Juarma: ¡°La din¨¢mica del esfuerzo como f¨®rmula m¨¢gica es mentira¡±
El escritor y dibujante granadino ha pasado de la autoedici¨®n a la bendici¨®n de Blackie Books con la venerada ¡®Al final siempre ganan los monstruos¡¯ y publica tambi¨¦n la recopilaci¨®n de vi?etas ¡®Abr¨¢zame hasta que esta vida deje de dar puto asco¡¯
Juarma (Deifontes, 1981) empez¨® a escribir y a dibujar con 14 a?os y lo hizo con la firme creencia de que nada de lo escrito ver¨ªa la luz. Ahora, tras una larga trayectoria en fanzines, tebeos y revistas, coinciden en el tiempo sus dos libros Abr¨¢zame hasta que esta vida deje de dar puto asco (Autsaider C¨®mics) y Al final siempre ganan los monstruos (Blackie Books). El primero es un librito espectacularmente editado que re¨²ne una colecci¨®n de vi?etas bien afiladas y c¨¢usticas con sentencias como saetas tipo ¡®Espa?a es un pa¨ªs que formamos 46 millones de enemigos¡¯ o ¡®La vida es el arte de encontrar un grupo de gilipollas al que pertenecer¡¯. Puro estilo Juarma.
El segundo es una novela sobre un grupo de j¨®venes en Villa de la Fuente, un pueblo que les engulle y les atrapa una y otra vez. Un relato coral sobre la mentira y la manipulaci¨®n (¡°La verdad es muy dif¨ªcil de establecer. Si se rompe un cristal, pegando los trocitos sale algo parecido, pero no es exactamente lo que era¡±) con el tr¨¢fico de marihuana como tel¨®n de fondo. Un libro dur¨ªsimo (¡°Quiz¨¢s sea desesperanzado, pero es que en aquel momento no hab¨ªa otro remedio. Lo escrib¨ª con el coraz¨®n en la mano y al borde de un precipicio con ganas de tirarme todo el rato¡±) que empez¨® como un experimento.
Las aventuras de Juanillo, Jony, Lolo, Vanessa y el Cucaracha surgieron en un club de lectura privado en Facebook que fueron luego editadas ¨Cantes de hacerlo a lo grande en Blackie Books¨C en Camping Motel, una peque?a editorial local. Hablamos con Juarma de los pueblos, la crisis, la droga y, sobre todo, de prejuicios.
?C¨®mo lleva el ¨¦xito editorial alguien que viene de la autoedici¨®n y de las trincheras editoriales? Es algo con lo que ya no contaba, pero estoy igual que estaba hace un mes o dos o tres. A verlas venir. Como no estoy acostumbrado, no estoy ilusionado y voy con pies de plomo. Todo el mundo de mi entorno quiere que sea escritor y est¨¢n emocionados y me da palo por ellos, pero yo me veo agotado y quemado. Si hay suerte, pues bien, y si no, seguir¨¦ igual. Y no es que no tenga sangre, que soy un manojo de nervios, pero ahora ya con cuarenta a?os me lo estoy tomando de otro modo. Prefiero ir sin muchas expectativas. Agradezco mucho el feedback de la gente, eso s¨ª. Aunque me da mucha ansiedad exponerme tanto.
Para alguien como t¨², acostumbrado a expresarse a trav¨¦s de vi?etas, ?c¨®mo es esto de tener que responder a tanta entrevista de repente? Estoy agotado, saturado de que me hagan las mismas preguntas, de que me pongan las mismas referencias... A veces tengo la sensaci¨®n de que me preguntan por otro libro. En las primeras entrevistas lo pas¨¦ fatal, pero la verdad es que la gente es muy atenta y tengo que hacer lo que sea para que esto vaya medio bien. Pero disfrutar con esto, pues no. Muchas veces son preguntas muy intrusivas. He dicho ya mil millones de veces que es ficci¨®n, que es una novela y me siguen preguntando por lo personal. Y siempre respondo lo mismo: si yo hubiera querido vender la historia como algo personal, lo habr¨ªa hecho. Pero tambi¨¦n he coincidido con periodistas maravillosos. Alguno hasta me cae bien. (Risas).
Es curioso como el hecho de hablar de drogas, aunque sea en formato novela, sigue causando much¨ªsima expectaci¨®n. ?Es la droga el ¨²ltimo tab¨²? Creo que la gente no ve o no quiere ver esa realidad cotidiana que yo veo todos los d¨ªas en las p¨¢ginas de sucesos de los peri¨®dicos. Y todo esos sucesos tienen que ver con buscarse la vida. El libro va de eso: de esas realidades que parecen no querer verse. De c¨®mo el cultivo de marihuana trastoca la vida de un pueblo y la despendola. Me fascina el desconocimiento que hay respecto a lo que pasa en los pueblos. ?Si con meterse un d¨ªa en el peri¨®dico de tu provincia se ve! Pero se habla desde una visi¨®n muy prejuiciosa.
Es cierto que se tiende a pintar la vida en los pueblos de un modo muy buc¨®lico, casi id¨ªlico¡ Cuando sali¨® el libro con Camping Motel, no lo pens¨¦ mucho. Pero cuando lo edit¨® Blackie Books, pens¨¦: esto lo va a leer gente de Madrid o de Barcelona y se van a creer que es una pel¨ªcula. Si yo contara historias de verdad de mi pueblo el libro ser¨ªa cien veces peor. Cien veces m¨¢s duro y brutal. Los pueblos son muy duros. Otra cosa que me choca mucho es cuando me preguntan a qu¨¦ me dedico¡ Que sorprenda tanto que una persona que vive al d¨ªa, que no tiene futuro y que est¨¢ pr¨¢cticamente tirado escriba un libro no deja de ser una visi¨®n muy prejuiciosa y despectiva.
Porque ya era hora de que ese retrato tan desesperanzado de la juventud lo escribiera alguien desde dentro, ?no? Yo estoy parado y ahora voy apa?¨¢ndome. Pero realmente estoy igual que antes y no s¨¦ muy bien qu¨¦ va a ser de m¨ª dentro de uno o dos meses. Hay mucha gente en esta situaci¨®n y la posibilidad de salir es muy peque?a y depende mucho de la suerte y de la casualidad como me ha pasado a m¨ª. Cuando el libro lo ley¨® la gente de mi pueblo le gustaba la historia o le intrigaba, pero no le sorprend¨ªa. Nadie me dijo ¡®?Hostia, cu¨¢nta desesperanza?¡¯ u ¡®?Hostia cu¨¢nta droga!¡¯ hasta que se edit¨® en Blackie Books.
Por otro lado ese no future que sobrevuela tu obra tampoco es de ahora¡ Venimos arrastrando crisis toda la vida. Se habla mucho de la crisis del ladrillo, pero mis padres llevan toda la vida en crisis. Mis abuelos, igual. Hay crisis siempre. Y siempre parece que la de ahora es peor que la anterior. Obviamente, hay cosas que cambian a mejor. Hay m¨¢s respeto y tolerancia en muchos campos. Pero de la crisis no se sale. Y no se trata del ¡°esfu¨¦rzate¡± para salir. S¨ª, claro, para que te exploten, te roben o te enga?en. A alguien le servir¨¢ lo de esforzarse, pero la din¨¢mica del esfuerzo como f¨®rmula m¨¢gica es mentira. Esa cosa de que te digan que si te va mal es porque no te has esforzado lo suficiente o porque no aprovechas tus oportunidades. ?T¨² sabes lo que es terminar la carrera y sin saber la ¨²ltima nota irte a trabajar a la obra? ?O no poder hacer unas oposiciones porque hay que pagar un alquiler? Ojal¨¢ pudiera escribir una historia maravillosa de superaci¨®n. Pero me resulta m¨¢s f¨¢cil hablar de lo que tengo m¨¢s cerca.
Coinciden dos libros tuyos en librer¨ªas y ninguno es autoeditado. Qu¨¦ descanso, ?no? Es comod¨ªsimo. No tengo que hacer env¨ªos, ni hacer seguimientos. Llegas a m¨¢s gente. Es verdad que se echa un poco de menos esa cosa marginal, de hacerlo para unos pocos. Pero son todo ventajas.
En el tebeo de Autsaider, Abr¨¢zame hasta que esta vida deje de dar puto asco, se dir¨ªa que eres un gran observador de los comportamientos humanos. De normal, hablo poco. Me gusta estar a mi rollo. Y observo mucho. Cuando he trabajado en hosteler¨ªa, me ha servido para ver actitudes que necesitaba dibujar para deshacerme de las ganas de pegar una hostia a alguien. Se analiza muy bien el comportamiento humano en un bar. Se puede hacer un diagn¨®stico de la sociedad estudiando las terrazas.
Y a¨²n as¨ª siempre hay bastante ternura en tus vi?etas. Hay ternura por confiar que las cosas pueden cambiar. Con mis vi?etas no pretendo convencer a nadie de nada, ni decir la verdad, ni que eso sirva para nada. Es solo una catarsis y el intento de sacarme de encima una sensaci¨®n mala. Re¨ªrse de esa tristeza es una forma de salvarse. Las vi?etas son antidepresivos que sientan bien.
?Por qu¨¦ empezaste a dibujar? Era una forma de canalizar la rabia. Dibujaba para no ver la tele. Y con el tiempo se ha convertido en la cosa m¨¢s estable que tengo en mi vida, a lo que siempre me agarro, un refugio constante.
?Y esa cosa de la vi?eta a p¨¢gina con una frase lapidaria y un dibujo, casi como si fuera un p¨®ster, de d¨®nde te viene?Juego mucho con los memes. Es un lenguaje que me interesa mucho. Intento que sea honesto. Y tambi¨¦n hay mucha cosa ah¨ª de la poes¨ªa que escrib¨ªa cuando era joven. Es un trabajo de ir reduciendo, porque ?para qu¨¦ voy a dibujar una historia de 30 p¨¢ginas? ?Qu¨¦ hago con ella luego? Sin embargo todas esas vi?etas las puedo imprimir luego en l¨¢minas, hacer pegatinas o camisetas...
He le¨ªdo que hab¨ªa quien se met¨ªa con tu trazo que, sin embargo, es inconfundible. Parece que siempre hay que menospreciar el trabajo de los dem¨¢s. No hay nada m¨¢s feo que eso. Yo tengo calambres en las manos. A veces las tengo tan agarrotadas que no las puedo mover y para m¨ª poder dibujar es maravilloso. Y que en el papel se vea lo tocado y lo reventado que estoy de todos los trabajos y la vida que he tenido. Ojal¨¢ tuviera unas manos de violinista, pero no es el caso.
?Y ese coraz¨®n negro que acompa?a siempre tu firma? Lo empec¨¦ a usar en 2016. A veces, la gente se tomaba a mal los chistes y poner el coraz¨®n o unos brazaletes con unos smileys en las manos era una manera de decir que es un chiste, que tal vez no pienso lo que pone en la vi?eta, es tan solo un dibujo. Tambi¨¦n es una manera de dejar claro que lo hago todo con cari?o, aunque en algunas vi?etas parece que el d¨ªa que las dibuj¨¦ no ten¨ªa mucho coraz¨®n¡
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