Los ¡°p¨®sit¡± se inventaron por casualidad. Su nombre me recuerda algo
El cient¨ªfico Spencer Silver buscaba un pegamento muy fuerte y hall¨® uno muy d¨¦bil
El principio cient¨ªfico que permite pegar y despegar un papel cientos de veces, mediante una pel¨ªcula adhesiva fijada a su banda superior, se descubri¨® en 1970, fruto de la casualidad. Ocurri¨® en un laboratorio de la empresa 3M, multinacional norteamericana de equipamiento industrial, donde el qu¨ªmico Spencer Silver buscaba un pegamento muy fuerte y logr¨® uno muy d¨¦bil; tan d¨¦bil, que permit¨ªa despegar lo pegado con la acci¨®n de un simple dedo. ?A qui¨¦n le iba a interesar eso?, se pregunt¨®. Y guard¨® el hallazgo en un caj¨®n.
Un d¨ªa de 1980, Art Fry, compa?ero de Silver en el laboratorio de Minnesota y que cantaba en un coro de iglesia, empez¨® a hartarse de que se le cayeran los papelitos que insertaba en su cuaderno de partituras a modo de marcap¨¢ginas. Y record¨® el invento que le hab¨ªa o¨ªdo explicar a su colega.
D¨ªas despu¨¦s, ambos cient¨ªficos comenzaron a desarrollar esos papeles amarillos impregnados parcialmente de pegamento, que al desadherirse de una hoja no dejaban rastro ni da?o, y los usaron entre s¨ª para dejarse notas. ?Por qu¨¦ en amarillo? Porque les sobraba ese tipo de papel en la oficina. Despu¨¦s los distribuyeron por la propia empresa, con gran alborozo de los empleados, y ah¨ª empez¨® todo.
El producto se denomin¨® Post-it. Esta palabra se desgaja, obviamente, en post (¡°correo¡±, pero tambi¨¦n ¡°enviar por correo¡±, ¡°anunciar¡± o ¡°difundir¡±) y el pronombre neutro it (¡°ello¡±, ¡°lo¡±, ¡°esto¡±...). Por tanto, podr¨ªamos traducir la marca como ¡°Publ¨ªcalo¡±, ¡°Dif¨²ndelo¡±. Habr¨ªa encajado mejor, visto a toro pasado, llamarlos Remember-it (recu¨¦rdalo). Nosotros lo habr¨ªamos traducido como ¡°recordatorios¡±, pero a ellos les habr¨ªa parecido muy largo.
Millones de personas usan ahora esos papelitos; en el trabajo, en el hogar, en las partituras del coro¡ Quiz¨¢s tambi¨¦n por mero postureo: una mesa repleta de papeles amarillos da idea de hiperactividad.
Y por ese camino, de chiripa en chiripa, hemos llegado a ver por todas partes los llamados post-its, de dif¨ªcil pronunciaci¨®n para castellanohablantes, sobre todo en el plural.
Cuando un anglicismo deja de asociarse a algo prestigioso, elitista, cuando ya se halla al alcance de todo el mundo, se suele adaptar al castellano y a su escritura (pas¨® con ¡°f¨²tbol¡±, por ejemplo). Los usuarios empezaron a decir ¡°p¨®sit¡±, y as¨ª los ped¨ªan en las papeler¨ªas, donde los entregaban sin problema pese a que en el papel que los envuelve se leyese ¡°Post-it¡±.
En 2014 (34 a?os despu¨¦s de la comercializaci¨®n), las academias llevaron al Diccionario la entrada ¡°p¨®sit¡±, con preferencia frente a post-it (en cursiva), vocablo tambi¨¦n incorporado como nombre com¨²n.
Este paso de una pronunciaci¨®n a otra se denomina ¡°s¨ªncopa¡±: la supresi¨®n de alg¨²n sonido dentro de una palabra. Un proceso que ha alterado muchos t¨¦rminos en su tr¨¢nsito desde el lat¨ªn (por ejemplo, de regula y de tabula, ambas con acentuaci¨®n esdr¨²jula, salen ¡°regla¡± y ¡°tabla¡±); y que, como vemos, contin¨²a activo. As¨ª tambi¨¦n, desde WhatsApp se han construido ¡°wasap¡± y ¡°guasap¡±, en este caso tal vez sin fijaci¨®n suficiente a¨²n, ni entrada en el Diccionario.
El genio del idioma sigue aplicando sus reglas evolutivas, tantos siglos despu¨¦s, pero lo hace cuando las palabras se extienden finalmente y forman parte de un vocabulario general, cuando por ser de todos no las reclama nadie para s¨ª. Y no de la noche a la ma?ana ni a voluntad de unos pocos.
Coloqu¨¦ un p¨®sit en la nevera para recordar que deb¨ªa explicar todo esto.
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