La calle del Barquillo y Fede Valverde
La desambiguaci¨®n de un t¨¦rmino polis¨¦mico depende del contexto o del recuerdo m¨¢s intenso que tengamos sobre su uso
Uno de los amigos de la comida de los jueves pregunt¨® de d¨®nde vendr¨ªa el nombre de la ¡°calle del Barquillo¡±, de Madrid. La primera asociaci¨®n de ideas conduce a los barquilleros ambulantes que vend¨ªan y a¨²n ofrecen por Espa?a esos deliciosos cilindros compuestos con harina y miel en delgada pasta, a la que se suele a?adir canela. L¨®gico: a esta imagen nos lleva el contexto m¨¢s pr¨®ximo que asignamos a ¡°barquillo¡±. La desambiguaci¨®n de un t¨¦rmino polis¨¦mico se suele producir por el contexto o por el recuerdo inconsciente del uso m¨¢s cercano o m¨¢s intenso que le hayamos dado, ya sea activo (porque lo expresamos o lo pensamos) o pasivo (porque lo vimos, lo le¨ªmos o lo o¨ªmos).
Ahora bien, las desambiguaciones inconscientes no siempre aciertan, como sucede en ese caso. Porque la denominaci¨®n de la calle se relaciona en realidad con el barquillo que navegaba en el estanque de la marquesa de Nieves, situado en una suntuosa residencia ubicada all¨ª en el siglo XVI, y que dio a la zona el nombre de ¡°tierras del barquillo¡±.
Los amigos de la comida de los jueves se sorprendieron con mi explicaci¨®n de que ese vocablo se refer¨ªa a un peque?o barco y no a un peque?o manjar, y la tomaron por buena pese a que en aquella conversaci¨®n aport¨¦ menos detalles de los que ahora he explicitado, pues la memoria de uno no da tanto rendimiento como guardar en la biblioteca dom¨¦stica el libro Las calles de Madrid, del cronista de la villa Pedro de R¨¦pide (1882-1947), reimpreso por Ediciones La Librer¨ªa en 1995 (p¨¢gina 84).
Relacion¨¦ esa circunstancia con el conflicto entre los futbolistas Fede Valverde, del Real Madrid, y ?lex Baena, del Villarreal. El 8 de abril, el madridista propin¨® un pu?etazo a su rival cuando ¨¦ste se dirig¨ªa al autob¨²s del equipo tras haber acabado el partido. Desencadenaron la agresi¨®n ¨Cseg¨²n han contado los peri¨®dicos citando fuentes del entorno de Valverde¨C unas palabras que Baena le hab¨ªa dirigido y que ¨¦l vincul¨® con los tristes momentos que viv¨ªa por el dif¨ªcil embarazo de su esposa.
Por su parte, personas cercanas a Baena explicaron el 10 de abril que en realidad le dijo solamente: ¡°Dejad de llorar, que siempre est¨¢is llorando¡±.
Ante un caso as¨ª, cabe pensar que todos mienten. Pero tambi¨¦n que todos dicen la verdad y que la interpretaci¨®n de esas palabras adquiri¨® versiones distintas por el diferente contexto con el que cada cual las relacion¨®. Yo me inclino por esta segunda opci¨®n.
Para Baena, la experiencia m¨¢s reciente de ¡°llorar¡±, y por tanto el significado que dio a la frase, pod¨ªa vincularse con las quejas madridistas por la anulaci¨®n de un gol a Asensio en el partido de Liga jugado en el Camp Nou ante el Barcelona el 19 de marzo.
Sin embargo, el verbo ¡°llorar¡± habr¨¢ evocado a Valverde otra experiencia: las l¨¢grimas de ¨¦l y su pareja por la temida p¨¦rdida del hijo de ambos.
De ese modo, el uruguayo del Madrid adquiri¨® la convicci¨®n de que Baena intentaba zaherirle con lo que m¨¢s le pod¨ªa doler, mientras que el futbolista almeriense tal vez le reprochaba simplemente lo que entend¨ªa un comportamiento victimista del club.
Cuando escribo estas l¨ªneas se desconoce la realidad exacta de los hechos, salvo el injustificable pu?etazo. Pero me ha parecido ¨²til reflejar esa hip¨®tesis veros¨ªmil, como ejemplo de la influencia que ejercen los contextos y los prejuicios en la forma de procesar los mensajes. Ni siquiera una comunicaci¨®n leal evita el riesgo del malentendido, y por eso m¨¢s vale siempre un di¨¢logo aclaratorio que un pu?etazo en el ojo.
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