te devuelven a lo rural y una sencilla estanter¨ªa met¨¢lica con su despliegue de vinos naturales construyen el local. Aqu¨ª, todo lo dem¨¢s sobra.
El interiorismo tambi¨¦n es capaz de romper los esquemas del comensal y sus ideas preconcebidas. Es el caso de Brutal Burrito, un bar de burritos muy poco convencional. ¡°Quisimos distanciarnos del imaginario mexicano habitual, plagado de calaveras o colores saturados. Jugamos con la sensaci¨®n de dise?ar un restaurante en un espacio que en realidad no le corresponde¡±, cuentan desde BURR Studio. En Manosanta, un nov¨ªsimo local del barrio de Salamanca, han desengrasado el concepto de churrer¨ªa hasta convertirlo en algo cool con una oda al minimalismo. ¡°Pretend¨ªamos homenajear al churro. Acero inoxidable, paredes de color tostado imitando la masa y el churrero a la vista del cliente, como protagonista. Hasta el ba?o es color chocolate¡±, comenta Amparo Arag¨®n, parte del proyecto. Los chicos de Acid Caf¨¦ sorprenden en Gota, su restaurante clandestino, con una singular mesa azul que corona un reducido espacio abierto a la espontaneidad. ¡°Dibujamos un espacio donde se unieran brutalismo y minimalismo. Las mesas las pintamos con aerosoles de diferentes tonos azules y grises y las lacamos nosotros mismos¡±, cuentan desde el local. Y los restaurantes, como las personas, tambi¨¦n pueden ser sexy. Isa, la nueva cocteler¨ªa de Four Seasons, consigue seducir con su luz tenue, terciopelo rojo y pantone en tonos c¨¢lidos, obra del estudio neoyorquino AvroKo.
Los interiores poseen tambi¨¦n el poder de hacernos cruzar el oc¨¦ano sin necesidad de subir a un avi¨®n. Un viaje a M¨¦xico desde Barracuda MX, al continente africano desde las mesas de Aarde o a China si se reserva en Don Lay. ¡°Intentamos viajar a los destinos para tomar la inspiraci¨®n de elementos originales. Nos fijamos en los materiales naturales, en las gamas de color, en las sensaciones e incluso traemos piezas de la artesan¨ªa local mas desconocida¡±, cuenta Alba Hurl¨¦, fundadora de Cousi Interiorismo. Y tomar caf¨¦ se ha convertido tambi¨¦n en una cuesti¨®n casi teatral. Pan y pepinillos, un peque?o caf¨¦ en el barrio de Malasa?a, rinde homenaje a la artesan¨ªa patria. ¡°El interiorismo debe reflejar la esencia de las personas que ponen en marcha los proyectos. Ese ha sido mi caso, contar qui¨¦n soy a trav¨¦s de la decoraci¨®n¡±, explica el artesano Javier S¨¢nchez Medina, su fundador. Dot Caf¨¦, Casa Neutrale o Golda han hecho tambi¨¦n otro elevado ejercicio de puesta en escena en torno al desayuno, al que no le falta detalle.
En lo que a gastronom¨ªa se refiere, el contenido de los platos sigue siendo lo m¨¢s importante. Sin embargo, igual de relevante es hoy el espacio en el que se sirven. Ya lo entend¨ªa as¨ª la restauradora Mayte Commodore, que all¨¢ por 1956 acomet¨ªa una importante reforma en su emblem¨¢tico local madrile?o. Techos bajos, moqueta en el suelo, flores sobre la mesa o luces indirectas. Algo totalmente rompedor para la ¨¦poca. Quiz¨¢s, hace ya varias d¨¦cadas, ella comenz¨® a inventar los decorados de hoy.
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