El retroceso de la culata
La enmienda a la ley de Presupuestos consagra una anomal¨ªa democr¨¢tica, un Gobierno de coalici¨®n que no act¨²a de manera solidaria y colegiada
La llamada ley Cela¨¢ se llama en realidad Ley Org¨¢nica de Modificaci¨®n de Ley Org¨¢nica de Educaci¨®n y en ese mismo t¨ªtulo lleva su peligro: modifica una ley que fue modificada varias veces antes y que seguramente ser¨¢ rectificada en el instante en el que el PSOE salga del Gobierno, cosa que, inevitablemente, suceder¨¢ en alg¨²n momento de la historia. Es decir, la nueva ley de educaci¨®n no parte de un consenso b¨¢sico entre las principa...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
La llamada ley Cela¨¢ se llama en realidad Ley Org¨¢nica de Modificaci¨®n de Ley Org¨¢nica de Educaci¨®n y en ese mismo t¨ªtulo lleva su peligro: modifica una ley que fue modificada varias veces antes y que seguramente ser¨¢ rectificada en el instante en el que el PSOE salga del Gobierno, cosa que, inevitablemente, suceder¨¢ en alg¨²n momento de la historia. Es decir, la nueva ley de educaci¨®n no parte de un consenso b¨¢sico entre las principales fuerzas pol¨ªticas, sino que nace combatida ferozmente por el Partido Popular, Ciudadanos y Vox.
La ley contiene, sin duda, aspectos positivos que podr¨ªan ayudar a mejorar la calidad y la solidez de la educaci¨®n en Espa?a y que no deber¨ªan ser objeto de un rechazo sectario. Contiene tambi¨¦n un problema estrictamente pol¨ªtico, la desaparici¨®n del castellano como lengua vehicular en toda Espa?a, algo que, en manos de esos partidos, se convierte en el retroceso de una culata. El castellano no necesita que se le defienda como lengua vehicular en Catalu?a, pero su desaparici¨®n como tal no es consecuencia de un problema ling¨¹¨ªstico ni educativo, sino pol¨ªtico. Y no sirve de gran cosa negar ni ocultar que es un objetivo del independentismo catal¨¢n, que ser¨¢ presentado y utilizado por ellos mismos de esa forma en los pr¨®ximos a?os y que alimentar¨¢ al nacionalismo espa?ol.
El escritor Jos¨¦ Mar¨ªa Ridao, gran lector de Antonio Machado, citaba recientemente un pasaje de Juan de Mairena que parecer¨ªa estar escrito esta misma semana: ¡°Los pol¨ªticos que pretenden gobernar hacia el porvenir deber¨ªan tener en cuenta la reacci¨®n de fondo que sigue en Espa?a a todo avance en superficie. Nuestros pol¨ªticos llamados de izquierda, un tanto fr¨ªvolos, dig¨¢moslo de pasada, rara vez calculan, cuando disparan su ret¨®rica futurista, el retroceso de la culata que suele ser, aunque parezca extra?o, m¨¢s violento que el tiro¡±.
¡°Dig¨¢moslo de pasada¡±, como hace Machado, pero ha sido tambi¨¦n una gran frivolidad la enmienda a la ley de Presupuestos apoyada conjuntamente por Unidas Podemos, Bildu y Esquerra Republicana de Catalu?a (ERC). Tan inaudito es que un ministro del Gobierno apoye por su cuenta una enmienda a un texto aprobado por el Gabinete en pleno que el propio presidente y secretario general del PSOE, Pedro S¨¢nchez, ha cre¨ªdo que ten¨ªa que enviar a toda prisa una carta a los militantes de su partido quit¨¢ndole importancia.
Seguramente S¨¢nchez tiene raz¨®n en que la enmienda no es importante con vistas al montante global de los Presupuestos, pero tampoco tiene sentido ocultar que tiene importancia pol¨ªtica, con gran retroceso de culata. Primero, porque consagra una anomal¨ªa democr¨¢tica, un Gobierno de coalici¨®n que no act¨²a de manera solidaria y colegiada, como marca la ley, sino que en el que uno de sus integrantes, Unidas Podemos, se mueve casi como si fuera el grupo parlamentario. Segundo, porque el tema no podr¨ªa ser m¨¢s doloroso para los militantes socialistas: UP aparentemente tiene que torcer el brazo al PSOE, gracias al apoyo de Bildu y ERC, para lograr que no se puedan producir de?sahucios mientras dure la pandemia. Si tan importante era que esa prohibici¨®n estuviera plasmada en la ley de Presupuestos, Pablo Iglesias debi¨® conseguir que se incluyera antes de enviarlo al Parlamento o presentar su dimisi¨®n. Y si de lo que se trata es de escenificar un protagonismo particular, los socios elegidos no pueden ser m¨¢s inoportunos porque dibujan una izquierda con preocupaciones sociales que excluye al PSOE y queda integrada en exclusiva por Bildu, ERC y UP. Resulta un poco molesta esa proximidad ¡°antidesahucios¡± con Bildu, como si por proteger a los m¨¢s vulnerables hubiera que solidarizarse con el partido de Otegi. Es cierto que el partido independentista es una fuerza pol¨ªtica representada leg¨ªtimamente en el Parlamento y que el Congreso est¨¢ abierto a la defensa pac¨ªfica de cualquier propuesta pol¨ªtica. Es perfectamente l¨ªcito negociar con Bildu. Pero no parece f¨¢cil evitar el retroceso de la culata cuando el PP acuerde con Vox.