¡°Despu¨¦s de esta serie no quiero probar las drogas en mi vida¡±: lo que piensan tus hijos al ver ¡®Euphoria¡¯
La serie que obsesiona a millones de j¨®venes en todo el mundo est¨¢ plagada de sexo, desnudos, estupefacientes en cantidades industriales y personajes perversos y peligrosos. Sin embargo, no es una mala idea que suscite una conversaci¨®n familiar
Exterior, noche. Un coche est¨¢ aparcado en un callej¨®n. Dentro, dos chicas j¨®venes que no llegan a la veintena conversan distra¨ªdamente. ¡°Pues mi novia me dej¨® tirada en la puta estaci¨®n de tren. Sin m¨¢s¡±, dice una de ellas, morena con el pelo desali?ado. ¡°?Te dej¨® en una puta estaci¨®n de tren? Menuda puta zorra¡±, le responde la otra, una rubia con los labios del tama?o de dos salchichas. ¡°Me cago en la puta¡±, dice mientras saca una jeringuilla de un estuche de metal. Ante la perplejidad de la morena, le dice: ¡°Es solo hero¨ªna¡±...
Exterior, noche. Un coche est¨¢ aparcado en un callej¨®n. Dentro, dos chicas j¨®venes que no llegan a la veintena conversan distra¨ªdamente. ¡°Pues mi novia me dej¨® tirada en la puta estaci¨®n de tren. Sin m¨¢s¡±, dice una de ellas, morena con el pelo desali?ado. ¡°?Te dej¨® en una puta estaci¨®n de tren? Menuda puta zorra¡±, le responde la otra, una rubia con los labios del tama?o de dos salchichas. ¡°Me cago en la puta¡±, dice mientras saca una jeringuilla de un estuche de metal. Ante la perplejidad de la morena, le dice: ¡°Es solo hero¨ªna¡±. La otra parece dudar, lo que provoca que la rubia suelte una larga sarta de improperios e insultos con un tono extra?amente casual; mientras, saca una cucharilla y empieza a quemarla con un mechero. Acto seguido se pincha la jeringuilla en la entrepierna. En unos minutos las dos j¨®venes estar¨¢n desnud¨¢ndose como les exige un narcotraficante en un piso franco.
Esta es una escena cualquiera de Euphoria, la primera serie sobre adolescentes de HBO. Lenguaje adulto, drogas, sexo expl¨ªcito, violencia extrema, armas y penes, muchos penes. Alej¨¢ndose de John Hughes o Salvados por la campana, se parece m¨¢s a lo que pasar¨ªa si Gaspar No¨¦ y Quentin Tarantino se juntaran para dirigir un episodio de Los Soprano. Su creador, Sam Levinson, ha volcado sus experiencias con la drogadicci¨®n durante su adolescencia y las ha aderezado con una necesidad casi patol¨®gica de provocaci¨®n que ya vimos en su pel¨ªcula Naci¨®n salvaje. El resultado es una obra que retrata a la generaci¨®n Z con una mirada tan obscena y desafiante que deja a ficciones de la cadena como Juego de tronos a la altura de La casa de la pradera.
Pero no se puede hacer una serie sobre los adolescentes y pretender que no la vean. Semana tras semana, Euphoria se alza entre los m¨¢s comentado en Twitter con el lenguaje propio de los j¨®venes: los memes. Las escenas se sacan de contexto y se viralizan en TikTok, red social donde el 41% de usuarios tienen entre 16 y 24 a?os. Su protagonista, Zendaya, empez¨® su carrera en Disney Channel y es una estrella entre las nuevas generaciones. Aqu¨ª interpreta a Rue, una adolescente adicta a los opioides que miente, roba y manipula a sus seres queridos mientras se mezcla con criminales.
En su segunda temporada Euphoria ha doblado la audiencia, gracias entre otras cosas a una espera de m¨¢s de un a?o desde la primera que ha permitido que se fueran uniendo m¨¢s espectadores progresivamente. Seg¨²n datos de HBO, una media de 13 millones de personas la ven a trav¨¦s de sus plataformas en EE.UU. En Espa?a es la serie m¨¢s vista del ranking que la plataforma ofrece en su portada. En resumen, es muy probable que tu hijo, hija o hije adolescente est¨¦ viendo Euphoria.
¡°Casi todos mis amigos la ven¡±, dice Silvia, una joven de 15 a?os de Madrid. Silvia forma parte de una veintena de j¨®venes de entre 15 y 25 a?os a los que hemos preguntado por Euphoria. ¡°Casi toda la gente que conozco la est¨¢ viendo o la quiere ver¡±, coincide Luc¨ªa, una madrile?a de 19 a?os que vive en C¨¢diz. En Alicante, Raquel, de la misma edad, asegura que sus amigas y compa?eras de clase tambi¨¦n son espectadoras de la serie: ¡°Bastante gente la sigue aunque sea solamente por el tir¨®n que tiene Zendaya en estos momentos¡±. Ferr¨¢n, tambi¨¦n de 19 a?os, hace visionado grupal cada semana junto a otras seis personas de su residencia de estudiantes en Granada.
Entre las razones por las que se sienten tan atra¨ªdos por esta explosiva ficci¨®n citan su llamativo estilo visual (¡°lleva hasta el extremo la est¨¦tica barroca de la generaci¨®n Z¡±, dice Alberto, barcelon¨¦s de 22 a?os), el carism¨¢tico reparto, la m¨²sica, la moda y el maquillaje de sus personajes o la diversidad con la que representa a los adolescentes (la debutante actriz trans Hunter Schafer tiene casi seis millones de seguidores en Instagram gracias a su papel de Jules en la serie). A Pablo, madrile?o de 18 a?os, le gusta cu¨¢nto bebe del cine: ¡°Menci¨®n especial a la escena sacada directamente de Origen, en la que Rue anda sobre las paredes¡±.
?Se ven representados en la imagen de una generaci¨®n hipersexual, entregada a las drogas y consumida por la ansiedad? Hay de todo. ¡°No es realista¡±, dice Ana, sevillana de 21 a?os que considera que m¨¢s que un retrato es una caricatura. ¡°Son chicos de instituto con vidas de j¨®venes de 25 a?os y problemas muy esperp¨¦nticos que no le pasan a la mayor¨ªa de los j¨®venes¡±. ¡°Creo que todo son situaciones de hoy en d¨ªa, pero llevadas al extremo¡±, opina por su parte Catalina, una chica de 15 a?os de Badajoz. Ander, madrile?o de 21 a?os no binario que se siente identificado con Jules, siente que muchas de las tramas en mayor o menor medida han sucedido a su alrededor.
El personaje con el que m¨¢s identificados se sienten los encuestados es Kat, la joven con sobrepeso y problemas de autoestima interpretada por Barbie Ferreira, aunque tambi¨¦n hay muchas referencias a la depresi¨®n que vive Rue, conocen relaciones t¨®xicas como la que tienen Nate (Jacob Elordi) y Maddy (Alexa Demie) o saben de alguna chica que ha tenido que abortar, como Cassie (Sydney Sweeney). Pero la situaci¨®n que casi todos han vivido de cerca es lo que le ocurr¨ªa a Cassie en la primera temporada, cuando varias fotos ¨ªntimas suyas se difund¨ªan entre los estudiantes del instituto. ¡°No he pasado un a?o en la secundaria en el que no haya habido fotos de alguna chica pasando de mano en mano, incluso amigas ¨ªntimas m¨ªas¡±, dice Raquel.
Quiz¨¢ no han vivido muchas de las situaciones m¨¢s extremas que escribe Levinson pero est¨¢ claro que el cineasta, a pesar de tener 37 a?os, est¨¢ dando en la diana con ciertos sentimientos que ahogan a los personajes de su serie. ¡°Es muy certera al mostrar algunos de los problemas por los que s¨ª pasamos la mayor¨ªa de los j¨®venes de hoy en d¨ªa, como la ansiedad extrema o los complejos al no encajar en el canon f¨ªsico impuesto¡±, dice Alberto. ¡°Pero si algo hace especialmente bien Euphoria es representar unas sexualidades que se salen de lo establecido. Me siento identificado en esa b¨²squeda identitaria¡±. Raquel se ve a s¨ª misma en Cassie: ¡°Por su necesidad de satisfacer al ojo masculino, como si yo misma no fuera completa si no soy deseada o si no cuento con la aprobaci¨®n de los hombres que me rodean. Creo que esto es algo bastante generalizado en las chicas de mi edad¡±.
Uno de los debates recurrentes en torno a Euphoria es su retrato del consumo de alcohol y estupefacientes. D.A.R.E., organizaci¨®n estadounidense que lucha contra el consumo de drogas en los j¨®venes, acus¨® a la serie de HBO de glorificar estas pr¨¢cticas y otros comportamientos destructivos como el sexo an¨®nimo o la violencia. Esa cr¨ªtica perdi¨® todo su sentido despu¨¦s del quinto episodio de esta etapa estrenado el pasado lunes, una hora de televisi¨®n tortuosa entre Trainspotting y R¨¦quiem por un sue?o en la que Rue pon¨ªa en peligro su vida recorriendo la ciudad en busca de drogas para paliar el s¨ªndrome de abstinencia. ¡°La segunda temporada de Euphoria es una campa?a antidrogas perfecta¡±, sentencia Nuria, madrile?a de 18 a?os. ¡°Soy una persona que nunca ha tomado drogas, pero cuando veo la serie lo que quiero es no tomarlas nunca en mi vida. No quiero ser una Rue¡±, comenta Alejandro (21 a?os, Madrid).
Lo que s¨ª parece es que su alarmante visi¨®n de una juventud que coquetea con las sustancias no es solo ficci¨®n. Seg¨²n la encuesta ESTUDES del Ministerio de Sanidad, el 70,5 % de los estudiantes espa?oles de entre 14 y 18 a?os consumen alcohol. Paula (15 a?os, Madrid) asegura que algunos de sus amigos han tenido problemas con las drogas: ¡°Lo t¨ªpico que te vas de fiesta y te obsesionas con sustancias ilegales, pero yo no, ?eh?¡±. Nuria admite que nadie que conozca se mete hero¨ªna, pero asegura tener amigos que trafican. Pablo tambi¨¦n: ¡°Alg¨²n momento tenso han tenido conocidos que se cre¨ªan Pablo Escobar y se han dado cuenta de que los trapicheos pueden traer consigo un disgusto¡±.
En cuanto a la dimensi¨®n sexual de la serie, los encuestados tampoco est¨¢n muy impresionados. ¡°Conozco gente que igual no ha llegado a los niveles dominatrix de Kat, pero s¨ª tienen un sugar daddy [un hombre bien posicionado con el que alguien se relaciona por inter¨¦s] o ciertos clientes de negocios algo raros¡±, comenta Alejandro, con el que coincide Laura (22 a?os, Madrid). ¡°Aunque no lo veamos, muchos conocidos hacen cosas como subir¡®sex tapes a Internet o abrirse una cuenta en p¨¢ginas como OnlyFans a edades muy tempranas¡±. Ella est¨¢ a favor de los numerosos desnudos masculinos: ¡°El pene rara vez se normaliza en las pantallas, casi siempre vemos diferentes cuerpos femeninos, pero no masculinos¡±.
Tampoco les es ajeno ver relaciones como la de Nate y Maddy, en las que hay ¡°luz de gas, abusos verbales, f¨ªsico y sexuales, misoginia¡¡±, enumera Ander. Las infidelidades, el chantaje emocional y el machismo son elementos que Alberto tambi¨¦n ve en las parejas de su edad.
En cualquier caso, todos ellos coinciden en no tomarse Euphoria como un manual de instrucciones de la vida. ¡°No creo que su objetivo sea educar o se?alar expl¨ªcitamente lo que est¨¢ mal y c¨®mo arreglarlo¡±, dice Ander. A pesar de la imagen algo condescendiente, paternalista y sobreprotectora que tenemos de los adolescentes, estos espectadores son cr¨ªticos y anal¨ªticos y pueden poner en jaque la validez de la serie como reflejo fidedigno de su generaci¨®n. ¡°Creo que un hombre adulto, por muy bien que lo haga, no puede describir por s¨ª mismo exclusivamente lo que son las experiencias de la juventud actual¡±, argumenta Raquel. Tambi¨¦n son capaces de sacar sus propias conclusiones, como Ana, que ve clara la moraleja: ¡°Las drogas no merecen la pena, y los hombres tampoco¡±.
Algunos de los entrevistados piensan que sus padres quitar¨ªan la serie a los 15 minutos o se sentir¨ªan inc¨®modos vi¨¦ndola. ¡°Hemos hablado sobre que no es muy apropiada¡±, dice Susana (15 a?os, Madrid). Los padres de Paula saben que la ve, pero ella prefiere no comentarla con ellos: ¡°No es una serie para hablar de ella en la comida¡±. Raquel, sin embargo, ve Euphoria junto a su hermana de 14 a?os y su madre. ¡°Creo que hemos tenido conversaciones muy interesantes al respecto y ha ayudado a que tengamos una visi¨®n com¨²n de lo que trata la serie. Aunque no creo que mis padres puedan sentir una relaci¨®n tan intensa con Euphoria como la que sentimos mi hermana y yo¡±. No se le pueden poner puertas al campo, as¨ª que lo mejor es acompa?ar a los j¨®venes cuando pasean por ¨¦l. ?Puede que Euphoria te obligue a tener algunas conversaciones inc¨®modas con tu hijo adolescente? Es mejor eso que no tener ninguna.
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