C¨®mo ¡®El sexto sentido¡¯ fue lo mejor y lo peor que le pudo pasar a Shyamalan: ¡°Hacer un giro final tan potente le marc¨®¡±

Pocos desastres financieros han sido tan rentables como lo fue para Disney el de la pel¨ªcula inacabada Broadway Brawler (1997), comedia rom¨¢ntica ambientada en el mundo del hockey cuyo rodaje salt¨® por los aires a los veinte d¨ªas, ya con 17 millones de d¨®lares gastados. Su protagonista y productor, Bruce Willis, decidi¨® que nadie estaba haciendo bien su trabajo y despidi¨® a medio equipo, incluyendo a la directora. Seg¨²n algunas fuentes, su fe en el proyecto termin¨® de hundirse cuando su estilista capilar de confianza en los noventa, Bunny Parker, renunci¨® para incorporarse a El hombre que susurraba a los caballos (1998). El rodaje nunca se retom¨®, Disney amenaz¨® con llevar a la estrella a juicio y, finalmente, se acord¨® que actuar¨ªa en tres pel¨ªculas con cach¨¦ reducido para compensar al estudio. Las pel¨ªculas fueron Armageddon (1998), El sexto sentido (1999) y The Kid (El chico) (2000), que, sumadas, recaudaron m¨¢s de 1.300 millones de d¨®lares. Tal vez como parte del arreglo, en las tres, Bunny Parker volvi¨® a encargarse del pelo de Bruce Willis.

El sexto sentido era la apuesta m¨¢s extravagante. A David Vogel, presidente de Walt Disney Studios, le gust¨® tanto el guion que incluso acept¨® la condici¨®n impuesta por su autor, M. Night Shyamalan, de dirigirlo ¨¦l, pese a tratarse de un veintea?ero cuya mayor haza?a en Hollywood era haber reescrito Stuart Little (1998). Cuando Vogel fue cesado, Disney se desentendi¨®, le pas¨® la pelota a otra compa?¨ªa, Spyglass Entertainment, y se qued¨® solo con los derechos de distribuci¨®n y un porcentaje de la taquilla. Contra todo pron¨®stico, El sexto sentido result¨® ser la segunda pel¨ªcula m¨¢s taquillera de su a?o, solo por debajo de Star Wars: La amenaza fantasma, se convirti¨® en un fen¨®meno cultural y acab¨® obteniendo seis nominaciones a los Oscar, incluyendo mejor director para el (casi) primerizo Shyamalan y mejor pel¨ªcula. Desde El silencio de los corderos (1991), ninguna producci¨®n de terror hab¨ªa aspirado a la principal estatuilla.

Estrenada en EE UU el 6 de agosto de 1999, d¨ªa del 28? cumplea?os de Shyamalan, hace 25 a?os, El sexto sentido fue parte esencial de un momento de transformaci¨®n en el g¨¦nero, que determinar¨ªa c¨®mo iba a ser el cine de terror del siglo XXI. Si otro de los ¨¦xitos de ese a?o, El proyecto de la bruja de Blair, inici¨® la corriente del falso metraje encontrado, la pel¨ªcula de Shyamalan foment¨® un cambio de tercio frente al terror adolescente de los noventa, con un pu?ado de hijas bastardas de enfoque m¨¢s psicol¨®gico, fondo dram¨¢tico y, sobre todo, sorpresas y efectismo.

Porque, al igual que cl¨¢sicos como Psicosis (1960), El planeta de los simios (1968) o El imperio contraataca (1980), El sexto sentido es una pel¨ªcula tan conocida por su argumento como por su revelaci¨®n final. La historia del ni?o (Haley Joel Osment) que ve muertos y del psic¨®logo infantil (Willis) que le ayuda a vencer su miedo se ve¨ªa redondeada por un desenlace inesperado: el psic¨®logo estaba muerto desde el principio. Un giro que impact¨® al p¨²blico contempor¨¢neo y sell¨® el destino de su autor. Shyamalan ten¨ªa una carrera garantizada en Hollywood, pero tambi¨¦n unas expectativas que cumplir. Al fin y al cabo, ¨¦l era ¡°el de El sexto sentido¡±.

Miedo al spoiler

¡°Fue la pel¨ªcula [de mi filmograf¨ªa] que no tuvo que lidiar con ning¨²n precedente¡±, contaba M. Night Shyamalan a Variety en 2019, en una entrevista por el vig¨¦simo aniversario de El sexto sentido. ¡°Cre¨® una asociaci¨®n con mi nombre que ha enmarcado a las dem¨¢s pel¨ªculas¡±. El cineasta Ra¨²l Cerezo, codirector de la pel¨ªcula espa?ola de terror Viejos (2022) y coautor, junto a Jos¨¦ Colmenarejo, del libro M. Night Shyamalan: El cineasta de cristal (Berenice, 2019), coincide en que el final de El sexto sentido tuvo algo de losa sobre su responsable. ¡°Hacer un giro final tan potente le ha marcado. El giro de El sexto sentido es insuperable, no solo por la sorpresa, sino por lo bien que encaja con lo quiere contar en la pel¨ªcula. Bruce Willis ayuda al ni?o a encontrar el camino y el ni?o le ayuda a encontrar el suyo¡±, explica a ICON. ¡°Shyamalan ha seguido haciendo pel¨ªculas brillantes, pero mucha gente se queja de que no tengan un giro como El sexto sentido, cuando hay pel¨ªculas suyas mejores y sin giro¡±.

Cerezo pone el ejemplo de Se?ales (2002), que, pese a su ¨¦xito de taquilla, fue hostilmente recibida por parte de la cr¨ªtica y el p¨²blico: no contaba con una gran sorpresa final ¨Cal menos, no una que redefiniera los t¨¦rminos de la trama principal¨C, al igual que las vilipendiadas La joven del agua (2006) o El incidente (2008). Para el escritor y director, el punto fuerte de los guiones de Shyamalan no son necesariamente sus ¡°elaborados finales sorpresa¡±, que relaciona con la declarada influencia de Rod Serling y su serie de televisi¨®n La dimensi¨®n desconocida (1959), sino su profundidad tem¨¢tica: ¡°En El sexto sentido habla de la identidad, de superar los traumas, igual que en El bosque [2004] habla del amor, en Se?ales de la fe o en El incidente de la comunidad. Las personas que no ven cine de terror porque les da miedo o creen err¨®neamente que es un g¨¦nero menor llegan a Shyamalan por sus historias dram¨¢ticas y sus personajes. Tambi¨¦n cuenta siempre con estrellas en el reparto. Tiene la habilidad de meterse a todo el mundo en el bolsillo¡±.

En un art¨ªculo de USA Today de 2005 titulado Este impactante giro es¡­ secreto, el periodista Anthony Breznican describ¨ªa c¨®mo el ¨¦xito de El sexto sentido hab¨ªa llevado a los estudios a promocionar, a modo de reclamo, que sus estrenos conten¨ªan una revelaci¨®n sorpresa. El anuncio de La llave del mal (2005) contaba con una voz en off que proclamaba que la pel¨ªcula ten¨ªa ¡°un final como el de Los otros [2001], La semilla del diablo [1968] o El sexto sentido¡±. Su guionista Ehren Kruger lamentaba que avisar de antemano de un giro desvirtuaba la experiencia, porque al espectador dejaba de interesarle la historia para limitarse a adivinar c¨®mo acababa. Tambi¨¦n advert¨ªa de la conformaci¨®n en internet de una ¡°cultura del spoiler¡±: la resoluci¨®n de La llave del mal se filtr¨® en redes por la curiosidad creada, lo que disuadi¨® a muchos de ver la pel¨ªcula, como si ning¨²n otro elemento de la narraci¨®n mereciera la pena. Otro entrevistado, el analista Brandon Gray, alud¨ªa a Shyamalan: ¡°Si la gente piensa que el giro es pat¨¦tico, como en El bosque, la pel¨ªcula se ve [comercialmente] da?ada. Es un caso de pel¨ªcula perjudicada por el boca a boca¡±. La divisiva sorpresa de El bosque tambi¨¦n fue filtrada un a?o antes del estreno.

¡°Necesita m¨¢s giros¡±

En la escena m¨¢s famosa de El sexto sentido, cuando el ni?o le dice a Bruce Willis eso de ¡°En ocasiones, veo muertos¡±, el personaje de Haley Joel Osment tambi¨¦n afea al adulto su incapacidad para contar una buena historia. ¡°Necesita m¨¢s giros¡±, le reprocha. Shyamalan ha exhibido una actitud autoconsciente, casi ir¨®nica, hacia su papel como narrador desde el principio ¨Csi consideramos principio El sexto sentido y no sus ampliamente desconocidas primeras pel¨ªculas, los dramas religiosos Praying With Anger (1992) y Los primeros amigos (1998)¨C. A punto de estrenar nueva pel¨ªcula, La trampa, el director ha vivido en los ¨²ltimos a?os un nuevo florecimiento cr¨ªtico y comercial de la mano de propuestas de bajo presupuesto, donde su sello autoral es omnipresente. En Tiempo (2021), la sorpresa aparec¨ªa como un a?adido c¨®mico ajeno a la historia. El suspense en Llaman a la puerta (2023), por su parte, se constru¨ªa sobre la expectativa de un giro capaz de revertir lo rocambolesco de la premisa (unos asaltantes solicitan el sacrificio de una pareja gay para evitar el fin del mundo).

¡°Al irse al bajo presupuesto, ha vuelto a ser ¨¦l¡±, cree Ra¨²l Cerezo. ¡°Como todo gran autor, quer¨ªa hacer pel¨ªculas enormes que llegaran a mucha gente, por eso hizo Airbender, el ¨²ltimo guerrero [2010] y After Earth [2013]. Pero se encontr¨® con que no ten¨ªa la libertad que necesita su cine¡±.

Con precedentes literarios como Otra vuelta de tuerca (1898), de Henry James, que inspirar¨ªa tambi¨¦n (con escas¨ªsima fortuna en cuanto a su factor sorpresa) a Amen¨¢bar muy poco despu¨¦s en Los otros, El sexto sentido fue tambi¨¦n una pel¨ªcula endeudada con la dimensi¨®n tr¨¢gica familiar de las pel¨ªculas de Steven Spielberg o el suspense psicol¨®gico de Val Lewton. En la historia del fantasma que intercede en los asuntos de alguien vivo para ayudarle ¨Cy viceversa¨C tambi¨¦n hay quien ha visto batir las alas a los ¨¢ngeles de El cielo sobre Berl¨ªn (1987) o ?Qu¨¦ bello es vivir! (1946).

El extendido conocimiento de su final, de dominio p¨²blico entre incluso quienes nunca se han enfrentado a la pel¨ªcula, permite, 25 a?os despu¨¦s, ver El sexto sentido menos condicionados por su impacto. Las flaquezas de su trampa narrativa (la arbitrariedad de las reglas, como que los muertos no sepan que est¨¢n muertos, pero en algunos casos s¨ª) se hacen m¨¢s evidentes, pero tambi¨¦n el calado emocional de una historia sobre c¨®mo se desactiva el miedo cuando se aprende a dialogar con ¨¦l, y c¨®mo el miedo se puede transformar en amor gracias a la comprensi¨®n y el entendimiento, con la madre (Toni Colette) como pieza esencial de la ecuaci¨®n. La pel¨ªcula favoreci¨® adem¨¢s el redescubrimiento de Bruce Willis como competente actor dram¨¢tico, y su sociedad con Shyamalan se restableci¨® muy poco despu¨¦s en otra de las pel¨ªculas m¨¢s aclamadas de ambos, El protegido (2000). La peluquera Bunny Parker, en cambio, bien fuera por un desencuentro o por un cambio en las demandas capilares del actor, termin¨® ese a?o su asociaci¨®n con Willis.

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