¡°?Paul McCartney? No s¨¦ qui¨¦n eres¡±: cuando Fela Kuti acus¨® a un ¡®beatle¡¯ de apropiaci¨®n cultural
El padre del Afrobeat, convertido ahora en h¨¦roe de c¨®mics, exposiciones y pel¨ªculas de animaci¨®n que reivindican su figura, protagoniz¨® junto al brit¨¢nico uno de los desencuentros m¨¢s pol¨¦micos de la m¨²sica contempor¨¢nea
¡°?De verdad quieres que te cuente lo que pas¨® con McCartney?¡±. Al otro lado del tel¨¦fono atiende a ICON el guionista y m¨²sico franc¨¦s Loulou D¨¦dola, autor del c¨®mic Fela back to Lagos y, sobre todo, fan incondicional del nigeriano. La pregunta sobre el sonado encontronazo entre Paul McCartney y Fela Kuti en 1973 le hace gracia, y as...
¡°?De verdad quieres que te cuente lo que pas¨® con McCartney?¡±. Al otro lado del tel¨¦fono atiende a ICON el guionista y m¨²sico franc¨¦s Loulou D¨¦dola, autor del c¨®mic Fela back to Lagos y, sobre todo, fan incondicional del nigeriano. La pregunta sobre el sonado encontronazo entre Paul McCartney y Fela Kuti en 1973 le hace gracia, y asegura que sabe lo que pas¨® de primera mano. D¨¦dola empez¨® a visitar Lagos a finales de los a?os ochenta, y ha frecuentado a Kuti y a sus hijos desde entonces. ¡°En realidad, McCartney lo llam¨® por tel¨¦fono, y le dijo: ¡®?Hola, soy yo, Paul McCartney! Me gustar¨ªa hacer un d¨²o contigo. Y Fela...¡±. D¨¦dola corta la frase con una carcajada. ¡°Este Fela¡ Fela le dijo: ¡®?Qui¨¦n? No s¨¦ qui¨¦n eres¡±.
McCartney estaba en Lagos grabando su tercer disco como Paul McCartney & Wings, Band on the run, tratando a¨²n de liberarse del peso de haber sido un Beatle. La grabaci¨®n fue cuando menos movida, aunque el esfuerzo vali¨® la pena: fue el disco m¨¢s vendido en el Reino Unido en 1974. Un ¨¦xito que no apuntaba maneras cuando el brit¨¢nico lleg¨® a Lagos, donde seg¨²n sus productores hab¨ªa uno de los mejores estudios de grabaci¨®n del momento, y se encontr¨® con que no ten¨ªan ni siquiera el material necesario para registrar un ¨¢lbum de rock. Una an¨¦cdota min¨²scula frente a la recepci¨®n popular que le hab¨ªan dado en los peri¨®dicos: Fela Kuti, el padre del Afrobeat y pionero de la m¨²sica africana desde los a?os sesenta, lo acusaba de ir a ?frica a robar la m¨²sica negra.
¡°Fui a Lagos y lo primero que me ocurri¨® es que me acusaron de robar la m¨²sica de las personas negras. ¡®?Ha venido a robar la m¨²sica!¡¯. As¨ª que pregunt¨¦, ?qui¨¦n ha dicho eso? Estaba en los peri¨®dicos¡ Era Fela, claro. Lo llam¨¦ por tel¨¦fono y le dije: ¡®Ey, t¨ªo, no estoy aqu¨ª para eso, simplemente adoro la m¨²sica africana y quiero recrear ese ambiente¡±, cont¨® McCartney en una entrevista grabada en 2013. En varias ocasiones, McCartney, que siempre ha alabado la figura y la influencia de Kuti, vuelve a aquella an¨¦cdota, cambiando algunos detalles y haciendo gala de su genio musical: toca de memoria lo que recuerda de su canci¨®n favorita de Kuti. Un estribillo que no logr¨® identificar ni encontrar luego en grabaciones.
No es de extra?ar: en directo, una canci¨®n de Fela pod¨ªa durar hasta media hora. Pero McCartney se acuerda todav¨ªa de aquel ritmo. Es curioso que McCartney arranque la entrevista refiri¨¦ndose (?con retranca?) al m¨²sico como ¡°Fela Ransome Kuti¡±. Ransome era el apellido de nacimiento de Fela, que se cambi¨® al considerarlo herencia colonial, para recuperar junto a su madre el apellido local de un ancestro: Anikulapo, que significa ¡°el que lleva la muerte en su bolsillo¡±.
Seg¨²n D¨¦dola, que acaba de estar en el Cartoon Movie de Burdeos presentando el proyecto de adaptaci¨®n de su c¨®mic a pel¨ªcula de animaci¨®n, McCartney tard¨® dos semanas en conseguir localizar a Kuti y lo que le ped¨ªa en realidad era hacer un d¨²o con ¨¦l. ¡°McCartney le dijo que hab¨ªa decidido hacer un d¨²o con los m¨²sicos negros m¨¢s importantes, y Kuti sigui¨® vacil¨¢ndole: ¡®Ya, muy bien, pero es que no s¨¦ qui¨¦n eres¡±. McCartney, que hasta ese momento lo hab¨ªa evitado, tuvo que recurrir a su antiguo t¨ªtulo. ¡°?Soy uno de los Beatles!¡±. Pero Kuti se mostr¨® inflexible: ¡°?Los qui¨¦n?¡±. ¡°As¨ª era Fela. Algunos de los que estuvieron delante de esa llamada dec¨ªan que dur¨® m¨¢s de quince minutos, que Fela lo cortaba para hablar con las mujeres y que exasper¨® al brit¨¢nico, que acab¨® entrando al trapo. ¡°Esta conversaci¨®n es un sinsentido. Sabes muy bien qui¨¦nes son los Beatles, ?es el grupo m¨¢s importante del mundo!¡±. Y Kuti le colg¨®: ¡±Si no hab¨¦is tocado en ?frica, no sois el grupo m¨¢s importante del mundo¡±, zanja D¨¦dola.
La versi¨®n que lleg¨® a D¨¦dola, que no coincide exactamente con lo narrado por McCartney, suena pese a todo al car¨¢cter de Kuti, pero el rumor de que la voluntad del ex beatle era tocar con locales lleg¨® a otros o¨ªdos.
¡°Paul McCartney estaba fascinado por Fela, pero ¨¦l lo recibi¨® fatal. Parece que Fela tuvo miedo de que un m¨²sico brit¨¢nico se apropiara de su m¨²sica o fuera a Lagos solo por el folclore¡±, dice a ICON Alexandre Girard-Muscagorry, comisario de la exposici¨®n Fela Anikulapo Kuti. Rebeli¨®n Afrobeat, que acoge la Filarm¨®nica de Par¨ªs hasta el pr¨®ximo 11 de junio. Se trata de la primera exposici¨®n consagrada a la trayectoria musical y pol¨ªtica de Fela Kuti, recuperando el material reunido por el m¨²sico para crear en los a?os setenta y ochenta el Afrobeat. ¡°Que Fela lo tratara as¨ª no quita que McCartney reconociese siempre que el Afrobeat fue un rev¨¦s para ¨¦l, como para muchos occidentales en aquella ¨¦poca, porque era un sonido que no hab¨ªan escuchado nunca¡±.
Lo cierto es que, con mejor o peor pie, aquella conversaci¨®n existi¨® pero los dos genios s¨ª acabaron por conocerse, como prueba una foto de 1973 en la que aparecen juntos. McCartney ha contado que Kuti acept¨® su invitaci¨®n para acudir al estudio y comprobar de primera mano que el trabajo que estaban haciendo no era ning¨²n robo. ¡°No hay nada como la m¨²sica africana¡¯, me dijo. As¨ª que nos convertimos en buenos amigos y me invit¨® al Afrika Shrine, su m¨ªtico club a las afueras de Lagos. Pas¨¦ una noche fant¨¢stica, fue una experiencia salvaje. Y ¨¦l toc¨® una canci¨®n que nunca he sido capaz de encontrar grabada. Pero fue muy intenso, cuando acab¨® yo estaba llorando¡±, narr¨® el ingl¨¦s, elevado a la categor¨ªa de caballero por la reina brit¨¢nica en 1997. Antes de aquel nombramiento, en 1965, Isabel II los condecor¨® con la Orden del Imperio Brit¨¢nico. John Lennon la devolvi¨® en 1969 por la implicaci¨®n del Reino Unido en la guerra entre Nigeria y la regi¨®n independentista de Biafra y el apoyo a Estados Unidos en Vietnam.
Despertar pol¨ªtico
La Guerra Civil de Nigeria, entre 1967 y 1970, fue el acontecimiento que propici¨®, precisamente, el nacimiento del Fela Kuti m¨¢s pol¨ªtico. Hasta entonces, este hijo de una familia cristiana, acomodada pero con una evidente conciencia pol¨ªtica (su madre, Funmilayo, fue una activista por la defensa de los derechos de la mujer), hab¨ªa destacado como m¨²sico con su banda los Koola Lobitos. En 1963, tras estudiar en el Trinity College of Music de Londres, Kuti recompuso el grupo con el que tocaba el nuevo g¨¦nero highlife que hab¨ªa llegado desde Ghana, coloreado por el jazz que hab¨ªa escuchado en Inglaterra y la m¨²sica afrocaribe?a. Pero, como describe la activista y m¨²sica afroamericana Sandra Izsadore en el documental Finding Fela, sus canciones hablaban de ¡°sopas¡±. De ah¨ª que la gira de los Koola Lobitos en Estados Unidos fuera un soberano fracaso. El despertar de la conciencia negra en Estados Unidos y movimientos como el de las Panteras Negras quedaban muy lejos de las cr¨®nicas callejeras en las canciones de Fela.
Izsadore, que mantuvo una relaci¨®n sentimental con ¨¦l hasta que lleg¨® a Nigeria y descubri¨® que ya estaba casado, acaba tach¨¢ndolo de ¡°hijo de puta¡± en el documental. La conciencia feminista de la compositora distaba mucho del ¡°macho¡± Fela, pero lo cierto es que fue ella quien puso la autobiograf¨ªa de Malcolm X en sus manos y eso cambi¨® por completo la vida y la m¨²sica de ¨¦l. De las Panteras Negras tom¨® adem¨¢s el gesto reivindicativo con el que ha pasado a la historia, sus dos pu?os levantados.
La descolonizaci¨®n brit¨¢nica a principios de los sesenta despert¨® las tensiones pol¨ªticas, ¨¦tnicas y religiosas con Biafra, donde el detonante fue la lucha por el control del petr¨®leo que ba?aba esta regi¨®n. Biafra fue bloqueada y sus habitantes fueron v¨ªctimas de una hambruna que acab¨® con unas tres millones de personas en los dos a?os y medio que dur¨® el conflicto.
La Nigeria que sali¨® de all¨ª creci¨® a la sombra de los pozos de petr¨®leo y la corrupci¨®n de un nuevo sistema pol¨ªtico que se convirti¨® en la materia principal de sus nuevas canciones. ¡°Fela no habr¨ªa tenido necesidad de no ser por lo que el petr¨®leo hizo al pa¨ªs¡±, se?ala tambi¨¦n en el documental John Darnton, excorresponsal del New York Times en Lagos.
¡°De su viaje a Estados Unidos, Fela recupera muchos elementos del nacionalismo negro. Y sobre todo una conciencia y un orgullo de ser negro. Ah¨ª empieza a afirmarse y a darle una connotaci¨®n muy pol¨ªtica a su m¨²sica. No solo reafirma su identidad racial, sino que conecta con la disfunci¨®n pol¨ªtica de Nigeria, llegando a bajar a la arena de unas presidenciales a finales de los setenta¡å, dice Girard-Muscagorry.
Su particular forma de retar al r¨¦gimen nigeriano lo llev¨® incluso a crear una rep¨²blica independiente en su propia casa, la autodenominada Rep¨²blica de Kalakuta, a las afueras de Lagos, en la que viv¨ªa con su familia, sus amigos y las 27 bailarinas con las que decidi¨® casarse. ¡°?l dec¨ªa que la poligamia era una tradici¨®n africana y que hab¨ªa que rechazar los valores del cristianismo y volver a conectar con las tradiciones africanas, pero de una ?frica muy reduccionista, generalizada¡ A veces tomaba posturas extremas o machistas. Fela era muy progresista en el plano pol¨ªtico, afirmando valores democr¨¢ticos hacia el pueblo y contra la corrupci¨®n de las ¨¦lites, pero en las cuestiones de g¨¦nero era mucho m¨¢s conservador, alimentado por la cr¨ªtica anticolonial. Es muy parad¨®jico y complejo¡±, trata de descifrar el comisario de la muestra sobre el autodenominado Black President, realizada junto a uno de los colegas musicales de Kuti, Mabinouri Kayode Idowu, y la comisaria musical Mathilde Thibault-Starzyk.
En sus locales nocturnos no s¨®lo actuaba, tambi¨¦n lanzaba cr¨ªticas contra el Estado, las fuerzas militares y las potencias extranjeras. Un discurso anticolonial que bebi¨® de los intelectuales panafricanistas de la ¨¦poca, y que llevan a entender por qu¨¦ en 1973 Kuti acab¨® acusando a Paul McCartney de apropiaci¨®n cultural. ¡°Lo cierto¡±, a?ade el comisario, ¡°es que Fela colabor¨® con m¨²sicos europeos, hac¨ªa giras en Europa, su manager en los ochenta era franc¨¦s, y estaba abierto a colaboraciones. Creo que depend¨ªa de la forma en la que se abordaba la cuesti¨®n y del momento¡±. Se entiende que McCartney no entr¨® con buen pie.
¡°Atenci¨®n, McCartney es tambi¨¦n un genio de la talla de Fela. Hay que haber escuchado a McCartney tocar el piano solo en cualquier bar de Londres. Es, como Fela, equiparable a Mozart o Chopin, pero creo que Fela no entendi¨® su intenci¨®n. Quiz¨¢s percibi¨® que su gesto era un poco paternalista. As¨ª es como lo interpreto yo¡±, dice D¨¦dola. Para el m¨²sico franc¨¦s, no hubo intento de apropiaci¨®n. ¡°Seamos claros, el afrobeat es una m¨²sica africana pero no es m¨²sica negra. Se toca con instrumentos de blancos, en una escala blanca, con jazz¡ No veo qu¨¦ es lo que McCartney podr¨ªa haber hecho. Fela toc¨® con Ginger Baker, un blanco que toca el afrobeat s¨²per bien. A ¨¦l lo que le importaba era llegar al m¨¢ximo de personas posible¡±.
Lo cierto es que Paul McCartney habla de la influencia de Fela Kuti en su m¨²sica cada vez que tiene ocasi¨®n. A la Filarm¨®nica de Par¨ªs le mand¨® un v¨ªdeo de unos segundos, un selfie grabado que acompa?a con el gesto de la paz: ¡°Fela es el jefe¡±.
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