Las malas calles de la pol¨ªtica: demasiado ruido fuera y pocas propuestas dentro
Si en el caso de Nu?ez Feij¨®o puede parecer que habla demasiado, en el de Pedro S¨¢nchez sucede lo contrario
Faltan nueve d¨ªas para que Alberto N¨²?ez Feij¨®o, candidato a la presidencia del Gobierno propuesto por el Rey y convocado por la presidenta del Congreso, comparezca ante la C¨¢mara para someterse a la sesi¨®n de investidura. Es un momento pol¨ªtico fundamental dentro de los procedimientos democr¨¢ticos de este pa¨ªs, pero va a quedar incomprensiblemente oscurecido por el acto p¨²blico del Partido Popular convocado dos d¨ªas antes por el propio N¨²?ez Feij¨®o.
El caos es necesario en casi todas las facetas del arte, pero en pol¨ªtica, el caos est¨¢ relacionado con la decadencia del lenguaje y con la decadencia de los procedimientos democr¨¢ticos. Si el discurso de Feij¨®o en el mitin del d¨ªa 25, en una plaza de Madrid, es tan importante como para que le dedique todo su esfuerzo, en lugar de preparar su intervenci¨®n en el Congreso, quiz¨¢s lo m¨¢s razonable ser¨ªa que renunciara a ese segundo discurso, convertido en una especie de postre del plato principal.
Feij¨®o es el dirigente de uno de los partidos m¨¢s importantes de Espa?a, el que representa al sector conservador de la sociedad. Asegur¨® al rey que estar¨ªa en condiciones de acudir al Congreso para cumplir con su obligaci¨®n como candidato. Es decir, que presentar¨ªa un completo programa de gobierno para desarrollar en cuatro a?os, un programa que abarcar¨ªa a todo el pa¨ªs, y que propondr¨ªa medidas concretas, como m¨ªnimo en el plano econ¨®mico, social, institucional, ecol¨®gico y europeo, lo bastante atractivas como para atraer el voto de otros grupos minoritarios. Por supuesto, su programa tendr¨ªa que explicar su an¨¢lisis de la situaci¨®n en Catalu?a y, en su caso, qu¨¦ iniciativas esperaba adoptar y cu¨¢les no estaba dispuesto a considerar en ning¨²n caso. Ahora Feij¨®o convoca a la ciudadan¨ªa en un mitin callejero e introduce una confusi¨®n considerable. ?Qu¨¦ discurso ser¨¢ el m¨¢s firme, cual valdr¨¢ m¨¢s ante los ciudadanos, qu¨¦ lenguaje ser¨¢ el m¨¢s v¨¢lido, el del 25 o el del 27?
Si en el caso de Feij¨®o puede parecer que habla demasiado, en el de Pedro S¨¢nchez sucede lo contrario. Mientras que no haya sido convocado como nuevo candidato no tiene por qu¨¦ protagonizar el escenario pol¨ªtico y su silencio es razonable. No lo es el ruido ensordecedor que est¨¢ provocando su entorno, especialmente en lo relativo a una eventual amnist¨ªa planteada como exigencia por Carles Puigdemont. Sorprende la facilidad con la que el expresident de la Generalitat consigue condicionar el debate en el ¨¢mbito socialista, cuando se supone que deber¨ªa ser el PSOE el que expusiera una estrategia propia, a expensas todos de lo que se resuelva en una negociaci¨®n posterior.
No hay ning¨²n motivo por el que los socialistas no puedan avanzar su propuesta negociadora. La mayor¨ªa de sus votantes comprende que si se ha aprobado el indulto para los pol¨ªticos que participaron en primera fila del proc¨¦s, desde Oriol Junqueras hasta Carme Forcadell, es razonable que esos indultos alcancen tambi¨¦n, en la forma que sea adecuada, a los m¨¢s de mil hombres y mujeres que participaron en ese mismo proceso en escalones inferiores. Dada la situaci¨®n econ¨®mica que atraviesa Catalu?a, parece l¨®gico que cualquier negociaci¨®n incluya un nuevo sistema de financiaci¨®n. Y puesto que en Catalu?a existe un sector importante de la poblaci¨®n que se siente inc¨®modo con la forma en que se relaciona con el resto del Estado, parece razonable tambi¨¦n un acuerdo para plantear la reforma del actual Estatuto de autonom¨ªa.
Sobre estas propuestas ser¨ªa sobre las que Junts per Catalunya deber¨ªa tambi¨¦n recapacitar. Como bien les ha explicado incluso Esquerra Republicana de Catalunya, hoy por hoy, no hay ning¨²n proceso de independencia posible dentro de Europa. Y como bien le mostraron las urnas en las ¨²ltimas elecciones, J¡ÁC representa a menos de un mill¨®n de catalanes (menos del 10% de los votantes en Barcelona, por ejemplo). ?Abandonar¨¢ a esos mil y pico seguidores cuyo patrimonio est¨¢ comprometido y les negar¨¢ la posibilidad de un indulto r¨¢pido si Puigdemont no consigue su amnist¨ªa personal? ?Renunciar¨¢ a una nueva financiaci¨®n? ?Cegar¨¢ cualquier posibilidad de ampliar las competencias de la Generalitat? Es Junts el que llega muy condicionado a las negociaciones. Se notar¨ªa mucho m¨¢s si los socialistas dejaran de hacer tanto ruido.
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