Kanye West toca fondo: las 48 horas durante las que vendi¨® una camiseta con la esv¨¢stica nazi
El cantante publicit¨® su camiseta en el intermedio de la Super Bowl como su ¨²ltima pieza de ¡°arte performativo¡±. D¨ªas despu¨¦s, la web de su marca Yeezy ya ha sido vetada y su agencia de representaci¨®n ha roto relaciones con ¨¦l
Apenas 20 euros y cinco clics fue lo ¨²nico que se necesit¨® durante unos d¨ªas para comprar una camiseta blanca con una gran esv¨¢stica en el centro en la web de Yeezy, la marca de ropa de Kanye West. El domingo, en su cuenta de X, el cantante estadounidense las publicitaba como ¡°su ¨²ltima pieza de arte performativo¡± y en algunas zonas de Estados Unidos se lleg¨® a emitir un anuncio casero en el intermedio de la Super Bowl en el que ¨¦l mismo ped¨ªa que se visitase su p¨¢gina web. Minutos m¨¢s tarde hab¨ªan desaparecido el resto de las prendas de Yeezy y las camisetas con la ense?a nazi se hab¨ªan convertido en el ¨²nico art¨ªculo a la venta. La p¨¢gina recibi¨® compras durante casi dos d¨ªas, hasta que ayer acab¨® por ser vetada por Shopify, la plataforma en la que opera. Con ello llegaba el fin, o por lo menos la pausa hasta nuevo aviso, de la deriva personal que lleva a?os acabando con la imagen p¨²blica de West y que ahora, por fin, parece haber tocado fondo.
Nada de esto es nuevo, pero nunca hab¨ªa llegado tan lejos. Cuando ahora se intenta entrar en la web de Yeezy emerge una pesta?a en la que se puede leer: ¡°Algo ha salido mal. ?Qu¨¦ ha pasado? La tienda ya no est¨¢ disponible¡±. Para obtener una respuesta m¨¢s elaborada hace falta retroceder, por lo menos, una semana. Algo m¨¢s de siete d¨ªas es el tiempo que West ha tardado en terminar de hundir la marca que en 2015, cuando ya hab¨ªa triunfado con sus dise?os de zapatillas para Nike, cre¨® de la mano de Adidas.
El domingo 2 de febrero Ye, actual nombre legal de Kanye, volv¨ªa al foco medi¨¢tico en la alfombra de los Grammy de la mano de su pareja Bianca Censori. Los dos iban vestidos de negro hasta que ella se quit¨® el abrigo y pos¨® completamente desnuda a excepci¨®n de una malla transparente. La pareja aprovech¨® la viralizaci¨®n de las im¨¢genes para promocionar la nueva colecci¨®n de Yeezy con un spot. Bajo un sistema de letras y n¨²meros, se presentaban todo tipo de prendas b¨¢sicas con inscripciones rusas sin significado aparente. Todas ellas costaban lo mismo, 20 euros, y llevaban el sello de Gosha Rubchinskiy, jefe de dise?o de la marca.
Las im¨¢genes de Censori, a la que conoci¨® cuando era una de las jefas de dise?o de la marca, desataron una avalancha de reacciones negativas. En medio de todo ello, el mi¨¦rcoles 5 sali¨® a la luz una entrevista en el podcast The Download en el que confesaba que ya no tomaba sus pastillas para la bipolaridad porque gracias a Censori hab¨ªa descubierto que en realidad era autista. ¡°No quiero que bloqueen mi creatividad¡±, contaba. Entre otros episodios de su carrera, incidieron en la ¡°cancelaci¨®n social¡° que vivi¨® hace tres a?os.
En 2022, West se busc¨® a s¨ª mismo lo que se conoce como un annus horribilis. Termin¨® las dos grandes relaciones de su vida. Con Kim Kardashian firm¨® el divorcio tras un largo periodo de negociaci¨®n y con Adidas, la colaboraci¨®n en su marca Yeezy, que a partir de entonces desarrollar¨ªa en solitario. La multinacional alemana tom¨® la decisi¨®n de cortar por lo sano despu¨¦s de soportar varias pol¨¦micas racistas y antisemitas. La m¨¢s sonada fue cuando ¨¦l y varios modelos lucieron camisetas con el lema ¡°White Lives Matter¡±, parodia de los supremacistas blancos del movimiento desatado por el asesinato de George Floyd, en la presentaci¨®n en Paris de la colecci¨®n YZY SZN 9 de su marca Yeezy. Como broche, Twitter (que entonces no era X ni propiedad de Elon Musk) cancel¨® su cuenta por incitaci¨®n al odio despu¨¦s de subir una esv¨¢stica superpuesta a la estrella de David.
El repaso que West hizo en el podcast sirvi¨® casi como augurio de lo que estaba por venir. El jueves 6 por la noche comenz¨® una avalancha de tuits que llenaron durante 10 horas su perfil de mensajes de odio. Empez¨® comentando la pol¨¦mica con Censori (¡°no lo habr¨ªa hecho sin mi consentimiento. Domino a mi mujer¡±) y acab¨®, de nuevo, soltando soflamas antisemitas (¡°Amo a Hitler. Soy nazi¡±). De todos ellos, el tuit que m¨¢s impacto tuvo fue uno en el que ped¨ªa al presidente Donald Trump que indultase al rapero Sean ¡®Diddy¡¯ Combs, acusado de tr¨¢fico sexual, asociaci¨®n il¨ªcita y transporte para ejercer la prostituci¨®n. Desde que West apoy¨® la primera campa?a de Trump, les ha unido una amistad intermitente. El a?o pasado el actual presidente lleg¨® a decir que, a pesar de dar problemas, West era un ¡°buen tipo¡± con ¡°buen coraz¨®n¡±.
El viernes 7 la marca anunci¨® que lanzaba una colecci¨®n de camisetas tambi¨¦n por 20 d¨®lares en colaboraci¨®n con Sean John, marca de Combs, para recaudar fondos para la defensa del acusado. El mismo d¨ªa, Gosha Rubchinskiy anunci¨® en Instagram que dejaba su puesto el jefe de dise?o de Yeezy sin hacer referencia a la pol¨¦mica. Mientras, las redes empezaban a enloquecer y se desataban todo tipo de reacciones por parte de los colectivos afectados.
El mismo Elon Musk, que en su d¨ªa lleg¨® a apoyarle en su intenci¨®n de presentarse a presidente, se resisti¨® a pronunciarse hasta mucho m¨¢s tarde. En uno de los tuits, West dec¨ªa que Musk le hab¨ªa robado su swag nazi en la investidura de Trump, en referencia al pol¨¦mico saludo del administrador del Departamento de Eficiencia Gubernamental de la Casa Blanca. ¡°Tantos problemas como este pueden resolverse si cada uno simplemente asume su responsabilidad¡±, coment¨® Musk, fiel a su habitual defensa de la libertad de expresi¨®n a todo coste. Entre los tuits que segu¨ªa soltando West ya se encontraba un aviso de sus pr¨®ximos pasos: ¡°Nunca vender¨ªa camisetas con una esv¨¢stica porque se podr¨ªa agredir f¨ªsicamente a las personas que las llevaran.... Amo a mis seguidores¡±.
El final de todo este delirio virtual coincidi¨® con la final de la Super Bowl celebrada el domingo 9 en Nueva Orleans. Para entonces, el cantante segu¨ªa vertiendo odio en mensajes contra la cantante Taylor Swift presente en el estadio. En esto coincidi¨® con su antiguo amigo Donald Trump. El presidente escribi¨® en su propia red Truth, fundada despu¨¦s de que fuera expulsado del antiguo Twitter por incitar a la violencia en el asalto al Capitolio, para remarcar que los abucheos recibidos por Swift ven¨ªan de sus propios seguidores.
Sin embargo, en el intermedio del partido Kanye cambi¨® la din¨¢mica que hab¨ªa regido su cuenta en los ¨²ltimos d¨ªas. En algunas emisoras locales se emiti¨® un v¨ªdeo casero donde ¨¦l mismo ped¨ªa a sus seguidores que entraran en la web de Yeezy sin desvelar por qu¨¦. El a?o pasado hab¨ªa utilizado la misma estrategia para anunciar la dr¨¢stica bajada de precios a los 20 d¨®lares en todos sus productos. Esta vez era distinto. El precio y las tres tallas disponibles se manten¨ªan, pero se ofrec¨ªa un solo producto. Una camiseta b¨¢sica blanca con una gran esv¨¢stica nazi bajo el nombre ¡°HH-01¡å.
En uno de sus ¨²ltimos mensajes publicaba que llevaba a?os queriendo vender esa camiseta y que era su ¨²ltima obra performativa. ¡°Me cierro la cuenta de Twitter. Gracias Elon (Musk) por dejar que me desahogue aqu¨ª. Ha sido emocionante utilizar al mundo como una caja de resonancia. Ha sido como un viaje de Ayahuasca. Os quiero a todos los que me hab¨¦is dedicado energ¨ªa y atenci¨®n¡±, declaraba esa misma noche. Lo ¨²nico que el magnate tecnol¨®gico hizo despu¨¦s fue confirmar que la cuenta estaba suspendida por el contenido vertido. ¡°No deber¨ªais poder verla ya¡±, respondi¨®. As¨ª fue pero la noticia ya se hab¨ªa difundido.
Durante casi dos d¨ªas las camisetas estuvieron a la venta. Asociaciones como CiberWell, centrada en combatir el antisemitismo en redes, remarcaba que era consecuencia de la reducci¨®n de las pol¨ªticas de control acometida por Mark Zuckelberg en Meta y Elon Musk en X. Los usuarios se centraron entonces en atiborrar a Shopify, empresa de comercio electr¨®nico a trav¨¦s de la cual operaba Yeezy, de peticiones para cerrar la web. La reacci¨®n llegaba finalmente ayer martes 11 de febrero.
¡°El comerciante no realiz¨® pr¨¢cticas comerciales aut¨¦nticas y viol¨® nuestros t¨¦rminos¡±, explic¨® un portavoz de Shopify a la cadena CNN. Una vez pasado el temporal, Trump y Musk, a diferencia del resto de destinatarios de los mensajes de Ye, se resisten a ofrecer una respuesta oficial. Para aquellos que en su d¨ªa le respaldaron, esta pol¨¦mica es una de las tantas que protagoniza. Para otros, sin embargo, ha sido la definitiva. 33&West, su agencia de representaci¨®n, acaba de anunciar que rompe relaciones con ¨¦l. La asociaci¨®n de m¨²sica y el uso provocativo de s¨ªmbolos pol¨ªticos o religiosos no es nueva. En los a?os setenta, el punk londinense (con artistas como Siouxsie and the Banshees o Sid Vicious y dise?adoras como Vivienne Westwood a la cabeza) us¨® la esv¨¢stica como acto de nihilismo. Pero este momento no es aquel: con Elon Musk, uno de los hombres m¨¢s poderosos del mundo, haciendo algo parecido al saludo nazi y el presidente Trump auspiciando perfiles y pol¨ªticas ultraderechistas, que un hombre multimillonario como West afirme ser abiertamente pro-Hitler tiene otras connotaciones.
Para Carlos Primo, redactor jefe de moda de ICON, ¡°esta es la performance definitiva. A Kanye siempre le ha fascinado mucho lo conceptual, llevado a su extremo m¨¢s radical. Este gesto, igual que la presencia de Bianca Censori desnuda en la alfombra roja, es un modo delirante de cruzar la l¨ªnea, romper la baraja, hacer algo a lo que nunca nadie se ha atrevido. Yo creo que en su cabeza suena as¨ª. No me refiero solo a la camiseta, sino a creerse de verdad que el nazismo es la respuesta. Es uno de los peligros del culto a la personalidad del artista: el ego no tiene l¨ªmites. Es muy peligroso¡±. El dise?ador finland¨¦s Achilles Ion Gabriel fue m¨¢s lac¨®nico en su perfil de Instagram: ¡°Cualquiera que apoye este payaso que deje de seguirme a m¨ª¡±.