Igor Levit: interpretar a Beethoven en medio del ruido, las redes sociales, la pandemia y la intolerancia
La estrella ¡®millennial¡¯ del piano, que ofrece un recital en Madrid el 8 de junio, habla de activismo pol¨ªtico, de identidad, del poder sanador de la m¨²sica y de c¨®mo sus directos en Twitter durante el confinamiento le convirtieron en un referente generacional
A los 32 a?os, Igor Levit (Nizhni N¨®vgorod, Rusia, 1987) ya hab¨ªa grabado el ciclo completo de sonatas para piano de Ludwig Van Beethoven, toda una haza?a que, en general, suele estar reservada a m¨²sicos ¨CBrendel, Kempff, Barenboim, Ashkenazy¨C de m¨¢s edad. Sin embargo, Levit es un hombre de acci¨®n. Tambi¨¦n un artista impaciente. ¡°?Eso fue hace siglos!¡±, responde por videoconferencia cuando le preguntamos por esta grabaci¨®n monumental, editada en 2019 por Sony Classical. Este 8 de junio, Levit interpretar¨¢ tres de esas piezas en el Auditorio Nacional de Madrid, como una de las estrellas invitadas del Ciclo de Grandes Int¨¦rpretes de la Fundaci¨®n Scherzo. Y, a juzgar por sus palabras, no cabe esperar que las sonatas suenen como en el disco. ¡°Este ¨²ltimo a?o me ha transformado mucho y me ha liberado. Yo he cambiado, y mi forma de tocar el piano ha cambiado al mismo tiempo¡±, explica. ¡°Mis sonatas son ahora m¨¢s libres y valientes que antes, signifique eso lo que signifique. Cuando grab¨¦ las sonatas viv¨ªamos en un mundo muy diferente. No suelo volver a escuchar mis grabaciones, pero estoy seguro de que cuando las interprete en Madrid sonar¨¢n de manera muy distinta¡±.
El mundo diferente al que alude Levit es, por supuesto, el previo a la pandemia. En ese mundo, Levit ya era uno de los pianistas m¨¢s prometedores de su generaci¨®n. Nacido en Rusia y criado en Alemania desde los siete a?os, llev¨® a cabo el cursus honorum de todo pianista cl¨¢sico con precocidad. Se educ¨® entre Austria y Alemania, gan¨® concursos internacionales, toc¨® en auditorios importantes y con 25 a?os ya hab¨ªa grabado su primer ced¨¦, las tres ¨²ltimas sonatas de Beethoven que, como recordaba el influyente cr¨ªtico Alex Ross en The New Yorker, quiso volver a incluir intactas en su aproximaci¨®n al ciclo completo, un lustro despu¨¦s. La cr¨ªtica salud¨® el tour de force de 2019 como una revelaci¨®n poco frecuente en un g¨¦nero, el de las integrales para piano, que suele anclarse en el academicismo y la prudencia. Levit es un pianista preciso, solemne y juguet¨®n, con esa capacidad de los grandes para imprimir car¨¢cter propio a las p¨¢ginas m¨¢s interpretadas de la historia sin negar la mayor ni reinventar la rueda. Su estilo es respetuoso, pulcro y emotivo, pero tambi¨¦n audaz. Consigue algo dif¨ªcil: que escucharle tocar se convierta no solo en algo bello, sino tambi¨¦n entretenido.
Ese magnetismo explica en parte el hito que ha cambiado su vida durante el ¨²ltimo a?o. A mediados de marzo de 2020, en los d¨ªas m¨¢s duros del confinamiento, Levit tuvo la idea de retransmitir recitales de piano cada tarde desde su casa en Berl¨ªn. Lo hizo a trav¨¦s de su cuenta de Twitter, durante 52 tardes consecutivas. Y lo que empez¨® como una forma de escapismo acab¨® de encumbrarle como lo que es hoy: el pianista m¨¢s carism¨¢tico de su generaci¨®n, y uno de los m¨¢s celebres. ¡°Estos conciertos caseros fueron momentos muy liberadores. Acud¨ª a la m¨²sica para sentirme mejor y para que los que me escuchaban se sintieran mejor. Punto. En una ¨¦poca de limitaciones, esos recitales carec¨ªan de imposiciones. Hice lo que quise, se conect¨® quien quiso. Fue un regalo para m¨ª¡±.
El de Madrid ser¨¢ uno de los primeros conciertos de Levit en meses. En Alemania, las limitaciones a la celebraci¨®n de espect¨¢culos durante la pandemia le han tenido confinado en casa, ¡°Toco el piano, cocino, entreno, leo y de vez en cuando veo a un amigo o dos¡±, resume. ¡°Estoy deseando volver a tocar en p¨²blico¡±.
Sin embargo, que no haya tocado en p¨²blico no significa que haya perdido el tiempo. Acaba de lanzar Hauskonzert, un ensayo escrito a cuatro manos con el periodista Florian Zinnecker, en el que narra su experiencia durante el confinamiento y aborda el g¨¦nero autobiogr¨¢fico desde una perspectiva poco habitual en la m¨²sica cl¨¢sica: el compromiso pol¨ªtico. Levit es un activista de izquierdas, forma parte del Partido Verde alem¨¢n y sus manifestaciones p¨²blicas contra el auge de la ultraderecha, el racismo y el antisemitismo ¨Cpero tambi¨¦n contra el silencio de los jud¨ªos frente a la actuaci¨®n de Israel en Palestina¨C le han valido campa?as medi¨¢ticas en contra, insultos en Twitter e incluso amenazas de muerte que le obligaron a actuar rodeado de medidas de seguridad a finales de 2019. ¡°Todos tenemos la obligaci¨®n de ser ciudadanos emp¨¢ticos y y responsables. Estar en redes sociales es optativo¡±, afirma. ¡°Yo he elegido ser todo lo sincero y coherente que puedo. Tuitear lo que hay que hacer no sirve de nada, hay que hacerlo. As¨ª que intento actuar en mi vida anal¨®gica, y luego tuitear. Esto no tiene nada que ver con ser pianista. Ahora tengo una plataforma e intento utilizarla con sabidur¨ªa. Cuando hablas en p¨²blico recibes apoyos y cr¨ªticas, algunas muy duras. Lo acepto. Si alguien quiere pelearse conmigo de manera justa, me parece bien. Discutamos. Pero si alguien cree que puede amenazarme, que se vaya al infierno, porque no puede hacer eso¡±, sentencia.
Levit es un artista at¨ªpico. Los seguidores de sus redes sociales est¨¢n acostumbrados a verle gastar bromas en Instagram, recomendar sus restaurantes y caf¨¦s favoritos de Berl¨ªn, ensayar delante de la c¨¢mara y compartir sus entrenamientos, sus madrugones, sus lecturas y hasta sus adquisiciones. ¡°No planeo nada¡±, responde cuando le preguntamos por esta inusitada faceta de influencer. ¡°Doy al bot¨®n de grabar y espero a ver qu¨¦ pasa. A veces pongo bobadas, como todo el mundo, pero tampoco me arrepiento. As¨ª es la vida¡±.
El humor es esencial en la construcci¨®n de una imagen p¨²blica que no reniega de sus or¨ªgenes. Levit se define como jud¨ªo en el plano cultural. ¡°Significa mucho para m¨ª¡±, responde. ¡°No soy religioso, pero s¨¦ qui¨¦n soy. Soy un ser humano, soy ciudadano y soy jud¨ªo, que es algo que te da cierto punto de vista sobre la vida¡±. En ese punto de vista, el humor es esencial. ¡°Me parece un tema fascinante¡±, ataja. ¡°En la mayor¨ªa de los chistes hay ganadores y perdedores, y te r¨ªes del perdedor. Son chistes contra alguien. Sin embargo, lo genial de los chistes jud¨ªos es que en el 99% de los casos no se basan en ganadores ni perdedores, sino reflejar la vida misma. O en re¨ªrse de uno mismo¡±.
Levit responde al otro lado de la pantalla en un ingl¨¦s preciso y r¨¢pido. Es temprano y viste su atuendo de siempre, un jersey negro con cuello redondo que forma parte de un cambio de imagen operado en los ¨²ltimos a?os. Si en sus primeras apariciones p¨²blicas aparec¨ªa vestido con camisa blanca y afeitado, en las ¨²ltimas se ha cortado el pelo, se ha dejado barba y ha optado por prendas sencillas y de aire deportivo, casi siempre en tonos oscuros. Asegura que fue una decisi¨®n consciente. ¡°Hace dos a?os y medio don¨¦ el 80% de mi armario. Vestir de oscuro fue cuesti¨®n de simplificaci¨®n. Adem¨¢s, mis colores favoritos son el negro y el amarillo. Eso s¨ª, tengo un par de piezas m¨¢s atrevidas¡±, apunta. De vez en cuando, sus redes dejan entrever unas botas de Rick Owens o una chaqueta de Walter Van Beirendonck. Conceptualismo millennial para uno de los pocos int¨¦rpretes cl¨¢sicos capaces de entender la est¨¦tica de esta d¨¦cada, y que parece m¨¢s jovial y relajado mirando a la c¨¢mara en la car¨¢tula de su integral de Beethoven de 2019 que dando la espalda al espectador en su primera grabaci¨®n, seis a?os antes.
Asegura Levit que ser pianista y abogar por una causa justa no es algo tan nuevo. Menciona los nombres de Pau Casals, de Leonard Bernstein y de Jan Paderewski, el legendario pianista que lleg¨® a ser primer ministro de Polonia en 1919. Y que su labor como profesor de conservatorio en Berl¨ªn le ha aportado una visi¨®n optimista sobre el futuro. ¡°Los estudiantes de m¨²sica que tienen diez o doce a?os menos que yo est¨¢n mucho m¨¢s comprometidos pol¨ªticamente que yo a su edad¡±, relata. ¡°Est¨¢n atentos a lo que sucede, hablan con claridad, son inteligentes, profesionales, fenomenales, fant¨¢sticos. Y lo mejor es que no quieren esperar. Ven que el mundo cambia, tienen veinte a?os y no quieren esperar a que el mundo mejore dentro de otros veinte. Son impacientes. Eso es fant¨¢stico¡±.
Es posible que Igor Levit se reconozca en esa impaciencia. Su integral de Beethoven tiene apenas dos a?os, pero ya tiene claro que volver¨¢ a grabar el ciclo completo todas las veces que pueda. Tambi¨¦n que, aunque su repertorio vaya creciendo, siempre regresar¨¢ a Bach, a Liszt y a una de sus obras fetiche, las variaciones que Frederic Rzewski compuso sobre la melod¨ªa de El pueblo unido jam¨¢s ser¨¢ vencido, el himno de protesta chileno de Sergio Ortega y Quilapay¨²n. ¡°La m¨²sica tiene la capacidad de emocionar¡±, afirma Levit. ¡°Eso no quiere decir que a todo el mundo tenga que emocionarle la m¨²sica de Bach. Hay gente a la que s¨ª y gente a la que no. Pero la m¨²sica de Bach, de Beethoven, de Bowie o de Jimi Hendrix puede ayudarte a entender qui¨¦n eres. Para m¨ª, eso es lo esencial. Cuando me siento ante el piano y pulso una tecla, s¨¦ que me hace bien. Y que no estoy solo¡±.
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