Por qu¨¦ actores y cineastas han empezado a renegar de las escenas de sexo en el cine
Las producciones con escenas t¨®rridas han casi desaparecido de la cartelera y hasta Tarantino las considera superfluas. ?Mero cambio estil¨ªstico o se¨ªsmo cultural?
?Hasta d¨®nde llegar¨¢ el sexo en pantalla? Pues hasta aqu¨ª, seg¨²n algunos actores. Penn Badgley, por ejemplo, quien ahora interpreta al fogoso psic¨®pata de You (2018-) y, antes, al amante de la protagonista de Gossip Girl (2007-2012), verbaliz¨® recientemente, en el podcast Podcrushed, su incomodidad con las ¡°escenas ¨ªntimas¡± y dijo que, por fidelidad a su esposa, quer¨ªa reducir el n¨²mero de interacciones sexuales en la serie. ¡°Mi deseo es hacer cero escenas ¨ªntimas¡±, fueron sus palabras exactas. Hace pocos d¨ªas Quentin Tarantino desvelaba en una entrevista al diario Ara que el sexo no forma parte de su ¡°visi¨®n del cine¡±. ¡°Es una lata rodar escenas de sexo, todo el mundo est¨¢ muy tenso y, si ya antes era problem¨¢tico, ahora todav¨ªa lo es m¨¢s¡±.
No est¨¢n solo. Tras el auge del movimiento MeToo a finales de 2017, si algo marca al audiovisual contempor¨¢neo (m¨¢s all¨¢ de la irrupci¨®n del streaming) es el modo en que sus autores se est¨¢n replanteando el sexo. Cada vez m¨¢s celebridades como Anna Kendrick o Keira Knightley se han opuesto a la desnudez o al sexo como trama narrativa. La industria parece haberse concienciado tras a?os de cr¨ªticas al erotismo gratuito y numerosas denuncias sobre abusos. Y cuando s¨ª hay escenas, las producciones han comenzado a buscar mayor comunicaci¨®n y transparencia sobre los l¨ªmites del consentimiento.
Para eso est¨¢ la figura del coordinador de intimidad, que ayuda ¡°en cualquier escena que tenga sexo simulado, desnudez o cualquier otro aspecto de naturaleza ¨ªntima¡±, explica Heather Mar¨ªa ?cs, coordinadora en producciones como Fire Island (2022). ¡°La prioridad es asegurar que todos se sientan c¨®modos y consientan la acci¨®n y el contenido¡±.
Seg¨²n ?cs, estos coordinadores se han convertido en figuras imprescindibles para las estrellas emergentes. ¡°Las generaciones j¨®venes est¨¢n tan familiarizadas con la cultura del consentimiento que esa es la expectativa¡±, opina. ?cs no cree que el sexo en pantalla est¨¦ necesariamente en declive, como pudiera parecer oyendo a Badgley o viendo las l¨¢nguidas vidas sexuales de los h¨¦roes de Marvel, sino que la industria est¨¢ adoptando una mirada sexual m¨¢s inclusiva, que se traduce en historias con personajes no normativos y pr¨¢cticas alejadas de la visi¨®n heteromasculina (v¨¦ase el beso negro entre Lukas Gage y Murray Bartlett en The White Lotus).
Jessica Bennett, coordinadora en Territorio Lovecraft (2020), coincide en que la intimidad en la ficci¨®n est¨¢ cambiando, que las producciones incluyen ahora historias m¨¢s complejas en las que los genitales y el encuentro apasionado han dejado de ser el ¨²nico centro de atenci¨®n sexual. ¡°Hay un mayor arco narrativo¡±, dice. ¡°Cada vez me llaman m¨¢s para construcci¨®n de relaciones que para solo sexo simulado¡±.
Todo esto es, con toda probabilidad, reflejo de un cambio mayor de paradigma. Las actitudes sexuales de la poblaci¨®n joven han cambiado: al igual que los mileniales, la generaci¨®n Z declara tener menos inter¨¦s en el sexo. Esta tendencia va de la mano de una mayor exposici¨®n virtual, asegura Lucas Hilderbrand, director del Departamento de Cine y Estudios de Medios en la Universidad de California Irvine. Las redes sociales han permitido nuevas formas de intimar y transformado, de paso, la cultura sexual. ¡°Las normas relacionadas con hacerse fotos y compartirlas, as¨ª como la apertura respecto a la desnudez propia, han cambiado radicalmente y se han vuelto m¨¢s p¨²blicas que hace 20 a?os¡±, dice. ¡°Ya sea a trav¨¦s del sexting o compartir fotos en Twitter, la autorrepresentaci¨®n es mayor¡±. Sin una ficci¨®n que incorpore la complejidad de intimar a trav¨¦s de redes sociales, las productoras se arriesgan a que los j¨®venes cierren sus pantallas.
Seg¨²n Hilderbrand, el sexo en la ficci¨®n no est¨¢ abocado a desaparecer, pero la industria s¨ª debe replantearse qu¨¦ uso quiere darle a las escenas ¨ªntimas dentro de una realidad cada vez m¨¢s diversa, especialmente en cuanto a identidad de g¨¦nero. En EE UU, un 5% de la poblaci¨®n entre 18 y 29 a?os no se identifica con el sexo asignado al nacer (no hay m¨¢s que ver a las estrellas de la televisi¨®n de 2022: Emma D¡¯Arcy, de La casa del drag¨®n, o Bella Ramsey, de The Last of Us, personas no binarias), lo cual desaf¨ªa las convenciones tradicionales. ¡°Vamos a replantearnos cada vez m¨¢s qu¨¦ es el sexo y c¨®mo representarlo, especialmente con respecto al talento no binario que no encaja en el marco sexual existente¡±, augura.
¡°Es hora de crear el mundo que queremos ver y ser m¨¢s honestos con el mundo en que vivimos¡±, dice ?cs. ¡°Me interesa mucho el abanico de lo que es el sexo m¨¢s all¨¢ de la postura cisg¨¦nero del misionero¡±.
No se toca
Los adolescentes cada vez practican menos sexo. Según un estudio de 2021 publicado en Archives of Sexual Behaviour, el 44,2% de los jóvenes entre 14 y 17 años no tuvo ninguna actividad sexual en 2018, un aumento de casi un 16% con respecto a la misma comparativa en 2009. En el caso de las mujeres de esa edad, la inactividad sexual ha pasado del 49,5% al 74%. El contraste es especialmente sorprendente si los datos se miden a los de quienes nacieron entre 1965 y 1969, pertenecientes a la generación X: en su caso, la abstinencia sexual (voluntaria o involuntaria) era de solo el 6,3% en esas edades. La revista The Atlantic bautizó en 2018 el fenómeno como “recesión sexual”.
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