Las mil vidas de Alec Baldwin, la ¡°estrella m¨¢s odiada¡± que se redimi¨® con la comedia
Casi todos los t¨®picos de las grandes historias de Hollywood se cumplen en ¨¦l: drogas, alcohol, tabloides, fracasos, esc¨¢ndalos y, este a?o, el juicio m¨¢s medi¨¢tico de la d¨¦cada en Hollywood por lo ocurrido en ¡®Rust¡¯, que por fin llegar¨¢ a los cines
Si estrenarse en un festival es una ambici¨®n de cualquier t¨ªtulo, m¨¢s lo es a¨²n en el caso de una producci¨®n modesta. En el caso del western Rust, su reci¨¦n anunciada presentaci¨®n en el Festival Internacional de Cine del Arte de la Cinematograf¨ªa Camerimage es tan amarga como pol¨¦mica. La pel¨ªcula de Alec Baldwin (Amityville, 66 a?os) viene precedida de una pol¨¦mica de sobra conocida: un disparo efectuado por el actor con un arma cargada con munici¨®n real que no deb¨ªa estar en el plat¨® provoc¨® la muerte de la directora de fotograf¨ªa Halyna Hutchins, un incidente similar al que provoc¨® el fallecimiento de Brandon Lee durante la filmaci¨®n de El cuervo y a Jon-Erik Hexum, protagonista de la serie de televisi¨®n Camuflaje.
El pasado julio, tres a?os despu¨¦s de la tragedia, se anul¨® el juicio contra el actor tras descubrirse que la fiscal¨ªa hab¨ªa ocultado pruebas a la defensa (tambi¨¦n se supo que la fiscal se hab¨ªa referido a ¨¦l como un ¡°comemierda¡± y un ¡°est¨²pido arrogante¡±) e impidi¨® que se vuelvan a presentar cargos contra ¨¦l. A pesar de que el paso por salas comerciales de Rust repercutir¨¢ econ¨®micamente en el viudo y el hijo de Hutchins, su estreno no ha sido recibido con alborozo por todo el mundo. ¡°Estoy totalmente a favor de homenajear a Halyna y su hermoso trabajo, pero no proyectando y, por lo tanto, promocionando la pel¨ªcula que la mat¨®¡±, escribi¨® Rachel Morrison, directora de fotograf¨ªa de Black Panther, en la publicaci¨®n de Instagram del certamen que anunciaba el estreno.
Si alguien que leyese esta noticia hubiese estado desconectado de los movimientos de Baldwin en los ¨²ltimos treinta a?os, le sorprender¨ªa, casi tanto como la tragedia que envolvi¨® al rodaje, la presencia del actor en un western de presupuesto ¨ªnfimo. Baldwin, el gal¨¢n de penetrantes ojos azules, torso hirsuto y aire hipermasculino, ¡°un Belmondo cat¨®lico irland¨¦s¡±, que a principios de los noventa estaba en la pista de salida para convertirse en la gran estrella de Hollywood. La respuesta es una conjunci¨®n de malas decisiones, fracasos imprevisibles y el car¨¢cter explosivo de Baldwin, un im¨¢n para las pol¨¦micas.
El hombre que siempre estuvo a punto de...
Sus m¨¢s tempranas ambiciones exponen su car¨¢cter: aspiraba a ser estrella de Hollywood o presidente de los Estados Unidos, hasta que en alg¨²n momento de principios de los ochenta las bambalinas ganaron la partida a la Casa Blanca y Baldwin abandon¨® los estudios de derecho para dedicarse por entero a la interpretaci¨®n. Cuando se lo comunic¨® a sus padres ¡°gritaron, lloraron y se asustaron¡±. Se traslad¨® a Nueva York y se emple¨® en todo lo que le ofrecieron.¡±Ten¨ªa sesenta trabajos¡±, declar¨® a Interview. Fue conductor de limusina, socorrista, dependiente en una tienda de ropa, y camarero en Studio 54, donde ejerc¨ªa de ¡°chico de los cigarros. Era el Rick Blaine de los homosexuales adinerados que viv¨ªan en los palcos de la discoteca¡±.
Cuando estaba a punto de hacer las maletas para volver a la facultad, ¡°estaba desesperado, era el tipo de persona que robaba zapatos de bolos de una bolera solo para tener un par de zapatos. Me sent¨ªa miserable, me sent¨ªa solo¡±. Alguien repar¨® en su espectacular f¨ªsico y le dio el contacto de un agente. El primer trabajo ante la c¨¢mara, un m¨¦dico joven en el culebr¨®n The Doctors, fue acorde con su belleza y su falta de experiencia. Su suerte hab¨ªa cambiado. Tras el drama m¨¦dico lleg¨® el spin off de Dallas, Knots Landing, que lo convirti¨® inmediatamente en un rostro conocido y deseado. Tambi¨¦n llegaron algunos aditamentos de la fama. Durante el rodaje del culebr¨®n en Oreg¨®n tuvo una sobredosis en una habitaci¨®n de hotel tras consumir coca¨ªna desde ¡°desde las cuatro de la tarde hasta las ocho de la ma?ana¡±, un incidente que lo ayud¨® a mantenerse limpio hasta hoy. ¡°Tuve un problema serio todos los d¨ªas durante dos a?os. Creo que esnif¨¦ una raya de coca¨ªna de aqu¨ª a Saturno¡± confes¨® el pasado mayo en el podcast Our Way with Paul Anka and Skip Bronson. ¡°Por aquel entonces, la coca¨ªna era como el caf¨¦. Todo el mundo la consum¨ªa todo el d¨ªa¡±.
Quer¨ªa huir de la televisi¨®n y no tard¨® en asomarse brevemente en grandes pel¨ªculas. Fue el novio bobalic¨®n de Melanie Griffith en Armas de mujer, apareci¨® en Casada con todos junto a Michelle Pfeiffer y form¨® con Geena Davis la pareja de fantasmas que requiere los servicios de Bitelch¨²s. Su primer gran papel protagonista lleg¨® con La caza del octubre rojo, la adaptaci¨®n del superventas de Tom Clancy. Result¨® elegido para interpretar por primera vez a Jack Ryan despu¨¦s de que Kevin Costner rechazase el papel para rodar Bailando con lobos y Harrison Ford dijese que no porque prefer¨ªa interpretar el personaje que acabar¨ªa en manos de Sean Connery.
El p¨²blico respald¨® la propuesta y la Academia la nomin¨® en tres categor¨ªas. La continuidad de la saga parec¨ªa tan asegurada como la presencia de Baldwin, pero cuando toc¨® preparar la segunda parte, dej¨® de parecer tan seguro. En lugar de seguir el orden cronol¨®gico, Paramount opt¨® por adaptar una novela anterior, Juego de patriotas, en la que el enemigo era el IRA y tanto el director de la primera pel¨ªcula John McTiernan como Baldwin, ambos de ra¨ªces irlandesas, prefer¨ªan evitar ese jard¨ªn. Mientras continuaban las negociaciones, Baldwin se embarc¨® en la producci¨®n teatral Un tranv¨ªa llamado deseo y fue ah¨ª donde le sorprendi¨® la noticia de que iba a ser sustituido. Harrison Ford hab¨ªa mostrado inter¨¦s por el papel que hab¨ªa rechazado previamente y, por s¨®lida que fuese la interpretaci¨®n de Baldwin, si Indiana Jones quer¨ªa un papel, ese papel era suyo.
Baldwin sigue guard¨¢ndole rencor. En sus memorias publicadas en 2017, Nevertheless, cont¨® que cuando a Ford le dijeron que segu¨ªan negociando con ¨¦l la respuesta del protagonista de Blade Runner fue ¡°que se joda¡±. ¡°Las pel¨ªculas realzan a ciertos actores, haci¨¦ndolos parecer algo que en realidad no son¡±, escribi¨® en referencia a Ford al que a continuaci¨®n defin¨ªa como ¡°un hombre peque?o, bajo, escu¨¢lido y enjuto, cuya voz suave suena como si viniera de detr¨¢s de una puerta¡±.
En aquel momento estaba a un paso de la lista A de Hollywood y aquel movimiento desestabiliz¨® su carrera, como un tenista con un juego ganador al que un error no forzado saca del partido. ¡°Tuve una pel¨ªcula exitosa y ocho fracasos seguidos¡±, resumi¨® en The Guardian lo que vino despu¨¦s. No triunf¨® Malicia (1993) con Nicole Kidman ni el remake del cl¨¢sico La huida (1994), protatonizada junto a su por entonces esposa Kim Basinger. Fall¨® su intento de comedia rom¨¢ntica con Meg Ryan en Hechizo de un beso (1992) y el thriller judicial Coacci¨®n a un jurado (1996) con Demi Moore. Especialmente doloroso fue su paso por La Sombra (1994), la respuesta de Universal al ¨¦xito de Batman: parec¨ªa un acierto seguro, un personaje que apelaba a la nostalgia y un gui¨®n escrito por David Koepp, que ven¨ªa de firmar Parque Jur¨¢sico. Estaba destinada a ser un ¨¦xito de taquilla de verano y el inicio de una franquicia que ya ten¨ªa dise?ado el merchandising, pero no encontr¨® su p¨²blico y fue vapuleada en taquilla por El Rey Le¨®n y La M¨¢scara. Baldwin se convirti¨® en el actor al que siempre estaba a punto de pasarle algo bueno. Le llamaban los m¨¢s grandes: Woody Allen, Wes Anderson y David Mamet, Scorsese cont¨® con ¨¦l en El aviador e Infiltrados, pero siempre para papeles secundarios que despachaba con solvencia. En esa categor¨ªa lleg¨® su ¨²nica nominaci¨®n al Oscar por The cooler.
No era exactamente una estrella, aunque se comportaba como tal, y eso le convirti¨® a ¨¦l y a Basinger en dos de sus objetivos favoritos de la prensa menos escrupulosa. Se conocieron en 1990 durante el rodaje de Ella siempre dice s¨ª y su relaci¨®n convirti¨® el set en un infierno. ¡°Juro por Dios que si estuviera en la indigencia y viviendo en la calle sin comida y alguien me ofreciera un mill¨®n de d¨®lares por trabajar con Alec y Kim, pasar¨ªa¡± declar¨® uno de los trabajadores que convivi¨® con ellos y sufri¨® su sexo excesivamente bullicioso, las peleas constantes y los retrasos a los que somet¨ªan a todos. Baldwin defini¨® la pel¨ªcula como el mayor error de su carrera y se despach¨® con la productora en una entrevista en Entertainment Weekly. ¡°No soy un psic¨®pata, como la prensa y Disney quieren que creas¡±. Llam¨® a Disney ¡°cerdos totalmente malvados y codiciosos¡± y afirm¨® que el guionista, el ganador del Premio Pulitzer Neil Simon, era ¡°tan profundo como el tap¨®n de una botella¡±.
Basinger fue su relaci¨®n m¨¢s medi¨¢tica, pero antes de ella ya hab¨ªan estado en su vida Janine Turner, la Maggie de Doctor en Alaska, a la que conoci¨® durante una prueba. Seg¨²n cuenta la cantante Carly Simon en sus memorias, Baldwin comparti¨® al menos una noche con Jackie Kennedy.
El matrimonio con Basinger estuvo marcado por los vaivenes profesionales de ambos. Parad¨®jicamente fue en 1998, el a?o en el que ella gan¨® un Oscar por LA. Confidential, cuando el matrimonio empez¨® a resquebrajarse. La batalla legal desencadenada por el divorcio evidenci¨® lo que ya era un secreto a voces: Baldwin ten¨ªa un problema de ira y coloc¨® a la hija de ambos en el epicentro de su lucha, tal como dej¨® claro un mensaje que el actor dej¨® en el contestador de su hija en el que la llamaba ¡°peque?a cerda grosera y desconsiderada¡±. Un suceso que, en vista de la relaci¨®n cordial que mantienen actualmente, parece olvidado pero es, seg¨²n ha confesado, el punto m¨¢s bajo de su vida.
El renacimiento de Baldwin lleg¨® a trav¨¦s de esa televisi¨®n que denostaba. Con 17 intervenciones tiene el honor de ser la persona que ha ejercido m¨¢s veces de conductor del Saturday Night Live. Durante una de esas participaciones conoci¨® a Tina Fey y gracias a ella le lleg¨® el que probablemente sea su gran papel, el Jack Donaghy de 30 Rock (o Rockefeller Plaza en Espa?a), una de las mejores sitcoms de la historia, donde su tensi¨®n c¨®mica muy bien resuelta con Fey le hizo ganar dos Emmy, tres Globos de Oro y siete premios del Sindicato de Actores. Adem¨¢s de proporcionarle galardones, lo llev¨® a renovar sus votos con la comedia rom¨¢ntica gracias a No es tan f¨¢cil (2009), junto a Meryl Streep y Steve Martin. La qu¨ªmica entre ambos actores les llev¨® a presentar los Oscar, una lid compleja de la que salieron airosos. Tambi¨¦n lo condujo a dos franquicias tan exitosas como dispares: Misi¨®n Imposible y... Torrente 5. Operaci¨®n Eurovegas (2014), donde encaj¨® sin problema en el particular ecosistema de Santiago Segura. ¡°En Estados Unidos impera lo pol¨ªticamente correcto. No hay muchos resquicios para rehuirlo. Es el pa¨ªs de la verg¨¹enza: lo que hacemos es se?alar los errores y fallos de los otros y pedir su condena p¨²blicamente. Aqu¨ª, vosotros resopl¨¢is y segu¨ªs adelante. Torrente es el mejor ejemplo¡±, declar¨® a EL PA?S.
Ni ¨¦l antih¨¦roe de Segura puede competir en bocazas con Baldwin, a quien tanto sus salidas de tono como su car¨¢cter volc¨¢nico han llevado a los tabloides m¨¢s veces que a ninguna otra estrella de Hollywood y le ha hecho ganarse el t¨ªtulo poco codiciado de ¡°estrella m¨¢s odiada de Nueva York¡±. Un honor ganado a pulso tras m¨²ltiples incidentes: fue arrestado por circular en bici en direcci¨®n contraria y resistencia a la autoridad, vio su programa Up Late with Alec Baldwin cancelado despu¨¦s de que lanzase insultos h¨®mofobos a un paparazzi que trataba de fotografiar a su familia, una situaci¨®n de la que podr¨ªa haber salido airoso con una disculpa y alguna suculenta donaci¨®n a una causa ben¨¦fica, pero Baldwin prefiri¨® dedicar una cantidad de tiempo ingente a asegurar que no hab¨ªa dicho ¡°maric¨®n¡±, hasta que un v¨ªdeo publicado por TMZ expuso la realidad y lO dej¨® como un mentiroso. No falta en su larga lista de agravios su desaire a una azafata que le pidi¨® que apagase el m¨®vil durante el despegue de un vuelo.
Si el mundo no hubiese conocido la presidencia de Trump podr¨ªamos decir que el actor que lo ha parodiado magistralmente en Saturday Night Live ha puesto punto y final a su un d¨ªa ansiada carrera pol¨ªtica con sus incidentes, pero ser un bravuc¨®n no parecen en 2024 un impedimento para alcanzar la presidencia de los Estados Unidos. Baldwin comparte la pasi¨®n pol¨ªtica con sus hermanos, aunque no todos est¨¦n alineados en el mismo bando. William Baldwin, el que un d¨ªa pareci¨® a punto de destronar a su hermano como el Baldwin m¨¢s sexy gracias a Sliver (1993), es un ferviente dem¨®crata; no as¨ª el peque?o, Stephen Baldwin, trumpista confeso y tambi¨¦n estrella en decadencia que pas¨® de la desasosegante ?ltima salida: Brooklyn al cine cristiano y hoy es m¨¢s c¨¦lebre como padre de Hailey Baldwin y suegro de Justin Bieber. A excepci¨®n de Alec, ninguno ha generado m¨¢s titulares indeseados que Daniel Baldwin, el m¨¢s desconocido del clan, que en 1998 acab¨® en el hospital despu¨¦s de corretear desnudo por el Hotel Plaza de Nueva York.
Ni siquiera su ¨²ltima esposa, la profesora de yoga Hilaria Baldwin, madre de siete de sus hijos, ha estado exenta de pol¨¦mica, aunque en este caso debido a su exageraci¨®n sobre sus or¨ªgenes latinos y su falso acento espa?ol. Hollywood ya no es ese lugar en el que Margarita Cansino se hac¨ªa llamar Rita Hayworth, ahora es el lugar en el que una muchacha de Bost¨®n llamada Hilary se hace llamar Hilaria y se finge mallorquina.
El ¨²ltimo proyecto anunciado por Baldwin, y una de las ¨²ltimas noticias generadas por la familia que no tiene que ver con alg¨²n incidente, es un reality con su mujer y sus hijos. ¡°Os invitamos a entrar en nuestra casa, a vivir los altibajos, lo bueno y lo malo, lo salvaje y lo loco¡±. Con nueve Baldwins protagoniz¨¢ndolo, el resultado ser¨¢ cualquier cosa excepto aburrido.