Fatima Al Qadiri: ¡°La mitad de mis a?lbumes los he hecho estando deprimida. Se me da bien trabajar asi?. Es mi terapia¡±
Para esta m¨²sica y productora kawait¨ª, la poes¨ªa femenina andalus¨ª es tanto la evocaci¨®n de un ed¨¦n inalcanzable como un modo de hablar de depresi¨®n en 2021
En 1991, cuando concluyo? la guerra del Golfo, Fatima Al Qadiri, que entonces teni?a nueve an?os, emprendio? junto a su madre y sus hermanas un trayecto que se le quedo? grabado en la retina. ¡°Mi primo nos llevo? en coche de Kuwait a Bahre?in, el aeropuerto operativo ma?s cercano¡±, recuerda. ¡°Tuvimos que conducir por el desierto mientras ardi?an los pozos de petro?leo. La imagen de los incendios era apocali?ptica. Cada vez que veo una peli?cula disto?pica, veo mi infancia. Hasta hoy no he sido testigo de nada ma?s destructivo que aquello. Hasta los camellos y los zorros que vei?amos en el desierto estaban empapados en petro?leo. Era una pesadilla. Y, durante aquellas seis horas en el coche, oi?amos en bucle un casete de Enigma que teni?a mi primo. Yo nunca habi?a escuchado canto gregoriano, y descubrirlo ahi?, en ese escenario demoni?aco, con aquellos beats, fue muy impactante. Ese paisaje esta? en el corazo?n de mi mu?sica. La cumbre de nuestra cultura expresa la tragedia. Rendimos culto a la melancoli?a¡±.
La cultura a la que alude Al Qadiri (Dakar, 40 an?os) es la a?rabe. Y en Medieval Femme, su nuevo a?lbum, se acerca a ella a trave?s de la evocacio?n de las poetas de la corte de Al-A?ndalus. ¡°En clase de a?rabe siempre nos ensen?an que el momento ma?s a?lgido de la civilizacio?n a?rabe fue durante la ocupacio?n de la peni?nsula ibe?rica. Cuando era adolescente, fantaseaba con aquella e?poca. Desde Kuwait, un lugar a?rido, me pareci?a muy glamurosa y roma?ntica. Una e?poca de jardines y sedas. Curiosamente, siempre me visualizaba como hombre, no como mujer, porque en aquella sociedad las mujeres eran ba?sicamente propiedades. Y hace unos an?os, al recordar mi adolescencia, empece? a leer poesi?a escrita por mujeres de la e?poca cla?sica, desde el siglo VII hasta la expulsio?n de los musulmanes de la peni?nsula ibe?rica. Sus versos estaban llenos de anhelos y deseos. Aquellas mujeres queri?an poder, libertad y amor, y su melancoli?a veni?a de no poder tenerlo. Leer aquello fue como ver en un espejo a mi yo adolescente¡±.
En Medieval Femme, los versos de Al-Khansa, la poeta ma?s conocida de la literatura a?rabe cla?sica ¨C¡±la adoran los terroristas isla?micos y los activistas de izquierdas¡±¨C resuenan en este a?lbum atmosfe?rico y sugerente que, como la mayor parte de su obra, ha sido compuesto y producido con software y sintetizadores por ella misma. Al Qadiri escribio? su primera melodi?a justo despue?s de contemplar los incendios petroleros. Cuando acabo? el instituto, se fue a estudiar composicio?n a Estados Unidos. Despue?s se mudo? a Berli?n ¨C¡±una ciudad demasiado techno para mi?¡±¨C y en ese periplo fue componiendo una discografi?a cuyo sonido cosmopolita, sofisticado y oni?rico ha dejado huella en la electro?nica de hoy. Lo hizo tanto desde el influyente colectivo Future Brown como en trabajos propios como Brute (2016), que denunciaba la brutalidad policial o Shaneera (2017), que celebra lo que, desde Occidente, parece un oxi?moron: la escena queer y drag de los pai?ses del Golfo. ¡°?Es que nuestra cultura es originariamente queer!¡±, exclama.
Al Qadiri charla por Zoom desde Los A?ngeles, donde aterrizo? poco antes del estallido de la pandemia. ¡°Acababa de mudarme, no conoci?a a casi nadie y entre? en pa?nico¡±, recuerda. ¡°Tuve la suerte de alojarme en el apartamento de un compositor, asi? que me volque? en el a?lbum¡±. Asi? pudo romper la barrera psicolo?gica del confinamiento. ¡°Por influencia del Cora?n, siempre he imaginado el parai?so como un jardi?n. Y ese es el espacio del a?lbum, que en realidad habla de depresio?n, de desear lo que no puedes tener. Queri?a que el disco sonara a ausencia y anhelo. Por eso las voces y los instrumentos suenan lejanos. No puedes tocarlos. La mitad de mis a?lbumes los he hecho estando deprimida. Se me da bien trabajar asi?. Es mi terapia. Es lo que me sana¡±.
Puedes seguir ICON en Facebook, Twitter, Instagram,o suscribirte aqu¨ª a la Newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.