Chantal Maillard: ¡°Atisbar el absurdo de la existencia no es locura, sino lucidez¡±
La poeta y pensadora espa?ola nacida en Bruselas, residente desde los 13 a?os en la Costa del Sol, publica un libro sobre confucianismo, tao¨ªsmo y budismo, tres corrientes con lecciones para Occidente
Chantal Maillard (Bruselas, 70 a?os) tuvo su primera experiencia relacionada con el pensamiento oriental a los ocho a?os. La iban a someter a una operaci¨®n de am¨ªgdalas que requer¨ªa de anestesia general y la sola idea de perder la consciencia la soliviantaba. Fue la primera vez que invirti¨® la mirada y vivi¨® una breve meditaci¨®n. ¡°Me pusieron la anestesia, mir¨¦ detr¨¢s de los p¨¢rpados: iban dibuj¨¢ndose formas geom¨¦tricas, hasta que se me fue la consciencia¡±.
A?os m¨¢s tarde, una beca posdoctoral en Filosof¨ªa la llev¨® a Benar¨¦s (India), donde se descubri¨® como objeto de observaci¨®n. Premio Nacional de Literatura y de la Cr¨ªtica de Poes¨ªa, acaba de publicar Las venas del drag¨®n. Confucianismo, tao¨ªsmo y budismo (Galaxia Gutenberg), cuya escritura la ayud¨® a sobrellevar el confinamiento. Escribir la saca del dolor que padece tras un tratamiento de radioterapia. Hablamos desde la terracita de su piso, en una monta?a de la ciudad de M¨¢laga y frente al mar.
PREGUNTA.??Qu¨¦ debemos aprender del pensamiento asi¨¢tico?
R.?Est¨¢ claro que, si queremos renovar nuestras sociedades, tendremos que empezar a pensar de otro modo. Lo que puede aportarnos el pensamiento chino es una visi¨®n din¨¢mica del universo. Donde nosotros vemos un conjunto de organismos separados, ellos ven un complejo sistema de resonancia en continuo devenir en el que nada es independiente de otra cosa.
P.?Seleccione un aprendizaje de las tres corrientes que trata.
R.?Del confucianismo, la necesidad de saber gobernarse a s¨ª mismo antes de pretender gobernar un Estado. Del tao¨ªsmo, la capacidad de ponerse a la escucha y armonizar el propio curso vital con el del universo. Del budismo chan, el incremento de la atenci¨®n y la vuelta a lo inmediato.
P.??Y esta forma de pensar est¨¢ viva en China?
R.?Hay un fondo tradicional que ha perdurado. Pero me he centrado en los momentos iniciales de estas tres corrientes, no en sus derivas religiosas. Me interesa recalcar la diferencia entre sabidur¨ªa e ideolog¨ªa. En el momento en que forman escuela, las ense?anzas se convierten en ideolog¨ªas. En vez de disc¨ªpulos, lo que hay, entonces, son seguidores y afiliados ¡ªlos que siguen y los que forman fila¡ª que digieren letra muerta. Las religiones son ideolog¨ªas, sabidur¨ªas iniciales que fueron degrad¨¢ndose con el tiempo.
P.?Dice que necesitamos una nueva forma de habitar el planeta.
R.?Nos hace falta volver al cuerpo, recuperar la espontaneidad que qued¨® atrofiada bajo el discurso racional en el que tanto confiamos. El cuerpo percibe de manera inmediata y act¨²a en consecuencia, espont¨¢neamente. Se equivoca mucho menos que la raz¨®n. La raz¨®n no es inmediata, efect¨²a pasos l¨®gicos, y eso requiere tiempo. El cerebro tambi¨¦n es cuerpo, realiza sus s¨ªntesis mejor que cuando tratamos de dirigirlo. El secreto est¨¢ en darle la oportunidad, y eso consiste en poner la mente en suspenso.
P.??Las pasiones desequilibran?
R.?La ense?anza de Confucio empieza por tratar de hallar el equilibrio de las fuerzas en uno mismo. Cuando las emociones est¨¢n en calma, uno act¨²a correctamente. Quien es capaz de actuar correctamente en su vida personal, ser¨¢ capaz de gobernar un Estado. El trabajo, por tanto, es de puertas para dentro. Cualquier persona que se dedique a la pol¨ªtica con un m¨ªnimo de sentido ¨¦tico deber¨ªa saber que ese trabajo es indispensable.
P.??Y c¨®mo aconseja que lo hagan?
R.?Procurando calmar la mente. El principio es el silencio, interior y exterior. Retirarse, aunque sea por un momento, de la agitaci¨®n. Dedicar al menos 20 minutos al d¨ªa a estar en silencio no es un tiempo que se pierde, se gana, porque veremos m¨¢s claro. Imagine el cerebro como una sala de cine. Sit¨²e una silla en el centro. Si¨¦ntese all¨ª y mire la pantalla, que es la mente. Deje que se sucedan las im¨¢genes y obs¨¦rvelas. Otro m¨¦todo es atender a la respiraci¨®n, estar 15 minutos respirando, con la atenci¨®n puesta en el aire que entra y sale. Cuando un pol¨ªtico va en un avi¨®n, en vez de repasar sus papeles, podr¨ªa estar simplemente atendiendo a su respiraci¨®n con los ojos cerrados. Esos 10 o 15 minutos con la atenci¨®n concentrada en la respiraci¨®n es suficiente para calmar.
P.?Usted ha conocido la p¨¦rdida traum¨¢tica (por suicidio) de un ser querido...
R.?El suicidio es quiz¨¢ la ¨²nica verdadera libertad que tenemos. Cuando hablamos de ¡°prevenci¨®n del suicidio¡± ¡ªy s¨¦ que es un tema delicado¡ª, hemos de distinguir entre la voluntad de suicidio que responde a un momento de desesperaci¨®n y el suicidio l¨®gicamente meditado. Los mecanismos de prevenci¨®n han de atender a lo primero, pero no deber¨ªan intervenir en lo segundo, pues a nadie se le puede negar el poder de decidir sobre la propia vida. Atisbar el absurdo de la existencia no es un momento de locura, sino de lucidez, y depende de cada cual la decisi¨®n de seguir en ella o no.
P.??Cree que ha mejorado nuestra mirada hacia la muerte como tab¨²?
R.?Hemos de devolver a la vida el sentido de la muerte. Vida y muerte forman parte del mismo proceso. Nuestra muerte es vida para otros. Todo organismo se reintegra al proceso vital del planeta. Decimos ¡°la muerte es el mal, la vida es el bien¡±. Pero esto no es el cuento de Blancanieves. No podemos pasar a categor¨ªas morales lo que pertenece al orden natural. Reintegrar la muerte en el proceso de la vida es pensarnos de otra manera.
P.?Dice que quiere ser ecu¨¢nime, alcanzar el equilibrio.
R.?Debemos actuar sin ser coercitivos. Y eso es algo del tao¨ªsmo que es importante para hoy en d¨ªa. No obligar a que los r¨ªos fluyan de una determinada manera. En el caso del volc¨¢n de La Palma, si le pusi¨¦semos barreras, acabar¨ªamos empeor¨¢ndolo todo. La forma de actuar ante una irrupci¨®n es no coercitiva. Es as¨ª como deber¨ªamos comportarnos.
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