¡°Centrales sindicales¡±, camino del olvido
La herramienta Ngram, de Google, muestra una espectacular subida de esa expresi¨®n entre 1972 y 1980, y luego una ca¨ªda que se convierte en desplome
Las palabras ¡°centrales¡± y ¡°sindicales¡± aparec¨ªan unidas a cada rato durante la Transici¨®n como si fueran el secretario de CC OO y el de UGT, que tambi¨¦n van unidos siempre. Los pol¨ªticos de entonces se reun¨ªan con las centrales, los grandes pactos (el ANE o Acuerdo Nacional de Empleo; el AMI o Acuerdo Marco Interconfederal) los firmaban los empresarios con las centrales; las centrales sindicales apoyaban los Pactos de La Moncloa, las huelgas eran convocadas por las centrales sindicales. Casi hasta daba la impresi¨®n de que hab¨ªa que escribirlo todo junto: centralesindicales.
Probablemente algunos periodistas hu¨ªan entonces, de forma inconsciente, de la expresi¨®n ¡°los sindicatos¡± (aunque no desaparece). Porque en el franquismo tambi¨¦n hab¨ªa ¡°sindicatos¡±, y exist¨ªa incluso la Delegaci¨®n Nacional de Sindicatos. Eso s¨ª, se trataba de sindicatos verticales, que agrupaban tanto a empresarios como a trabajadores (¡°productores¡±) de cada sector. Y todos ellos se agrupaban en uno, la Organizaci¨®n Sindical Espa?ola, el ¨²nico sindicato legal. Todo ese engendro se conoc¨ªa como ¡°Sindicatos¡±. Mis recuerdos infantiles me traen la imagen del edificio de Sindicatos en Burgos. La gente dec¨ªa ¡°eso est¨¢ al lado de Sindicatos¡±, por ejemplo. En Burgos y en otras muchas ciudades. Ahora en ese edificio de mi localidad natal tienen sus sedes CC OO y UGT, que de nuevo no s¨®lo comparten unidad de acci¨®n sino tambi¨¦n unidad inmobiliaria.
La idea de ¡°centrales sindicales¡± evocaba la existencia de una organizaci¨®n central con distintas ramas horizontales en los diferentes sectores de producci¨®n. En el nuevo lenguaje pol¨ªtico de entonces el t¨¦rmino ¡°sindicato¡± se llevaba mal con su propio plural, por la referida connotaci¨®n franquista. Si acaso, se hablaba de ¡°el sindicato de ferroviarios de UGT¡±, o ¡°el sindicato de la Ense?anza de Comisiones Obreras¡±. Pero una cierta conciencia l¨¦xica acud¨ªa enseguida a la palabra ¡°centrales¡± para subrayar las diferencias con los viejos sindicatos.
?Y en qu¨¦ momento dejamos de usar esa nueva locuci¨®n? La herramienta de Google llamada Ngram muestra una espectacular subida de la expresi¨®n ¡°centrales sindicales¡± entre 1972 y 1980; y a partir de ah¨ª, una ca¨ªda que se convierte en desplome desde 2003. El archivo de EL PA?S ofrece 485 titulares sobre Espa?a con ¡°las centrales¡±, ¡°centrales sindicales¡± o ¡°central sindical¡± entre 1976 y 1989, que bajan a 149 entre 1990 y 1999, y descienden a 128 entre 2000 y 2009; y a solamente 61 en los ¨²ltimos 12 a?os, todo ello sin que disminuyera la informaci¨®n laboral. En 2021, 64 titulares han incluido la palabra ¡°sindicatos¡±, pero ninguno se ha referido a las ¡°centrales¡±.
Adem¨¢s, el banco de datos de la Real Academia ¨²nicamente recoge un uso de ¡°central sindical¡± o ¡°centrales sindicales¡± en Espa?a anterior a 1977: en una publicaci¨®n socialista de 1934. Pero en la Transici¨®n (1976-1982) prolifera esa locuci¨®n, para decaer despu¨¦s. ?Por qu¨¦ se produjo eso? Quiz¨¢s porque el tiempo influye en c¨®mo percibimos las palabras: hoy en d¨ªa, olvidado aquel rastro del franquismo, ¡°sindicatos¡± ha perdido su matiz peyorativo.
Por eso en todo el proceso de la reforma laboral se ha hablado ya de ¡°sindicatos¡± y no de ¡°centrales¡±. Quiz¨¢s se trate de una se?al m¨¢s de que la etapa franquista va quedando lejos en la memoria colectiva. Esto tiene una parte buena: somos una sociedad nueva y moderna; pero otra mala: tal vez se nos est¨¢ olvidando c¨®mo era la Espa?a que defiende Vox.
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