Si t¨² no vas, ellos vienen: la disputa entre ¡®j¨®venes atracados¡¯ y ¡®viejos voraces¡¯

El 59% de los j¨®venes entre 14 y 30 a?os no se sienten representados en el sistema pol¨ªtico espa?ol; un 74% de ellos se consideran preocupados por la falta de vivienda, seguido muy de cerca por las condiciones laborales y ¡ª?atenci¨®n!¡ª por la salud mental (un 46%). Son datos de una encuesta titulada Rompe el cristal, presentada por el Consejo de la Juventud de Espa?a. En las recientes elecciones municipales y auton¨®micas y en las de hoy, los debates se han centrado en asuntos que pueden tensar la llamada ¡°lucha de edades¡±. As¨ª, adem¨¢s de la divisi¨®n entre izquierda y derecha emerge otra, en muchos casos tambi¨¦n ideol¨®gica, entre j¨®venes y viejos.

Una de las posiciones, dir¨ªamos que la de los j¨®venes, la desarrolla el catedr¨¢tico de la Universidad Carlos III y subdirector de la Fundaci¨®n de Estudios de Econom¨ªa Avanzada (Fedea), Jos¨¦ Ignacio Conde-Ruiz, que ha escrito un libro titulado La juventud atracada (Pen¨ªnsula) junto a su hija Carlotta. La tesis es la siguiente: se gasta tanto en pensiones que no existe margen fiscal para invertir en otras pol¨ªticas de largo plazo (emergencia clim¨¢tica, educaci¨®n, vivienda¡­) que benefician a los j¨®venes. Todo incremento del gasto se destina a las personas mayores, que absorben ya el 40% de los Presupuestos.

La contratesis llega de la pluma de dos miembros de la junta directiva de Economistas frente a la Crisis. Los economistas Juan Antonio Fern¨¢ndez Cord¨®n y Antonio Gonz¨¢lez Gonz¨¢lez publican un largo art¨ªculo (Viejos y j¨®venes: la solidaridad intergeneracional funciona; economistasfrentealacrisis.com) que se revuelve contra la idea de que la edad constituya la divisoria social que explique las verdaderas desigualdades entre, por un lado, los j¨®venes ¡°atracados¡± y, por el otro, los viejos empe?ados en despojar a los j¨®venes. Adem¨¢s, seg¨²n ellos, es una manera de atacar al sistema p¨²blico de pensiones ¡ª¡±que resulta inadmisible¡±¡ª una forma de negar o minimizar las diferencias entre ricos y pobres y la explotaci¨®n de los que solo disponen de su trabajo para ofrecer en el mercado.

Conde-Ruiz subraya que, con el peso pol¨ªtico actual, los votantes mayores han conseguido controlar la agenda pol¨ªtica (en estas elecciones los menores de 30 a?os que pueden votar son 5,8 millones, mientras que los votantes mayores de 64 a?os son potencialmente 9,4 millones). Los partidos pol¨ªticos hacen caso sobre todo a los m¨¢s de nueve millones de pensionistas y ¡°nada de lo que se propone desde el sector p¨²blico o privado se hace pensando en el bienestar de los j¨®venes¡±: en educaci¨®n, en contrataci¨®n laboral o en el sue?o imposible de una vivienda, ya sea en alquiler o en propiedad. Y lo m¨¢s grave: el pa¨ªs contin¨²a endeud¨¢ndose para cubrir gastos corrientes, y el d¨¦ficit y la deuda p¨²blica no paran de aumentar. Endeudarse significa que se est¨¢ trasladando al futuro parte de lo que se est¨¢ gastando hoy.

Los representantes de Economistas frente a la Crisis ponen el foco de atenci¨®n en otro lugar: los recortes. Los defensores del ¡°atraco a los j¨®venes¡± frente a los ¡°voraces viejos¡± son en ocasiones los mismos que promueven pol¨ªticas econ¨®micas y sociales directamente responsables de la penosa situaci¨®n de esos j¨®venes, como la precariedad laboral, o no cuestionan con tanto ¨¦nfasis un mercado inmobiliario dominado por la especulaci¨®n. Parten de una obviedad para extraer una conclusi¨®n err¨®nea: los boomers que ahora se jubilan poseen m¨¢s patrimonio y gozan de ingresos m¨¢s estables, y m¨¢s elevados en algunos casos, que los j¨®venes, como ocurre en cualquier parte del mundo, despu¨¦s de una larga vida laboral.

Mientras Conde-Ruiz insiste en que la p¨¦rdida de peso pol¨ªtico de los j¨®venes es un grave problema porque sus intereses pol¨ªticos son diferentes a los de votantes de m¨¢s edad, Fern¨¢ndez Cord¨®n y Gonz¨¢lez se alarman ante el artificial enfrentamiento entre j¨®venes y viejos, que ahora no existe, con el ¨²nico prop¨®sito de recortar las pensiones.

Si se despeja alguna vez el ambiente electoral, habr¨¢ que abordar de una vez el futuro del pacto intergeneracional.

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