Es posible acercarse tras a?os de peleas: de la importancia de gestionar los desencuentros
Cuando las personas trabajan en reparar los momentos de discordia, pueden alcanzar nuevos niveles de intimidad, escriben el psic¨®logo Ed Tronick y la pediatra Claudia M. Gold en este extracto que publica ¡®Ideas¡¯
La certeza nos aleja del crecimiento y la curaci¨®n; peor a¨²n, puede llevarnos a lugares potencialmente peligrosos y da?inos. La certeza y el autoritarismo, con frecuencia, van de la mano. Tara Westover, en Una educaci¨®n, memorias sobre su problem¨¢tica educaci¨®n como hija de supervivientes en las monta?as de Idaho, cuenta una historia de crecimiento en un entorno caracterizado por la certeza autoritaria. En un ejemplo revelador, su madre sufre una grave lesi¨®n en la cabeza en un accidente de tr¨¢fico a primera hora de la ma?ana despu¨¦s de que su padre insistiera en que la familia hiciera un viaje de 12 horas durante la noche. Pero, debido a la certeza de su padre sobre los males de los hospitales, la mantuvo en casa en lugar de buscar atenci¨®n m¨¦dica. Permaneci¨® en su oscuro s¨®tano durante semanas, sin poder tolerar la luz, y el impacto a largo plazo lleg¨® en forma de debilitantes dolores de cabeza cr¨®nicos, trastornos de memoria e incapacidad para reanudar su trabajo como comadrona. Aunque ninguno de nosotros conoce a la autora, nos preguntamos si el proceso creativo de escribir sus memorias contribuy¨® a dejar atr¨¢s la certeza tir¨¢nica que caracteriz¨® las circunstancias en las que fue criada.
En las relaciones que se han desviado, vemos individuos con una sorprendente falta de curiosidad. Uno o ambos miembros de la relaci¨®n comunican una certeza absoluta. Sin dejar espacio para la duda, est¨¢n extraordinariamente seguros de que saben, entienden y pueden hablar por la experiencia de los dem¨¢s sin m¨¢s discusi¨®n o preguntas.
Nadia viv¨ªa en un apartamento cinco pisos m¨¢s abajo del de su hermana Olga. Estaban muy unidas, crecieron mientras su familia sobreviv¨ªa a los pogromos de Rusia a finales de 1800 y emigraron a EE?UU. Pero, cuando su hermano Endre muri¨®, estall¨® un pleito por sus pertenencias, lo que provoc¨® una ruptura entre hermanas, que no se repar¨®. Ambas estaban seguras de que la otra estaba equivocada. Ambas murieron a los 90 a?os. Sus hijos tomaron partido y toda la familia permaneci¨® atrapada en el conflicto en un esfuerzo por mantener sus posiciones atrincheradas.
Milton y su hermana Delia parec¨ªan ir por un camino similar. Cautivos en la rabia incrustada en malentendidos alrededor del negocio familiar, durante muchos a?os apenas se dirigieron la palabra. La disputa se repar¨® cuando el hijo adulto de Milton busc¨® ayuda para su debilitante ansiedad. Las lecciones que aprendi¨® liberaron una cascada de eventos que demostraron ser curativos para toda la familia. En su propia terapia, aprendi¨® a hacer una pausa y a respirar cuando se sent¨ªa abrumado por el miedo. Le ense?¨® esta t¨¦cnica a su padre, quien la aplic¨® cuando su ira hacia Delia amenazaba con bloquear su pensamiento. Ese cambio cre¨® un espacio para que pudiera reconocer que su hermana ten¨ªa una perspectiva distinta; no necesariamente ten¨ªa la raz¨®n, pero comprendi¨® que ten¨ªa sus motivos para sus puntos de vista. Esto fue suficiente para permitirle derribar el muro que los separaba. (¡)
Como muestran estas dos historias, la gente se queda estancada cuando no deja espacio para el desorden y la incertidumbre. El doctor Brazelton demostr¨® el valor de la incertidumbre cuando uno de los compa?eros con los que trabajaba le cont¨® sus encuentros con la familia de un reci¨¦n nacido en dos visitas a domicilio. En la primera, dijo que el hogar se sent¨ªa tranquilo y organizado. Impresionantemente coordinados, los padres y el beb¨¦ luc¨ªan impecables. Cuando, felizmente, le inform¨® de sus hallazgos, Brazelton no pareci¨® compartir su alegr¨ªa. Una semana m¨¢s tarde, las cosas se hab¨ªan deteriorado. La madre era un desastre. El padre parec¨ªa no haber dormido en meses. Mientras que el colega estaba preocupado al relatarle estos hechos, el doctor Brazelton parec¨ªa aliviado. Dijo: ¡°Ya han hecho espacio para el beb¨¦¡±.
El pronunciado desorden reflejaba el inevitablemente ca¨®tico e incierto proceso de criar a un ser humano. La incertidumbre desempe?a un papel fundamental en el desarrollo del sentido de s¨ª mismo desde los primeros meses de vida. Como hemos visto, despu¨¦s de la etapa de lo que Winnicott llam¨® ¡°preocupaci¨®n materna primaria¡±, cuando la madre anticipa todas las necesidades del ni?o indefenso, llega un momento esencial en el que no puede ni debe hacerlo. A medida que el ni?o adquiere mayor competencia y se desarrolla como persona separada, la madre, naturalmente, no estar¨¢ segura de lo que su hijo necesita. La madre suficientemente buena no es perfecta, y estas imperfecciones dan a sus hijos espacio para crecer.
Los conceptos ¡°certeza¡± e ¡°incertidumbre¡± tienen amplias implicaciones en la manera en que criamos a nuestros hijos. La crianza autoritaria, estilo ¡°porque lo digo yo¡±, puede relacionarse con la dificultad de regulaci¨®n emocional en los ni?os. La paternidad dominante, en contraste, est¨¢ asociada a que los ni?os tengan una mayor capacidad de regulaci¨®n emocional, pensamiento flexible y competencia social. Una postura de crianza con autoridad abarca el respeto y el inter¨¦s por un ni?o, junto con la contenci¨®n de sentimientos intensos y l¨ªmites de comportamiento.
La autoridad paterna es algo que, en circunstancias ideales, viene naturalmente con el trabajo. No es algo que deba ser aprendido. Entonces, ?qu¨¦ podr¨ªa causar que los padres pierdan su autoridad natural? El estr¨¦s es, con mucho, la causa m¨¢s com¨²n. Ese estr¨¦s puede, en parte, provenir del ni?o si, por ejemplo, se trata de un beb¨¦ particularmente irritable o desregulado. Tambi¨¦n puede provenir de los desaf¨ªos diarios de la gesti¨®n de la familia y el trabajo en la acelerada cultura actual, que muchos padres afrontan sin el apoyo de la familia extendida. Puede provenir, adem¨¢s, de cuestiones relacionales m¨¢s complejas entre los padres, hermanos, entre generaciones.
Cuando los terapeutas trabajan con familias de ni?os peque?os, su objetivo es ayudar a los padres a reconectarse con su autoridad natural. Al ofrecerles tiempo para contar su historia y al abordar la amplia variedad de tensiones en sus vidas, los ayudan a encontrar un significado al comportamiento de sus hijos. (¡) Un consejo prematuro sin una completa apreciaci¨®n de la complejidad de la situaci¨®n puede llevar al fracaso. Por el contrario, cuando un padre tiene ese momento (?eureka!) de perspicacia, la alegr¨ªa y el placer que se derivan del reconocimiento y la reconexi¨®n pueden ser estimulantes tanto para el padre como para el hijo.
De manera similar, cuando las personas trabajan en reparar los momentos de discordia, experimentan la oleada de energ¨ªa que promueve el crecimiento. Esa clase de alegr¨ªa puede ocurrir cuando una madre logra acomodar a su beb¨¦ para amamantarlo; cuando los padres y un ni?o sortean con eficacia un berrinche; cuando las hermanas sobreviven a a?os de peleas y acaban siendo la dama de honor de la otra; cuando los amigos, esposos y colegas trabajan, mediante desencuentros, para alcanzar nuevos niveles de intimidad. Tu sentido del yo y tu capacidad de intimidad son dos caras de la misma moneda. Cuando las relaciones m¨¢s ¨ªntimas de pareja ofrecen espacio para la incertidumbre, con cada reparaci¨®n, los involucrados alcanzan nuevos niveles de complejidad y tienen mayor tolerancia a las nuevas incertidumbres que inevitablemente surgen.
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