El asombroso descubrimiento de los nazis en paro

En las ruedas de prensa canarias sobre la erupci¨®n llama la atenci¨®n una frase que tienen a la vista, una etiqueta: ¡°M¨¢sfuertesqueelvolc¨¢n¡±. Ya ni piensas en ello, pero no s¨¦ qu¨¦ me dio que me par¨¦ a pensar: pero qu¨¦ demonios quiere decir, y para qu¨¦, y por qu¨¦. Es una especie de lema m¨¢s all¨¢ de lo pol¨ªtico, para dar ¨¢nimos o as¨ª. Ya lo vimos con ¡°Estevirusloparamosunidos¡±. Mensajes pol¨ªticos de autoayuda, casi para hacernos creer que son nuestros colegas. Todo lo que sirva a la pobre gente de La Palma es poco, pero es un s¨ªntoma de c¨®mo vivimos ya imbuidos en lenguaje publicitario, que antes era solo cosa de la publicidad. Lo que pasa es que con la publicidad sabes que es todo mentira, y por eso ya nos tomamos todo igual. Antes los anuncios te soltaban frases pegadizas que, en ocasiones, te taladraban el cerebro y se quedaban ah¨ª incrustadas hasta el fin de tus d¨ªas. Ya ven, ahora se me ocurre: ¡°Phoskitos, regalos y pastelitos¡±. Y hace mil a?os que no como uno. No me sorprender¨ªa que en el lecho de muerte y en estado de delirio alguien pudiera decir como ¨²ltima frase: ¡°Carglass cambia Carglass repara¡±. Y no algo l¨²cido, como Manolete: ¡°Qu¨¦ disgusto le voy a dar a mi madre¡±. Pero estas frasecitas, estas expresiones jabonosas, la Agenda del Reencuentro, cosas as¨ª, es que ya te r¨ªes antes de que terminen de pronunciarlas, y ellos ah¨ª tan serios.

Qu¨¦ ansia todos de construir una imagen p¨²blica hasta en los m¨ªnimos detalles, con lo dif¨ªcil que ya es mantener una en pie en privado. Cada vez que conoces a alguien cuya foto ya has cotilleado antes en sus perfiles p¨²blicos piensas invariablemente que es mucho peor que su imagen. Pero lo parad¨®jico es que as¨ª conoces mejor a la gente. Esto dice mucho de ellos, aunque no lo que ellos creen, claro. Recuerda El retrato de Dorian Gray, donde un joven no envejece nunca mientras lo hace un retrato suyo que mantiene oculto, pero al rev¨¦s: tenemos un retrato p¨²blico perfecto mientras vamos empeorando nosotros.

Y qu¨¦ cansado es mantener el tipo. Soportamos modas muy tenaces, poderosas corrientes de emulaci¨®n. C¨®mo agradec¨ª con la pandemia dejar de o¨ªr hablar de Rosal¨ªa. Y ese constante retint¨ªn para hacerte dudar de si est¨¢s a la moda, y pensar que el problema eres t¨², siempre a destiempo, y debes estar m¨¢s atento. Esto y lo otro que debes saber, que no te puedes perder. Las diez cosas que tienes que hacer para no s¨¦ qu¨¦. Qu¨¦ imperiosos imperativos. En tu ingenuidad, piensas que hay cosas que no van a colar, pero luego tienes que rendirte a la evidencia de que, no solo es ya que la gente se vuelva facha, qu¨¦ le vamos a hacer, sino que acab¨® dej¨¢ndose ver medio culo solo para que se vieran sus calzoncillos de marca.

Es incre¨ªble lo que la gente puede hacer, o lo que se puede hacer con la gente, con el est¨ªmulo adecuado. Vale que Vox y sus troles, siguiendo a D¨ªaz Ayuso, se metan con el Papa, pero con Federico Jim¨¦nez Losantos¡­ Es que ya no se respeta nada. No s¨¦ si saben: critic¨® a Santiago Abascal porque no aclara si se ha vacunado, por coquetear con los antivacunas, y a partir de ah¨ª le machacaron en Twitter. A ¨¦l. Hasta le montaron un escrache en la emisora. Es asombroso comprobar todo el sitio que hay a¨²n a la derecha. El entra?able locutor ha lanzado insultos en modo capit¨¢n Haddock: ultracarcas, bebelej¨ªas, mugre intelectual, ratas, extremistas descerebrados, nazis en paro. Todos escandalizados en la derecha. ?l mismo comentaba alarmado que entre esta gente hay incluso alguno que niega el Holocausto. S¨ª, s¨ª, como lo oyen.

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