¡°S¨¦ que si quedo con amigos me tomo ocho cervezas¡±: el enero en que los j¨®venes decidieron dejar de beber
La generaci¨®n Z es la m¨¢s abstemia de la historia, seg¨²n varios estudios, y gran parte de los que beben se plantean la posibilidad de dejarlo o hacer parones para que su cuerpo respire (especialmente tras los excesos navide?os)
Quedaban todos los domingos a tomar el aperitivo. Era un grupo de madrile?os veintea?eros, algunos se conoc¨ªan de toda la vida, y otros, como Oliva Alonso, se hab¨ªan unido m¨¢s tarde. Juntaban varias mesas en un bar de San Bernardo, y se quedaban ah¨ª hasta que se iba la luz. Todo ese tiempo lo pasaban bebiendo: verm¨², un doble, despu¨¦s una copa. Un d¨ªa, su amigo Dani dej¨® de ir. Al principio no dio explicaciones, pero al final confes¨® que era incapaz de aguantar ese ritmo de beber, dijo que estaba harto de empezar cada semana con resaca. ¡°Nos dimos cuenta de que a todos nos estaba pasando un poco lo mismo¡±, recuerda Alonso. ¡°Y ahora intentamos hacer planes distintos que no impliquen beber¡±.
¨C?C¨®mo cu¨¢les?
¨CComo ir al Jard¨ªn Bot¨¢nico. Ya s¨¦ que suena un poco a Alcoh¨®licos An¨®nimos, pero tambi¨¦n es un planazo.
Cada vez son m¨¢s los j¨®venes que reducen su consumo de alcohol o incluso dejan de beber. Seg¨²n un estudio de Statista realizado en Estados Unidos, que incluy¨® a 10.000 ciudadanos de entre 18 y 64 a?os, la Generaci¨®n Z ¡ªaquellos nacidos entre finales de los noventa y principios de los 2000¡ª es la m¨¢s sobria de la historia. Adem¨¢s, un estudio internacional de HBSC, respaldado por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, indica que solo el 8% de los adolescentes consume alcohol semanalmente, una cantidad significativamente menor comparada con la de sus coet¨¢neos en 2006. Esta tendencia se refleja en la popularidad de iniciativas como Dry January (enero seco), que surgi¨® en el Reino Unido en 2013, y anima a los participantes dejar de consumir alcohol durante el primer mes del a?o como respuesta a los excesos navide?os.
Guillermo Gonz¨¢lez, de 25 a?os, afront¨® este reto entre mayo y junio del a?o pasado. ¡°La verdad es que no escog¨ª el mejor mes¡±, afirma, haciendo referencia a la sed que habitualmente acompa?a a la llegada del buen tiempo. Ven¨ªa de una temporada intensa de viajes, con mucho plan social, y una elevada ingesta et¨ªlica. ¡°Termin¨¦ hecho una porquer¨ªa¡±, resume. No recuerda si alguien le habl¨® del reto, o lo ley¨® en alg¨²n sitio. ¡°Probablemente me apareci¨® en Instagram¡±, comenta. ¡°Ten¨ªa muy claro que necesitaba un break, as¨ª que decid¨ª probarlo como un desaf¨ªo personal¡±.
Lo primero que not¨® fue una ¡°clara mejor¨ªa¡± en su rendimiento f¨ªsico. De pronto le daba menos pereza ir al gimnasio y, en general, se sent¨ªa menos cansado. Sus planes sociales siguieron exactamente igual, lo que cambi¨® fue su disposici¨®n a permanecer en ellos. ¡°Deb¨ª salir unas tres veces de fiesta y, obviamente, no aguant¨¦ tanto. Ves a la pe?a completamente mamada, oyes m¨²sica que ni siquiera te apetece escuchar... al final te vas antes¡±.
Una encuesta de la Universidad de Sussex de 2019 revel¨® que el 59% de los participantes beb¨ªan menos en el mes de junio (comparado con los ¨ªndices del a?o anterior) que antes de iniciar el reto en el mes enero. En el otro extremo, un 11% hab¨ªa experimentado un efecto rebote y beb¨ªan m¨¢s que antes. Esto suced¨ªa, principalmente, entre los que no hab¨ªan logrado completar los 31 d¨ªas sin alcohol. El doctor Jon D¨ªez Alc¨¢ntar se?ala que incluso un corto per¨ªodo de abstinencia puede beneficiar la salud, mejorando aspectos como la calidad del sue?o, la reducci¨®n de s¨ªntomas psicol¨®gicos como ansiedad y depresi¨®n, la mejora en la calidad de la piel y la p¨¦rdida de peso. Sin embargo, un art¨ªculo en la revista Nature sugiere que esta campa?a no es recomendable para bebedores cr¨®nicos debido al riesgo de s¨ªndrome de abstinencia y que per¨ªodos cortos de abstinencia no impiden los efectos a largo plazo del consumo excesivo de alcohol.
Adi¨®s, amigos
Aitana Oliveros, de 24 a?os, empez¨® muy pronto a salir de fiesta. No le costaba aguantar hasta que cerrara la discoteca, ni quedarse de ma?aneo en un pol¨ªgono, escuchando m¨²sica en los altavoces de un coche. Hace dos a?os se apunt¨® a clases de crossfit. Al principio iba un par de veces por semana. Hac¨ªa tiempo que hab¨ªa perdido la costumbre de hacer ejercicio. Empez¨® a disfrutar cada vez m¨¢s de los entrenamientos. Sin darse cuenta, se acostumbr¨® a programar su despertador a las seis de la ma?ana para arrancar la jornada en el box, haciendo sentadillas y burpees. ¡°Me empez¨® a dar m¨¢s pereza la fiesta. Dej¨¦ de soportar encontrarme mal al d¨ªa siguiente, saltarme el entreno o ahogarme porque me hab¨ªa fumado dos paquetes en una noche¡±, explica.
El cambio conllev¨® dejar atr¨¢s a ciertos grupos de amigos a los que relacionaba directamente con la fiesta. ¡°Hay gente a la que dej¨¦ de hablar. Algunos amigos se enfadaron conmigo por no ir a sus cumplea?os y cosas as¨ª, pero sinceramente prefer¨ªa estar tranquila que ir a esos planes que ya sab¨ªa c¨®mo iban a terminar¡±. Ahora, salvo en ocasiones excepcionales, ha limitado su vida social entre semana, lo que ha llevado a una reducci¨®n significativa en su consumo de alcohol. ¡°S¨¦ que si quedo con alguien me voy a terminar bebiendo ocho cervezas, o que si digo que me voy pronto, me van a mirar mal, o van a decir que soy una aburrida¡±.
Espa?a es el segundo pa¨ªs de la Uni¨®n Europea en cuanto a frecuencia de consumo de alcohol, superado tan solo por Portugal. El 13% de los espa?oles beben alcohol cada d¨ªa. La cerveza y el vino act¨²an como lubricante social obligado en fiestas, charangas, verbenas, cenas o barbacoas de todos los rincones del pa¨ªs. En algunos ambientes, el abstemio se convierte en una especie de apestado, continuamente requerido a dar explicaciones por no beber. Sergio Paredes, de 26 a?os, estuvo seis meses sin probar una sola gota de alcohol. ¡°Me sentaba en el bar, me ped¨ªa un Aquarius, y siempre las mismas preguntitas: ¡®Ah, ?pero t¨² no bebes?¡¯ o ¡®?Qu¨¦ te pasa, est¨¢ malo?¡¯. Lo mismo al salir de fiesta. Yo no veo que a nadie le pregunten por qu¨¦ se ha pedido una cerveza¡±, sostiene.
Su periodo de abstinencia se extendi¨® de enero a julio de 2023. ¡°De los siete d¨ªas de la semana, beb¨ªa en cinco o seis, no excesivamente, pero me di cuenta de que no pod¨ªa hacer ning¨²n plan sin alcohol¡±, cuenta. Al igual que Aitana Oliveros, encontr¨® en el ejercicio f¨ªsico una forma de reorganizar sus prioridades. ¡°A m¨ª me gusta mucho correr y estaba viendo que esto era contraproducente, hasta me empezaba a notar barriga de tanto beber alcohol. Me preguntaba: ?de qu¨¦ sirve levantarme temprano y pasar fr¨ªo si luego lo arruino por la tarde?¡±.
Su abstinencia alcoh¨®lica se interrumpi¨® poco despu¨¦s de mudarse a Chile para un programa de intercambio, y est¨¢ considerando de nuevo dejar o al menos reducir su consumo de alcohol. ¡±Por ejemplo, en Nochebuena empec¨¦ con un vaso de agua y ya durante la cena me beb¨ª una o dos copas de vino¡±.
Beber lento requiere tener una personalidad fuerte o unos nervios de acero, como el personaje de Brad Pitt en la pel¨ªcula El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (Andrew Dominik, 2007), que tardaba varias horas en acabar una jarra de cerveza, tras lo cual declaraba sentirse completamente borracho. A la periodista inglesa Rosamund Dean se le adjudica la creaci¨®n del t¨¦rmino mindful drinking (beber de forma consciente). En 2017 public¨® un libro, Mindful drinking: c¨®mo moderar el consumo de alcohol cambiar¨¢ tu vida, en el que explicaba sus estrategias para dejar de entender el consumo de alcohol como un h¨¢bito y una obligaci¨®n social. Esta pr¨¢ctica implica ser consciente de los efectos del alcohol en uno mismo y buscar un equilibrio m¨¢s saludable, en lugar de beber por h¨¢bito o presi¨®n social. El objetivo es controlar y sentirse c¨®modo con el consumo et¨ªlico, optando por una moderaci¨®n en lugar de la abstinencia total.
No es necesario una existencia asc¨¦tica. Una alegre moderaci¨®n es compatible con disfrutar de los placeres que ofrece la bebida. En esta filosof¨ªa se ubica Paula Mira, de 25 a?os, que el 1 de enero dej¨® el tabaco, pero no renunci¨® al alcohol. ¡°Aunque es probable que tambi¨¦n tome menos cerveza; muchas veces beb¨ªa por no echarme un piti en seco¡±. Para esta joven madrile?a, los inviernos est¨¢n hechos para hibernar, y quedarse en casa, y los veranos para pasar el d¨ªa fuera. ¡°Todos pasamos por rachas en cuanto a beber y salir de fiesta, aunque yo creo que en mi caso hay una tendencia, siento que viene otra etapa de la vida, que en todos los sentidos me est¨¢ pidiendo la necesidad de algo nuevo. Y ese cambio tambi¨¦n va de la mano de eso: no beber todos los findes, no salir todo el rato¡±.
¨C?Nos hemos cansado de la fiesta?
¨CNo s¨¦, igual es que nos hacemos mayores.
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