Y en una d¨¦cada Internet se llen¨® de basura

C¨®mo estar¨¢ la cosa para que la American Dialect Society, una sociedad acad¨¦mica fundada en 1889 para el estudio del ingl¨¦s hablado en Norteam¨¦rica, eligiera como palabra del a?o 2023 un t¨¦rmino largu¨ªsimo, de dif¨ªcil pronunciaci¨®n, derivado de la malsonante palabra shit (mierda), que alude, precisamente, al proceso por el cual un ente ¡ªen este caso, las plataformas de Internet¡ª acaban llenas de ¨ªdem.

La palabra en cuesti¨®n es ...

C¨®mo estar¨¢ la cosa para que la American Dialect Society, una sociedad acad¨¦mica fundada en 1889 para el estudio del ingl¨¦s hablado en Norteam¨¦rica, eligiera como palabra del a?o 2023 un t¨¦rmino largu¨ªsimo, de dif¨ªcil pronunciaci¨®n, derivado de la malsonante palabra shit (mierda), que alude, precisamente, al proceso por el cual un ente ¡ªen este caso, las plataformas de Internet¡ª acaban llenas de ¨ªdem.

La palabra en cuesti¨®n es enshittification. En espa?ol dir¨ªamos enmierdamiento, mierdificaci¨®n; la editorial Capit¨¢n Swing, que publicar¨¢ este a?o un libro sobre el asunto, a¨²n se debate en c¨®mo traducirla. Apareci¨® por primera vez en noviembre de 2022 en el blog Pluralistic, del activista y escritor canadiense Cory Doctorow, quien la cre¨® para describir el patr¨®n de deterioro que hace de Internet un lugar cada vez peor. Doctorow describi¨® una curva de decadencia en tres estadios: ¡°As¨ª mueren las plataformas: primero son muy buenas para los usuarios; luego abusan de ellos para favorecer a sus clientes comerciales; despu¨¦s abusan tambi¨¦n de esos clientes para quedarse, finalmente, con todo el valor. Luego mueren. Yo lo llamo enshittification¡±.

Si cada vez te f¨ªas menos de los resultados de Google es justamente por su mierdificaci¨®n, que Doctorow diagnostica en estado avanzado. No son percepciones, los datos lo demuestran. Un equipo de investigadores de las universidades de Leipzig, Bauhaus y ScaDS demostraron que ¡°la calidad de Google hab¨ªa empeorado notablemente despu¨¦s de controlar 7. 392 consultas durante un a?o. En su trabajo Is Google Getting Worse? A Longitudinal Investigation of SEO Spam in Search Engines identificaron las tres causas: la abrumadora presencia de contenido optimizado para SEO, el uso generalizado del marketing de afiliados, una estrategia de plataformas como Amazon, que recompensa a las p¨¢ginas de asociados por vender sus productos, y la cada vez m¨¢s confusa l¨ªnea roja entre el contenido real y el spam creado por granjas de enlaces. Algo que viene empeorando sustancialmente desde hace tiempo, y que tampoco es que haya mejorado desde que Google anunci¨® el 14 de mayo la nueva generaci¨®n de su motor de b¨²squeda impulsado por inteligencia artificial.

A lo largo de los a?os, los portavoces de Google siempre han negado que los clics de los usuarios influyan en el posicionamiento de las webs que aparecen en sus b¨²squedas, pero los 2.500 documentos internos del buscador filtrados la semana pasada sugieren exactamente lo contrario. Al igual que una demanda antimonopolio del Departamento de Justicia de Estados Unidos que revel¨® la existencia de un factor de posicionamiento llamado Navboost, que premiaba los clics de los usuarios antes que la calidad, para elevar el contenido de las b¨²squedas.

Hace unas semanas, el buscador respond¨ªa a la pregunta de cu¨¢ntas piedras deb¨ªamos comer cada d¨ªa, recomendando al menos una diaria de tama?o peque?o para mejorar la salud digestiva y aportar minerales como el calcio y el magnesio. El descubrimiento lo adjudicaba a un equipo de ge¨®logos de la Universidad de Berkeley. La realidad era que su nuevo modelo de AI lo hab¨ªa copiado de un art¨ªculo de The Onion, un peri¨®dico sat¨ªrico tan popular en Estados Unidos como lo es en Espa?a El Mundo Today. Cualquier b¨²squeda en Google hoy arroja basura digital, a menudo toda la primera p¨¢gina, que hay que saltar antes de que empiece a aparecer algo potable. En las webs tecnol¨®gicas se empieza a recomendar a?adir a las URL la l¨ªnea de c¨®digo ¡°&udm=14¡å para sortear las respuestas basura generadas por inteligencia artificial. Otro truco que empieza a hacerse popular para mejorar los resultados arrojados por Google es a?adir ¡°before 2023¡å (antes de 2023) antes de la b¨²squeda.

¡°Somos rehenes, audiencias cautivas en los motores de extracci¨®n de datos¡±, dice el creador del concepto

A lo largo de 2023, la palabra enshittificacion se escuch¨® en foros y conferencias, y la usaron tecn¨®logos como Tim Hatford y John Naughton para aludir a varias plataformas que degradaron sin pudor su funci¨®n principal en pos de la monetizaci¨®n y las ganancias de sus accionistas. A inicios de 2024, la Academia consider¨® que era ¡°un neologismo exitoso y memorable, con capacidad para adaptarse a una variedad de contextos, aunque su uso original fuera describir c¨®mo se iba degradando nuestra vida online¡±.

El m¨¦rito de Doctorow, adem¨¢s del de inventar una palabra, ha sido socavar la idea de que la decadencia es resultado de las misteriosas fuerzas que mueven la historia. En lugar de abrazar la idea del caos y la entrop¨ªa, el escritor prefiere explicarlo como un fen¨®meno dise?ado por personas reales que toman decisiones y tienen objetivos espec¨ªficos.

Para definir el estado actual de internet a Doctorow le gustar citar un tuit del programador Tomas Eastman (@tveastman) que se hizo viral en 2018: ¡°Soy lo suficientemente viejo para recordar aquellos tiempos en que internet no eran cinco webs gigantescas, cada una llena de capturas de pantalla de las otras cuatro¡±. En un loable esfuerzo pedag¨®gico, el escritor explica la enshittification de casi todo en un art¨ªculo publicado bajo licencia Creative Commons, a trav¨¦s de casos emblem¨¢ticos, desde Amazon hasta el otrora Twitter.

Empecemos por Amazon. Durante a?os oper¨® con p¨¦rdidas, pr¨¢cticamente todo lo que vend¨ªa estaba subsidiado. Si buscabas algo, Amazon hac¨ªa todo lo posible por pon¨¦rtelo delante. En su art¨ªculo, Doctorow explica que ante tantas ventajas acabamos comprando todo all¨ª, y como consecuencia muchas tiendas f¨ªsicas cerraron. Luego lleg¨® Amazon Prime y nos hicieron pagar por adelantado los gastos de env¨ªo de un a?o; Amazon se convirti¨® en la tienda para todo, y la plataforma comenz¨® a subsidiar a los vendedores, que alcanzaron audiencias enormes con comisiones muy bajas.

¡°Cada vez era m¨¢s dif¨ªcil comprar o vender cualquier cosa fuera de all¨ª. Entonces, cuando ten¨ªan a todos, vendedores y compradores, atrapados por Amazon, cambi¨® las reglas del juego y comenz¨® a desviar todas las ganancias a sus accionistas. Ahora, si buscas en Amazon una cama para gatos las primeras cinco pantallas ¡°estar¨¢n compuestas en un 50% por anuncios y porquer¨ªa in¨²til¡±, detalla el escritor.

En conversaci¨®n con este diario, Doctorow confirma que no solo hemos perdido la confianza en las grandes plataformas ?¡ª¨¦l sostiene que nunca tuvo demasiada¡ª, sino algo m¨¢s valioso: la fe. ¡°Quiz¨¢s nunca has cre¨ªdo que Google proteger¨ªa tus datos pero esperabas que te diera buenos resultados de b¨²squeda. Ahora tenemos lo peor de ambos mundos: Google abusa de tus datos y adem¨¢s te muestra publicidad y contenido sint¨¦tico en lugar de buenas respuestas. Facebook e Instagram comparten tus datos con terceros y, encima, en lugar de conectarte con tus amigos (que era su promesa y lo que hicieron en los primeros tiempos), te exponen a anuncios y a contenido promocionado. En resumen, ni confiamos ni creemos en las grandes plataformas¡±.

Las plataformas ¡°operan con un modelo feudal para mercantilizarlo todo¡±, dice una experta en tecnolog¨ªa

?Y por qu¨¦ no nos largamos? ¡°El drama es que somos rehenes, audiencias cautivas, confinadas en motores globales de extracci¨®n de datos y adem¨¢s creemos que ya no tenemos donde ir¡±, dice Doctorow. La escritora irlandesa y experta en tecnolog¨ªa del futuro Mar¨ªa Farrell describe las plataformas como ¡°entornos altamente concentrados y controlados, similares a las granjas de cr¨ªa intensiva de pollos¡±. ¡°Google, Facebook, Instagram, Amazon operan con un modelo feudal extractivo que solo existe para mercantilizar todo lo que hace que la vida merezca la pena: los lazos familiares, la amistad, el amor, la solidaridad. Son organizaciones soci¨®patas¡±, explica por correo electr¨®nico.

Para Farrell, ¡°devolver la vida a Internet¡± es un reto ¡°ecol¨®gico¡±. En abril de 2024, los navegadores de Google y Apple monopolizaban el 78% del mercado, y solo Google controlaba el 92% de las b¨²squedas globales, seg¨²n Statista. ¡°As¨ª como necesitamos salvar la biodiversidad para combatir el cambio clim¨¢tico, necesitamos rescatar nuestra diversidad tecnol¨®gica y de infraestructuras para preservar nuestra libertad y construir y usar internet en nuestro beneficio¡±. Fa?rrell alerta en su e-mail: ¡°Mientras los europeos dormimos, la infraestructura fundamental de internet ¡ªcables submarinos, sat¨¦lites, fibra, etc¨¦tera¡ª est¨¢ siendo monopolizada por unas pocas empresas cuyo objetivo es controlar todas las comunicaciones durante el pr¨®ximo siglo¡±.

Doctorow, a quienes algunos acusan de ser un activista radical, no se corta para advertir a los gobiernos de que el d¨ªa que las plataformas colapsen ¡ªseg¨²n su curva de enshittification pasar¨¢ m¨¢s temprano que tarde¡ª ¡°no merecen ser rescatadas sino evacuadas¡± con el menor da?o posible para los usuarios. Un paradigma de abuso de una plataforma enshittificada que le gusta citar al escritor es el de la tienda de e-books de Microsoft, que cerr¨® en 2019 y arrebat¨® a todos sus usuarios los libros comprados a lo largo de varios a?os. Como por arte de magia se evaporaron cientos de miles bibliotecas en el mundo. Seg¨²n Doctorow, Facebook o Instagram podr¨ªan dar un portazo un buen d¨ªa y que las fotos m¨¢s importantes de nuestras vidas se esfumen.

La sensaci¨®n comienza a ser de estafa y trae ¡°cierta saturaci¨®n y hartura de lo digital¡±, observa Felipe Romero, socio de la consultora The Cocktail. Las cifras del informe global Digital 2023 avalan su intuici¨®n. En 2022 se registr¨® por primera vez una ca¨ªda del tiempo que pasamos en internet, a raz¨®n de 20 minutos diarios comparado con el a?o anterior.

Cuando Open AI anunci¨® la salida al mundo de ChatGPT-4o, una interfaz digital que lo mismo suspira, susurra al o¨ªdo, calma una crisis de ansiedad o se parte de la risa contigo, Sam Altman dijo Her ¡ªen referencia a la pel¨ªcula de Spike Jonze de 2013¡ª y fue como si leyera el pensamiento a media humanidad. Por lo que sea, Altman olvid¨® mencionar que aquella historia, sobre la relaci¨®n entre un humano y la voz de un sistema de IA, no acab¨® precisamente bien para la parte humana.

Tras ese anuncio de Open AI, C¨¦sar Astudillo, asesor independiente de dise?o e innovaci¨®n, barrunt¨® casi inmediatamente en X el riesgo de enshittification del nuevo invento. Para Astudillo no es casual que con la salida al mercado de GPT-4o tambi¨¦n se anunciara que ser¨ªa gratuito, concretamente para que los que ya estaban en ChatGPT. ¡°Considerando el inmenso gasto que supone hacer funcionar estos modelos, OpenAI, que ya operaba con p¨¦rdidas en febrero, podr¨ªa entrar en bancarrota con este acto de ¡°generosidad¡±, ?De d¨®nde vendr¨¢n los ingresos?¡±, se pregunta en conversaci¨®n con EL PA?S.

?Acaso estamos entrando en la fase de seducci¨®n tecnol¨®gica de la enshittification, aquella en que nos dan gratis o muy subvencionado un servicio? Astudillo recuerda el viejo adagio que deso¨ªmos una y otra vez al inicio de las redes sociales: ¡°Si es gratis, entonces el producto eres t¨²¡±, y se pregunta si utilizar¨¢ OpenAI el potencial persuasivo de su nuevo modelo o los enganches emocionales que podamos desarrollar con nuestros asistentes de voz para inaugurar una nueva era de la persuasi¨®n comercial. ¡°En este momento es muy aventurado afirmarlo¡­ pero los indicios se acumulan¡±, reflexiona.

De momento es gratis interactuar con un potente modelo de inteligencia artificial cuyo desarrollo ha costado muchos millones. ?Por qu¨¦? Parece una buena noticia pero¡­ puede que esta historia ya la hayamos vivido.

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