Sin traje y corbata, pero ni hablar de pantal¨®n corto: ?alguien sabe c¨®mo vestir bien en la oficina hoy?
La muerte de la formalidad indumentaria en el trabajo arroja un presente mucho m¨¢s c¨®modo, pero tambi¨¦n muy confuso
Marzo de 2020 marc¨® el comienzo de una ¨¦poca incierta para todo el planeta, de la que la industria de la moda tampoco sali¨® indemne. En ese momento en el que en buena parte del mundo se impon¨ªa el confinamiento, nuestros h¨¢bitos y necesidades cambiaron radicalmente. Scott Sternberg era uno de los dise?adores que ve¨ªa con preocupaci¨®n el futuro inmediato. Tan solo dos a?os antes hab¨ªa fundado Entireworld, la marca con la que iniciaba su segunda aventura en la moda, tras el auge y ca¨ªda de su anterior firma, Band of Outsiders. ?Qui¨¦n iba a comprar ropa en un momento en el que casi no se pod¨ªa salir de casa?, se preguntaba. Pero, para sorpresa de Sternberg, Entireworld vivir¨ªa su mejor ¨¦poca de ventas. Uno de los dise?os de su marca, unos ch¨¢ndales de colores vivos inspirados en una serie infantil, multiplic¨® sus ventas. Mientras otras firmas ve¨ªan como sus n¨²meros ca¨ªan en picado, Entireworld despegaba. Sin pretenderlo, Sternberg se hab¨ªa adelantado a un cambio de tendencia: mientras la formalidad en el vestir se antojaba in¨²til, la comodidad marcaba aquello que se llam¨® ¡°la nueva normalidad¡±.
Desde entonces, muchas cosas han cambiado, pero otras tambi¨¦n han pasado a formar parte del escenario cotidiano. Una de ellas es una mayor relajaci¨®n a la hora de vestir, especialmente en un ¨¢mbito, el profesional, que tradicionalmente impon¨ªa unos c¨®digos no escritos m¨¢s estrictos. Tras meses en los que las videollamadas consiguieron que buena parte del planeta solo se arreglase de cintura para arriba, parece que una corriente silenciosa de pensamiento nos ha convencido de que ciertas formalidades ya no son necesarias. Esa nueva mentalidad se ha reflejado incluso en los m¨¢s altos ¨®rganos de poder. El pasado a?o, durante la reuni¨®n del G-7 en Alemania, los l¨ªderes de siete de las mayores econom¨ªas del planeta posaron sin corbata por primera vez en los 40 a?os en los que se han celebrado estas cumbres. Este mismo a?o, The New York Times dedicaba un art¨ªculo a los cambios de vestimenta en el Senado estadounidense, entre los que ya no es extra?o ver a alguien con sudadera. La pandemia, definitivamente, ha acelerado algo que el dise?ador Tom Ford ya vaticinaba en una entrevista de 1999. ¡°Cada vez trabajamos m¨¢s y m¨¢s delante de un ordenador (...). Podr¨ªamos estar trabajando en ropa interior y camiseta. ?A qui¨¦n le importa? ?Qui¨¦n va a vernos?¡±.
La muerte del traje-armadura
¡°La pandemia fue un momento en el que empezamos a hacernos preguntas tales como: qu¨¦ quiero hacer con mi vida, cu¨¢nto y c¨®mo quiero trabajar, de qu¨¦ manera quiero organizarme¡ y la moda es el reflejo de la sociedad en cada momento¡±, explica Manuel Garc¨ªa, de la firma de sastrer¨ªa Garc¨ªa Madrid. Desde su experiencia, ¨¦l confirma que ¡°ha cambiado la forma de vestir y la forma en la que queremos mostrarnos a los dem¨¢s. Hemos ido evolucionando hacia una moda m¨¢s relajada en la vida diaria, en el trabajo y un toque m¨¢s sofisticado en la noche y en los eventos festivos¡±. Su firma hace tiempo que detect¨® esos cambios y apuesta por una mayor variedad que se distancia del traje cl¨¢sico. ¡°El teletrabajo, las normas sociales m¨¢s relajadas o el acercamiento a los dem¨¢s ha hecho que la forma de vestir se adec¨²e a este estilo de vida y haya nuevos c¨¢nones est¨¦ticos laborales. El estilo casual ha triunfado y por el momento no hay vuelta atr¨¢s¡±. En el caso de Garc¨ªa Madrid, se concreta por el ¡°abandono de la corbata, uso de zapato deportivo con los trajes y relegar el traje a eventos de ¨ªndole m¨¢s formal y no tanto al d¨ªa a d¨ªa¡±.
El mayor damnificado de este cambio ha sido, por tanto, la combinaci¨®n de traje y corbata, durante d¨¦cadas el s¨ªmbolo inamovible de la seriedad laboral. Si bien en algunos sectores profesionales ya era percibido como un vestigio del pasado, la pandemia ha sido el paso definitivo para que otras profesiones lo guarden definitivamente en el armario. Lo explica Carlos Rey, consultor de calidad alimentaria: ¡°Cuando yo empec¨¦, nos dec¨ªan que el traje era la armadura del consultor¡±. Esa vestimenta que proporcionaba seriedad y distancia se desplom¨® definitivamente durante el confinamiento. ¡°Por un lado, cuando ya tienes m¨¢s confianza, no sientes la necesidad de refugiarte en esa armadura. Por otro, a partir de trabajar por videollamada, mucha gente se ha relajado y se ha dado cuenta de que no hace falta que los profesionales se vistan de traje y corbata. Nos hemos visto unos a otros en situaciones m¨¢s normales de nuestra vida diaria, en nuestras casas. Al final, era normal ver a un cliente con camiseta¡±, cuenta.
Un nuevo escenario en la oficina
Como en todo momento de cambio, tambi¨¦n asoma cierto desconcierto. Tras d¨¦cadas en las que vestirse para ir a trabajar era tan sencillo como elegir qu¨¦ corbata combinaba mejor con qu¨¦ traje, ahora las opciones son m¨¢s amplias. ?D¨®nde est¨¢ la l¨ªnea que separa lo aceptable de lo demasiado casual? Como casi siempre, depende del ojo que lo mire. ¡°Yo hago consultor¨ªa de moda y dise?o de ropa y accesorios, pero parte de ese trabajo tambi¨¦n pasa por estar atento a qu¨¦ ropa llega, c¨®mo se expone, y he notado en los ¨²ltimos tiempos que ha crecido much¨ªsimo el streetwear y el urban¡±, explica el dise?ador Rub¨¦n G¨®mez. ¡°Ahora incluso ya vemos a m¨¢s cargos directivos que van en zapatillas deportivas. Lo que era el casual friday [algunas empresas invitaban a sus trabajadores a acudir los viernes con vestuario m¨¢s informal y relajado] ahora ya se extiende a un casual diario¡±.
Esa irrupci¨®n del streetwear, ya ¨ªntimamente vinculado al lujo urbano, gana cada vez m¨¢s terreno en una ¨¦poca en la que los paradigmas de empresario de ¨¦xito, de Mark Zuckerberg a Elon Musk, nos han acostumbrado a que la persona que marca los designios de gran parte de los consumidores del planeta lo hace apoyando sus zapatillas de edici¨®n limitada sobre la mesa de su despacho. ¡°Ahora vestirse y arreglarse no significa ponerse trajes¡±, explica Mar¨ªa Pay¨¢, especialista en tiendas masculinas en la tienda madrile?a WOW Concept. ¡°Pueden usarse tejidos m¨¢s t¨¦cnicos, en los que prima la comodidad¡±. ¡°Ahora ya no se usa tanto un traje con camisa, sino que tambi¨¦n se combina con camiseta, con un estilo m¨¢s relajado. Tambi¨¦n estamos viendo que se usan m¨¢s zapatillas y no tanto zapatos¡±, apunta Sergio P¨¦rez, su compa?ero en WOW Concept y especialista en streetwear.
Pese a estos cambios en lo que resulta aceptable vestir en determinados sectores profesionales, hay viejos h¨¢bitos que cuesta superar, y los centros de negocios de Madrid o Barcelona todav¨ªa no son Silicon Valley en t¨¦rminos de libertad de estilo. ¡°Cuando vamos a comprar, siempre nos ense?an productos muy interesantes pero que sabemos que al hombre espa?ol todav¨ªa les cuestan¡±, apunta Pay¨¢. ¡°Hay mucha gente a la que todav¨ªa no la puedes sacar de sus pantalones pitillo. Es verdad que en la cuarentena la gente pasaba mucho tiempo metida en redes sociales y ha habido un poco m¨¢s de conocimiento de marcas, por eso piden piezas un poco m¨¢s especiales¡±.
Sin embargo, sigue habiendo prendas tab¨² en determinados entornos laborales. ¡°Vaqueros muy sueltos o estampados, trajes de colores¡ Cualquier cosa muy fuera de lo com¨²n nunca apostar¨ªamos por comprarlo, m¨¢s all¨¢ de algunas piezas especiales¡±, remarca Pay¨¢. Otra es, sin duda, el uso de pantal¨®n corto en verano, a¨²n el gran tema pendiente en casi todas las oficinas. Uno de los miembros de la redacci¨®n de ICON todav¨ªa recuerda cuando, en un trabajo anterior, el uso de esta prenda le vali¨® una reprimenda. ¡°Me dijo mi subdirectora: el presidente se va a enfadar como te vea con esos pantalones. Yo estaba reci¨¦n llegado y no sab¨ªa que era una norma, pero lo era, as¨ª que ella ten¨ªa raz¨®n. A veces el c¨®digo de vestuario de un lugar se aprende a base de prueba, error y sustos¡±.
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