Comienza en Bruselas el juicio contra cuatro acusados por el genocidio de Ruanda
Dos monjas, un profesor y un pol¨ªtico deber¨¢n responder de su implicaci¨®n en las matanzas de 1994
Los acusados, todos de la etnia hutu, son las religiosas Consolata Mukangango y Julienne Mukabutera, el profesor Vincent Ntezimana y el pol¨ªtico Alphonse Higaniro.
Las religiosas Mukangango (sor Gertrudis), superiora del convento, y Mukabutera (sor Mar¨ªa Kisito) est¨¢n perseguidas por las masacres cometidas en el convento de Sovu, en el que perecieron m¨¢s de 7.600 refugiados en mayo de 1994.
Ambas religiosas est¨¢n acusadas de facilitar a la milicia extremista hutu "Interhamwe" bidones de gasolina con los que quemaron vivas a entre 500 y 700 personas en un garaje (22 de mayo), tres d¨ªas m¨¢s tarde propiciaron los asesinatos masivos de otros 600 tutsis y el 6 de junio "entregaron" a otros 30 refugiados de su convento, seg¨²n el acta de acusaci¨®n.
Algunos testigos aseguran que sor Kisito, que ten¨ªa dos hermanos que formaban parte de las milicias, particip¨® en la quema de los refugiados "vertiendo ella misma la gasolina y avivando el fuego con hierba seca".
Los psiquiatras aseguran que las dos religiosas son "responsables de sus actos" y que desde los acontecimientos de 1994 en Ruanda ambas sufren "estr¨¦s postraum¨¢tico".
Listas de profesores
Vincent Ntezimana, de 39 a?os, profesor universitario en Butare, est¨¢ acusado de asesinar a nueve personas cuyos nombres se conocen y a un n¨²mero indeterminado no identificadas entre abril de 1994 y mayo de ese mismo a?o.
Ntezimana, aprovech¨¢ndose de su cargo como presidente de la asociaci¨®n acad¨¦mica de personal de la universidad de Butare, elabor¨® supuestamente varias listas de profesores de origen tutsi que pretend¨ªan salir del pa¨ªs, para conducirlos a la muerte.
Este profesor universitario es el presunto autor de un texto publicado simult¨¢neamente en Ruanda y B¨¦lgica en 1991 que, bajo el t¨ªtulo "Llamada a la conciencia de los hutus", terminaba con "los diez mandamientos" en los que alentaba a la exclusi¨®n y eliminaci¨®n total de la minor¨ªa tutsi en su pa¨ªs natal.
Ejecuciones masivas
El cuarto de los acusados, Alphonse Higaniro, de 51 a?os, fue ministro, pr¨®ximo al presidente Habyarimana, propietario de una f¨¢brica de cerillas en el momento en que tuvo lugar el genocidio y "abiertamente antitutsi".
Durante las masivas ejecuciones y mientras se encontraba en su residencia cercana a Gisensy pidi¨® a sus obreros que "trabajaran" e hicieran "limpieza", dos t¨¦rminos que en esas fechas eran utilizados como sin¨®nimos de "matar" y "exterminar".
Adem¨¢s est¨¢ acusado de dirigir el asesinato de sus vecinos, cerca de Gisensy, al negarse ¨¦stos a abandonar sus propiedades.
Esta es la primera ocasi¨®n en la que se aplicar¨¢ la ley aprobada el 16 de junio de 1993 que otorga a los tribunales belgas la competencia de juzgar cr¨ªmenes del derecho internacional, independientemente del lugar donde se haya cometido el crimen, las nacionalidades de los acusados o su lugar de residencia.
Tambi¨¦n ser¨¢ la primera vez que ciudadanos ruandeses (actualmente residen en B¨¦lgica) se presentan ante un tribunal penal civil de otro pa¨ªs y ante un jurado popular -compuesto por 12 personas m¨¢s 12 suplentes- para responder por los cr¨ªmenes cometidos en 1994.
Cerca de 170 testigos ser¨¢n llamados a declarar, entre ellos medio centenar de personas que han aceptado viajar desde Ruanda hasta Bruselas. B¨¦lgica, que se hace cargo de todos sus gastos, es el ¨²nico pa¨ªs que se ha disculpado p¨²blicamente ante el pueblo ruand¨¦s por el papel desempe?ado por la ONU, que sac¨® del pa¨ªs a sus cascos azules.
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