El cine iran¨ª abandera la protesta de las mujeres contra el r¨¦gimen
El director dos veces ganador del Oscar Asghar Farhadi, que hasta ahora hab¨ªa mantenido la equidistancia pol¨ªtica, se une a los mensajes de otros cineastas, como Bahman Ghobadi, que reclaman el apoyo internacional en favor de las manifestaciones en Ir¨¢n
La muerte, el viernes d¨ªa 16, de Mahsa Amini, una joven iran¨ª de 22 a?os en custodia policial tras haber sido detenida en Teher¨¢n por no llevar bien colocado el hiyab o velo isl¨¢mico, ha provocado una oleada de protestas por todo el pa¨ªs. Y a esas protestas se han sumado los cineastas iran¨ªes que han empezado a enviar mensajes al extranjero para pedir ayuda y apoyo. ¡°Se han dado cuenta de que ya no hay tiempo para tibiezas¡±, cuenta un compatriota asentado en Madrid, que conoce bien a estos creadores, y que pide mantener un estricto anonimato por miedo a represalias.
El pasado s¨¢bado el cineasta Bahman Ghobadi, ¡ªdoble ganador de la Concha de Oro de San Sebasti¨¢n, y kurdo de la misma regi¨®n que la joven fallecida Amini¡ª lanz¨® a trav¨¦s de un periodista cinematogr¨¢fico kurdo una carta a los 4.000 compa?eros de la Academia de Cine de Hollywood invit¨¢ndoles a defender los derechos civiles de los iran¨ªes. Ghobadi, que ahora vive en el extranjero, ha intentado suicidarse dos veces por desesperaci¨®n al no lograr permisos para rodar. Su hermano menor, el realizador de cortometrajes Behrouz Ghobadi, fue encarcelado entre noviembre de 2012 y enero de 2013 por su cr¨ªtica al presidente del pa¨ªs, Mahmud Ahmadineyad, y tambi¨¦n la novia del cineasta, la periodista iranoestadounidense Roxana Saberi, estuvo presa entre enero y mayo de 2009.
Al d¨ªa siguiente fue Asghar Farhadi ¡ªel ¨²nico director popular entre sus compatriotas, que le consideran un h¨¦roe nacional por sus dos premios Oscar, y hasta hace dos a?os atacado por parte de sus colegas de profesi¨®n por su capacidad para no hablar nunca sobre el r¨¦gimen¡ª quien a trav¨¦s de su cuenta de Telegram envi¨® un v¨ªdeo pidiendo a los artistas del resto del mundo que se solidarizaran con el pueblo iran¨ª.
El s¨¢bado 17 de septiembre, el funeral de Amini en Aychi, en la regi¨®n kurda de Saqez ¡ªa unos 575 kil¨®metros al oeste de Teher¨¢n¡ª se convirti¨® en la primera manifestaci¨®n en la que decenas de mujeres se quitaron el velo y mostraron su cabello, una conducta penada en Ir¨¢n. Ah¨ª comenzaron las revueltas y pronto decenas de v¨ªdeos en redes sociales confirmaron que las manifestaciones aumentaban y que el r¨¦gimen estaba deteniendo a centenares de personas y disparando sin miramientos contra la gente, mayoritariamente mujeres, que alzaba la voz. Hasta el momento ha habido 41 muertos seg¨²n el r¨¦gimen, aunque fuentes humanitarias elevan la cifra a 76 como m¨ªnimo.
La muerte de la joven Amini ¡ªdetenida el martes 13 de septiembre por la Polic¨ªa de la Moral en Teher¨¢n, donde se encontraba de visita¡ª fue certificada en el hospital, donde pas¨® tres d¨ªas en coma tras sufrir un ataque al coraz¨®n. Durante dos horas hab¨ªa estado en comisar¨ªa, condenada a ser ¡°reeducada¡± por llevar mal el velo. Ante la expansi¨®n de las revueltas en las ¨²ltimas semanas, el viernes y el domingo pasados, el Gobierno organiz¨® marchas en defensa del velo. ¡°Desde el 23 de septiembre no hay internet en Ir¨¢n¡±, cuenta en Madrid uno de m¨¢s de los 7.000 iran¨ªes que viven en Espa?a. ¡°A veces entran mensajes, pero ahora mismo nos comunicamos con las familias por tel¨¦fono, y ellos se enteran de lo que pasa gracias a que sintonizan por sat¨¦lite las televisiones extranjeras¡±.
Pero en estas ¨²ltimas semanas ha faltado el apoyo o un mayor eco internacional, y aqu¨ª han dado un paso adelante los cineastas iran¨ªes. En el mensaje de Ghobadi, de tres sucintos p¨¢rrafos, el director pide que su mensaje se difunda a todos los acad¨¦micos, hace un breve resumen de los hechos y reclama solidaridad ¡°ante unas protestas justas¡±. El de Farhadi es m¨¢s extenso. Realiza un resumen de los acontecimientos y de las protestas lideradas por ¡°mujeres valientes [...], que reclaman los derechos fundamentales que el Estado les ha negado durante a?os¡±. El ganador del Oscar por Nader y Simin, una separaci¨®n y por El viajante explica que ha estado viendo cada noche esas manifestaciones con mujeres ¡°muy j¨®venes, de 17 y 20 a?os¡±, y que respeta ¡°profundamente su lucha por la libertad y el derecho a elegir su propio destino a pesar de la brutalidad que est¨¢n sufriendo¡±. Y apunta: ¡°Me siento orgulloso de mis poderosas compatriotas, y espero que a trav¨¦s de sus esfuerzos, logren sus objetivos¡±. Al final invita a ¡°artistas, cineastas, intelectuales y activistas de derechos civiles a mostrar su solidaridad con estas mujeres¡±, para acabar firmando ¡°por un ma?ana mejor¡±.
Como apunta la fuente iran¨ª en Espa?a, hasta ahora ¡°la equidistancia de Farhadi habr¨ªa provocado el odio de otros cineastas que estaban luchando por la libertad, como Mohammad Rasoulof, que lleva a?os sufriendo represalias del r¨¦gimen. El p¨²blico en las calles no le conoce, porque su cine no se distribuye, y s¨ª saben qui¨¦n es Farhadi, que vive de maravilla y obtiene el ¨¦xito del p¨²blico con pel¨ªculas que ciertamente muestran las sombras de Ir¨¢n. ?Sabes por qu¨¦ el iran¨ª de la calle conoce a Panahi? Por sus innumerables condenas¡±.
La ca¨ªda en desgracia de Farhadi
El pasado mes de marzo, en la promoci¨®n espa?ola de Un h¨¦roe, estaba claro que algo en Farhadi hab¨ªa cambiado. El cineasta, experto en nadar y guardar la ropa ante cualquier pregunta pol¨ªtica sobre la situaci¨®n en Ir¨¢n, hab¨ªa visto c¨®mo el Gobierno no hab¨ªa celebrado su segundo Oscar, pero a¨²n entraba y sal¨ªa de Ir¨¢n sin trabas y no sufr¨ªa la censura. Pero Farhadi hab¨ªa aumentado la audacia de sus declaraciones. Tal y como dijo a EL PA?S: ¡°Con los a?os, la situaci¨®n en mi pa¨ªs ha empeorado. Todos los que vivimos en Ir¨¢n y sufrimos esta presi¨®n, acabamos afectados. Nadie se libra¡±. A ¨¦l le advert¨ªan creadores como Jafar Panahi y , sobre todo, Rasoulof (curiosamente, los tres han ganado el Oso de Oro de la Berlinale): ¡°Vivimos una guerra y todos somos soldados. O de un lado o de otro¡±. Finalmente, el r¨¦gimen ha permitido que prospere una acusaci¨®n de plagio contra ¨¦l por haber presuntamente copiado un documental en el que se contaba la historia real en la que se inspira Un h¨¦roe.
¡°Por primera vez, hasta Farhadi ha entendido que se acabaron los matices¡±, explica su compatriota iran¨ª afincado en Espa?a. ¡°Y esto lo ha logrado la brutal represi¨®n del Gobierno. Hace unos d¨ªas, Masih Alinejad, la activista disidente que vive exiliada en Nueva York, pidi¨® en un mensaje muy emotivo que Asghar tomara partido, y pidi¨® tambi¨¦n a las actrices m¨¢s populares que hablaran¡±. Y eso ha ocurrido. ¡°Est¨¢n haciendo v¨ªdeos sin velos anunciando que no van a volver a hacer cine si hay obligatoriedad del velo, y que no les importa si su carrera se hunde¡±.
?Y el resto de las artes? ¡°Ya hace tiempo que la literatura est¨¢ subsumida en el r¨¦gimen. Ahora la guerra es por ganar visibilidad en el resto del mundo, y esa exposici¨®n la garantiza el cine, que por fin se ha unido en su llamada internacional¡±. ?Habr¨¢ presi¨®n desde otros Gobiernos? ¡°Dif¨ªcil, porque se est¨¢ negociando el acuerdo nuclear y el aumento de venta de gas iran¨ª a Europa. Se hace complicado que ocurra, por eso la posici¨®n de Farhadi, como personalidad internacional, es fundamental¡±.
El ¨²ltimo filme de Panahi, No Bears, recibi¨® el premio del jurado en septiembre en la pasada Mostra de Venecia. ?l se encuentra condenado a seis a?os de prisi¨®n por propaganda contra el r¨¦gimen, pero en su nombre recogieron el galard¨®n los actores Mina Kavani y Reza Heydari: ¡°Jafar Panahi no puede estar aqu¨ª con nosotros esta noche. Es un honor aceptar recibir ese premio en su nombre. [...] Todos peleamos por el poder del cine y estamos aqu¨ª por Jafar¡±. Panahi fue arrestado el pasado 11 de julio, cuando estaba enfrente de la oficina del fiscal de Teher¨¢n junto a otros cineastas para protestar por al arresto de otros dos compa?eros, Rasoulof y Mostafa Al Ahmad, detenidos d¨ªas antes.
Babelia
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