Janet Yellen, la economista perfeccionista que rompe todos los techos de cristal
La secretaria del Tesoro, mujer previsora y meticulosa que ha roto barreras, afronta la amenaza del impago de las obligaciones del Gobierno
La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, present¨® a finales de 2022 un billete de d¨®lar para la historia: el primero firmado por dos mujeres. Era un hito m¨¢s en una carrera en la que con frecuencia ha sido la primera en llegar. Antes de llegar, siempre se ha preparado. Para firmar el billete, por ejemplo: ¡°Sab¨ªa que era algo en lo que pod¨ªa meter la pata y quer¨ªa hacerlo bien. Y practiqu¨¦ y practiqu¨¦¡±, reconoci¨® en un programa de televisi¨®n. Perfeccionista y previsora, es de las que llegan la primera al aeropuerto antes de un viaje. No es dif¨ªcil imaginar la angustia que sentir¨¢ al ver que el Tesoro est¨¢ a punto de quedarse sin dinero, si el Congreso no lo remedia.
Yellen fue la primera mujer al frente del equipo econ¨®mico de la Casa Blanca, con Bill Clinton; la primera mujer que ha presidido la Reserva Federal, propuesta por Barack Obama; la primera mujer que ha sido secretaria del Tesoro, nombrada por Joe Biden, y la primera persona, hombre o mujer, que ha ocupado los tres puestos. Ha roto todos los techos de cristal.
Janet Louise Yellen naci¨® el 13 de agosto de 1946 en el tranquilo barrio de Bay Ridge, en Brooklyn (Nueva York), en el seno de una familia jud¨ªa acomodada. Su padre era m¨¦dico de familia, con la consulta en casa, y su madre, profesora de primaria. De su padre hered¨® la compasi¨®n, y de su madre, muchos m¨¢s rasgos, seg¨²n escribe Owen Ullmann en su biograf¨ªa Empathy Economics: ¡°Ruth Yellen ense?¨® a su hija a ser superorganizada y estar siempre preparada, a valorar el servicio p¨²blico, las normas sociales, a no conformarse con menos que la perfecci¨®n¡±. La propia Yellen cuenta en el libro: ¡°Ella no toleraba muy bien las desviaciones de la perfecci¨®n¡±. Y que estaba obligada a sacar sobresaliente o matr¨ªcula de honor. Cuando en el primer a?o en la universidad sac¨® un notable en alem¨¢n ¡ªel ¨²nico de su vida¡ª, fue poco menos que un trauma.
Yellen hizo tres cursos en dos a?os en el instituto, se gradu¨® con matr¨ªcula de honor en 1967 en la Universidad de Brown, donde empez¨® a estudiar Filosof¨ªa y luego se pas¨® a Econom¨ªa, y se doctor¨® en 1971 en Yale, como la ¨²nica mujer en un programa de m¨¢s de una veintena de estudiantes. Dos universidades de la elitista Ivy League.
Fue profesora adjunta en Harvard hasta 1976, cuando empez¨® a trabajar en la Reserva Federal. All¨ª, en la cafeter¨ªa, conoci¨® en 1977 al tambi¨¦n economista George Akerlof. ¡°Janet y George se enamoraron en la Fed. Ella se sinti¨® atra¨ªda por su mente inventiva; ¨¦l se sinti¨® atra¨ªdo por su naturaleza tranquila y la devoci¨®n que sent¨ªa por su trabajo¡±, cuenta Jon Hilsenrath, autor de Yellen, una biograf¨ªa en paralelo de la secretaria del Tesoro y de su marido, premio Nobel de Econom¨ªa en 2001. ¡°La vida era extra?a y ellos tambi¨¦n lo eran un poco y las rarezas les divert¨ªan. A las pocas semanas de conocerse decidieron casarse y emprendieron juntos un viaje a trav¨¦s de una ¨¦poca de agitaci¨®n. Cuando viajaban, llevaban maletas llenas de libros. Janet tambi¨¦n llevaba su propia almohada porque las de los hoteles (¡) le hac¨ªan da?o en el cuello¡±, escribe.
En 1980, empez¨® a dar clases en la Universidad de California en Berkeley. Su labor acad¨¦mica ha estado volcada en el mercado de trabajo y la macroeconom¨ªa. En 1994, el presidente ?Bill Clinton la nombr¨® consejera de la Reserva Federal y, tres a?os m¨¢s tarde, presidenta del Consejo de Asesores Econ¨®micos de la Casa Blanca. En 2004, fue nombrada presidenta del Banco de la Reserva Federal de San Francisco. Vivi¨® desde el banco central la burbuja inmobiliaria, su estallido y la crisis financiera. En 2010, Barack Obama la nombr¨® vicepresidenta de la Reserva Federal y cuatro a?os m¨¢s tarde sustituy¨® a Ben Bernanke como presidenta.
Cuando Donald Trump lleg¨® a la Casa Blanca decidi¨® no renovar su mandato. En 2018, con 71 a?os, Yellen pens¨® que su vida p¨²blica hab¨ªa terminado y volvi¨® a disfrutar acost¨¢ndose temprano, cuenta la biograf¨ªa de Hilsenrath. Pero cuando Joe Biden fue elegido presidente, le pidi¨® a Yellen que se hiciera cargo del Departamento del Tesoro para reactivar una econom¨ªa maltrecha por la pandemia. Al principio dijo que no, pero luego cambi¨® de opini¨®n. Sinti¨® que ten¨ªa el deber de aceptar el trabajo.
En su actual cargo, Yellen cometi¨® el que quiz¨¢ sea el mayor error de su carrera. Pens¨® que la inflaci¨®n era transitoria. Se equivoc¨®, aunque fue un error bastante extendido. Pero durante su mandato ha disfrutado tambi¨¦n de una vigorosa recuperaci¨®n y una fort¨ªsima creaci¨®n de empleo. Se ha especulado con la posibilidad de que dejase el cargo una vez encarrilada la recuperaci¨®n, pero con la tormenta bancaria desatada en marzo, el problema del l¨ªmite de deuda y su sentido del deber, no parece probable.
Hilsenrath define a Yellen como una persona met¨®dica. ¡°Haz los deberes, aprendi¨® Yellen. No te dejes sorprender por resultados que podr¨ªas haber previsto. Elimina preocupaciones. Reduce los riesgos innecesarios. Prep¨¢rate¡±. Ahora, la secretaria del Tesoro est¨¢ en manos de un Congreso dividido. Necesita que apruebe aumentar el l¨ªmite de deuda para que el Gobierno pueda seguir cumpliendo sus obligaciones. El impago, ha advertido, tendr¨ªa consecuencias catastr¨®ficas para la econom¨ªa. Jugar con fuego va en contra de su naturaleza. Seguramente, est¨¦ pensando en un plan B.
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