El lado oscuro de un buen marido: por qu¨¦ el mito del hombre lobo sigue dando miedo en 2025
¡®Hombre lobo¡¯, la nueva versi¨®n del monstruo cl¨¢sico de Universal, repasa y a¨²na a su manera los temas principales de un mito que, antes del cine, ya acumulaba siglos de leyendas y creencias?
Los lic¨¢ntropos a¨²llan de nuevo en la gran pantalla. Este viernes se ha estrenado Hombre lobo, la reencarnaci¨®n de uno de los monstruos cl¨¢sicos de Universal, que lleva a?os tratando de volver a activar su cat¨¢logo de personajes de terror. Tras el experimento comercialmente fallido de 2010 con Benicio del Toro, el estudio puso en marcha una franquicia conjunta de pel¨ªculas con todas las criaturas de sus t¨ªtulos de los a?os veinte, treinta y cuarenta (el hombre lobo, el monstruo de Frankenstein, Dr¨¢cula¡) llamada Dark Universe, que se cancel¨® despu¨¦s de solo una entrega, el remake de La momia (2017). La buena recepci¨®n en 2020 de la nueva versi¨®n de El hombre invisible, una pel¨ªcula de presupuesto limitado que pon¨ªa el foco en el g¨¦nero de terror y se alejaba del perfil blockbuster de las otras intentonas, se?al¨® un nuevo camino a Universal, que ha dejado Hombre lobo de nuevo en manos del mismo director, Leigh Whannell.
Si en El hombre invisible, Whannell reconvirti¨® la historia cl¨¢sica de H.G. Wells sobre las fantas¨ªas masculinas de poder en un sorprendente relato en torno a la violencia machista, en Hombre lobo la propuesta sigue una l¨ªnea similar. El mito, tantas veces abordado como una representaci¨®n de la parte monstruosa del ser humano y sus instintos m¨¢s violentos, es aqu¨ª reconstruido desde el punto de vista de un padre, con un pr¨®logo que le muestra a ¨¦l de ni?o siendo tratado de manera agresiva por su progenitor y un salto al presente donde se le ve esforz¨¢ndose por evitar reproducir esos comportamientos con su hija. Un tema, el de la transferencia patriarcal, que conecta directamente con una de las constantes del personaje durante toda su andadura cinematogr¨¢fica: la maldici¨®n familiar.
¡°Las historias de hombres lobo tienen miles de a?os, y las met¨¢foras que producen han ido cambiando y evolucionando a lo largo de todo ese periodo¡±, recuerda a ICON el doctor Craig Ian Mann, profesor de cine y estudios de medios en la Universidad de Sheffield Hallam y autor del libro Phases Of The Moon: A Cultural History Of The Werewolf Film (Fases de la luna: Una historia cultural de las pel¨ªculas de lic¨¢ntropos, 2020). ¡°Al igual que los vampiros y los zombis, son vers¨¢tiles y tienden a adaptarse al contexto social, cultural e hist¨®rico espec¨ªfico en el que se producen. Hay una met¨¢fora muy asociada al hombre lobo: la bestia interior, que sugiere que los hombres lobo son representaciones del lado oscuro del hombre, o esencialmente de la masculinidad t¨®xica, pero esa es una idea que surgi¨® realmente en la ficci¨®n g¨®tica de hombres lobo¡±.
El acad¨¦mico, para acreditar la maleabilidad del modelo, cita pel¨ªculas que han utilizado la licantrop¨ªa como met¨¢fora de la pubertad y la adolescencia, como Yo fui un hombre lobo adolescente (1957), Teen Wolf: De pelo en pecho (1985) o Ginger Snaps (2000). Otra joya de culto, En compa?¨ªa de lobos (1984), tambi¨¦n usaba el s¨ªmil de los lic¨¢ntropos para advertir sobre los hombres a una joven menor de edad, en un cruce con el cuento de Caperucita Roja. ¡°Yo fui un hombre lobo adolescente es en gran medida una (monstruosa) historia de madurez, pero un a?o antes una pel¨ªcula llamada Los colmillos del lobo (1956) abordaba los problemas de la era at¨®mica haciendo que su protagonista se convirtiera en un monstruo con sangre de lobo radiactiva¡±, explica Mann. ¡°En los a?os ochenta hay una mezcla de pel¨ªculas que juegan con la idea del hombre lobo como enfermedad transmisible o que dejan caer hombres lobo en peque?as ciudades conservadoras para satirizar el giro de Estados Unidos hacia la derecha pol¨ªtica, como Miedo azul (1985), basada en El ciclo del hombre lobo (1983), de Stephen King. As¨ª que el significado de los hombres lobo es y ha sido siempre cambiante¡±.
Una capacidad para mutar favorecida tambi¨¦n por la ausencia, a diferencia de Frankenstein (1818) o Dr¨¢cula (1897), de un gran libro can¨®nico de referencia que acote el terreno. Aunque la novela El hombre lobo de Par¨ªs (1933), de Guy Endore, se considera el esfuerzo m¨¢s relevante por forjar literariamente el arquetipo, la pel¨ªcula de Universal de 1941 El hombre lobo sent¨® muchas de las bases oficiosas que han asumido sus m¨²ltiples variantes a lo largo de las d¨¦cadas, como la idea de que solamente una bala de plata puede acabar con la criatura. Aquella pel¨ªcula contaba la historia de un joven, Larry Talbot, que regresaba a su antiguo hogar para postularse como heredero de una gran fortuna, pese a no gozar de la simpat¨ªa de su padre. La mordedura de un lic¨¢ntropo le convert¨ªa, sin embargo, en v¨ªctima de la maldici¨®n.
El cl¨¢sico protagonizado por Lon Chaney, Jr., para subrayar su condici¨®n de piedra Rosetta del subg¨¦nero, ha sido interpretado de m¨²ltiples maneras: desde el p¨¢nico a una ¨¦lite todopoderosa, que devora impunemente a quien quiere (un tema sobre el que se cimentaba tambi¨¦n Aullidos, de 1981), hasta de nuevo la pubertad, por los cambios f¨ªsicos que se interponen en el deseo rom¨¢ntico del protagonista.
La locura es otra clave en la que se insist¨ªa tanto en aquel t¨ªtulo como en su remake de 2010. ?ntimamente ligada a la creencia antigua de que la luna llena incide en las patolog¨ªas psiqui¨¢tricas, el hombre lobo se presta con facilidad a esa inflexi¨®n, un elemento que a veces ha te?ido de angustia existencial las historias. Al fin y al cabo, al mal del lic¨¢ntropo le acompa?a frecuentemente la inquietud de ser un peligro o un problema para los dem¨¢s: por ejemplo, varias de las escenas de uno de los t¨ªtulos m¨¢s emblem¨¢ticos de la corriente, Un hombre lobo americano en Londres (1981), consist¨ªan en encuentros del desdichado personaje principal con apariciones (imaginarias o no) de sus damnificados pidi¨¦ndole que se suicidara para poner fin al desastre.
Fauna ib¨¦rica
En ficci¨®n, el hombre lobo espa?ol por excelencia es Jacinto Molina, m¨¢s conocido por el nombre art¨ªstico de Paul Naschy, el actor que interpret¨® al monstruo ¨Cy a su alter ego humano, el conde polaco Waldemar Daninsky¨C en m¨¢s de una decena de ocasiones, a partir de la inaugural La marca del hombre lobo (1968). Fuera de la pantalla, no obstante, Espa?a ha contado con el sonado caso del asesino gallego Manuel Blanco Romasanta, condenado en 1853 por el asesinato de, al menos, 13 personas. Romasanta afirmaba haber cometido los cr¨ªmenes en noches de luna llena bajo la forma de un lobo, lo que mereci¨® la atenci¨®n de la prensa internacional y atrajo al pa¨ªs al hipn¨®logo franc¨¦s Joseph-Pierre Durand de Gros, que le diagnostic¨® licantrop¨ªa cl¨ªnica, un supuesto trastorno alucinatorio capaz de convencer al afectado de su transformaci¨®n en un animal. La reina Isabel II, apasionada del ocultismo, revoc¨® su pena de muerte y la cambi¨® por una cadena perpetua.
¡°No hay duda de que el caso de Manuel Blanco Romasanta ha alimentado tanto la figura del lic¨¢ntropo como la del hombre del saco¡±, dice a ICON el ilustrador y escritor coru?¨¦s Pablo Gallo. ¡°Su historia ha traspasado fronteras y ha hecho que el mito perviva en nuestra memoria, afianzando la figura del lobishome en Galicia. Se trata de un caso en el que vemos claramente esos padecimientos y metamorfosis de donde nace el mito, pues Romasanta fue tratado como una ni?a hasta los 8 a?os, sus genitales eran femeninos pero segregaba gran cantidad de hormonas masculinas, ten¨ªa reacciones muy violentas y no sobrepasaba el metro cuarenta de estatura. Por lo que se defendi¨® atribuyendo sus cr¨ªmenes a una maldici¨®n que padec¨ªa: por las noches se convert¨ªa en hombre lobo¡±.
Gallo public¨® en 2020 Bestiario del norte (Ed. La Felguera), libro donde hac¨ªa las veces de mit¨®grafo dibujando y relatando los diferentes seres fant¨¢sticos que han poblado durante siglos el folclore de Galicia, Asturias, Cantabria y Pa¨ªs Vasco. Adem¨¢s del lobishome gallego, en el volumen aparec¨ªa tambi¨¦n otro hom¨®logo asturiano, el llobu cerval. ¡°Siempre puede haber algunas caracter¨ªsticas diferenciadas debido a que cada lugar tiene su idiosincrasia, pero el mito del hombre lobo es antiqu¨ªsimo, se repite en las culturas de muy diferentes partes del mundo y su origen parece tener que ver con algunas enfermedades, tanto f¨ªsicas como psicol¨®gicas, por lo que en el fondo es muy semejante y viene del mismo sitio, de ese inconsciente colectivo del que hablaba Jung¡±, explica el autor.
Sobre sus posibles temas asociados o poso aleccionador, tambi¨¦n observa que los mitos siempre han servido ¡°para avisar de los peligros que acechan en la noche, en la oscuridad del bosque, en la gente extra?a¡±. ¡°No dejan de ser manifestaciones del cuerpo y de la psique humana. Instrucciones para andar por la vida¡±.
Como buena representaci¨®n, el hombre lobo tambi¨¦n puede ser un espejo grotesco en el que mirarse. El doctor Craig Ian Mann resalta el atractivo en ¡°la naturaleza visceral¡± de las escenas de transformaci¨®n y ¡°el placer de ver a un ser humano retorcerse y contorsionarse mientras se convierte en otra cosa¡±. ¡°Son muy importantes en las pel¨ªculas de hombres lobo y siempre lo han sido, pero el deseo de escenas de transformaci¨®n prolongadas y horripilantes surgi¨® en la d¨¦cada de los ochenta: la primera en incluir una fue Aullidos (1981), seguida de Un hombre lobo americano en Londresn (1981). Ambas pel¨ªculas dan a la transformaci¨®n un aspecto insoportablemente doloroso y recurren a los ¨²ltimos avances en efectos especiales de la ¨¦poca, por cortes¨ªa de Rob Bottin en la primera y Rick Baker en la segunda¡±. El profesor cree que la fijaci¨®n en este tipo de secuencias en los ochenta viene del ¡°miedo a la transformaci¨®n corporal, en una ¨¦poca en la que la concienciaci¨®n sobre las enfermedades card¨ªacas, el c¨¢ncer y otras enfermedades graves estaba en primera l¨ªnea¡±.
No siempre convertirse en hombre lobo tiene por qu¨¦ ser una maldici¨®n. Adem¨¢s del caso de Michael J. Fox en Teen Wolf: De pelo en pecho, donde el adolescente protagonista ve¨ªa disparado su encanto entre las chicas ¨Cy, por alguna raz¨®n, su talento para el baloncesto¨C gracias a la condici¨®n heredada de lic¨¢ntropo, la pel¨ªcula Lobo (1994), con Jack Nicholson, tambi¨¦n lo presentaba casi como un superpoder. En ella, el antih¨¦roe se beneficiaba de las virtudes del lobo, recuperaba la potencia sexual perdida, se convert¨ªa en un ¡°l¨ªder de la manada¡± en el ¨¢mbito laboral y hasta rastreaba con qui¨¦n le era infiel su esposa gracias a unas extraordinarias habilidades olfativas. Mientras sigan sin agotarse los anhelos de transformaci¨®n personal o, a la inversa, el miedo a que emerja de cada uno algo espeluznante y reprimido, las lunas llenas seguir¨¢n alumbrando nuevas metamorfosis.