?Qu¨¦ pasa con el pelo de las mujeres?
Bajo las controversias en torno al velo se esconde la continuidad de un tab¨² sobre el cabello femenino. Incluso en Europa
Desde hace una semana, las j¨®venes iran¨ªes se cortan el pelo en p¨²blico, arriesgando su vida para denunciar la muerte de Masha Amini a manos de la polic¨ªa de la moral. Ir¨¢n es una Rep¨²blica Isl¨¢mica que impone por ley a las mujeres cubrirse el cabello. Pero en Europa la situaci¨®n es mucho m¨¢s compleja. Las musulmanas se comportan de formas muy diversas, aunque su pelo sigue generando controversias dentro y fuera de sus comunidades. ?Por qu¨¦ incom...
Desde hace una semana, las j¨®venes iran¨ªes se cortan el pelo en p¨²blico, arriesgando su vida para denunciar la muerte de Masha Amini a manos de la polic¨ªa de la moral. Ir¨¢n es una Rep¨²blica Isl¨¢mica que impone por ley a las mujeres cubrirse el cabello. Pero en Europa la situaci¨®n es mucho m¨¢s compleja. Las musulmanas se comportan de formas muy diversas, aunque su pelo sigue generando controversias dentro y fuera de sus comunidades. ?Por qu¨¦ incomoda el pelo de las mujeres?
Houda Akrikez, de 35 a?os, activista de origen marroqu¨ª en La Ca?ada Real (Madrid), dice que se quit¨® el velo despu¨¦s de casarse porque en las entrevistas de trabajo la rechazaban una y otra vez. ¡°Sent¨ªa que no val¨ªa para nada encerrada en casa. Los hombres nos quieren tapar el cabello, pero nosotras criticamos a la que destaca. Cuando nos miremos y nos aceptemos, ganaremos¡±, asegura.
En Par¨ªs, Aya Ramadan, de origen argelino y profesora de instituto, decidi¨® no alisarse m¨¢s el pelo y dejar crecer sus rizos afro cuando se convirti¨® en portavoz de Indig¨¨nes de la R¨¦publique, primer partido pol¨ªtico fundado por los hijos y nietos de la inmigraci¨®n postcolonial en Francia. Sus rizos se han convertido en una ¡°elecci¨®n pol¨ªtica¡± y la raz¨®n de su lucha feminista y antirracista. En su trabajo se lo recuerdan cada d¨ªa: ¡°Si lo llevas muy corto o recogido, te aceptan... Mi jefa me dice que no es ¡°profesional¡±, que doy una imagen informal frente a los alumnos y los padres. Que ocupo mucho espacio¡¡±.
El hijab simboliza para Atikka Trabelsi, soci¨®loga de 30 a?os, de origen tunecino y activista feminista en Lallab, su espiritualidad y relaci¨®n ¨ªntima con Al¨¢. Fue despedida por su jefe al d¨ªa siguiente de que apareciera en un programa de televisi¨®n discutiendo con el ex primer ministro Manuel Valls sobre la ley del velo de 2004 en Francia.
En Londres, Nashra Saleem, m¨¦dica de origen paquistan¨ª, sufri¨® acoso de ni?a y cuenta que recobr¨® su dignidad comprendiendo sus or¨ªgenes. Hizo un largo viaje en coche con su padre de Londres a Pakist¨¢n y decidi¨® en ese momento que no obedecer¨ªa ni a mis¨®ginos ni a racistas. Lleva un pa?uelo atado con un nudo y muestra parte de su cabello.
Adem¨¢s del racismo cotidiano, las paradojas del velo acaban revelando la continuidad de un tab¨². Las tres religiones monote¨ªstas han obligado a las mujeres a raparse el pelo y usar peluca, a llevar hijab, niqab o burka o a cubrirse la cabeza para entrar en la iglesia. Incluso en Europa, el pelo puede seguir siendo un pretexto para invisibilizar a las mujeres. Sin embargo, las mujeres musulmanas no se est¨¢n conformando. La realidad es que est¨¢n cada vez m¨¢s formadas (muy por encima de los hombres musulmanes) y est¨¢n participando en la esfera p¨²blica. Su pelo y sus distintas formas de atarse el pa?uelo est¨¢n ocupando ese espacio que se les niega. Con una convicci¨®n: luchar por asegurar la libertad de elecci¨®n de las que vienen.
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