Lo ¨²nico que no quiero que cambie es el clima

Mi amigo llam¨¦mosle Edu cree que a la gente que tiene muchas m¨¢s cosas que ¨¦l habr¨ªa que expropiarles y quiz¨¢ encarcelarles, pero no conozco a nadie que tenga m¨¢s novios que ¨¦l. Est¨¢ el arquitecto franc¨¦s que le hace sentir asentado; el dramaturgo, que le hace sentir venerado; el del S¨®nar, que le hizo sentir todopoderoso. Si convocara un casting, estar¨ªa m¨¢s soltero. Estos novios pasajeros est¨¢n separados, hombres de su vida en multiversos adosados, no como los de mi amigo llam¨¦mosle Diego, quien enamora a los nuevos novios habl¨¢ndoles de lo enamorado que est¨¢ de los otros. Los de Edu no se acercan mutuamente y a Pedro mucho menos. Pedro es el novio de Edu, el de verdad, con el que lleva a?os, al que echa de menos si no ve m¨¢s de dos d¨ªas seguidos, al que llama antes de una decisi¨®n importante y antes de no hacer nada, al que dedica sus poemas sobre sus novios. Tanta gente que conozco vive dentro de variaciones de esta f¨®rmula. Unos est¨¢n casados, otros prometidos, unos viven juntos, otros no, ninguno se plantea separarse. Todos tienen menos de 30 a?os.

Edu me pregunta qu¨¦ pienso y le suelto cualquier chorrada. ¡°Hubo en Misisipi un maquinista heroico porque lograba que los trenes que sal¨ªan tarde llegasen pronto¡±, le digo. ¡°Acab¨® muriendo en 1900 al estrellar un tren que hab¨ªa salido 75 minutos tarde de Tennessee¡±. Suena a consejo pero no significa nada, no quiero aconsejar nada, quiero que Edu siga hablando. El amor, lo ¨ªntimo, ha sido tan efectivo a lo largo de los siglos como herramienta para avergonzar, someter y reprimir que me sorprenden las formas que cobra cuando se vive con libertad. Quiero seguir viendo c¨®mo cambia cuando lo dejamos evolucionar en paz.

Sale el tema con llam¨¦mosla Norma, una de las personas m¨¢s inteligentes que conozco. Norma tiene novia, solo una, est¨¢ perdidamente enamorada, viaja mucho a ver su familia pol¨ªtica. El da?o que le hagan en redes los bots y los atrasados porque ella es trans no llega ah¨ª, a ese v¨ªnculo. Tampoco al que haya entre ella y el Estado, el cual facilit¨® su transici¨®n sin las vejaciones de un pa¨ªs sin ley trans. Norma fuma y defiende cualquier forma no hegem¨®nica de relaci¨®n: quiz¨¢ por ser trans, valora tanto la fidelidad a uno mismo, no a una patria ni a una religi¨®n ni a un peri¨®dico. Me pregunta c¨®mo vemos esto los de 40. Contesto lo que sea. ¡°Cuando dejas de beber descubres que en Espa?a, a partir de cierta hora, todas las bocas saben a alcohol¡±. Quiero que siga hablando ella. Quiero ver cu¨¢nto crece una persona as¨ª cuando le dejamos en paz.

Mi abuela, 93 a?os casi 94, seis ceros en el DNI, guap¨ªsima desde que dej¨® de fumar el otro d¨ªa, ya casi siempre en el hospital, est¨¢ interesada en todo esto. Me indica los m¨¦dicos que podr¨ªan ser buenos novios: de joven de derechas en los a?os cuarenta a la nonagenaria m¨¢s emp¨¢tica de la Jim¨¦nez D¨ªaz. Me cuenta batallitas, que ya son las m¨ªas, que son las nuestras, lamenta que el hospital est¨¦ cada vez peor, me pregunta si debe quejarse. ¡°Los modales solo evitan los problemas, no los resuelven¡±, digo, yo qu¨¦ s¨¦. Quiero que hable mientras pueda, quiero ver cu¨¢nto m¨¢s puede aprender, abrirse de mente y tolerar una persona si la gente a que la ama le ense?a el camino.

Este es mi mundo, personal y anecd¨®tico. El 23 de julio vendr¨¢n cientos de miles de votos a decirme lo peque?o que es; que s¨ª, que igual tuvimos raz¨®n un rato pero ahora nos toca tener miedo, y lo tengo, que todo tiene su momento (encima la peor frase del Eclesiast¨¦s). No s¨¦ qu¨¦ hacer, m¨¢s all¨¢ de verlo venir. Recordar que este mundo existi¨®, que fue real, se?alar la marca que la ola dej¨® en la roca cuando estaba en lo m¨¢s alto; que este planeta cada vez m¨¢s acalorado lo ocup¨® gente muy feliz porque lo pod¨ªa cambiar. Lo ¨²nico que no quiero cambie en esta vida es el clima.

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