C¨®mo David Hasselhoff se convirti¨® en una caricatura de s¨ª mismo para sobrevivir en Hollywood

A sus 68 a?os, David Hasselhoff se resiste a jubilarse. Aunque, quiz¨¢, lo m¨¢s preciso ser¨ªa decir que el que se niega a colgar el salvavidas es ¡®The Hoff¡¯, el alter ego caricaturesco del protagonista de Los vigilantes de la playa, que durante los ¨²ltimos a?os se ha apropiado de la carrera del m¨ªtico actor de Baltimore. En Ze Network, su nueva serie de televisi¨®n, el int¨¦rprete dar¨¢ vida a una parodia de s¨ª mismo que se ve ¡°atrapado en medio de una conspiraci¨®n internacional de asesinos de la Guerra Fr¨ªa¡± mientras protagoniza una obra de teatro en Berl¨ªn. El proyecto es la ¨²ltima prueba de su estatus de meme andante, que ha cultivado sin pudores ni complejos, y que otro pu?ado de viejas glorias tratan replicar tambi¨¦n para mantenerse vigentes en la industria.

¡°Realidad o ficci¨®n, t¨² decides¡±. La apuesta con la que Hasselhoff describi¨® el esp¨ªritu de Ze Network podr¨ªa aplicarse a su carrera profesional m¨¢s reciente, centrada en explorar las fronteras de la metaficci¨®n con ese simbionte entusiasta y pasado de vueltas que paga hoy sus facturas. Adem¨¢s de haber hecho de sus cameos en pel¨ªculas tan dispares como Guardianes de la Galaxia y Fuga de Cerebros 2, en la serie Hoff the Record interpretaba a otra caricatura de su personalidad que se mudaba a Londres para tratar de resucitar su carrera en la industria brit¨¢nica. En Killing Hasselhoff, filme de 2017, se convert¨ªa en el objetivo del due?o de una discoteca que buscaba liquidarle para pagar una importante deuda econ¨®mica. ¡°The Hoff genera mucho m¨¢s dinero que Hasselhoff, as¨ª que voy all¨¢ donde va ¨¦l¡±, reconoce pragm¨¢tico el actor.

¡°Me parece una salida inteligente y audaz para estas estrellas del pasado. Es eso, o que les rescate un director de ¨¦xito y les devuelva un poco de dignidad¡±, explica a ICON el periodista ?lvaro Coraz¨®n Rural, que all¨¢ por 2018 firm¨® en Jot Down una semblanza sobre el ¨¦xito musical del actor en Europa a finales de los ochenta. ¡°El gran capital hoy en d¨ªa de un artista es la atenci¨®n que pueda generar en torno a ¨¦l. Todas las grandes estrellas, ya sean consagradas, meritorias o decadentes como Hasselhoff, gozan de ese capital, no necesitan empezar de cero y lo pueden rentabilizar de muchas maneras como estrategia de marketing¡±, a?ade.

De Charlie Sheen a Nicolas Cage, pasando por James Van Der Beek o un Jean-Claude Van Damme que ha explorado tanto en cine (JCVD) como en televisi¨®n (Jean-Claude Van Johnson) su faceta de estrella de acci¨®n noventera defenestrada, los ejemplos de actores venidos a menos resignados a sacarle todo el jugo dram¨¢tico y econ¨®mico a dicha condici¨®n se multiplican. En Espa?a, ?Qu¨¦ fue de Jorge Sanz? es uno de los paradigmas m¨¢s claros de este g¨¦nero, con David Trueba teorizando sobre el declive como gal¨¢n del cine espa?ol del protagonista de Si te dicen que ca¨ª. M¨¢s de diez a?os despu¨¦s de su estreno, Sanz parece haberse adherido a ese perfil y ya es una cara habitual en los formatos televisivos de la parrilla nacional como Ven a cenar conmigo: edici¨®n gourmet.

En el caso de Nicolas Cage, que tambi¨¦n abraza esa percepci¨®n de int¨¦rprete exc¨¦ntrico y sobreactuado en un sinf¨ªn de pel¨ªculas de acci¨®n con esp¨ªritu de sobremesa, el actor resumi¨® con un refr¨¢n cl¨¢sico la actitud generalizada entre quienes experimentan el fen¨®meno de cobrar consciencia de su propio personaje y explotarlo: ¡°Si no puedes con tu enemigo, ¨²nete a ¨¦l¡±. Cage ha vuelto ha canalizar recientemente este perfil ejerciendo como presentador de la docuserie de Netflix La historia de las palabras, que exprime al m¨¢ximo las cualidades agitadas de su anfitri¨®n.

Antes de dar vida a Michael Knight, Hasselhoff se hab¨ªa hecho un nombre en la industria estadounidense gracias a su participaci¨®n en la telenovela The Young and the Restless, en la que apareci¨® durante seis a?os interpretando a un estudiante de medicina. Tras 850 episodios, dej¨® el rol para conversar con KITT en El coche fant¨¢stico, una de las ficciones imprescindibles de los ochenta. ¡°Vivimos en una ¨¦poca de retroman¨ªa que se multiplica de forma exponencial¡±, a?ade ?lvaro Coraz¨®n. ¡°Se reivindica el pasado a todos los niveles, todas las d¨¦cadas, y nos resulta divertido ver lo cutre que era y los valores tan casposos que sol¨ªa encarnar el personaje. Su reivindicaci¨®n forma parte de esta especie de fiesta decadente que celebramos ahora¡±. La noticia del estreno de Ze Network es especialmente simb¨®lica teniendo en cuenta que la cadena que produce hoy la serie, la alemana RTL, es la misma que emiti¨® a mediados de los ochenta El coche fant¨¢stico e hizo de Hasselhoff una de las mayores estrellas del pa¨ªs germano¡­ y el inesperado h¨¦roe de la reunificaci¨®n.

David Hasselhoff cantando en 1989 durante la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn. Supera eso, Angela Merkel.

31 de diciembre de 1989. Miles de alemanes se amontonan en los restos del muro reci¨¦n derrumbado para dar la bienvenida al nuevo a?o y, sobre todo, a aquel Mr. Marshall de chupa luminiscente y bufanda estampada con las teclas de un piano que simbolizaba la cohesi¨®n del pa¨ªs. Subido a una gr¨²a de construcci¨®n, Hasselhoff cantaba a la libertad con su ¨¦xito Looking for freedom, una versi¨®n del tema cl¨¢sico Auf Der Strasse Nach Suden, que hab¨ªa hipertrofiado gracias a (o por culpa de) la popularidad lograda en la serie policiaca. Mientras la ficci¨®n era completamente desconocida por los ciudadanos de Alemania del Este, la canci¨®n fue un ¨¦xito a ambos lados del muro, erigi¨¦ndose en inesperada banda sonora de un momento clave de la geopol¨ªtica internacional. Despach¨® m¨¢s de un mill¨®n de discos y se situ¨® durante dos meses en lo m¨¢s alto de las listas. Probablemente Hasselhoff ya era un meme mucho antes de que nadie inventase esa palabra.

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