Ann Pettifor: ¡°Estamos a punto de caer en una recesi¨®n por la crisis del petr¨®leo¡±
La economista brit¨¢nica, experta en pol¨ªtica monetaria, predijo la Gran Recesi¨®n. Conf¨ªa en que las medidas contra Rusia refuercen a los pol¨ªticos frente a los mercados
Ann Pettifor (Sud¨¢frica, 75 a?os) descubri¨®, durante su infancia en los terribles a?os del apartheid y a trav¨¦s de la constante observaci¨®n de su pa¨ªs natal, dos realidades que marcaron su destino. En el pueblo minero de Welkom, donde su padre prob¨® fortuna, aprendi¨® que la onza de oro ten¨ªa un precio invariable de 35 d¨®lares (31,8 euros), al margen de su oferta y demanda. As¨ª lo hab¨ªa fijado el orden surgido de la Conferencia de Bretton Woods, en 1944, y as¨ª comenz¨® la fascinaci¨®n de Pettifor por la econom¨ªa financiera internacional. Su visi¨®n, como miembro de una ¨¦lite blanca, del proceso por el que los negros sudafricanos conquistaron la democracia y asumieron sus responsabilidades la dot¨® de una fe ciega en la capacidad de los ciudadanos de cambiar el orden establecido, cuando entienden que solo es una construcci¨®n ideol¨®gica. En 2006, esta experta brit¨¢nica en pol¨ªtica monetaria profundamente keynesiana ya predijo la crisis que se desatar¨ªa tres a?os despu¨¦s; encabez¨® la campa?a Jubileo 2000 para cancelar la deuda de los pa¨ªses m¨¢s pobres y est¨¢ al frente del grupo de economistas, activistas y pol¨ªticos que defienden un green new deal para responder al desaf¨ªo del cambio clim¨¢tico.
Pregunta.?De repente, la invasi¨®n de Ucrania ha movilizado una catarata de sanciones econ¨®micas contra Rusia, y hemos comprobado que es posible controlar internacionalmente el flujo de capitales.
Respuesta.?Ha quedado claro que solo hace falta voluntad pol¨ªtica. La que sigue faltando aqu¨ª, en el Reino Unido, donde la City [el centro financiero de Londres] sigue siendo muy poderosa. Mucho compadreo entre banqueros, pol¨ªticos y oligarcas. Pero hemos visto claramente c¨®mo, de la noche a la ma?ana, se cerraba una econom¨ªa como la rusa. Esto va a cambiar mentalidades y va a poner a la defensiva a los gobiernos. Los ciudadanos se han dado cuenta de que era posible hacerlo. Para m¨ª es un regocijo, y conf¨ªo en que nuestros pol¨ªticos comprendan al fin que no puedes permitir que sean los mercados los que controlen la econom¨ªa. Los que decidan si Rusia obtiene o no dinero.
P.?El arrepentimiento por los a?os de austeridad o el enorme gasto p¨²blico para hacer frente a la pandemia llevaron a pensar que el paradigma ha cambiado.
R.?La ideolog¨ªa sigue siendo muy profunda. Hoy escuchamos al Instituto de Finanzas Internacionales, un think tank del sistema bancario global, asegurar que no podemos acumular demasiada deuda. Se trata de un profundo desconocimiento del modo en que opera la deuda p¨²blica, pero son poderosos. Yo no soy de los que creen que el Estado debe gastar y acumular deudas masivas. Pero hay una gran falta de entendimiento sobre c¨®mo funciona la econom¨ªa. Si tenemos estos niveles tan altos de deuda p¨²blica es porque la actividad econ¨®mica es muy baja. Desde 2007, la econom¨ªa global sigue pr¨¢cticamente en ruinas, muy d¨¦bil, no se ha recuperado del todo.
P.?Se ha creado mucho empleo, ?no?
R.?El empleo es alto, en t¨¦rminos cuantitativos. Pero es muy precario. Muy mal pagado. Con una productividad muy baja, y con escasa inversi¨®n. Los bancos centrales han sido capaces de responder a la crisis aportando liquidez a los mercados, pero se han centrado en bancos, fondos de pensiones o instituciones financieras. Para la econom¨ªa real ha operado un tipo de pol¨ªtica fiscal muy ideol¨®gica. Eran David Cameron y su ministro de Econom¨ªa, George Osborne, los que repet¨ªan aquel mantra de que eran ¡°radicales en pol¨ªtica monetaria y conservadores en pol¨ªtica fiscal¡±. Ha sido esta quiebra entre dos brazos clave de la pol¨ªtica econ¨®mica la que ha provocado una prolongaci¨®n de la crisis.
P.?Y ahora se debate, con una inflaci¨®n galopante, si debieran subir m¨¢s los tipos de inter¨¦s.
R.?Si subes los tipos de inter¨¦s y subes los impuestos, contraes la econom¨ªa. Especialmente, durante un momento de debilidad. Si subes los tipos cuando la econom¨ªa crece con fuerza, ayuda, porque sofoca la actividad y estabiliza todo. Pero no es algo que puedan hacer ahora. En los ¨²ltimos meses, he escuchado en los mercados la afirmaci¨®n de que estaban obligados a subir los tipos de inter¨¦s. Y yo dec¨ªa, no, no hay a¨²n suficiente recuperaci¨®n. Ahora la opini¨®n de los mercados es esa misma, y creo que el Banco de Inglaterra va a tener que replegar velas. No puedes subirlos en medio de una recesi¨®n, y estamos a punto de caer en una por la crisis del petr¨®leo.
P.?La inflaci¨®n es real, en el Reino Unido est¨¢ en niveles m¨¢ximos de las ¨²ltimas tres d¨¦cadas.
R. Evidentemente: hemos salido de golpe de una econom¨ªa congelada. Pero ?va a ser una inflaci¨®n sostenida en el tiempo? Depender¨¢ de que seamos capaces de corregir los tapones en la cadena de suministro. Joe Biden acaba de decir que quiere construir una enorme f¨¢brica de microprocesadores en EE UU. Es l¨®gico pensar que pronto habr¨¢ m¨¢s en el mercado y los precios bajar¨¢n. La cuesti¨®n es: ?subir¨¢n los salarios? No se ven se?ales de que eso vaya a ocurrir. Los sindicatos est¨¢n d¨¦biles, no tienen poder de negociaci¨®n. No vamos a ver una inflaci¨®n inducida por los salarios, de momento. No hasta que la fuerza laboral recupere poder. Lo estamos comenzando a ver por culpa de la escasez de mano de obra que ha provocado la pandemia. Eso puede comenzar a crear presi¨®n para que haya subida salarial, pero no necesariamente lograr¨¢ que los sindicatos se recuperen.
P.?Cambio clim¨¢tico y econom¨ªa. Usted ha puesto el dedo en la llaga. No todos debemos sentirnos ni tan culpables ni tan responsables.
R.?Esta idea de la huella de carbono [el volumen total de gases de efecto invernadero que provocan las actividades cotidianas de una persona] se la inventaron las compa?¨ªas petrol¨ªferas. Para culpar a los ciudadanos, por ejemplo, de comprar petr¨®leo de Rusia. Pero es que no nos han dado otra opci¨®n. No hay buen transporte p¨²blico. No tengo d¨®nde cargar mi coche el¨¦ctrico. Y la culpa es nuestra porque le compramos petr¨®leo a Putin. Un 1% de la poblaci¨®n, con aviones privados y yates, son los grandes contaminadores. Luego estamos el 10% que vivimos en Occidente en una relativa comodidad, y consumimos mucha m¨¢s energ¨ªa que en Sud¨¢frica. Y luego est¨¢ el 70% u 80% que consume m¨ªnimamente. Y volcamos en ellos la responsabilidad de esta crisis. No es de extra?ar que el apoyo de la ciudadan¨ªa no exista. El movimiento medioambientalista se ha equivocado al hacernos a todos igual de responsables de esta crisis: el 10% m¨¢s rico es responsable del 50% de las emisiones globales.
Suscr¨ªbete aqu¨ª a la newsletter semanal de Ideas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.