El problema de ¡®Del rev¨¦s 2¡ä: ?est¨¢n las emociones al servicio de la productividad?
La secuela del ¨¦xito de Disney, pese al desigual recibimiento de la cr¨ªtica, se ha convertido r¨¢pidamente en la pel¨ªcula m¨¢s taquillera del a?o. Su noci¨®n de la mente humana como f¨¢brica, sin embargo, ofrece matices controvertidos?
Con m¨¢s de 1.000 millones de euros recaudados en las pocas semanas transcurridas desde su estreno, Del rev¨¦s 2, la secuela del ¨¦xito de Pixar de 2015, ya es la pel¨ªcula m¨¢s taquillera del a?o. Si la entrega anterior ahondaba en los procesos mentales de una ni?a, Riley, mostrados a la manera de una planta de producci¨®n donde las emociones (Alegr¨ªa, Tristeza, Ira, Asco y Miedo, a modo de criaturas fant¨¢sticas) ten¨ªan que trabajar en equipo, esta continuaci¨®n retoma al personaje en su adolescencia, una etapa vital en la que, dentro de la narrativa, se manifiestan emocionas nuevas: Ansiedad, Verg¨¹enza, Envidia y Ennui ¨Cla ¨²ltima, una especie de cruce entre el aburrimiento y la apat¨ªa¨C. Aunque la pel¨ªcula ha supuesto econ¨®micamente un bal¨®n de ox¨ªgeno para el estudio propiedad de Disney, despu¨¦s de que Lightyear (2022) y Elemental (2023) obtuvieran resultados m¨¢s discretos, la cr¨ªtica no ha sido tan entusiasta con Del rev¨¦s 2 como lo fue con la original, por la p¨¦rdida del factor sorpresa y un esquema argumental muy parecido.
¡°Parece m¨¢s un contenido adicional descargable que una historia que se sostenga sola¡±, escrib¨ªa el periodista Jay Caspian Kang en una columna en The New Yorker. ¡°Su enorme ¨¦xito sugiere que habr¨¢ m¨¢s contenido adicional. Quiz¨¢ en Del rev¨¦s 8 nos reunamos con una Riley de 44 a?os y conozcamos las cuatro nuevas emociones que dirigen su vida: Distimia, Indiferencia, Ira Desplazada y Decepci¨®n Racionalizada¡±. Su colega Richard Brody, otra firma destacada de la misma cabecera, fue precisamente uno de los pocos cr¨ªticos disidentes cuando se estren¨® la pel¨ªcula original, de la que escribi¨®: ¡°Vi un pitch de larga duraci¨®n para transformar a los ni?os en seres tan artificiales y uniformes como los creados por ordenador en la pel¨ªcula. En lugar de los misterios y maravillas de la vida, de los grandes sue?os y grandes miedos, Del rev¨¦s ofrece problemas que resolver, una vida estrecha de perspectivas, experiencias, fantas¨ªas y deseos estrechos¡±.
Del rev¨¦s 2 se enmarca en una nueva estrategia comercial del estudio, que el jefe creativo de la compa?¨ªa, Pete Docter, explic¨® as¨ª en una pol¨¦mica entrevista el pasado mayo en Bloomberg: ¡°Las pel¨ªculas del estudio deber¨ªan consistir menos en la b¨²squeda de la catarsis de un director y m¨¢s en hablar de una experiencia com¨²n¡±, en lo que parec¨ªa aludir a t¨ªtulos de car¨¢cter m¨¢s personal como Luca (2021), Red (2022) o Elemental, todos de directores migrantes o descendientes de migrantes, con elementos de sus culturas integrados en la animaci¨®n. Docter, que no repite al frente de la secuela, fue el director de la primera entrega de Del rev¨¦s y tambi¨¦n de otros grandes ¨¦xitos de la edad dorada del estudio como Monstruos, S.A. (2001) o Up (2009). La pel¨ªcula sobre las criaturas que obtienen energ¨ªa aterrorizando a ni?os comparte con Del rev¨¦s el enfoque corporativo, al igual que su ¨²ltimo trabajo, Soul (2020), donde el M¨¢s All¨¢ tiene un funcionamiento industrial y a las almas se les permite nacer en la Tierra una vez completan un entrenamiento.
El cr¨ªtico cultural Alberto Corona analizaba en sus dos vol¨²menes de La otra Disney (2020-23, Applehead Team) la l¨ªnea de pel¨ªculas en imagen real desarrolladas por la factor¨ªa desde los a?os cuarenta, en un recorrido por las estrategias empresariales, coyunturas sociales y discursos ideol¨®gicos que impregnaron las propuestas del estudio durante el siglo pasado. Al final del segundo volumen, el periodista hablaba de la transformaci¨®n de Disney en el gran conglomerado de entretenimiento que es ahora, tras comprar Pixar en 2006, Marvel en 2009, Lucasfilm (con los derechos de Star Wars e Indiana Jones) en 2012 o Fox en 2019. Aunque Corona cree que se ha dado una homogeneizaci¨®n est¨¦tica entre las diferentes propiedades de Disney, con ¡°unos modos de producci¨®n asociables a las im¨¢genes de los parques de atracciones y sus espect¨¢culos¡±, tambi¨¦n piensa que el caso de Pixar merece ser analizado como un fen¨®meno aparte. En su cr¨ªtica para elDiario.es, tambi¨¦n observa la tendencia del estudio a ambientar sus historias en ¡°escenarios corporativos¡±.
¡°Se achaca a estar bajo Disney la cierta decadencia de Pixar, que ahora hace muchas m¨¢s secuelas, pero la ideolog¨ªa que tra¨ªa Pixar se ajusta muy bien al Disney de esta fase posterior del capitalismo¡±, explica Corona a ICON. ¡°Nace a finales de los ochenta en el marco de una nueva ideolog¨ªa del capital, la de Silicon Valley, con ese rollo corporativo de cu¨¢nto mola la empresa y somos una gran familia, manteniendo la distinci¨®n individual. Ah¨ª tenemos la figura de Steve Jobs [que fue principal accionista de la compa?¨ªa]. Si Pixar ha tenido tal ansiedad por meter a los personajes en empresas, de concebir cada imaginario posible, cada aspecto de la vida que t¨² puedes ver como algo maravilloso y estimulante y ponerlo en un despacho, creo que ha sido por eso. Del rev¨¦s es la cumbre de esta forma de pensar, porque ah¨ª son ya las emociones las que pasan por este rodillo¡±.
Lo que parece dar la raz¨®n a Docter sobre la vocaci¨®n universal de Del rev¨¦s, al margen de la configuraci¨®n de su mundo imaginario, es la reacci¨®n del p¨²blico. M¨¢s all¨¢ de los datos de recaudaci¨®n, la secuela tambi¨¦n ha llevado a muchos espectadores a compartir en redes sociales la experiencia que vivieron viendo la pel¨ªcula y el modo ¨ªntimo en que conectaron con su representaci¨®n de la ansiedad. Leticia Porto Pedrosa, doctora en Ciencias de la Comunicaci¨®n y Sociolog¨ªa por la Universidad Complutense de Madrid, que ha publicado varias tesis sobre modelos sociales presentes en el cine de animaci¨®n, destaca que la pel¨ªcula ¡°marca una reflexi¨®n final interesante hacia la importancia de cuidar la salud mental en los adolescentes para alcanzar una vida plena en el futuro¡±.
La acad¨¦mica cita tanto en su tesis doctoral como en investigaciones Para leer al Pato Donald (1972), el cl¨¢sico de Ariel Dorfmann y Armand Mattelart sobre las transmisiones pol¨ªticas de Disney, aunque opina que ¡°los valores y mensajes [del estudio] se han ido adaptando a lo largo de los tiempos¡±. ¡°En su momento, supuso una revoluci¨®n incluir nuevas princesas al repertorio Disney como Mulan [1998], Tiana [de Tiana y el sapo, 2009] o Brave [2012]. Las estructuras y modelos sociales que se difunden responden a las demandas sociales y las nuevas realidades¡±, dice Porto Pedrosa a ICON, que tambi¨¦n cree que ¡°las pel¨ªculas de Pixar est¨¢n llenas de lecciones maravillosas que no se ense?an tanto desde la familia o la escuela¡±.
En este sentido, Alberto Corona recuerda que ¡°la explosi¨®n de la salud mental como una especie de fetiche en la conversaci¨®n p¨²blica ha sido posterior a Del rev¨¦s¡±. ¡°No ser¨ªa descabellado decir que fue un poco precursora de esta idea de asumir la tristeza como parte de la vida, que no es mala forma de pensar¡±, razona el cr¨ªtico. ¡°No creo que haya cinismo en acercar la salud mental y dar a los ni?os una explicaci¨®n que les pueda servir en su d¨ªa a d¨ªa¡±.
Emociones, a currar
En el libro Disney, Culture, and Curriculum (2016, in¨¦dito en Espa?a), el autor Jake Burdick vincula directamente cortometrajes seminales de Disney como Willie y el barco de vapor (1928) y Los tres cerditos (1933) con las producciones de Pixar realizadas ahora bajo su paraguas. ¡°Del rev¨¦s sigue evocando valores que coinciden con la l¨®gica de la productividad y del yo trabajador, as¨ª como una fijaci¨®n en la infancia como objeto perdido traum¨¢tica pero necesariamente dentro del mundo del trabajo. (...) A medida que se alcanza la armon¨ªa dentro de su especie de f¨¢brica ps¨ªquica, todas las emociones se vuelven m¨¢s productivas, alegres y satisfechas en su trabajo¡±, escribe Burdick, que, pese al ¡°giro afectivo¡± que cree que el estudio ha dado en los ¨²ltimos tiempos, se refiere a sus esfuerzos recientes como ¡°reinvenciones de fantas¨ªas fordistas para sensibilidades contempor¨¢neas¡±. Sin embargo, la noci¨®n de las emociones que trabajan no es, ni mucho menos, imputable al imaginario de Disney y Pixar.
La autora marxista Eva Illouz, estudiosa, entre otros temas, del papel de la psicolog¨ªa en la conformaci¨®n de la identidad moderna, propuso en la primera d¨¦cada del siglo XXI el concepto de ¡°capitalismo emocional¡± para hablar de la moderna coproducci¨®n entre econom¨ªa y emociones. Mar¨ªa Tocino Rivas, doctora en Filosof¨ªa por la Universidad de Salamanca, que public¨® el pasado a?o El capitalismo emocional. De Eva Illouz a los te¨®ricos del biocapitalismo (Dykinson), ve Del rev¨¦s como ¡°una clara expresi¨®n de que vivimos en lo que Eva Illouz llama cultura terap¨¦utica, en la que las categor¨ªas de la psicolog¨ªa cl¨ªnica permean en el imaginario colectivo¡±. ¡°Uno de los rasgos de esta cultura terap¨¦utica, y del paradigma del capitalismo emocional del que forma parte, es lo que Illouz llama la racionalizaci¨®n de la vida emocional, un proceso de objetivaci¨®n de los estados y procesos emocionales, que vincula a la introducci¨®n de las l¨®gicas econ¨®micas en la vida ¨ªntima de los sujetos¡±, dice la profesora a ICON.
¡°El ideal de gesti¨®n emocional forma parte de este paradigma¡±, abunda. ¡°Aunque se trata de un fen¨®meno multicausal, un factor que explica la difusi¨®n de la cultura terap¨¦utica tiene que ver con la aparici¨®n, en el capitalismo neoliberal, de modelos laborales que reclaman una permanente gesti¨®n del yo. Esto se debe a que, como defienden los te¨®ricos del biocapitalismo, cada vez el trabajo involucra m¨¢s aspectos como las relaciones interpersonales, la producci¨®n y gesti¨®n de mercanc¨ªas inmateriales o el uso de las nuevas tecnolog¨ªas. Cada vez es m¨¢s dif¨ªcil separar el trabajo de la vida, y la gesti¨®n emocional deviene esencial. Asimismo, estos nuevos modelos laborales generan malestares ps¨ªquicos ligados a la precariedad, la inestabilidad o la propia dificultad para distinguir la vida personal del trabajo. La ansiedad es una de sus manifestaciones principales, y por ello cobra tanta importancia en la segunda pel¨ªcula de Del rev¨¦s¡±.
La autora, no obstante, cree que ¡°esta cultura terap¨¦utica de la que Del rev¨¦s es expresi¨®n¡± puede contribuir positivamente a ¡°despatologizar los problemas de salud mental y a difundir pr¨¢cticas relacionadas con el alivio del malestar ps¨ªquico¡±. Tocino Rivas alude tambi¨¦n al libro Malestamos: Cuando estar mal es un problema colectivo (2022), de Marta Carmona y Javier Padilla, para recordar que ¡°es imprescindible que la terapia vaya acompa?ada de un abordaje estructural de las causas sociohist¨®ricas que determinan el malestar¡±. Precisamente, el periodista Alberto Corona reconoce que su principal problema con las pel¨ªculas de Del rev¨¦s es su retrato de la salud mental ¡°como algo aislado de la sociedad¡±. ¡°Toda la crisis de Riley se soluciona con sus emociones aprendiendo a organizarse mejor, cuando lo que le est¨¢ ocurriendo, que es que est¨¢ dejando a sus amigas de lado para integrarse en un nuevo grupo, se podr¨ªa solucionar teniendo una conversaci¨®n con esas chavalas¡±, explica a ICON el autor de La otra Disney.
Corona reivindica Red, la pel¨ªcula de Pixar directamente estrenada en Disney+ sobre el paso femenino a la pubertad, como un modelo opuesto y superior, donde la protagonista crece ¡°teniendo amigas, yendo a conciertos o aprendiendo de sus padres¡±, y no solo en base a procesos mentales internos, como los que narran las, hasta ahora, dos pel¨ªculas de Del rev¨¦s. ¡°Al final, son las cosas que hacen que pensemos en la terapia no como una forma de ajustarnos a las circunstancias del mundo, sino como algo que nos tenemos que guisar y comer solos. ?Tienes problemas? No hables con la gente, mejor vete al psic¨®logo¡±.
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