?Qu¨¦ tiene esta m¨¢scara para llevar cuatro d¨¦cadas aterrorizando?
El ¨¦xito de ¡®Halloween Kills¡¯ revalida el trono de Michael Myers dentro de un subg¨¦nero en el que tiene muchos competidores
En el guion de La noche de Halloween (1978) al asesino Michael Myers se lo describe como alguien con ¡°una m¨¢scara de goma con las grotescas facciones de un hombre¡±. Cuando comenz¨® el rodaje, con un ajustado presupuesto de 300.000 d¨®lares, el equipo se enfrent¨® al dilema de qu¨¦ m¨¢scara usar para cumplir con esos requisitos. En el documental Halloween Unmasked (2000) el dise?ador de producci¨®n, Tommy Lee Wallace, explica que la primera intenci¨®n fue que el asesino llevase una m¨¢scara de payaso inspirada en un artista de circo, Emmett Kelly. Pero, para tener m¨¢s opciones, Wallace compr¨® tambi¨¦n en una tienda de Los ?ngeles, por menos de dos d¨®lares, una m¨¢scara de William Shatner como Capit¨¢n Kirk en Star Trek. Posteriormente le ampli¨® los ojos y la pint¨® de entera de blanco. Probaron ambas opciones con Nick Castle, el actor contratado para dar vida al asesino enmascarado. Wallace cont¨® en el documental: ¡°Primero probamos la de Emmett Kelly. [Castle] sali¨® del camerino y estuvimos de acuerdo en que era inquietante, extra?o, raro, te hac¨ªa sentir inc¨®modo. Entonces volvi¨® al camerino y sali¨® de nuevo con la otra m¨¢scara y un escalofr¨ªo nos recorri¨® el cuerpo a todos. Era aterrador, demente, enfermizo. Ah¨ª supimos que ya la ten¨ªamos¡±.
Esa figura, Michael Myers, con su m¨¢scara blanca, su mono negro y sus movimientos lentos pero implacables, se convirti¨® en un mito del cine de terror y ha funcionado durante m¨¢s de 40 a?os. Su primera aparici¨®n en el cine convirti¨® a La noche de Halloween en la pel¨ªcula independiente m¨¢s rentable hasta aquel momento (aquellos 300.000 d¨®lares de presupuesto se tradujeron en unos 70 millones de recaudaci¨®n en taquilla). Actualmente, la duod¨¦cima entrega de la saga, Halloween Kills, lleva recaudados m¨¢s de 80 millones de d¨®lares solo en Estados Unidos y solo en dos semanas (en Espa?a debut¨® en el puesto dos de la taquilla el fin de semana pasado tras su estreno). Sumando las recaudaciones de toda la saga se alcanzan los 640 millones de d¨®lares, una cifra que aumentar¨¢ con otra entrega, Halloween Ends, el a?o que viene. Matar una franquicia relativamente barata de producir ser¨ªa una decisi¨®n art¨ªsticatemente l¨®gica pero empresarialmente est¨²pida. La noche de Halloween, la entrega de 2018 que comparte nombre con la original, cost¨® diez millones de d¨®lares y recaud¨® m¨¢s de 255. Tambi¨¦n es una decisi¨®n pr¨¢cticamente imposible: seg¨²n una cl¨¢usula en el contrato de Moustapha Akkad (el productor ejecutivo de todas las entregas hasta su muerte en un atentado en 2005 y due?o de los derechos de una franquicia que actualmente controlan sus hijos), ning¨²n guion de la saga puede terminar con la muerte de Michael Myers.
Este detalle de corte empresarial se ha convertido en una de las caracter¨ªsticas del personaje: al villano de la serie Halloween lo han fre¨ªdo a tiros, explotado en una sala de calderas, tirado a un r¨ªo, inyectado veneno, decapitado, electrocutado y quemado vivo, pero siempre vuelve. En eso se parece a otros grandes mitos del cine de terror contempor¨¢neo que se resisten a morir (Jason de Viernes 13, Freddy Krueger de Pesadilla en Elm Street o Chucky de Mu?eco diab¨®lico), pero ah¨ª acaban casi todas las coincidencias. Michael, a diferencia de todos ellos, es minimalista y elegante, un asesino autoral, gourmet, se dir¨ªa que de flema brit¨¢nica. Freddie y Chucky derivaron en personaje c¨®mico, Michael jam¨¢s. Jason se quitaba siempre la m¨¢scara para revelar un rostro entre monstruoso y chusco, Michael jam¨¢s (desde 1978). No sabemos qu¨¦ o qui¨¦n hay detr¨¢s. De Freddie, Jason y Chucky se nos contaron vida y milagros, crearon una mitolog¨ªa que los humaniz¨® y, consecuentemente, desmitific¨®. De Michael solo supimos que era una m¨¢quina de matar sin motivaci¨®n (en un par de pel¨ªculas de la saga intentaron crear una leyenda con sectas de por medio, error que enmendaron ignorando y anulando esa subtrama en posteriores entregas). Silencioso, lento y letal, Michael, con su m¨¢scara blanca, ha ganado la partida: su recaudaci¨®n es la m¨¢s alta de todas las sagas de terror del g¨¦nero slasher (o sea, de asesinos rebanando jovencitos). Michael juega una carta con la que ning¨²n otro antih¨¦roe del cine de terror cuenta: el miedo a lo desconocido. No s¨¦ sabe c¨®mo es, no se sabe por qu¨¦ mata, no se sabe d¨®nde va a parecer. En ese sentido, John Carpenter cre¨® un villano con aires de Lovecraft, que ya advirti¨® de que ¡°la m¨¢s vieja y m¨¢s fuerte emoci¨®n del ser humano es el miedo, y el m¨¢s viejo y m¨¢s fuerte miedo que existe es el miedo a lo desconocido¡±.
El rostro inexpresivo
¡°Michael no dar¨ªa miedo si corriese¡±, explica Rub¨¦n Lard¨ªn, cr¨ªtico, guionista, colaborador en el Festival de Sitges y autor de estudios sobre el g¨¦nero de terror como Las diez caras del miedo (Midons). ¡°La lentitud es la velocidad del trasmundo, es parte del vi¨¢tico de las pesadillas, no hay ninguna prisa, tenemos toda la eternidad por delante. Michael llega desde muy lejos como para venir corriendo¡±. Para Jos¨¦ Viruete, estudioso del cine de terror en libros como Terror bajo las aguas, la clave del personaje es ¡°esa sensaci¨®n totalmente deshumanizante. Uno buscar¨ªa conectar con su agresor de cualquier manera, ?aunque fuera mir¨¢ndolo a los ojos! Pero es imposible con una m¨¢scara en blanco en la que no podemos leer absolutamente nada: ni miedo, ni odio, ni clemencia, ni una simple motiviaci¨®n. Normal que esa teor¨ªa de que Michael Myers es una encarnaci¨®n del mal sea tan popular entre sus fans¡±.
Existe tal m¨ªstica alrededor de este personaje que YouTube contiene decenas de v¨ªdeos explicando la historia de las m¨¢scaras utilizadas en cada entrega y orden¨¢ndolas de mejor a peor y The New York Times entrevist¨® en 2018 a varios de los actores encargados de dar vida al personaje en diferentes entregas. Uno de ellos cont¨® que se hab¨ªa inspirado en la forma de moverse de los gatos. Otro, que decidi¨® que Michael caminase de modo denso, como si lo hiciera en el agua. Otro, en un giro algo c¨®mico, explic¨® que hab¨ªa estudiado teatro, danza y mimo. De ninguno de ellos conocemos su cara porque aqu¨ª, la clave, es una terror¨ªfica m¨¢scara en la que solo hay unos ojos negros.
¡°Un rostro inexpresivo implica desconexi¨®n emocional, cosa que dispara todos nuestros sistemas de alarma mam¨ªfera¡±, cuenta a ICON la psic¨®loga Violeta Alcocer. Eso podr¨ªa empezar a explicar por qu¨¦ Myers causa un efecto tan fuerte en el espectador, por qu¨¦ su mera imagen, sin necesidad de ver las peliculas, impactaba desde las estanter¨ªas del videoclub. M¨¢s all¨¢ de los convencionalismos y los sustos propios del g¨¦nero. Alcocer hace referencia a un experimento cl¨¢sico en el estudio del apego, llevado a cabo por el doctor Edward Tronick y llamado ¡°experimento del rostro inexpresivo¡±. En ¨¦l se puede ver a una madre y un beb¨¦ de un a?o. Cuando la madre hace caranto?as, el beb¨¦ sonr¨ªe, comprendiendo que hay alguien que entiende sus emociones y con las que puede coordinarse. Pero cuando la madre borra la expresi¨®n de su rostro y mira a su hija de forma imp¨¢vida (ni siquiera triste o agresiva), el beb¨¦ r¨¢pidamente se da cuenta de que algo va mal y comienza a llorar.
Lovecraft llega a Hollywood
Una de las caracter¨ªsticas m¨¢s llamativas de La noche de Halloween (1978) es que el asesino aparec¨ªa, arrasaba y mataba sin motivo ni explicaci¨®n. Es algo inaudito todav¨ªa hoy, cuando las pel¨ªculas reciben luz verde tras una reuni¨®n de cinco minutos y el algoritmo se rinde a la dictadura del espectador, que siempre exige motivos y respuestas. ¡°Lo que dio Carpenter en La noche de Halloween, m¨¢s que una historia, fue una temperatura¡±, reflexiona Lard¨ªn. ¡°Al fin y al cabo es donde ha radicado siempre el poder¨ªo de los mejores relatos de miedo, en su atm¨®sfera¡±. En la segunda entrega de la saga, titulada en Espa?a ?Sanguinario! (1981), se revelaba que Myers era hermano de la hero¨ªna de la pel¨ªcula, Jamie Lee Curtis (que vuelve en estas ¨²ltimas entregas). A Carpenter nunca le gust¨® ese giro (pese a que ¨¦l firm¨® ese gui¨®n) porque traicionaba ese esp¨ªritu inhumano y carente de motivaci¨®n del asesino. Por eso cuando se rod¨® una nueva entrega con su benepl¨¢cito, la de 2018, se ignor¨® por completo ese hecho y asesino y hero¨ªna volvieron a ser completos desconocidos.
Esa entrega fue vista por muchos, por su trama de mujeres que plantan cara al mal tras a?os viviendo con miedo, como la gran pel¨ªcula de terror de la era Me Too, pero Lard¨ªn no es amigo de relacionar sangre y zeitgeist. ¡°Las lecturas sociopol¨ªticas son filfa acad¨¦mica, un tic pudoroso que se sacude la pasi¨®n humana llev¨¢ndola al tablero econ¨®mico. Las neurosis individuales son mucho m¨¢s interesantes y en los casos m¨¢s severos trascienden su ¨¦poca y su contexto. Un t¨ªo sin rostro con un cuchillo es un t¨ªo sin rostro con un cuchillo. Un t¨ªo ajeno al lenguaje, esa es otra de las claves. ?Y encima lleva un mono de trabajo! Dame una amenaza m¨¢s mundana y a la vez m¨¢s espectral. Algo que d¨¦ m¨¢s miedo. No lo hay. Es rid¨ªculo tratar de explic¨¢rselo desde otro lugar, el cine es una carta blanca, es una de sus funciones. Porque la pulsi¨®n de muerte responde a la muerte, a lo insoportable de la muerte, es as¨ª de sencillo. Personajes como Michael Myers nos mantienen a salvo de nuestros miedos¡±.
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