Despidos masivos en Estados Unidos y demanda creciente en Espa?a: a Elon Musk le sobra lo que nuestro Silicon Valley necesita
La sangr¨ªa de Twitter, con m¨¢s de 3.000 despidos, deja 2022 como el peor a?o para los profesionales del sector tecnol¨®gico en Estados Unidos. Mientras, Espa?a los necesita: los graduados en ingenier¨ªa e inform¨¢tica han ca¨ªdo un 20%
La revista Bloomberg describe lo que est¨¢ ocurriendo ahora mismo en Twitter como un ¡°psicodrama shakesperiano¡±. En palabras del redactor de negocios Kurt Wagner, la historia de un hombre, Elon Musk, que ¡°tom¨® posesi¨®n de un gran imperio¡± y a partir del quinto d¨ªa empez¨® a someter a sus habitantes a purgas masivas y arbitrarias porque, como el rey Lear, se sent¨ªa rodeado de ¡°envidiosos, resentidos y mediocres¡±. Desconfiaba, en fin, de la competencia y lealtad de su plantilla, el equipo humano que hab¨ªa convertido Twitter en una de las redes sociales m¨¢s populares del planeta, con 1.300 millones de cuentas y cerca de 400 millones de usuarios activos.
El pasado mes de noviembre, Musk se embarc¨® en lo que Sean Hollister, redactor de The Verge, describe como ¡°una cascada de despidos fren¨¦tica¡± que afect¨® a todo tipo de profesionales, altamente cualificados o no. A ingenieros inform¨¢ticos, expertos en inteligencia artificial, big data o computaci¨®n en nube, pero tambi¨¦n al grueso de la brigada de limpieza, cuyos integrantes aseguraban poco despu¨¦s (en Twitter, por supuesto) que les hab¨ªan tratado ¡°como basura¡±.
Seg¨²n el relato de Hollister, Musk prescindi¨® de alrededor de la mitad de los 7.500 trabajadores de la compa?¨ªa en cuesti¨®n de horas, con un escueto correo electr¨®nico informativo en el que se les agradec¨ªa los servicios prestados. En jornadas posteriores, el magnate redujo a la m¨ªnima expresi¨®n su plantilla externa de moderadores de contenido y despidi¨® tambi¨¦n de manera fulminante a los que criticaron su gesti¨®n a trav¨¦s de canales corporativos internos pero, al menos en teor¨ªa, confidenciales, como el programa de mensajer¨ªa instant¨¢nea Slack. Uno de los despedidos declar¨® al diario brit¨¢nico Daily Mail que en Twitter se estaba produciendo ¡°una variante siniestra del Juego del Calamar, un juego de exterminio cuyas reglas desconocemos¡±.
Los despidos como s¨ªntoma
En las ¨²ltimas semanas, se han sucedido las demandas contra Twitter por presuntas violaciones de la legislaci¨®n laboral estadunidense, desde despedir a un n¨²mero desproporcionado de mujeres (el 57% del total, por el 47% de hombres), sustituir a un alto porcentaje de los despedidos pese haber argumentado que sus puestos de trabajo resultaban ¡°prescindibles¡±, impedir el acceso a las instalaciones o a las redes inform¨¢ticas a trabajadores a los que no se hab¨ªa notificado su despido o incluso incurrir en el nepotismo, ya que dos de los reci¨¦n contratados para posiciones directivas intermedias son primos de Musk.
El 16 de noviembre, tras varios d¨ªas de resistir, silente y estoicamente, a un chaparr¨®n de cr¨ªticas que los expertos consideran potencialmente da?inas para su reputaci¨®n y la de sus empresas, quien por entonces era el hombre m¨¢s rico del mundo (acaba de adelantarle Bernard Arnault) opt¨® por una respuesta sarc¨¢stica que no har¨ªa m¨¢s que avivar el fuego: ¡°Siento haberme visto obligado a prescindir de tan alto n¨²mero de genios. No me cabe duda de que su inmenso talento ser¨¢ de una enorme utilidad en cualquier otro sitio¡±. Musk a?adir¨ªa poco despu¨¦s que lo que va a vivirse en Twitter en los pr¨®ximos meses es una aut¨¦ntica revoluci¨®n corporativa, y que las revoluciones solo pueden hacerse con personas dispuestas ¡°a trabajar muchas m¨¢s horas y a un ritmo mucho m¨¢s intenso¡±.
M¨¢s all¨¢ de consideraciones concretas, la prensa estadounidense est¨¢ empezando en los ¨²ltimos d¨ªas a tomarse los despidos de Twitter como s¨ªntoma. El periodista neoyorquino Nitish Pahwa explica en Slate que 2022 tal vez haya sido el peor a?o para los profesionales altamente cualificados del sector tecnol¨®gico desde el c¨¦lebre estallido de la burbuja puntocom de marzo de 2000.
Un p¨¦simo momento para quedarse sin trabajo
Para Pahwa, ¡°resulta muy significativo que decenas de miles de profesionales de estas caracter¨ªsticas perdiesen su empleo en la primera semana de noviembre¡±. Amazon despidi¨® a cerca de 10.000 profesionales altamente cualificados pocos d¨ªas despu¨¦s de que Meta prescindiese de alrededor de 11.000, Microsoft, Stripe, Snap, Zillow o Salesforce unos mil cada una y Twitter al menos 3.800. Pahwa considera que, en lo que llevamos de a?o, ¡°se han perdido 87.000 trabajos de perfil tecnol¨®gico en los Estados Unidos¡±.
El analista se pregunta d¨®nde ir¨¢n a parar a corto y medio plazo todos estos profesionales ¡°de cuello blanco¡± (como se llama a los trabajadores cualificados en el mundo anglosaj¨®n), en su mayor¨ªa j¨®venes, competitivos y din¨¢micos y acostumbrados a sueldos que con frecuencia rondan o superan las seis cifras anuales. Parafraseando a Musk, ?ser¨¢ su inmenso talento de enorme utilidad en cualquier otro sitio? ?Est¨¢ el mercado laboral tanto estadounidense como global en condiciones de absorberlos?
La respuesta simple es que, en teor¨ªa, s¨ª. El mundo corporativo est¨¢ embarcado ahora mismo en un proceso de transformaci¨®n digital para adecuarse a las posibilidades que ofrece la considerada cuarta revoluci¨®n industrial. Los llamados perfiles disruptivos son m¨¢s demandados que nunca por, en palabras de Emilio Velasco, profesor del M¨¢ster de Direcci¨®n de Recursos Humanos y Desarrollo del Talento en la EAE Business School, su alto nivel de competencia y, sobre todo, ¡°su potencial impacto en la cultura corporativa de las empresas, ya que aportan un tipo de conocimiento e incluso de comportamiento no directamente relacionado con el business code o la serie de h¨¢bitos establecidos¡±.
Aterrizajes forzosos
Es decir, que a una empresa no directamente tecnol¨®gica que est¨¦ en proceso de actualizaci¨®n de su modelo de negocio le interesar¨¢, hoy m¨¢s que nunca, incorporar a un experto en deep learning o a un buen analista de datos. Otra cuesti¨®n es, tal y como explica Nitish Pahwa, si a los despedidos de Twitter les resultar¨¢ f¨¢cil a corto plazo encontrar acomodo en una empresa id¨¦ntica (o muy similar) a Twitter.
En su opini¨®n, resulta improbable. Las compa?¨ªas tecnol¨®gicas tocaron techo a nivel estructural poco despu¨¦s de la pandemia y ahora est¨¢n optando por reorganizarse para ampliar su margen de negocio, por lo que resulta probable que sigan destruyendo empleo durante 2023. ?Van a necesitar el tipo de talento espec¨ªfico que pueden ofrecerles los j¨®venes veteranos de Silicon Valley? Sin duda. Pero preferir¨¢n alquilarlo a contratarlo. Para Pahwa, el futuro de muchos de los despedidos por Meta, Microsoft y compa?¨ªa pasa, al menos a corto plazo, ¡°por convertirse en profesionales independientes¡±.
Desde luego, esta perspectiva no implica en su sector una ca¨ªda en la precariedad, como ocurre en muchos otros. Pero s¨ª va a privarles de la estabilidad laboral de que disfrutaban y forzarles a un ajuste de sus expectativas y estilo de vida. Los despidos masivos perpetrados por gestores de gatillo f¨¢cil como Elon Musk tal vez no resulten un drama humano en un entorno tan din¨¢mico como el de las compa?¨ªas tech y en un mercado laboral como el estadounidense, que incluso en circunstancias de desaceleraci¨®n econ¨®mica como las actuales no supera el 3,7% de tasa de desempleo. Pese a todo, insiste Pahwa, perder un trabajo bien remunerado en Meta o Amazon resulta particularmente inoportuno a finales de 2022, en un contexto de ¡°inflaci¨®n galopante, incertidumbre sectorial y perspectivas econ¨®micas poco halag¨¹e?as¡±.
Pahwa recuerda que muchos de estos profesionales ¡°se mudaron a Silicon Valley hace entre cinco y diez a?os, cuando este entorno laboral hab¨ªa recuperado su plena pujanza y volv¨ªa a ser la tierra prometida del empleo tecnol¨®gico¡±. Hablamos de ¡°programadores, ingenieros, analistas o dise?adores formados en las mejores universidades del mundo¡± y que desde entonces no han dejado de formarse para adquirir habilidades espec¨ªficas cada vez m¨¢s sofisticadas y exigentes.
Emily Mazo, abogada sindical, considera que estos profesionales estaban padeciendo ya en los ¨²ltimos a?os un deterioro generalizado de sus condiciones de trabajo: ¡°Todos te dir¨¢n que sus empresas llevan realizando recortes de plantilla desde antes de la pandemia, que en la mayor¨ªa de los departamentos hay escasez de personal y que llevan a?os trabajando mucho m¨¢s de 40 horas semanales bajo una presi¨®n creciente¡± y que adem¨¢s ¡°han ido perdiendo de manera gradual incentivos que en su d¨ªa hicieron que sus empleos resultasen muy atractivos, como ayudas a la vivienda, beneficios fiscales, bonos, dietas o pagas extra¡±. Pese a todo, tal y como dejaron claro las reacciones en redes sociales de cientos de los despedidos en la gran purga oto?al de Twitter, la mayor¨ªa se aferran a sus puestos de trabajo, conscientes, en palabras de Pahwa, ¡°que son supervivientes de una era de prosperidad y estabilidad laboral que tal vez no vuelva nunca¡±.
Talento adaptado a los retos del futuro
En Espa?a, seg¨²n datos de la oficina de estad¨ªstica europea (Eurostat) el problema sigue siendo, de momento, el contrario. El talento tecnol¨®gico no sobra. M¨¢s bien se trata, a juzgar por diversos indicadores, de un bien escaso. En Espa?a, pese a que la tasa de desempleo se mantiene a¨²n por encima del 13%, son al menos 109.000 las ofertas de puestos de trabajo que no se cubren por falta de cualificaci¨®n espec¨ªfica de los aspirantes y cerca del 80% las empresas que aseguran estar buscando trabajadores de un perfil concreto y no ser capaces de encontrarlos.
Entre los profesionales m¨¢s demandados est¨¢n los formados en ¨¢reas STEM (siglas en ingl¨¦s de ciencia, tecnolog¨ªa, ingenier¨ªa y matem¨¢ticas). Las empresas los necesitan para actualizar sus modelos de negocio, pero no los encuentran. Esta parad¨®jica escasez de talento se explica, en opini¨®n de Valent¨ªn Bote, profesor universitario y director de la consultora laboral Randstad Research, porque ¡°el n¨²mero de graduados universitarios en nuestro pa¨ªs ha crecido de manera muy significativa en casi todas las especializadas, con la ¨²nica excepci¨®n de ingenier¨ªa e inform¨¢tica, que han ca¨ªdo cerca de un 20%¡±.
Espa?a necesita revertir esa situaci¨®n lo antes posible para incorporarse con plenas garant¨ªas al proceso de transformaci¨®n digital. Bote insiste en que ¡°dos tercios de los ni?os espa?oles que est¨¢n ahora mismo en la guarder¨ªa desempe?ar¨¢n a la larga profesiones que hoy no existen y ni siquiera imaginamos¡±. El reto de nuestra econom¨ªa y nuestro sistema educativo consiste en ¡°acelerar en el presente el ritmo de creaci¨®n de las profesiones del futuro¡±, que por el momento est¨¢ resultando ¡°lento o no todo lo r¨¢pido que ser¨ªa deseable¡±.
En su opini¨®n, cualquier modelo que pretenda ser competitivo debe ser capaz de ¡°formar el tipo de talento que buscan las empresas m¨¢s innovadoras del planeta¡±. Empresas como las de Silicon Valley, por mucho que Twitter, inmersa en su particular psicodrama shakesperiano, haya optado por prescindir de un plumazo de m¨¢s de la mitad del talento que capt¨® en su d¨ªa.
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