C¨®mo David Castillo encontr¨® la paz tras la fama de ¡®A¨ªda¡¯: ¡°No me da miedo dejar de ser famoso, tampoco volver a serlo¡±
Durante diez temporadas y 237 episodios fue uno de los j¨®venes m¨¢s famosos de Espa?a, pero esa presi¨®n pudo con ¨¦l y, tras el fin de la serie, prefiri¨® hacer teatro y viajar. Ahora vuelve con la superproducci¨®n ¡®El Cid¡¯, donde interpreta un papel que le es familiar: alguien que tiene que aprender a sobrevivir en un mundo donde la gente va a por todas
Los altibajos de los ni?os prodigio han sido una fuente inagotable de fascinaci¨®n para el p¨²blico y de inspiraci¨®n para el periodismo. En ICON hemos repasado una, dos, tres, en realidad montones de vidas de estos irresistibles mitos contempor¨¢neos. El caso de David Castillo (Madrid, 1992) es su reverso luminoso: tras rodar decenas de anuncios siendo un ni?o, cosechar cr¨ªticas excelentes en Cachorro, su debut en el cine, y convertirse en una celebridad a los 12 a?os por su papel en A¨ªda, que lleg¨® a atraer a seis millones de espectadores, hoy alterna teatro, televisi¨®n y poes¨ªa con la calma que da a un actor haber cumplido el sue?o de la fama y el reconocimiento antes de la adolescencia.
Su vida no se parece a la de ning¨²n otro ni?o: a los ocho a?os vol¨® a Almer¨ªa para ver nieve, una nieve artificial colocada para un anuncio de alt¨ªsimo presupuesto de una compa?¨ªa el¨¦ctrica. A esta reuni¨®n llega de un sitio m¨¢s cercano, de un municipio del norte de Madrid al que se mud¨® hace unos a?os para llevar una vida tranquila. Nunca ha dejado de trabajar: ha alternado el teatro cl¨¢sico con series diarias (Amar es para siempre) y volveremos a verlo en El Cid, la superproducci¨®n de Amazon que lo une a Jaime Lorente. All¨ª es Elisardo, ¡°un personaje con un carisma tremendo, que llega nuevo a la corte pero no quiere estar all¨ª¡±, describe. Los paralelismos con su propia vida, como descubriremos en la conversaci¨®n, son abundantes: ¡°Tiene que aprender a defenderse en ese mundo de se?ores muy brutos y gente que va a matarse. Pero ¨¦l tiene una vena un poco m¨¢s art¨ªstica, le gusta cantar, tocar el la¨²d, probar cosas nuevas¡ Es un personaje con mucho carisma porque llega all¨ª sin saber muy bien lo que tiene que hacer y, poco a poco, se dar¨¢ cuenta de que no se le da tan mal como ¨¦l pensaba¡±.
Tiene 28 a?os, pero laboralmente parecen los 50 de una persona con una vida normal. Lleva trabajando desde ni?o. Tuve un punto de inflexi¨®n, durante a?os no quise hacer m¨¢s tele despu¨¦s de Aida. No me ve¨ªa con fuerzas. Se juntaron muchos factores. En lo personal tuve una p¨¦rdida muy grande en mi familia y profesionalmente estaba muy cansado, despu¨¦s de trabajar sin parar desde los diez a?os. Hubo un momento en el que hasta me dio por pinchar m¨²sica, as¨ª que ten¨ªa mi faceta televisiva, teatral y musical. ?Agotador! Me ve¨ªa un poco trastabillado, notaba que la vida empezaba a empujarme. Me ofrec¨ªan cosas y no las quer¨ªa hacer. Si con 21 a?os no quieres ir a currar, algo mal est¨¢ en tu vida. As¨ª que descans¨¦.
Imagino que ten¨ªa un buen colch¨®n econ¨®mico para poder darse ese descanso. S¨ª, por suerte. Uno trabaja tanto que se lo puede permitir. Nunca he necesitado grandes lujos. Mi padre dec¨ªa que no es m¨¢s rico el que m¨¢s tiene, sino el que menos necesita. Me voy educando para necesitar cada vez menos cosas, lo cual es dif¨ªcil en esta sociedad que te exige tener doscientos mil abrigos. Por suerte, puedo estar tranquilo.
El rostro de David se hizo popular gracias a A¨ªda, pero ya era familiar para todos aquellos telespectadores que no se levantan para ir al cuarto de ba?o cuando llega la publicidad. En su infancia hizo tant¨ªsimos anuncios que perdi¨® la cuenta. ¡°Mogoll¨®n, fue una brutalidad. Hubo un a?o en el que hice unos 40. Adem¨¢s, al ser de los pocos ni?os que iba a los rodajes, era el mimado. Hice uno de Lego, otro de Megatrix en el que me pusieron un arn¨¦s para que diera volteretas en el aire... Recuerdo uno que hicimos en Barcelona en el que cortaron toda la Diagonal para nosotros¡±.
?Se cumpli¨® con usted ese lugar com¨²n de ni?o actor al que tratan como a un rey en los rodajes y como a un paria en el colegio? Mis compa?eros se lo tomaron muy bien. Nunca me dijeron nada. En mi colegio me trataban mejor mis compa?eros que mis profesores. Normalmente los ni?os suelen ser m¨¢s crueles que las personas adultas, que supuestamente son¡ eso, adultos. Pero, t¨ªo, mis compa?eros me trataba mejor que ellos. Hubo algunos profesores que hac¨ªan bromas crueles o se negaban a cambiarme la fecha de un examen. Luego tambi¨¦n es cierto que cuando un ni?o no va a la escuela durante tres o cuatro d¨ªas seguidos se pierde como 25 cap¨ªtulos de lo que ocurre en su vida: si un compa?ero le envi¨® una nota a otra, si otros dos se cabrearon¡ Yo notaba que me iba desvinculando de todo eso. En cuanto te pierdes tres d¨ªas, volver a engancharte ah¨ª era muy complicado. T¨² te vas de un sitio y la vida contin¨²a sin ti. Eso fue duro.
Imagino que sus padres administraban todo el dinero que ganaba. Cada familia lo administra de una manera. En mi caso, mis padres guardaban el dinero para m¨ª. Nunca lo vi hasta que fui mayor de edad. Ellos lo hablaban conmigo. A veces me dec¨ªan: ¡°Mira, David, este verano con el dinero que tenemos nos podr¨ªamos ir de vacaciones a Barcelona. Ahora, si a ti te apetece, con parte de tu dinero nos podemos ir a Disneyland Par¨ªs¡±. Y yo dec¨ªa: ¡°V¨¢monos, cogedlo, nos lo hemos currado, ?no?¡±.
?Cu¨¢ndo decidi¨® que iba a apostarlo todo a la carta de la interpretaci¨®n y dejar su vida normal? Fue como a los 14. Ya estaba en A¨ªda, pero entr¨¦ en una ¨¦poca en la que quise dejar la serie. Fue en plena adolescencia, mis amigos empezaban a salir y a tener sus parejas y yo no pod¨ªa disfrutar de eso. Ah¨ª quise dejarlo. Mis padres me animaron a pensarlo, a que considerase que ten¨ªa una oportunidad que much¨ªsima gente deseaba, pero la decisi¨®n era m¨ªa. Al final lo pens¨¦ y me dije: pues tienen raz¨®n.
El plan de rodaje de una serie semanal de tanto ¨¦xito era agotador para David y para los dem¨¢s ni?os del reparto. ¡°En producci¨®n y direcci¨®n intentaban juntar todas nuestras escenas para que no estuvi¨¦ramos all¨ª todo el tiempo y pudi¨¦ramos ir a clase y estar con nuestra familia. Es una cosa que ahora se ha regulado, pero en esa ¨¦poca no lo estaba. Ahora un menor no puede pasar m¨¢s de equis horas en un rodaje. Eso fue una lucha de los padres con las productoras, que en algunos casos lo entend¨ªan y en otros menos. Es verdad que en A¨ªda lo terminaron entendiendo, entendieron que Edu [Casanova], Ana [Polvorosa] y yo ¨¦ramos ni?os y los ni?os tienen que estar en su espacio natural, que es ir a clase¡±. Sin embargo, la vida de David distaba de ser la de un ni?o normal: aunque pod¨ªa alternar las clases y los rodajes entre semana, ten¨ªa que recuperar parte de esas horas perdidas los fines de semana con un profesor particular.
En 2004 se estren¨® Cachorro (Miguel Albaladejo), una de esas pel¨ªculas valientes que de vez en cuando asoman en los cines y en la que un oso de Chueca de vida disoluta se ve obligado a cuidar de su sobrino. ¡°De repente apareci¨® David Castillo, que es de Fuenlabrada, casi en el ¨²ltimo momento¡±, cont¨® en su d¨ªa Albaladejo a EL PA?S, ¡°y nos demostr¨® que era el que mejor lloraba¡±. La pel¨ªcula mezclaba las escenas de ternura y familias elegidas propias del cine de Albaladejo con secuencias expl¨ªcitas de sexo, ya fuera en saunas o en la casa del protagonista. ¡°Le tengo much¨ªsimo cari?o a esa pel¨ªcula¡±, recuerda David. ¡°Fui al estreno, claro, pero me acuerdo de que Miguel [Albaladejo] me sacaba de la sala en las secuencias de sexo. Me dec¨ªa: ¡®David, ahora hay una escena que no puedes ver, cuando seas mayor ya ver¨¢s la pel¨ªcula entera¡¯. Cuando ¨¦l sab¨ªa que ven¨ªa una escena as¨ª, me sacaba de la sala y luego volv¨ªamos a entrar. La volvimos a ver todos juntos hace poco en la Filmoteca en un ciclo de todas las pel¨ªculas de Miguel y me di cuenta de lo bien que ha envejecido. Es una pel¨ªcula muy bonita. A partir de ella me di a conocer y me empezaron a llamar mucho de series¡±.
A¨ªda tiene algo en com¨²n con Cachorro y con otras cosas en las que ha participado: dio dignidad a personajes que, para seg¨²n quien, pertenec¨ªan al lumpen. En A¨ªda hab¨ªa putas, yonquis, maricones, inmigrantes, chonis, todos en un barrio marginal de Madrid. De eso tambi¨¦n me di cuenta m¨¢s tarde. Ha sido una serie muy bonita que ha dado voz a parte de la sociedad. Reflejaba una convivencia que ahora, que est¨¢ todo tan polarizado, ya no existe. En A¨ªda se reflejaba la convivencia entre un se?or fascista y un yonqui y un inmigrante, todos desde su posici¨®n y sus argumentos. Ya no hay ninguna serie as¨ª, alguien deber¨ªa coger ese relevo. Conf¨ªo en que se har¨¢.
En su d¨ªa, compa?eros como Paco Le¨®n o Carmen Machi tambi¨¦n confesaron que adoraban a sus personajes pero les pesaban como una losa. ?Era algo generalizado en una serie de tanto ¨¦xito? En alg¨²n momento todos hemos pasado por ese proceso. Y creo que la serie termin¨® un poco por eso, porque todo el mundo sent¨ªa que sus personajes empezaban a pesarles.
En una entrevista con la revista Teatros dijo: ¡°Los mayores obst¨¢culos siempre han venido en forma de ego, los de uno mismo y los de la profesi¨®n¡±. ?Eso es que en alg¨²n momento se le subi¨® la fama a usted tambi¨¦n? S¨ª¡ pero porque creces en eso, considerando que todo eso es normal. Consideras normal que todo el mundo te trate con cari?o, que despiertes cierta expectaci¨®n cuando llegas a un lugar¡ Me iba de viaje, me sentaba en una mesa y todo el mundo escuchaba lo que yo dec¨ªa. Abr¨ªa la boca y todo el mundo callaba. Eso no es lo normal, pero yo cre¨ªa que s¨ª. Y me dec¨ªa: ¡°?Cu¨¢nto poder tengo!¡±. Luego empiezas a ver no solo tu ego, sino el de los compa?eros. En tus primeros eventos notas c¨®mo todo el mundo intenta ser m¨¢s simp¨¢tico que el otro, ponerse una careta que no es la suya, c¨®mo est¨¢ hablando contigo y de repente te deja porque aparece alguien que le interesa m¨¢s¡ Ese juego nunca me ha gustado. Igual que los mineros tienen un canario que cuando deja de cantar le indican que ya no hay ox¨ªgeno, yo siempre tuve a mi jilguero, que era mi hermano. Cuando era peque?o, mi hermano, que me saca diez a?os, me acompa?aba a todos los sitios. ?l trabajaba poniendo fibra ¨®ptica, era una persona corriente que no tiene nada que ver con este mundo art¨ªstico, y me dec¨ªa: ¡°Esta persona no me ha ca¨ªdo bien¡±. O: ¡°Este es simp¨¢tico y natural¡±. Por eso en esto uno tiene que saber muy bien de qui¨¦n se rodea.
Normalmente uno preguntar¨ªa a un actor reconocido si le da miedo dejar de ser famoso, pero en su caso habr¨ªa que preguntar si le da miedo encontrarse con la fama masiva otra vez. No, de eso ya me he curado. No me da miedo no ser famoso y no me da miedo serlo otra vez. Lo que me dar¨ªa miedo ser¨ªa no poder disfrutar de lo que hago, no tener trabajo¡ Ahora mismo disfruto y no pienso en lo que va a venir.
?Not¨® preocupaci¨®n entre sus compa?eros? Hubo de todo. Me han llegado a decir: ¡°Pobrecito...¡±. Se piensan que si no est¨¢s en una serie de ¨¦xito ya no haces nada. Me resulta curioso porque pasa incluso dentro de la profesi¨®n. De repente dejas de ver a alguien y crees que esa persona ya no es feliz porque ya no est¨¢ haciendo lo que t¨² crees que deber¨ªa estar haciendo. Estamos muy equivocados. El ¨¦xito es algo muy personal. El ¨¦xito es levantarte y pensar: ¡°?Qu¨¦ bonitos tomates tengo¡±. O poder escribir, hacer teatro, tener un hijo, criar cabras o irte de viaje a la India.
Al terminar A¨ªda, y pese a ser uno de los j¨®venes m¨¢s famosos de Espa?a, David se present¨® a las pruebas para la Joven Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico. ¡°Yo ten¨ªa el culo pelado de trabajar, por as¨ª decirlo, pero el teatro cl¨¢sico no lo hab¨ªa tocado nunca. Siempre hab¨ªa hecho teatro contempor¨¢neo. Las redondillas me las sab¨ªa de lo que hab¨ªa estudiado en el colegio¡±. All¨ª particip¨® tanto en funciones teatrales en colegios como en proyectos de la Royal Shakespeare Company con personas autistas. ¡°Nunca dej¨¦ de trabajar, pero eso no tiene exposici¨®n medi¨¢tica como tiene la televisi¨®n. No solo decid¨ª salir del circuito de la televisi¨®n, tambi¨¦n de acudir a estrenos, fiestas y eventos. Quer¨ªa que la gente se olvidar¨¢ un poco de m¨ª, ya me hab¨ªan visto durante diez a?os. No me interesaba que siguieran vi¨¦ndome¡±.
Es muy activo en redes y suele sacar mucho a su hermano con s¨ªndrome de Down. No s¨¦ si, aparte de un ejercicio de naturalidad porque es su hermano, es un ejercicio de visibilidad con la causa. Totalmente. Mi hermano tiene 40 a?os ya. Hace cuatro d¨¦cadas no hab¨ªa tanta informaci¨®n, as¨ª que mis padres tuvieron que ir a Par¨ªs a preguntar a un especialista qu¨¦ pod¨ªan hacer con su hijo. Y les dijo: ¡°Es muy simple, cr¨ªenlo como a cualquier otro ni?o¡±. Y eso es lo que hago con mi hermano: mi hermano Javi me acompa?a, viene conmigo al teatro, se viene de fiesta, sale en mis fotos. No es tener que visibilizar nada, es¡ normalidad. Tambi¨¦n estoy muy ligado a la Fundaci¨®n S¨ªndrome de Down, colaboro mucho con ellos y cuando hay un evento intento estar. Trabajamos para que cada vez sea m¨¢s normal que personas con capacidades diferentes lleven una vida normal, sin que tengamos que decir: ¡°?Huy, qu¨¦ bien!¡±. Pues no, que sea algo normal.
Antes mencion¨® que durante una ¨¦poca se meti¨® a DJ. ?No le cayeron palos por ser el t¨ªpico DJ famoso? Siempre me encant¨® la m¨²sica y una persona del rodaje de A¨ªda que hab¨ªa sido DJ me present¨® a Christian Varela. Le pregunt¨¦ si pod¨ªa dar clases con ¨¦l, me dijo que no lo hac¨ªa nada mal y me ofreci¨® pinchar. Hac¨ªamos bolos y pinch¨¦ en sitios muy chulos, pero era muy cansado. Siempre que alguien es multidisciplinar en este pa¨ªs parece que se est¨¢ intentando meter donde no le llaman, pero yo lo hice con todo el respeto del mundo, sin querer quitarle el trabajo a nadie. Igual que ahora voy a sacar un libro de poes¨ªa, pero no quiero llamarme a m¨ª mismo poeta ni pretendo quitarle el trabajo a nadie. Simplemente lo hago desde mi amor a la poes¨ªa, mi amor a la escritura y desde lo que soy yo. Y ya est¨¢.
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