Paso a la barbarie
Dinamarca ¡°repatria¡± sirios a Damasco, un modelo de paz. Son situaciones monstruosas con tono muy civilizado
La barbarie, como explic¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Ridao en un magn¨ªfico libro, no es algo que sucede de repente, sino algo que se elige y a la que se llega paso a paso, momento en el que ya nadie sabe que lo que est¨¢ haciendo es barbarie. Pocos parecen pensar en Dinamarca que aprobar una ley que autoriza a ¡°reubicar en otros pa¨ªses a solicitantes de asilo de pa¨ªses no Uni¨®n Europea¡± es eso, un paso hacia la barbarie.
Los europeos hemos estado m¨¢s pendientes de Dinamarca por la Eurocopa que por lo ocurrido el pasado d¨ªa 3 en su Parlamento, cuando por 70 votos contra 24 se aprob¨® esa ley, presentada por la primera ministra, Mette Frederiksen, de 43 a?os, socialdem¨®crata. El portavoz del Gobierno lo explic¨® muy bien: ¡°Si solicitas asilo en Dinamarca, sabes que te enviar¨¢n a un pa¨ªs fuera de Europa y por lo tanto esperamos que la gente deje de pedir asilo aqu¨ª¡±. Lo pod¨ªa haber explicado a¨²n mejor: ¡°Si solicitas asilo en Dinamarca, re¨²nes las condiciones que establece el derecho internacional para obtenerlo, pero sabes que, en lugar de acogerte, te enviar¨¢n a alg¨²n lugar como Ruanda, el Gobierno dan¨¦s espera que vayas a otra puerta¡±. ¡°Te enviar¨¢n¡±, ?qu¨¦ expresi¨®n es esa?, ?las autoridades te llevar¨¢n a empujones?
La ley permite tambi¨¦n revocar el permiso de residencia a refugiados que viven ya en Dinamarca, si las autoridades creen que las zonas de las que proceden son ya seguras. Dicen que ¡°repatrian¡± sirios a Damasco porque la capital de El Asad es un modelo de paz. Son situaciones monstruosas, dentro de un tono muy civilizado. Al fin y al cabo, se ¡°repatria¡±. Curioso el cambio de sentido que ha tenido esa palabra, porque hasta hace poco la repatriaci¨®n era algo que deseaba voluntariamente un ciudadano que se encontraba en el extranjero, sin medios, y ped¨ªa ayuda a su Gobierno para regresar.
Alguien pensar¨¢ que, al fin y al cabo, ¡°reubicar¡± a solicitantes de asilo en otro pa¨ªs (Copenhague ha firmado ya un primer memor¨¢ndum con Ruanda) se parece mucho a lo que hace la Uni¨®n Europa financiando campos de refugiados en Turqu¨ªa. Pero por muy incorrecto que sea lo que hace la UE, no tiene que ver con la barbarie que pretende el Gobierno dan¨¦s. Lo que financia la UE son ¡°campos de tr¨¢nsito¡±, desde los que los refugiados pueden presentar la solicitud de asilo y no se altera ning¨²n principio jur¨ªdico internacional. Lo que pretende el Gobierno socialdem¨®crata es deportar o enviar de manera obligada a un tercer pa¨ªs a los solicitantes de asilo que presentaron su documentaci¨®n para ir a Dinamarca.
?Por qu¨¦ hace algo as¨ª uno de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados, ricos y felices del mundo? Seg¨²n su primera ministra, para preservar la unidad del pa¨ªs. Obviamente, los refugiados no son secesionistas, as¨ª que lo que quiere preservar la se?ora Frederiksen no es la unidad territorial, sino la unidad ¡°cultural¡±. Dinamarca tiene unos seis millones de habitantes y, seg¨²n sus ¨²ltimas estad¨ªsticas, casi medio mill¨®n de extranjeros, la mitad de ellos polacos, alemanes, brit¨¢nicos y lituanos (UE) que no va a enviar a Ruanda. Tampoco es muy cre¨ªble que lo haga con refugiados rusos o ucranios. As¨ª que la ley est¨¢ pensada para sirios, iraqu¨ªes, paquistan¨ªes o somal¨ªes (actualmente un 3% de la poblaci¨®n es de religi¨®n musulmana).
?Qu¨¦ requiere tanta protecci¨®n en la cultura danesa? ?La religi¨®n?, ?la lengua? Los asilados la aprenden para obtener trabajo. ?Temen que las costumbres gastron¨®micas cambien?, ?que ya no se lean los libros de S?ren Kierkegaard, Karen Blixen o Hans Christian Andersen? ?Por qu¨¦ un estudiante de Filosof¨ªa iraqu¨ª no va a conocer a Kierkegaard? ?Por qu¨¦ los hijos de los sirios van a ignorar los cuentos de Andersen? No, afirman, la unidad cultural se refiere a los principios de democracia avanzada que imperan en Dinamarca. Pero esos principios no son innatos, sino que est¨¢n garantizados por leyes que son de aplicaci¨®n a todos quienes residan en Dinamarca, sin excepci¨®n.
Lo m¨¢s inquietante de toda esta defensa de la ¡°cultura¡± en Europa es que en realidad est¨¦ ocultando otra cosa y ya no se trate, como sucedi¨® desde la Ilustraci¨®n, de algo que se opone a la ignorancia, sino de algo que empieza a relacionarse con cuestiones que se llamaron de otra forma: raciales.
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