Hombre grande y perro peque?o: las verdades tras el t¨¢ndem que triunfa en las redes
Chihuahuas, pequineses o pomeranias han sido siempre perros asociados a lo femenino, pero desde hace un tiempo hombres famosos, forzudos y deseados presumen de sus canes peque?os y crean una nueva brecha en lo que se consideraba la masculinidad hegem¨®nica
Cuando Paris Hilton convirti¨® a su Chihuahua Tinkerbell en una criatura que adornaba un bolso comenz¨® la era en la que celebridades y personalidades adineradas llevaban con orgullo a sus mascotas peque?itas siempre consigo como si fueran otro charm m¨¢s de sus bolsos de alta gama. Por aquel entonces, era imprescindible que las mascotas tuvieran pedigr¨ª, aunque en la actualidad, las celebridades tienden a apostar por perros igualmente diminutos, pero en muchos casos, adoptados.
La responsable de recoger el relevo de Paris Hilton es Demi Moore, que hizo de su perra Pilaf, que sufre de lengua colgante (las razas bonitas y peque?as que se ponen de moda suelen tener muchos problemas de salud) la estrella del Festival de Cannes. La edici¨®n americana de la revista Vogue escribi¨® que ¡°el mejor accesorio¡± de la actriz era su perra (si es conveniente considerar a un animal un accesorio es otro asunto). Harper¡¯s Bazaar se?alaba que Demi Moore ¡°hab¨ªa accesorizado su conjunto de Carolina Herrera con su perra Pilaf¡±.
Las publicaciones convert¨ªan as¨ª a las mascotas en una suerte de complemento de moda, pero mucho antes, en los perfiles de las aplicaciones de citas, muchos hombres ya se hab¨ªan dado cuenta de que posar con sus perros los convert¨ªa en unos hombres de imagen m¨¢s dulce y, por lo tanto, m¨¢s deseables y deseados.
El 29 % de los miembros de Tinder admite haber a?adido una foto con un perro en su perfil para aumentar sus posibilidades de encontrar pareja. Como revelan los datos de la aplicaci¨®n, quienes lo hacen consiguen un 5% m¨¢s de matches que otros usuarios. Sin embargo, ya no hace falta recurrir a estas apliciones para que los hombres posen con orgullo con sus perros, pues ahora los famosos llevan a los animales con los que comparten su vida tanto en la alfombra roja como en sus entrevistas y viajes, y por descontado, posan con ellas en sus redes sociales, desatando instant¨¢neamente una oleada de suspiros.
Pero si antes figuras como Jake Gyllenhaal presum¨ªan de sus grandes canes (¨¦l tiene un Pastor Alem¨¢n llamado Atticus), los actores m¨¢s deseados tienen ahora perros de tama?o reducido, algo que fascina a muchas mujeres. Como indica un estudio de la Universidad de Ja¨¦n publicado en Journal of Veterinary Behavior, cuando un hombre pasea a un perro peque?o, las mujeres le consideran menos intimidante y amenazador que cuando est¨¢ solo. Quiz¨¢s, si en la encuesta virtual de TikTok que preguntaba a las mujeres si preferir¨ªan quedarse solas con un oso o con un hombre desconocido, se hubiera sumado a ese hombre la compa?¨ªa de un perrito, la respuesta mayoritaria no habr¨ªa sido ¡°el oso¡±...
La extra?a pareja
Glen Powell no se despeg¨® en la grabaci¨®n de Twisters de Brisket, un perro al que adopt¨® durante el rodaje y con el que ha posado en el estreno del largometraje. ¡°?Puede Glen Powell adoptarnos a nosotras tambi¨¦n?¡±, se pregunta la edici¨®n australiana de Elle. Por su parte, Sofia Vergara permiti¨® que Joe Manganiello se quedase con su perra Bubbles tras el divorcio, pues el actor era incapaz de separarse de ella, con la que posa siempre en sus redes sociales. Hace una semana dedic¨® en Instagram un emotivo mensaje a Bubbles (no confundir con el mono de Michael Jackson) acompa?ado de diversas im¨¢genes en las que posa con ella. ?El comienzo de su carta de amor canino? ¡°A veces, un perro no es s¨®lo un perro¡¡±.
Lo llamativo es que anta?o los hombres musculados siempre apostaban por perros de apariencia agresiva y tama?o tit¨¢nico, mientras que ahora, muchos eligen perros delicados y min¨²sculos. Ra¨²l Gonz¨¢lez Mac¨ªas, sex¨®logo, educador y divulgador, explica que hasta hace poco, y seg¨²n lo que mostraban los estereotipos, primaba la idea de tener como compa?ero a un animal que reforzara los valores hegem¨®nicos asociados a la masculinidad. ¡°Entre estos valores ¨ªntimamente relacionados con lo masculino y los perros, podemos encontrar la fortaleza, el tama?o, la lealtad y la presencia agresiva que infunde miedo y respeto. La diferenciaci¨®n en base a los roles de g¨¦nero, no s¨®lo ha permeado en las propias vivencias que los sujetos tienen de s¨ª mismos, sino en c¨®mo esas identidades se complementan tambi¨¦n con los animales que nos acompa?an. Los hombres buscan ese refuerzo identitario a trav¨¦s de los perros y se diferencian as¨ª de lo femenino, m¨¢s asociado a la compa?¨ªa de gatos¡±, explica. ¡°Esta tendencia de hombres musculosos con perros peque?os puede venir acompa?ada de una peque?a vuelta a la idea de lo masculino, donde quiz¨¢s esto puede servir y ser ¨²til como algo que ciertas mujeres puedan erotizar en dichos hombres. Es una forma de acercarse a la deseabilidad de las mujeres a trav¨¦s de perros peque?os que generalmente, tanto han llamado la atenci¨®n en el ideario de lo que hemos entendido socialmente como femenino¡±, comenta.
Por una parte Erick Pescador Albiach, soci¨®logo, sex¨®logo y especialista en desarrollo de la cultura del cuidado, explica que un hombre de aspecto rudo que presume de su mascota peque?a podr¨ªa indicar tres aspectos. ¡°Puede intentar demostrar al mundo que a pesar de su fortaleza y aspecto duro, en realidad tiene un gran coraz¨®n, que disfruta protegiendo a los dem¨¢s¡±, asegura. Otra opci¨®n es, se?ala, que se trate simplemente de... una nueva forma de ligar. ¡°La otra posibilidad es que su debilidad, peque?ez e inseguridad interna le obligue a mantener el tipo poderoso dentro, pero que para expresar sus otras emociones, lo haga desde fuera, con un alter ego peque?o y aparentemente desvalido¡±, explica.
Hafthor Bjornsson, el actor de m¨¢s de dos metros de altura que daba vida a La Monta?a en ¡®Juego de Tronos¡¯, no s¨®lo posa siempre con su perro pomerania, sino que entrena con ¨¦l, como demostr¨® en un v¨ªdeo en Instagram, en el que asegur¨® que su entrenamiento con Asterix, que es como se llama su perro, fue ¡°el training de cardio m¨¢s intenso¡± que hab¨ªa hecho en mucho tiempo.
¡°Cuando veo a un hombre con un perro min¨²sculo, pienso inmediatamente que est¨¢ cuidando de la mascota de su novia¡±, dice un hombre que es preguntado por la calle acerca de esta tendencia en el documental Big Men, Small Dogs, que escribe, produce y dirige Cat Mills. Decidi¨® poner en marcha el proyecto al darse cuenta en Toronto de que hab¨ªa gran cantidad de hombres de gran tama?o que paseaban a unos perros tan peque?os que pens¨® que eran gatos. ¡°Inmediatamente llam¨® mi atenci¨®n, y lo percib¨ª como algo divertido, pero luego comenc¨¦ a pensar en ello y a preguntarme por qu¨¦ pensaba que era tan divertido. Sent¨ª que el hecho de que los hombres se sintieran seguros de tener perros peque?os y femeninos realmente mostraba un cambio en nuestras normas de g¨¦nero, lo cual fue realmente interesante. Tambi¨¦n pens¨¦ que ser¨ªa una forma muy divertida y desenfadada de analizar las expectativas de g¨¦nero¡±, explica la directora. Su perspectiva no es extra?a: por lo general, la ficci¨®n ha recurrido a enfrentar a hombres y perritos peque?os para hacer comedia. En Solo los tontos se enamoran, Matthew Perry intenta convencer a Salma Hayek que cambien a su chihuahua por un doberman. En la saga Una rubia muy legal, el chihuahua de la protagonista sirve para remarcar su condici¨®n de pija, repipi y cursi. Cuando el perro lo llevaba un hombre, este era indudablemente homosexual.
Mills asegura que con su documental quiere retratar las suposiciones que la gente hace acerca de los hombres que tienen perros peque?os. Por un lado ciertas mujeres los encuentran dulces y cari?osos, por otro, tanto esas mismas mujeres como otros hombres piensan, en un primer momento, que el perro debe de pertenecer a una novia. ¡°Encuentro la masculinidad muy interesante en este momento. Se est¨¢ produciendo un cambio entre los hombres en el que est¨¢n empezando a cuestionar su identidad y lo que significa ser un hombre¡±, comenta.
Ra¨²l Gonz¨¢lez Mac¨ªas se muestra exc¨¦ptico con el hecho de que acciones concretas conlleven cambios en las expectativas de g¨¦nero. Seg¨²n opina, lo que se puede entender como una ruptura de los valores asociados a lo masculino puede no ser otra cosa que una resignificaci¨®n de lo masculino adaptado al presente. ¡°Los cambios en la superficie tienen que ir acompa?ados de transformaciones en las conductas y las acciones para que estas puedan tener un valor colectivo de cambio. De nada sirve tener un perro peque?o o pintarte las u?as si tu forma de estar en el mundo va a seguir construy¨¦ndose y reforz¨¢ndose en base a la idea de que por ser un hombre tienes que ser el proveedor del hogar o proteger a tu pareja de otros hombres. De nada sirve tener un perro peque?o, por muy cuqui que parezca, si sigues creyendo que la libertad sexual deval¨²a a las mujeres, o que por naturaleza tienden a mentir y exagerar o las vas a invalidar cuando denuncian las agresiones que sufren¡±. Como dicen los carteles: cuidado con el perro. Es un buen comienzo, pero val¨®rese qui¨¦n va detr¨¢s.
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