¡°?Que qu¨¦ fall¨®? ?Todo!¡±: 30 a?os de ¡®Street Fighter, la ¨²ltima batalla¡¯, la pel¨ªcula que casi acaba con Van Damme
Pese a tratarse de uno de los t¨ªtulos m¨¢s vilipendiados de los noventa, la adaptaci¨®n del videojuego hom¨®nimo fue un ¨¦xito comercial. Las vicisitudes del rodaje o sus excentricidades la han mantenido viva y reivindicada
Con Sonic 3: La pel¨ªcula tumbando en taquilla nada menos que a la apuesta navide?a de Disney, Mufasa: El rey le¨®n, son tiempos de bonanza para las nunca muy bien vistas pel¨ªculas basadas en videojuegos. El a?o pasado, Super Mario Bros: La pel¨ªcula fue el mayor ¨¦xito comercial de la historia de estas adaptaciones, mientras que Five Nights At Freddy¡¯s, traslaci¨®n de la franquicia hom¨®nima independiente, se convirti¨® en otro fen¨®meno, aunque la cr¨ªtica no recibiese ninguna de ellas con entusiasmo. Sin olvidar la (esta s¨ª, aclamada) serie The Last Of Us. Las explicaciones van de lo demogr¨¢fico, porque el p¨²blico mayoritario ahora domina estos t¨ªtulos o los ha jugado, al modo en que dichas versiones se articulan: en la era del fan service, hemos visto cambiar a contrarreloj el dise?o de un personaje para agradar a los seguidores con la pel¨ªcula completada, como pas¨® con la primera Sonic (2020), o plegarse a las fuentes y est¨¦tica como fin en s¨ª mismo, aunque la narrativa se resienta por acumulaci¨®n de referencias.
Para que unos corran, otros tuvieron que caminar. Tres d¨¦cadas antes del r¨¦cord de Super Mario Bros: La pel¨ªcula, la primera conversi¨®n estadounidense de un videojuego a largometraje de acci¨®n real, precisamente Super Mario Bros (1993), cosech¨® unos pobres resultados financieros con una propuesta exc¨¦ntrica, que dispersaba los elementos del juego en una loca narrativa de ciencia ficci¨®n capaz de integrar dinosaurios evolucionados, dimensiones paralelas, padres desaparecidos envueltos en hongos o a Dennis Hopper. Aunque en materia de adaptaciones disparatadas, el que se ha consolidado como emblema de la d¨¦cada es Street Fighter, la ¨²ltima batalla, que lleg¨® a cines de su pa¨ªs de origen el 25 de diciembre de 1994, hace ahora 30 a?os. La pel¨ªcula ha continuado atrayendo inter¨¦s gracias a su aspecto camp, los grandilocuentes di¨¢logos, sus sobreactuaciones o los detalles que siguen trascendiendo de un rodaje convulso que, entre choques de egos y problemas de producci¨®n, se convirti¨® en tormenta perfecta.
¡°?Que qu¨¦ fall¨®? Todo¡±, declara elocuentemente a ICON Steve Hendershot, autoridad mundial en la materia y responsable del libro Street Fighter: El arte y la innovaci¨®n detr¨¢s de la saga que lo cambi¨® todo (2018, Minotauro). ¡°No supieron proteger la esencia del universo Street Fighter. No fue solo el tono o la historia, sino la voluntad fundamental de inclinarlo todo hacia la estrella, Jean-Claude Van Damme, lo que no encajaba con la naturaleza igualitaria del juego y la lista de personajes. Desde el principio, el esp¨ªritu de la pel¨ªcula se convirti¨® en algo distinto. Adem¨¢s, exceptuando a Van Damme, el reparto era profundamente inadecuado para hacer lo que una pel¨ªcula de Street Fighter debe hacer por encima de todo: escenas de artes marciales impresionantes¡±.
Inspirada en Street Fighter II (1991), el m¨¢s influyente juego de peleas de todos los tiempos, la pel¨ªcula naci¨® financiada principalmente por su desarrolladora Capcom, que supervis¨® cada aspecto. Con un presupuesto superior a los 30 millones de d¨®lares, el hombre elegido para acometer la tarea fue Steven E. de Souza, guionista de Jungla de cristal (1988), que asumi¨® adem¨¢s la direcci¨®n. Seg¨²n cont¨® De Souza a The Guardian en un extenso reportaje, tanto ¨¦l como Capcom quisieron evitar que su estructura narrativa fuera la de un simple torneo de lucha para acercarlo a algo parecido a una pel¨ªcula de James Bond, donde el personaje de Bison fuera un supervillano. La empresa impuso a Van Damme como h¨¦roe (en el papel del coronel Guile) y a Ra¨²l Juli¨¢, la estrella puertorrique?a de El beso de la mujer ara?a (1988) o La familia Addams (1991), como antagonista, lo que, debido a sus cach¨¦s, dej¨® a De Souza poco margen para contratar el reparto especializado en acci¨®n que quer¨ªa.
As¨ª las cosas, dise?¨® un plan de rodaje donde, con la ayuda del legendario Benny Urquidez, alias The Jet (campe¨®n de kickboxing detr¨¢s de las coreograf¨ªas de pel¨ªculas de Jackie Chan o del propio Van Damme), las escenas que no involucrasen artes marciales se rodar¨ªan durante las primeras semanas mientras el equipo inexperto entrenaba. Sin embargo, varios imprevistos convertir¨ªan sus esquemas en papel mojado. En primer lugar, la pobreza de las instalaciones, el desafiante clima y el inestable momento de Tailandia, donde se desarroll¨® el grueso de la producci¨®n, con continuas amenazas de golpe de Estado. En segundo lugar, la enfermedad de Ra¨²l Juli¨¢, que lleg¨® afectado por el agresivo tratamiento del c¨¢ncer de est¨®mago que sufr¨ªa, desconocido por el equipo, y que acabar¨ªa con su vida en octubre de 1994 sin llegar a ver terminada la pel¨ªcula. Su delgadez oblig¨® a cambiar el plan para que Juli¨¢ ganara peso y pudiera encontrarse capaz de realizar los movimientos. Y por ¨²ltimo, aunque no menos importante, un Van Damme en la cresta de la ola, que ven¨ªa de encadenar dos ¨¦xitos como Soldado Universal (1992) y Timecop, polic¨ªa en el tiempo (1994), y que consum¨ªa diez gramos de coca¨ªna diarios.
¡°Para m¨ª, solo fue un martes¡±
El argumento de Street Fighter, la ¨²ltima batalla se sit¨²a en una naci¨®n imaginaria del sudeste asi¨¢tico, Shadaloo, donde se desarrolla un enfrentamiento entre un se?or de la guerra, Bison, y el ej¨¦rcito de las Naciones Aliadas. El primero exige un rescate de 20.000 millones de d¨®lares para liberar a decenas de rehenes. Si bien las Naciones aceptan pagarlos, el coronel Guile, al mando, decide desobedecer, al considerar que el pol¨ªtico de turno ¡°ha perdido las pelotas¡±. Uno de los secuestrados, Charlie Blanka, es un amigo ¨ªntimo del coronel con quien Bison est¨¢ desarrollando un experimento, basado, a la manera inversa de La naranja mec¨¢nica (1971), en someterle a im¨¢genes de cr¨ªmenes para convertirle en despiadada m¨¢quina de matar (m¨¢s tarde, recuperar¨¢ su humanidad viendo v¨ªdeos de perritos y delfines). Otra joven, Chun-Li, busca acabar con Bison en venganza por el asesinato de sus padres, suceso que ¨¦l no recuerda. En uno de los di¨¢logos m¨¢s jaleados de la pel¨ªcula, reflejo del tono de opereta del guion, el villano describ¨ªa: ¡°El d¨ªa en que arras¨¦ tu aldea fue el m¨¢s importante de tu vida. Pero para m¨ª¡ solo fue un martes¡±.
Como muestra de su satisfacci¨®n con el resultado y con que se tome a chanza, en enero de 2019 el director Steven E. de Souza acept¨® acudir a una proyecci¨®n en Madrid por el 25? aniversario de la pel¨ªcula en el festival CutreCon, donde reparti¨® bisond¨®lares ¨Cla divisa que, en una escena, crea Bison con su cara para pagar a uno de sus socios¨C entre el p¨²blico y cont¨® an¨¦cdotas de la producci¨®n, la mayor¨ªa centradas en Van Damme. Entre otras, comparti¨® que su adicci¨®n a la coca¨ªna requiri¨® que se le asignase un cuidador para vigilarle, pero el astro belga le enganch¨® tambi¨¦n a las drogas. El comportamiento del artista marcial provoc¨® innumerables retrasos, ausencias justificadas en que ten¨ªa que ¡°trabajar los m¨²sculos¡± o tensiones en el plat¨®. Seg¨²n el actor, tambi¨¦n en el rodaje tuvo una aventura con la cantante Kylie Minogue, que interpretaba a un personaje secundario. ¡°Tuvimos un affaire, dulces besos, hermoso sexo. Yo conoc¨ªa muy bien Tailandia, as¨ª que le mostr¨¦ mi Tailandia¡±, declar¨® en una alucinante entrevista en 2012.
De Souza hab¨ªa vivido pocos a?os antes como guionista un gran fracaso de taquilla, El gran halc¨®n (1991), comedia de atracos con Bruce Willis y Andie MacDowell que segu¨ªa la l¨®gica de un corto de animaci¨®n de los Looney Tunes. En Street Fighter, la ¨²ltima batalla no es dif¨ªcil rastrear un ¨ªmpetu semejante, desde la abierta comicidad de m¨²ltiples di¨¢logos o situaciones hasta unos decorados y vestuario que parecen el sue?o de un enamorado de la serie B. Una de las secuencias de lucha la ubica sobre la maqueta de la ciudad que el villano desea erigir, Bison¨®polis, y la rueda a la manera de un kaiju eiga japon¨¦s. Desenfadado, De Souza cumpli¨® las exigencias de Capcom de encajar en la trama a todos los personajes que le ped¨ªan, a base de relegarlos a escenas innecesarias e ininteligibles. ¡°No sab¨ªa qu¨¦ demonios estaba haciendo. Dej¨¦ de pensar y segu¨ª las instrucciones¡±, admiti¨® el actor Roshan Seth, que interpreta a un cient¨ªfico loco. Ante los retrasos, el director declar¨® con iron¨ªa que hizo ¡°la de John Ford, abrir el guion, arrancar una p¨¢gina y decir: ?listo, estamos de nuevo en el calendario!¡±.
Multiverso Van Damme
La entregada, exagerad¨ªsima actuaci¨®n de Ra¨²l Juli¨¢, que parece pasarlo en grande en cada escena del villano Bison, fue lo ¨²nico bien valorado de Street Fighter, la ¨²ltima batalla: incluso recibi¨® una nominaci¨®n p¨®stuma a mejor actor en los Saturn Awards, los premios de la ciencia ficci¨®n. Tambi¨¦n fue un ¨¦xito comercial, con m¨¢s de 100 millones de d¨®lares de recaudaci¨®n. Y, si bien De Souza ha abrazado el culto ir¨®nico a la pel¨ªcula y a su condici¨®n de objeto extra?o, el director tambi¨¦n la ha defendido: ¡°La gente dice que es tan tonta que es graciosa, pero nosotros sab¨ªamos que era graciosa. ?C¨®mo puedes ver una pel¨ªcula as¨ª y pensar que es graciosa por accidente?¡±.
Para Steve Hendershot, el problema tiene m¨¢s que ver con lo que supuso para la identidad de Street Fighter: ¡°Los fans fueron capaces de separar el proyecto cinematogr¨¢fico de los juegos que amaban, pero la pel¨ªcula (y el videojuego de acci¨®n real que la acompa?aba), adem¨¢s de ser mala, mostraba que Street Fighter estaba sintiendo la presi¨®n de parecerse m¨¢s a Mortal Kombat. Parec¨ªa que la marca estaba intentando ponerse al d¨ªa, cuando deber¨ªa haberse sentido m¨¢s c¨®moda en su propia piel animada¡±, dice el especialista a ICON. El doctor en psicolog¨ªa David C. Hayes, tambi¨¦n productor de cine y editor del libro Bloodspurt: The Films Of Jean-Claude Van Damme (2023), lo ve de otra manera: ¡°Como pel¨ªcula de artes marciales, no es buena. Pero, en su defensa, es m¨¢s un tebeo en pantalla que una verdadera pel¨ªcula de artes marciales. El problema, y esto ocurre en propiedades bajo licencia como Street Fighter, era que demasiada gente con demasiadas agendas ten¨ªa algo que decir en el producto final. Capcom, el estudio, los agentes, los distribuidores¡¡±.
¡°Van Damme tambi¨¦n ten¨ªa problemas de salud mental y ha mencionado que se medic¨® tras ser diagnosticado como bipolar. Como psic¨®logo de profesi¨®n, puedo dar fe de la propensi¨®n de los enfermos de trastorno bipolar no diagnosticados a abusar de sustancias para igualarse (o al menos as¨ª lo perciben ellos)¡±, explica el doctor Hayes a ICON. Para el experto, el frecuente recurso del doble en el cine de Van Damme ¨Cen Doble impacto (1991), de la que el belga era coguionista, ten¨ªa un hermano gemelo con el que deb¨ªa entenderse, mientras en Replicant (2002) un clon bueno se enfrentaba a su original malo¨C es ¡°una firma que pone de relieve su lucha consigo mismo¡±. ¡°Es muy posible que tuviera miedo de su Jean-Claude interior. Despu¨¦s de su diagn¨®stico y medicaci¨®n, vemos a un Van Damme tan c¨®modo en su propia piel que se interpreta a s¨ª mismo de forma habitual [como en la pel¨ªcula metaficcional JCVD, de 2008, o la serie Jean-Claude Van Johnson, de 2016]¡±.
Pese a la mala prensa, Hayes destaca que la estrella ¡°fue capaz de reinventarse, y eso no habr¨ªa ocurrido sin caer en desgracia con el p¨²blico¡±. En cuanto a la pel¨ªcula, recientemente Capcom confirm¨® que segu¨ªa recibiendo grandes beneficios de sus ventas, alquileres y derechos de exhibici¨®n. ¡°Al igual que las precuelas de Star Wars, el p¨²blico que vio la pel¨ªcula en su infancia la tiene en una estima diferente a la de los adultos que la vieron en el momento de su estreno¡±, resuelve el escritor. ¡°El tiempo lo cura todo¡±.
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