¡°Mala ser¨ªa un adjetivo demasiado bueno¡±: por qu¨¦ fracasaron estas 10 series creadas para triunfar
¡®The Acolyte¡¯, de Disney+, se suma a la lista de series con gran presupuesto, reparto y campa?as que lo ten¨ªan todo para convertirse en favoritas de la audiencia pero acabaron siendo canceladas y, en el peor de los casos, olvidadas para siempre
Se ha especulado mucho sobre cu¨¢l ha sido el detonante de la cancelaci¨®n de The Acolyte (Disney+) mientras su publicidad segu¨ªa adornando el mobiliario urbano y los implicados en ella hablaban ya de la segunda temporada. Cierto hartazgo del universo Star Wars, un gui¨®n deficiente o la furia de los bros que ya antes de su estreno la llamaban The Wokelyte (juego de palabras que mete el tan llevado y tra¨ªdo t¨¦rmino woke en el t¨ªtulo) y la obsequiaron con un nuevo, pero poco sorprendente, ejemplo de review bombing (cr¨ªticas negativas que surgen en masa en p¨¢ginas de rese?as cuando algunos fans consideran que en una serie hay ¡°demasiada diversidad¡±).
Una vez que el ruido sobre el asunto empieza a descender, parece que la respuesta es el mantra con el que Bill Clinton derrot¨® a George Bush en las elecciones de 1992: ¡°Es la econom¨ªa, est¨²pido¡±. Disney exige audiencias en consonancia con el dinero que invierte en sus productos y The Acolyte, la historia de una ex Padawan y un Maestro Jedi que investigan una serie de extra?os cr¨ªmenes, cont¨® con un presupuesto desmesurado incluso para una serie de la saga gal¨¢ctica: unos 180 millones de d¨®lares para ocho episodios, seg¨²n desvel¨® The New York Times. Su aterrizaje en la plataforma fue esperanzador, debut¨® con casi cinco millones de visionados, lo que la convirti¨® el mayor estreno de la serie en Disney+ este esta temporada, pero fue perdiendo espectadores cada semana hasta que la cancelaci¨®n se convirti¨® en inevitable.
The Acolyte demuestra que en televisi¨®n no hay nadie demasiado grande para caer, series con vocaci¨®n de permanecer en la parrilla y en los corazones de los aficionados durante largas temporadas mueren sin ni siquiera un final. Algunas dejan fans desesperados, otras simplemente indiferencia. Estos son algunos ejemplos.
Pan Am (2011)
La llamaron ¡°la Mad Men del aire¡± y ten¨ªa todos los ingredientes para consolidarse en la parrilla de la cadena estadounidense ABC: una est¨¦tica sesentera encantadora, peque?as intrigas y un argumento muy sugerente. Pan Am segu¨ªa a las ic¨®nicas azafatas de la compa?¨ªa y su glamuroso estilo de vida sin obviar el sexismo y el racismo rampantes de la compa?¨ªa (moderadamente, a¨²n faltaba tiempo para que se produjese un cambio significativo a la hora de abordar personajes femeninos) y la transformaci¨®n de la mentalidad de las mujeres que pasaban de aspirar a casarse con un piloto a querer ser piloto. Sumaba a su favor un reparto con caras conocidas en el que destacaba una chispeante Christina Ricci y empezaba a deslumbrar una por entonces casi desconocida Margot Robbie. Lo ten¨ªa todo, si no para ser una Mad Men, palabras mayores, al menos para convertirse en una Vacaciones en el mar del aire.
Sin embargo desapareci¨® de la parrilla tras catorce episodios y una reestructuraci¨®n fallida. Seg¨²n declar¨® Robbie a Vanity Fair, ella tuvo clara la cancelaci¨®n desde el principio. Tras unos inicios titubeantes en audiencias la cadena se plante¨® cambiar a los guionistas para ¡°hacerla m¨¢s parecida a Mujeres desesperadas¡±, un movimiento que mand¨® un mensaje claro: ni los que estaban al mando cre¨ªan en su producto. ¡°Si est¨¢n recontratando escritores, obviamente es que no les est¨¢ yendo bien¡±, se plante¨® la australiana. ¡°Y es bastante seguro que no habr¨¢ segunda temporada¡±. Guapa, buena actriz y visionaria.
FlashForward (2009)
En 2009 todas las cadenas estaban obsesionadas por encontrar ¡°el nuevo Perdidos¡±, una serie de ¡°alto concepto¡± (o sea, que cuente con una premisa impactante que capte la atenci¨®n del espectador en el primer cap¨ªtulo) y FlashForward, basada en un libro de Robert J. Sawyer, parec¨ªa la respuesta a las plegarias de los ejecutivos de ABC. La serie se sustentaba sobre un misterioso incidente que provocaba que todas las personas de la Tierra se desmayasen a la vez durante 2 minutos y 17 segundos en los que ve¨ªan flashes de su futuro. Intrigaba y adem¨¢s abr¨ªa un debate sobre el libre albedr¨ªo. Imposible no engancharse. Al igual que en Perdidos, hab¨ªa un enigma m¨¢s grande que la vida y un reparto m¨²ltiple en el que para lostizar todav¨ªa m¨¢s la propuesta se encontraban Sonya Walger (la Penny de ¡°?no es el barco de Penny!) y Dominic Monaghan (Charlie).
El principal problema es que FlashForward deb¨ªa engatusar a un p¨²blico que ya hab¨ªa visto Perdidos y estaba resabiado. Exist¨ªa cierta sospecha de que, al igual que hab¨ªa sucedido en la serie de los pasajeros del Oceanic 815, las inquietantes preguntas que se planteaban no tendr¨ªan respuesta, lo que sumado a un argumento que se enredaba cada vez m¨¢s aport¨® la sensaci¨®n de que no hab¨ªa nadie al volante. No era s¨®lo una sensaci¨®n. El showrunner Marc Guggenheim renunci¨® quince d¨ªas despu¨¦s de que la ABC le concediese una temporada completa a la serie, fue sustituido por el director del piloto David S. Goyer, que acabar¨ªa renunciando tambi¨¦n, y siendo reemplazado por su esposa, Jessika Goyer. Tantos cambios obligaron a parar la emisi¨®n tras el d¨¦cimo cap¨ªtulo para reestructurar tramas. Y cuando la serie volvi¨®, las respuestas a los grandes misterios planteados ya no le interesaban a nadie. Los 12,5 millones de espectadores que siguieron el primer cap¨ªtulo se redujeron a la mitad tras el par¨®n. La suerte estaba echada. FlashForward se qued¨® en flash.
Piratas (2011)
Telecinco quiso hacer Piratas del Caribe y el resultado se pareci¨® m¨¢s a La isla de las cabezas cortadas (el desastre econ¨®mico que apart¨® a Geena Davis de la primera l¨ªnea de Hollywood). La gran apuesta de la cadena de Fuencarral fue un accidente a c¨¢mara lenta. ¡°Estamos ante el proyecto m¨¢s ambicioso en la historia de Telecinco y, por lo tanto, uno de los m¨¢s ambiciosos en la historia de televisi¨®n en Espa?a¡±, hab¨ªa declarado en su presentaci¨®n Manuel Villanueva, entonces director de contenidos de Telecinco. Ambici¨®n no le faltaba. Su plan de producci¨®n incluy¨® m¨¢s de un noventa por ciento de grabaciones en exteriores y una campa?a publicitaria apabullante. El problema es que una vez estrenada se pudo comprobar que d¨®nde no hab¨ªa ambici¨®n era en los guiones. La serie era tan disparatada que era imposible centrarse en un fallo en concreto, pero la peor parte se la llev¨® Pilar Rubio en su debut como actriz. Telecinco se la hab¨ªa birlado a la Sexta y quer¨ªan lucirla, aunque tras su fracaso en Operaci¨®n Triunfo no ten¨ªan muy claro c¨®mo.
Que Rubio debutase en un papel protag¨®nico sin estar capacitada no fue culpa suya, pero fue la m¨¢s perjudicada por las cr¨ªticas. Tampoco se libr¨® de los palos ?scar Jaenada que acababa de participar en la ¨²ltima entrega de Piratas del Caribe, de la que todos los implicados en la serie, incluso el propio Jaenada, trataban de distanciarse, aunque obviamente su personaje era un trasunto del Jack Sparrow de Johnny Depp. El share del primer cap¨ªtulo fue digno, aunque sin aspavientos, apenas un 17,2%. Donde s¨ª rein¨® fue en Twitter: el hashtag #piratas se convirti¨® en trending topic mundial, y no para bien. Tras el estreno la audiencia se desmoron¨® y ya s¨®lo estaban mirando los que lo ve¨ªan como una cita semanal con la verg¨¹enza ajena. ¡°Mojones del Caribe¡±, la apodaron en FilmAffinity. ¡°?Mala? Eso ser¨ªa un adjetivo demasiado bueno¡± sentenci¨® otro usuario.
Luck (2011)
Hay cancelaciones por baja audiencia, mala calidad, ahorro y, tal vez hasta por la furia bro, pero Luck (que en Espa?a se vio en Movistar+), tiene el dudoso honor de figurar como la primera seria cancelada por el fallecimiento de tres de los caballos que participaron en el rodaje. La serie de HBO fue anunciada a bombo y platillo como correspond¨ªa a la llegada a la televisi¨®n de Dustin Hoffman, una de las grandes estrellas de Hollywood. Junto a Hoffman brillaban tambi¨¦n Nick Nolte y Dennis Farina, al mando estaba el David Milch de Deadwood y a la producci¨®n Michael Mann, un equipo para ilusionar y un mundo, el de las carreras de caballos, no demasiado explotado por la ficci¨®n. La cr¨ªtica alab¨® especialmente el realismo con el que se hab¨ªan grabado las secuencias de carreras, tal vez excesivo. El drama se desencaden¨® cuando se supo que tres de los caballos participantes en el rodaje hab¨ªan fallecido. Tras la muerte del tercer equino, HBO decidi¨® cancelar la serie alegando que no pod¨ªan evitar m¨¢s accidentes.
La organizaci¨®n animalista PETA hab¨ªa manifestado su malestar respecto a la serie desde antes del rodaje y tras la cancelaci¨®n acus¨® a la serie de utilizar ¡°caballos viejos, no aptos y drogados¡±. Desde el mundo de las carreras de caballos tambi¨¦n se alzaron voces contra la serie por dar mala fama al sector. A pesar de que los ¨ªndices de audiencia no eran deslumbrantes, la plataforma ya hab¨ªa renovado la serie por una segunda temporada. ¡°Mi hijo y yo acab¨¢bamos de terminar una escena, fuimos a almorzar y recibimos una llamada telef¨®nica diciendo que HBO nos hab¨ªa cancelado¡±, declar¨® Hoffman. ¡°Pens¨¦ que eso significaba que no tendr¨ªamos una tercera temporada, pero no, ni siquiera volvimos al trabajo ese d¨ªa¡±. Meses despu¨¦s acus¨® a PETA y la web de noticias TMZ de la cancelaci¨®n de la serie. ¡°Cualquiera que cr¨ªe caballos sabe que se rompen las piernas¡±, declar¨®. ¡°Las acusaciones que hicieron estaban distorsionadas¡±.
Firefly (2002)
Que a la hora de estrenar unas serie la cadena opte por emitir el segundo cap¨ªtulo en lugar del piloto deber¨ªa de dar pistas sobre la poca confianza que tiene en ella. Sin embargo, el entregadisimo fandom del western gal¨¢ctico de Joss Whedon (Buffy Cazavampiros) no quiso ver las banderas rojas y sufri¨® un verdadero shock tras la cancelaci¨®n de la serie. Los seguidores de la ef¨ªmera ficci¨®n son tan apasionados que hay una novela, The Firefly Paradox, protagonizada por una mujer que viaja en el tiempo para tratar de evitar el suceso m¨¢s traum¨¢tico de su existencia: la cancelaci¨®n de Firefly.
La serie de Whedon contaba la historia de una banda de contrabandistas de moral, digamos, laxa, liderados por el encantador Mal Reynolds, una suerte de Han Solo interpretado por Nathan Fillon. Acci¨®n, aventura, comedia, ciencia ficci¨®n, humor, ?qu¨¦ pod¨ªa fallar? La confianza. La cadena Fox la emiti¨® alterando el orden de los cap¨ªtulos: el primero, en el que se presentaba el tono y los personajes, fue el ¨²ltimo en emitirse y en lugar de seguir el orden previsto priorizaron los cap¨ªtulos en los que hab¨ªa m¨¢s acci¨®n. La mente de los ejecutivos televisivos es inescrutable. Tras diez cap¨ªtulos, la gran apuesta de Fox fue v¨ªctima de la trituradora de series. Lo que nadie se esperaba fue el alboroto en un Internet que empezaba a demostrar su poder¨ªo. No hab¨ªa Twitter ni Instagram, pero los foros y los chats se convirtieron en un hervidero que magnific¨® la verdadera relevancia de la serie, algo que 20 a?os despu¨¦s sigue sucediendo con tantos productos intrascendentes, y consiguieron que se diera luz verde a una pel¨ªcula con los mismos personajes, Serenity (2005). Fracas¨® estrepitosamente en taquilla.
Es mi vida (1994)
A mediados de los noventa, Marshall Herskovitz y Edward Zwick, las mentes tras la espl¨¦ndida Treintaytantos, y Winnie Holzman, guionista de Aquellos maravillosos a?os, desarrollaron una serie juvenil en la que la adolescencia no era luminosa como suced¨ªa en Sensaci¨®n de vivir o Salvados por la campana, sino sombr¨ªa y melanc¨®lica. O sea, real. Es mi vida hablaba de malos tratos, adicciones, sinhogarismo y homofobia. Ricky, el mejor amigo de la protagonista era un bisexual portorrique?o, el primer adolescente LGTB que apareci¨® en horario de m¨¢xima audiencia en la televisi¨®n estadounidense. Y no eran meras pinceladas. Sustanciaban una narraci¨®n que se desarrollaba al ritmo de Juliana Hatfield, Buffalo Tom o Lemonheads. En la serie, que en Espa?a estren¨® Canal Plus, el grunge se hizo carne y franela y Angela Chase (Claire Danes) se convirti¨® en la voz de una generaci¨®n mientras fibrilaba de amor por Jordan Catalano (Jared Leto), el chico que mejor se apoyaba l¨¢nguidamente en las taquillas del instituto. Leto iba a quedarse tan s¨®lo un cap¨ªtulo, pero acab¨® convirti¨¦ndose en el s¨ªmbolo del tormentoso primer amor. Angela no estaba tan enamorada de ¨¦l como de lo que ¨¦l representaba: lo inaccesible. Un fen¨®meno natural en la adolescencia, un desastre cuando sucede en la vida adulta. Es mi vida se convirti¨® en un fen¨®meno de culto que en palabras de The Guardian ¡°reescribi¨® las reglas de la televisi¨®n, rompiendo convenciones y dando a los adolescentes una voz aut¨¦ntica¡±.
Sin embargo, tras los 19 cap¨ªtulos de su primera temporada, fue cancelada por la ABC sin que la historia tuviese un final. Viendo la televisi¨®n actual cuesta creerlo, pero hubo un tiempo en el que se despreciaba a la audiencia adolescente. A la desconfianza sobre un producto, en opini¨®n de la cadena demasiado joven para los adultos y demasiado adulto para los j¨®venes, se encontraron con otro obst¨¢culo: los padres de Claire Danes presionaron a los productores asegurando que su hija deb¨ªa centrarse en sus estudios ¡ªal igual que su personaje ten¨ªa tan s¨®lo quince a?os¡ª. Los productores llegaron a plantearse que su personaje desapareciera, pero la serie no ten¨ªa sentido sin ella. Lo que todos sospechaban es que aquella espantada ten¨ªa que ver menos con la vuelta al cole que con los cantos de sirena de Hollywood. Y no se equivocaron: el siguiente papel de Danes fue en el Romeo+Julieta de Baz Luhrmann. Y de ah¨ª al estrellato.
The Get Down (2016)
Los nombres al frente de la serie de Netflix parec¨ªan sin¨®nimo de ¨¦xito. Capitaneando The Get Down, una historia de amor con los inicios del hip hop y el Bronx de los a?os setenta de fondo, estaba Baz Luhrmann, el responsable de la majestuosa Moulin Rouge y de haber acercado a Shakespeare a los adolescentes en la vibrante Romeo+Juliet. Con The Get Down el genio australiano pon¨ªa su talento al servicio de la televisi¨®n por primera vez y su impronta quedaba reflejada desde el luminoso y excesivo piloto, escrito por el premio Pulitzer Stephen Adly Guirgis y con la asesor¨ªa musical de DJ Grandmaster Flash. A pesar del renombre de los implicados el resultado fue un desastre: visualmente era espectacular, pero ninguna de las m¨²ltiples tramas cruzadas vertebraba la serie. Como se?al¨® Natalia Marcos en su cr¨ªtica de EL PA?S, ¡°el vibrante caos¡± de The Get Down podr¨ªa haber funcionado mejor como una pel¨ªcula m¨¢s del director. Luhrmann demostr¨® que a pesar de eso tan manido de las ¡°pel¨ªculas de ocho horas¡±, la televisi¨®n y el cine manejan lenguajes y tiempos diferentes. La serie se fue hundiendo en la intrascendencia y m¨¢s que de lo que suced¨ªa en la pantalla se hablaba de cuestiones ajenas como el pol¨¦mico beso gay en el que estaba implicado Jaden Smith. Tras dilapidar millones y despu¨¦s de tan solo 11 episodios, Netflix la cancel¨®. Un verdadero impacto, ya que en aquel momento las plataformas no eran de gatillo f¨¢cil.
Reyes de la noche (2021)
Pocas series han despertado m¨¢s expectaci¨®n (y morbo) que la comedia de Movistar sobre la guerra en la radio deportiva espa?ola de los noventa, creada por Cristobal Garrido y Diego Valor, responsables tambi¨¦n de Cuerpo de ¨¦lite y la tronchante Promoci¨®n fantasma. Por mucho que todos insistieran en que aquello no era un biopic era imposible no detectar a Jose Mar¨ªa Garc¨ªa y Jos¨¦ Ram¨®n de la Morena tras El C¨®ndor y ¡°Jota¡± Montes, los personajes tan brillantemente interpretados por Javier Gutierrez y Miki Esparb¨¦. Por haber, hab¨ªa hasta un trasunto de Gemma Nierga, aunque era el inefable Jes¨²s Gil el ¨²nico que era llamado por su nombre. La cr¨ªtica le dedic¨® un aplauso un¨¢nime: ¡°fant¨¢stica, r¨¢pida, agil¨ªsima y con un nivel extraordinario en su gui¨®n¡±, dijo de ella Manuel Jabois. Y los espectadores se engancharon a unas intrigas de las que era f¨¢cil sospechar que eran todav¨ªa menos enrevesadas que las que rigieron aquella enemistad que atronaba en las madrugadas radiof¨®nicas y hac¨ªa que el deporte, el f¨²tbol b¨¢sicamente, se mantuviese en segundo plano. Con tanto material sobre el que seguir trabajando, la segunda temporada se daba por segura. Pero lo que se anunci¨® fue su cancelaci¨®n por sorpresa y sin alharacas, una acci¨®n tan imprevisible por parte de Movistar+ que despert¨® toda clase de especulaciones. Que Jose Ram¨®n de la Morena le contase a Juanma Casta?o que Garc¨ªa hab¨ªa ¡°conseguido carg¨¢rsela¡± despu¨¦s de haber ¡°movido todos los hilos para que no saliera¡± no ayud¨® a disipar la idea de que tras su cancelaci¨®n no hubo un problema de calidad ni de n¨²mero de visionados, sino presiones de un Garc¨ªa al que poco despu¨¦s Movistar dedic¨® un documental bastante halag¨¹e?o.
Ellas y el sexo d¨¦bil (2006)
Cuesta creer que haya disparates como Ellas y el sexo d¨¦bil que se materialicen, con lo caro que es rodar una serie, mientras ideas brillantes permanecen en los cajones de las cadenas. Tras el ¨¦xito de Ana y los siete en TVE, Antena 3 buscaba un veh¨ªculo para Ana Obreg¨®n y en septiembre de 2006 estren¨® un producto escrito y protagonizado por la propia actriz. Obreg¨®n daba vida a la condesa de Vi?acorta, que una vez nombrada presidenta del gobierno volv¨ªa la vista atr¨¢s desde su despacho en la Moncloa para contar su vida. La suya era la historia de una mujer enga?ada por su marido que transformaba su opulenta mansi¨®n en un un hotel para mujeres que han sufrido traiciones amorosas. ?D¨®nde hab¨ªamos visto algo muy parecido antes? Efectivamente, en El club de las primeras esposas. Probablemente Obreg¨®n dio por sentado que si hab¨ªa funcionado fusilar La ni?era de Fran Drescher, ?por qu¨¦ no iba a pasar lo mismo con la novela de Olivia Goldsmith, Se?ora presidenta, Mujeres desesperadas y Sexo en Nueva York? Esta vez la rapi?a no cuaj¨® y a los tres cap¨ªtulos Antena 3 cancel¨® sin piedad una serie que Obreg¨®n hab¨ªa definido como ¡°diferente, atrevida, original y ¨²nica en Espa?a¡±, una serie ¡°a la altura de las pel¨ªculas de Mel Brooks¡±. Ning¨²n gag de sus guiones result¨® tan hilarante como esas declaraciones.
Gal¨¢ctica, estrella de combate (1978)
Antes de Battlestar Galactica, una de las series m¨¢s brillantes de la historia de la televisi¨®n, estuvo Gal¨¢ctica, estrella de combate (disponible en Espa?a en SkyShowtime), creada por Glen A. Larson, responsable de Magnum y El coche fant¨¢stico, con el venerable Lorne Greene de Bonanza al frente y los guap¨ªsimos Richard Hatch y Dirk Benedict entre la tripulaci¨®n. La serie de Larson fue la consecuencia de la inmensa popularidad de Star Wars, a pesar de que su creador contaba a quien quisiera escuchar que su guion era previo a la historia de Lucas. Las expectativas eran tan altas que su car¨ªsimo piloto (m¨¢s de 8 millones de d¨®lares) se estren¨® en cine. La cr¨ªtica fue positiva y tambi¨¦n la respuesta de la audiencia. El problema empez¨® justo despu¨¦s, cuando lo que hab¨ªa sido planteado como una miniserie pas¨® a ser una serie semanal obligando al equipo a un ritmo de trabajo tan fren¨¦tico que los guiones se finalizaban justo antes del cap¨ªtulo, lo que obligaba a los actores a leer las cartelas con los di¨¢logos en el set de rodaje sin que hubiese ensayos previos. A un plan de producci¨®n disparatado se sum¨® la denuncia por parte de la Fox, responsable de Star Wars, por plagio. Les acusaban de haber ¡°robado¡± 34 ideas de la saga de Lucas, lo que inici¨® las hostilidades entre Fox y Universal, que acus¨® a su vez a Star Wars de haber plagiado su pel¨ªcula Naves silenciosas (1972).
Por si los nubarrones sobre la serie de Larson eran pocos, un accidente en el que estuvo implicado un juguete de la serie caus¨® la muerte de un ni?o de cuatro a?os, lo que provoc¨® que Mattel retirase del mercado todo el merchandising. La audiencia de Gal¨¢ctica fue descendiendo hasta que se anunci¨® su final definitivo y ni as¨ª dej¨® de generar noticias desgraciadas: un adolescente de quince a?os obsesionado con la serie se quit¨® la vida tras conocer su cancelaci¨®n.
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