El reparto equitativo de la merma
La oscuridad en la exposici¨®n no contribuye a la claridad del debate, y desata as¨ª de nuevo las sospechas
Hay dos tipos de eufemismo, el eufemismo de significante y el eufemismo de significado. En el eufemismo de significante (es decir, el vocablo empleado), simplemente una palabra sustituye a otra porque se cree que la primera de ellas no suena bien o no re¨²ne la elegancia que exige la situaci¨®n. Pero en el eufemismo de significado no se sustituye un t¨¦rmino por otro, sino que se cambia una idea por otra. Y eso parece m¨¢s grave.
Veamos dos ejemplos. ¡°Trasero¡± es un eufemismo de significante que se usa en vez de ¡°culo¡±. Y ah¨ª no se produce alteraci¨®n en el significado, sino solo en las palabras. Si digo ¡°le dio una patada en el trasero¡±, eso representa lo mismo que ¡°le dio una patada en el culo¡±. La figura mental que se forma el receptor del mensaje coincide en ambos casos, aunque una expresi¨®n resulte vulgar y la otra no. Estos eufemismos de significante generalmente buscan evitar expresiones malsonantes, o no ofender, o mantener un registro culto. No hay mayor problema con ellos.
El enga?o m¨¢s combatible reside en los eufemismos de significado. Si o¨ªmos ¡°reforma fiscal¡± (en vez de ¡°subida de impuestos¡±) no solamente se cambian ah¨ª unas palabras por otras, sino que se altera el fondo del mensaje para que no se perciba la gravedad del asunto.
El gobernador del Banco de Espa?a, Pablo Hern¨¢ndez de Cos, compareci¨® el lunes ante el Congreso y acudi¨® en su discurso, cuidadosamente preparado, a un llamativo eufemismo de significado. Y ley¨® un p¨¢rrafo especialmente interesante para su an¨¢lisis, por su opacidad y por la trampa que contiene (y que reproducimos en cursiva).
¡°Empresas y trabajadores deben interiorizar la naturaleza fundamentalmente transitoria de algunos de los principales factores que est¨¢n detr¨¢s del actual repunte de los precios y buscar un reparto equitativo de la merma de rentas de la econom¨ªa nacional frente al resto del mundo que implican los aumentos de costes recientes¡±.
Se trata, como en tantas ocasiones, de un lenguaje aparentemente concebido para que lo comprenda un segmento de sus destinatarios, pero de modo que a la vez pase inadvertido para el resto.
Viene a decir el se?or gobernador que el aumento de los costes de una empresa no debe conducir al aumento equivalente de sus precios y tampoco en los salarios, sino que ambos conceptos han de repartirse la pena como buenos hermanos: el empresario reducir¨¢ sus m¨¢rgenes de beneficio (al no aumentar en la misma medida los precios); y el empleado, su capacidad anterior de gasto (al no aumentar en la misma medida los salarios).
Dicho de otro modo: los empleados perder¨ªan la mitad de la subida y disminuir¨ªan su capacidad de compra, todo ello por la ca¨ªda de las rentas de la econom¨ªa nacional y merced a un reparto equitativo de la merma. ¡°Reparto equitativo¡±, gran expresi¨®n en tiempos de p¨¦rdidas que se sol¨ªa olvidar en tiempos de bonanza.
El gobernador del Banco de Espa?a est¨¢ en su derecho de reclamar esta soluci¨®n, para evitar una espiral peligrosa. Eso puede merecer cr¨ªticas y defensas t¨¦cnicas y pol¨ªticas, y forma parte de las discusiones en la vida p¨²blica. Pero la oscuridad en la exposici¨®n no contribuye a la claridad del debate, y eso ya desata las primeras sospechas sobre las intenciones del emisor (el Banco de Espa?a dej¨® de ser emisor de moneda, pero ahora ejerce principalmente como emisor de mensajes).
Los eufemismos de la econom¨ªa sirven como term¨®metros de las crisis econ¨®micas. Ya pas¨® hace bien poco con los ¡°recortes¡± o los ¡°ajustes¡± (disminuciones, reducciones), la ¡°desaceleraci¨®n¡± (recesi¨®n), la ¡°regulaci¨®n de empleo¡± (despidos) o la ¡°austeridad¡± (pobreza, miseria, penuria). Atenci¨®n ahora si empiezan a llegar de nuevo los t¨¦rminos sustitutorios, porque la merma de las rentas suele tener como preludio la merma de las palabras.
Suscr¨ªbete aqu¨ª al bolet¨ªn semanal de Ideas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.