Adriana Cavarero, fil¨®sofa: ¡°El enemigo de las feministas era el patriarcado. Para una parte, hoy, es la heterosexualidad¡±
La pionera del feminismo italiano es amiga de Judith Butler, germen de la teor¨ªa ¡®queer¡¯. La admira, pero cree que ¡°la galaxia LGTBI ha llevado sus teor¨ªas demasiado lejos¡±
La fil¨®sofa Adriana Cavarero (Bra, Italia, 1947) es una de las pioneras del feminismo en Italia. La entrevista es en su casa de Verona, no sin antes bajar al bar a tomar un caf¨¦ y un cornetto (un cruas¨¢n). Tiene en el estudio una foto con Judith Butler, pensadora de referencia del feminismo actual. Es de los a?os noventa en Berkeley (EE UU), donde Cavarero ha dado clases, y ambas libraban las mismas batallas, aunque luego han tenido grandes discrepancias. Al lado hay otra foto de Hannah Arendt fumando, su autora de referencia, junto a Plat¨®n, casi una obsesi¨®n personal, confiesa. Ha publicado m¨¢s de una decena de ensayos y en estos parte de su conocimiento del mundo cl¨¢sico para trazar puentes para la reflexi¨®n en el mundo actual. Uno de los m¨¢s exitosos, A pesar de Plat¨®n. Figuras femeninas en la filosof¨ªa antigua, lo edita ahora en Espa?a Galaxia Gutenberg. Adem¨¢s, ha escrito sobre la vulnerabilidad de las v¨ªctimas de la violencia, el discurso de la rectitud o la experiencia democr¨¢tica.
La conversaci¨®n empieza comentando la victoria de Trump, tambi¨¦n gracias al voto femenino, ¡°una pu?alada en el coraz¨®n para las feministas¡±. Para ella, parte de la culpa de los dem¨®cratas es haber prestado demasiada atenci¨®n ¡°a temas que no afectan a la vida cotidiana de la gente, como los derechos trans¡±, y a todo lo woke.
Pregunta. ?Cu¨¢l es su cr¨ªtica a la cultura woke?
Respuesta. Pongo un ejemplo f¨¢cil, una gran idiotez. En muchas universidades, en lugar de tener ba?os para mujeres y ba?os para hombres, tienen uno indiferenciado. Pero las chicas tienen experiencias en el ba?o que se vuelven muy embarazosas si hay chicos. ?Y qu¨¦ se gana? Hacer sentir a gusto a las pocas personas trans, en perjuicio de las chicas, m¨¢s numerosas. Y esto pasa en todos los sectores. Se ha pasado un l¨ªmite del sentido com¨²n para no discriminar a las personas de la llamada identidad fluida. Es una tradici¨®n te¨®rica que se inspira en los primeros libros de Judith Butler y que cuestiona que haya dos sexos. Se vuelve incorrecto decir que hay dos sexos, masculino y femenino, porque es imponerlos, lo llaman binarismo. En ingl¨¦s se llama autoidentidad, es decir, no tengo un sexo biol¨®gico, ni siquiera un g¨¦nero cultural, el g¨¦nero es lo que percibo de m¨ª mismo. As¨ª pues, estamos en el terreno del individualismo desenfrenado, con el que no tengo ninguna objeci¨®n.
P. ?Pero tiene objeciones?
R. Mi objeci¨®n es que la autopercepci¨®n de estas minor¨ªas se convierte en el paradigma que debe aplicarse a todos. En mi ¨¦poca, el enemigo com¨²n del feminismo y de la izquierda era el sistema patriarcal, que era una cara del sistema capitalista. Ahora, para la extrema izquierda y estas minor¨ªas LGTBI el enemigo ya no es el capitalismo o el patriarcado, sino el binarismo y la heterosexualidad. Es una maniobra antirrealista, incluso metaf¨ªsica, m¨¢s all¨¢ de la naturaleza. Sabemos bien que el hecho de que haya dos sexos es un hecho biol¨®gico, no concierne solo a los humanos, sino tambi¨¦n a los animales. Por lo que es algo abstracto, se impone una construcci¨®n ideol¨®gica sobre los hechos. Y si dices que los hechos no coinciden con ella, que hay machos y hembras, una mayor¨ªa heterosexual y la heterosexualidad es un medio obvio de la naturaleza para propagar la especie, que son cosas tan obvias que lamento tener que decirlas, si dices que su teor¨ªa no se corresponde con los hechos, contestan: peor para los hechos, los hechos son fascistas.
¡°Pensar es dialogar con uno mismo, pero luego hay que discutir presencialmente con los dem¨¢s¡±
P. Pero usted es amiga de Butler, la introdujo en Italia, y respeta su pensamiento.
R. Conozco a Judith desde 1990 y siempre hemos mantenido relaciones muy estrechas y amistosas, aunque tenemos ideas diferentes sobre ciertos temas. Sus primeros libros son muy interesantes, originales, valientes, pero sus teor¨ªas han sido asumidas por la galaxia LGTBI y llevadas al extremo. Yo los aprecio a pesar de sentir una gran diferencia, tengo una educaci¨®n cl¨¢sica europea y Judith, una formaci¨®n posmoderna, posestructuralista. Ella parte de la deconstrucci¨®n de la tradici¨®n filos¨®fica, de que lo fragmentado es bello, lo m¨²ltiple es correcto, y todo lo m¨®vil y ambiguo tiene un valor. Su referencia es Foucault, Deleuze, mientras que para m¨ª es Hannah Arendt, es decir, una pensadora pol¨ªtica que no alaba el caos y la fragmentaci¨®n, sino que parte de los datos, y los datos materiales piden un sentido, y la tarea de la filosof¨ªa es restituir sentido al dato, no imponerle una categor¨ªa abstracta. Pero luego Judith ha escrito mucho sobre filosof¨ªa pol¨ªtica y ah¨ª tenemos mucho en com¨²n.
P. Dice que no pasa un d¨ªa que no hable de Plat¨®n o lo lea. Sobre pol¨ªtica indica que dice algo muy actual al diferenciar un mundo de emociones frente al de los expertos.
R. Para m¨ª es muy actual, s¨ª. Plat¨®n critica la demagogia, la describe tal como nosotros describimos el populismo, dice que confunden las mentiras con la verdad. Y el remedio son los fil¨®sofos en el poder, los expertos pol¨ªticos. En los tiempos modernos hemos tenido gobiernos t¨¦cnicos, pero no duran, porque el t¨¦cnico en el gobierno es un experto comparado contigo, y por lo tanto eres un poco inferior. Nos parece bien si el cirujano es un experto, no nos dejar¨ªamos operar por uno que no tuviera un t¨ªtulo, pero si la pol¨ªtica es vista como el lugar donde las ideas son todas iguales y donde uno vale uno, ?qu¨¦ tiene el experto que no tenga yo? Si no quiero inmigraci¨®n no tengo por qu¨¦ ser un experto, voy al poder y digo que no quiero inmigraci¨®n, y por eso elijo a alguien que lidere que sea como yo. Deber¨ªamos releer La Rep¨²blica, de Plat¨®n.
P. Su otra fil¨®sofa de referencia es Hannah Arendt. En este momento de tanto ruido, con las redes sociales, ella dec¨ªa que no hay actividad m¨¢s silenciosa que pensar. Tambi¨¦n muy actual.
R. S¨ª. Pero indica algo incompleto, pensar es un di¨¢logo con uno mismo, pero despu¨¦s dice que necesitamos dialogar con los dem¨¢s, confrontarnos. Es fundamental discutir. En las redes sociales no hay ning¨²n tiempo para reflexionar, es una actividad muy solitaria, aislada. Con frases cortas, sin frenos inhibidores, algo pasional, y, sobre todo, no es un di¨¢logo real. El di¨¢logo que defiende Arendt es presencial, en un espacio material compartido, donde nos escuchamos, nos vemos. Es la democracia griega del ¨¢gora. Con las redes sociales tenemos un espacio compartido remoto, virtual. No hay un di¨¢logo real. Cuando no discutimos mediante el di¨¢logo, cuando lo que queremos es vencer al oponente y no entender lo que dice, estamos preparados para el totalitarismo, para el populismo.
P. Cada vez se cita m¨¢s a Arendt. ?C¨®mo se lo explica?
R. S¨ª, tengo muchas explicaciones. Una es que ten¨ªa una posici¨®n poco comprendida en su ¨¦poca. Critic¨® el liberalismo y tambi¨¦n el marxismo. Entonces era algo muy inc¨®modo, era la Guerra Fr¨ªa y estabas de un lado o del otro. Ahora que las cosas son mucho m¨¢s confusas, la recuperamos. Adem¨¢s, ten¨ªa una formidable intuici¨®n pol¨ªtica, analiz¨® la mentira en la pol¨ªtica, o el movimiento de 1968, con el que no comparte los contenidos, pero s¨ª la forma, el placer de la pol¨ªtica de encontrarse. Est¨¢ siendo muy reeditada, esto es bueno, su pensamiento es un remedio a la polarizaci¨®n. En redes sociales tienes que decir s¨ª, no, me gusta, no me gusta. A quienes quieran seguir pensando y practicando la pol¨ªtica les viene bien leerla.
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