Contra la solidaridad entre poderosos
No todas las revueltas son iguales. Pero China, escribe el fil¨®sofo esloveno Slavoj ?i?ek, insiste en equiparar la lucha por libertad en Hong Kong con las revueltas del descontento en Occidente
Podemos entender muchas cosas sobre la situaci¨®n actual del mundo si sabemos que en enero de 2022 se cambi¨® el final del cl¨¢sico de David Fincher El club de la lucha para el lanzamiento del v¨ªdeo en China. En el original de 1999, el narrador an¨®nimo (interpretado por Edward Norton) mata a su ego ideal imaginario, Tyler Durden (...
Podemos entender muchas cosas sobre la situaci¨®n actual del mundo si sabemos que en enero de 2022 se cambi¨® el final del cl¨¢sico de David Fincher El club de la lucha para el lanzamiento del v¨ªdeo en China. En el original de 1999, el narrador an¨®nimo (interpretado por Edward Norton) mata a su ego ideal imaginario, Tyler Durden (Brad Pitt), antes de ver c¨®mo estallan en llamas los edificios, en aparente confirmaci¨®n de que est¨¢ ejecut¨¢ndose su plan para destruir la civilizaci¨®n moderna. La versi¨®n que se reproduce ahora en la mayor plataforma audiovisual de China se detiene antes de que exploten los edificios; en lugar de esa escena final, aparece un letrero en ingl¨¦s que explica que las autoridades desbarataron la trama anarquista: ¡°La polic¨ªa descubri¨® r¨¢pidamente todo el plan, detuvo a todos los criminales e impidi¨® que estallara la bomba. Despu¨¦s del juicio, Tyler fue enviado al hospital psiqui¨¢trico para recibir tratamiento psicol¨®gico. Fue dado de alta en 2012¡å.
Es inevitable notar el tono neoconservador de este cambio: alimenta la solidaridad incondicional con el poder, aunque el poder, en este caso, sea el de Estados Unidos. Adem¨¢s, la perturbaci¨®n no se trata como una revuelta pol¨ªtica, sino como un caso de enfermedad mental que hay que curar. Es ir¨®nico que el final chino se parezca al de la novela en la que se basa la pel¨ªcula. Al final, el narrador encuentra la redenci¨®n cuando se deshace de Tyler Durden como ego ideal (se dispara a s¨ª mismo para que la bala le atraviese la mejilla) y asume toda la responsabilidad por el violento acto revolucionario planeado (la explosi¨®n de edificios de bancos que guardan archivos de tarjetas de cr¨¦dito). Aqu¨ª no hay nada que sugiera una patolog¨ªa, sino que, al contrario, en ese momento el narrador se convierte en ¡°normal¡±, por lo que ya no es necesario que se machaque a s¨ª mismo, porque puede dirigir su energ¨ªa destructiva hacia fuera, hacia la realidad social.
China aconseja a Europa como si todos compartieran el mismo inter¨¦s b¨¢sico por aferrarse al poder.
En la novela en la que se basa la pel¨ªcula, el narrador acaba internado en una instituci¨®n mental, igual que en la versi¨®n china de la pel¨ªcula. Pero la novela puede leerse como una historia de evoluci¨®n hacia la madurez, y el hecho de que lo internen en un psiqui¨¢trico no es m¨¢s que una se?al de que nuestra sociedad, que confunde madurez con locura, es la que est¨¢ loca. No es la misma interpretaci¨®n que en la versi¨®n china, en la que se considera que la historia del narrador no es m¨¢s que un caso patol¨®gico y el orden social es lo normal. Lo que deber¨ªa darnos que pensar es el curioso hecho de que China, un pa¨ªs que presume de ser la leg¨ªtima alternativa socialista al liberalismo occidental, cambie el final de una pel¨ªcula que es muy cr¨ªtica con esa sociedad liberal occidental y descalifique su postura cr¨ªtica como una expresi¨®n de locura que debe curarse en una instituci¨®n mental.
?Por qu¨¦ hace esto China? S¨®lo hay una respuesta coherente. A mediados de octubre de 2019, los medios de comunicaci¨®n chinos pusieron en marcha una ofensiva para promover la afirmaci¨®n de que ¡°las manifestaciones de Europa y Sudam¨¦rica son consecuencia directa de la tolerancia occidental con los disturbios de Hong Kong¡±. En un comentario publicado en Beijing News, el exdiplom¨¢tico chino Wang Zhen escribi¨® que ¡°los desastrosos efectos de un ¡®Hong Kong ca¨®tico¡¯ han empezado a notarse en el mundo occidental¡±, es decir, que los manifestantes de Chile y Espa?a estaban imitando el ejemplo de Hong Kong. En esa misma l¨ªnea, se le¨ªa en un editorial del Global Times que ¡°en Occidente hay numerosos problemas y un trasfondo de descontento por motivos variados que, en muchos casos, acabar¨¢n manifest¨¢ndose como las protestas de Hong Kong¡±. La China comunista aprovecha discretamente la solidaridad de los poderosos de todo el mundo contra la poblaci¨®n rebelde y aconseja a Occidente que no subestime el descontento en sus propios pa¨ªses, como si, al margen de todas las tensiones ideol¨®gicas y geopol¨ªticas, todos compartieran el mismo inter¨¦s b¨¢sico por aferrarse al poder.
El 19 de junio de 2022, los republicanos de Texas declararon que Biden ¡°no fue elegido leg¨ªtimamente¡±.
?C¨®mo afecta esto a la guerra que se est¨¢ librando en Europa? Quiz¨¢ nos permita comprender mejor las razones por las que Occidente se equivoc¨® tanto en su percepci¨®n de la invasi¨®n rusa: ¡°Primero pensamos que no invadir¨ªan. Luego pensamos que la guerra terminar¨ªa en cuesti¨®n de d¨ªas. Luego, al ver la fuerte resistencia de Ucrania, pensamos que Putin podr¨ªa perder. Despu¨¦s pensamos que la econom¨ªa rusa se hundir¨ªa debido a las sanciones y que Putin caer¨ªa derrocado. Ahora Rusia est¨¢ ganando terreno, su econom¨ªa va bien y no parece que Putin vaya a desaparecer¡±.
El s¨¢bado 19 de junio de 2022, en su primera convenci¨®n presencial desde 2018, los republicanos de Texas aprobaron la declaraci¨®n de que el presidente Joe Biden ¡°no fue elegido leg¨ªtimamente¡± y reprendieron al senador John Cornyn solo por participar en las negociaciones bipartidistas sobre armas. Tambi¨¦n aprobaron un programa que proclama que la homosexualidad es ¡°una opci¨®n de vida anormal¡± y pide que a los escolares de Texas ¡°se les ense?e que el ni?o no nacido es un ser humano¡±. La primera disposici¨®n, que declara que el presidente Joe Biden ¡°no fue elegido leg¨ªtimamente¡±, es un paso inequ¨ªvoco hacia la guerra civil (por el momento, ¡°fr¨ªa¡±) en Estados Unidos: desautoriza el orden pol¨ªtico existente. Si a este y otros indicios de que el Partido Republicano est¨¢ m¨¢s controlado que nunca por Trump sumamos la fatiga provocada por la guerra de Ucrania, las perspectivas son siniestras: ?qu¨¦ pasar¨¢ si Trump gana las pr¨®ximas elecciones, e impone un pacto con Rusia y abandona a los ucranios del mismo modo que hizo con los kurdos?
Durante la revuelta del Maid¨¢n se filtr¨® una llamada telef¨®nica de la diplom¨¢tica estadounidense Victoria Nuland en la que se la o¨ªa decir en tono fr¨ªvolo: ¡°?Que se joda la UE!¡±, clara se?al de que Estados Unidos ten¨ªa sus propios objetivos en Ucrania. Hace a?os que Putin tambi¨¦n lleva a cabo una pol¨ªtica sistem¨¢tica de ¡°?Que se joda Europa!¡±, de desmantelar la uni¨®n de Europa: ha apoyado el Brexit, el separatismo catal¨¢n, a Le Pen en Francia y a Salvini en Italia. Este eje antieuropeo que une a Putin con ciertas tendencias de la pol¨ªtica estadounidense es uno de los elementos m¨¢s peligrosos de la pol¨ªtica actual y plantea un dilema dif¨ªcil de resolver a los pa¨ªses africanos, asi¨¢ticos y latinoamericanos: si se dejan guiar por el viejo instinto antieuropeo y se ponen del lado de Rusia, lo que nos espera es un mundo nada feliz.
Rusia repite la versi¨®n (que tambi¨¦n asumen algunos izquierdistas occidentales) de que los acontecimientos del Maid¨¢n ¡ªuna ola de manifestaciones y disturbios civiles en Ucrania que comenz¨® el 21 de noviembre de 2013 con una gran manifestaci¨®n en la Maidan Nezalezhnosti (plaza de la Independencia) de Kiev¡ª fueron un golpe nazi, cuidadosamente orquestado por Estados Unidos, contra un gobierno democr¨¢ticamente elegido. Es indudable que los acontecimientos fueron ca¨®ticos, con muchas tendencias diferentes y numerosas injerencias extranjeras, pero, por encima de todo, el Maid¨¢n fue una aut¨¦ntica revuelta popular. Durante el levantamiento, el Maid¨¢n era un enorme campamento de protesta ocupado por miles de manifestantes y protegido por barricadas improvisadas. Ten¨ªa cocinas, puestos de primeros auxilios y emisoras de radio, adem¨¢s de estrados para discursos, conferencias, debates y actuaciones; lo menos parecido a un golpe nazi que se pueda imaginar. Mucho m¨¢s similar, en realidad, a lo que ocurri¨® en Hong Kong, en Estambul o durante la Primavera ?rabe.
La rebeli¨®n del Maid¨¢n tambi¨¦n debe compararse con las protestas de Bielorrusia de 2020-2021, que fueron brutalmente aplastadas. Lo ¨²nico que podemos reprocharles es que su europe¨ªsmo fue demasiado ingenuo y no tuvo en cuenta los antagonismos que atraviesan hoy Europa. Pero de ninguna manera se puede decir que el asalto del 6 de enero de 2021 contra el Capitolio fue el Maid¨¢n estadounidense. Varios amigos m¨ªos estaban totalmente traumatizados por las escenas de la turba que invad¨ªa el Capitolio y me dec¨ªan: ¡°La multitud que toma la sede del poder, ?eso es lo que deber¨ªamos estar haciendo nosotros! ?Lo est¨¢n haciendo quienes no deben!¡±. Esta es, quiz¨¢, la raz¨®n por la que la derecha populista molesta tanto a la izquierda: le est¨¢ robando su oportunidad de disfrutar.
Es nuestra sociedad, que confunde la madurez con la locura, la que est¨¢ loca.
Recordemos lo que dijo Putin el 21 de febrero de 2022: despu¨¦s de afirmar que Ucrania era una creaci¨®n bolchevique, asegur¨® que ¡°hoy, la ¡®progenie agradecida¡¯ [de Lenin]¡± ha derribado monumentos a Lenin en Ucrania. Lo llaman descomunizaci¨®n. ?Quieren la descomunizaci¨®n? Muy bien, por nosotros, estupendo. Pero ?por qu¨¦ quedarse a medio camino?
¡°Estamos dispuestos a mostrar lo que significar¨ªa una verdadera descomunizaci¨®n para Ucrania¡±. Y lo est¨¢n demostrando, con su operaci¨®n militar especial. La l¨®gica de Putin est¨¢ clara: Ucrania fue una creaci¨®n bolchevique (de Lenin), as¨ª que una verdadera descomunizaci¨®n significa el fin de Ucrania. Pero no olvidemos tampoco que la ¡°descomunizaci¨®n¡±, en este caso, debe interpretarse literalmente: un intento de borrar los ¨²ltimos rastros del legado del Estado de bienestar.
Lo siento por los ¡°izquierdistas¡± que apoyan la descomunizaci¨®n de Ucrania que est¨¢ llevando a cabo Putin: pertenecen al mismo grupo que los pacifistas ¡°antiimperialistas¡± de 1940 que afirmaban que la guerra no era su guerra y no ten¨ªan por qu¨¦ luchar contra los nazis.
Y esto nos lleva a nuestro punto de partida. Hace muchos a?os que Rusia y China se dejan llevar por el p¨¢nico cuando estalla una rebeli¨®n popular en alg¨²n lugar de su esfera de influencia, que suelen interpretar como un complot instigado por Occidente y obra de la propaganda y los agentes extranjeros. Ahora, por lo menos, China tiene la sinceridad de reconocer que existe un profundo descontento en todo el mundo; lo malo es que apela a la solidaridad de quienes est¨¢n en el poder, independientemente del lado de la nueva divisi¨®n ideol¨®gica en el que se encuentren. ?Y si nos mantenemos fieles a la tradici¨®n de la izquierda y mantenemos la solidaridad con los que se rebelan?
Ap¨²ntate aqu¨ª a la newsletter semanal de Ideas.